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Un Amor Que Me Llevo A La Locura por dinohyun

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Notas del fanfic:

jongkey

Notas del capitulo:

Espero les guste

Mi corazón se negaba a dejarlo ir, en mi mente aun estaban los vividos recuerdos cuando estuve junto a él. Aunque mis ojos somnolientos pesaban y apenas se mantenían abiertos, divisé la luz de mi laptop que se encontraba a unos metros de mi cama en el cubre piso. Estiré mi mano y esta parecía que se movía en cámara lenta, no tenía dominio de mi cuerpo por lo que derribe un vaso de agua de mi velador con mi mano que parecía de cemento. Era desesperante, quería moverme pero no podía, anhelaba levantar mi cuello pero estaba estático.

 

“Lo voy a lograr”

 

Repetía una y otra vez mientras comenzaba a moverme, cada vez más fuerte hasta que mi cuerpo quedó tendido en el suelo. Los siguientes segundos fueron fugaces y solo vi a la servidumbre entrar y levantarme hasta la cama, sin embargo mis ojos pudieron ver la luz verde de su nombre.

 

“Kim Kibum” Estabas conectado, tu el amor de mi vida, el cual meses atrás había muerto estaba conectado.

 

-Déjenlo en la cama.- Ordeno un hombre vestido de blanco.- Dame el sedante.

 

Los días avanzaron por lo que me contaron Taemin y Minho, mis mejores amigos. Estábamos en las áreas verdes del psiquiátrico de la ciudad. Mis padres decidieron mandarme a ese lugar para que me recupere, pero yo creo que el cansancio los venció y prefirieron dejarme abandonado en este lugar.

 

-¿Entonces llevo ya una semana aquí?- Les pregunté observando mi cilla de rueda como si estuviera lisiado.

-Jonghyun, lo sabes verdad, con Taemin te hemos venido a visitar todos los días que se nos permite.- Minho depositó su mano en mi espalda dándome su apoyo.

-Gracias.- Musité mirando mi alrededor.

 

La hora de visita se acabó y mis únicos amigos se marcharon mientras un joven enfermero me metió hasta aquel enorme lugar que estaba por comenzar a conocer. Sus paredes altas y oscurecidas, parecían un velatorio que apenas iluminaba. Cada puerta marcada por colores de acuerdo a la gravedad del paciente.

 

-Aquí es la tuya.- Dijo amablemente, pese a su apariencia de mañoso el me reflejaba un tono de amabilidad.- Descansa, mañana te pasaré a buscar temprano para la hora del baño y posteriormente darte las medicinas.

 

Era una habitación totalmente solitaria, una cama bastante alta en la que seguro te ganabas un chichón si te caías de ella. Un velador con un florero en su superficie totalmente vacío, manchado de soledad como si hace mucho tiempo nadie colocase una flor con agua dentro de él.  Un puerta que decía “Baño” y en su interior solo un lava manos y una especie de cubo blanco que supuse era para defecar y orinar. Estaba terminando de observar mi habitación cuando una pequeña ventanilla me llamó la atención, estaba totalmente recubierta de protección y la lluvia empezó a chocar en aquel frágil vidrio que parecía romperse en cualquier momento. Caminé casi por instinto y mire por dicha ventana, desde el piso que me encontraba pude divisar un hombre delgado sentado bajo un árbol mientras miraba una especie de libro rosa, en su zona la lluvia no caía, pero todo en el rodeaba una luz roja y espesa. Mi corazón comenzó a latir rápido, pestañe varias veces y aquel hombre se había ido, ya no estaba.

 

Me recosté y concilié el sueño bastante rápido, los medicamentos eran para dormir, mucho mejor que antes, por lo menos ahora tenía conciencia de lo que hacía. Un nuevo día amaneció y curiosamente ya no estaba lloviendo, el sol deslumbraba en toda esa habitación casi muerta.

 

El joven enfermero llegó por mi junto con la silla de ruedas, lo mire a los ojos fijamente como queriendo decirle que no la necesitaba.

 

-William no necesito una silla voladora para trasladarme.- El sonrió e hizo a un lado el aparato.

-Mi nombre no es William.- Dijó queriendo mostrarme su identificación pero lo detuve.

-Tranquilo William, solo llévame donde debas llevarme.- Nuevamente me sonrió y llevó por el camino hasta las duchas del lugar.

 

Me indicó que había un casillero con mi nombre donde a diario van dejando las batas que debo usar, son graciosas porque me quedan muy grandes, si no fuera por la ropa interior me sentiría casi desnudo. Fui hasta mi locket y retiré una toalla para luego salir de las duchas cuando comencé a sentir los gritos de un hombre, tras los sonidos dos enfermeros con las inyecciones ya listas en sus manos.

 

“Anoche hacía mucho calor, quiero lluvia”

 

Gritaba una y otra vez, me acerqué un poco a mirar y me estremecí completamente  al ver todo su pecho rojo quemado. Había encendido la ducha con el agua hirviendo para sentir como cae la lluvia.

 

Lo llevaron a enfermería, mi ser estaba loco, no sabía si el mas esquizofrénico era él o yo. Según Kim Jonghyun, ósea yo anoche había llovido muy fuerte, pero según el otro loco fue una noche de bastante calor.

 

Entré a las regaderas con mucha curiosidad, eran cubículos abiertos pero personales. Me quite mi bata junto con mis bóxer y me metí, encendí el agua ligeramente tibia. Fue relajante, por fin podía bañarme por mi mismo y no ser refregado por enfermeros.

 

Pasaron unos diez o veinte minutos la verdad no lo sé bien, cerré la llave del agua y envolví la toalla a mi cintura. Estaba saliendo de las duchas cuando una voz rompió mi estabilidad.

 

“Puppy”

 

Claramente fue la voz de mi diva rosa, él era el único en el mundo que me llamaba de esa manera. Giré mi cuerpo totalmente pero de una manera lenta sintiendo un peso enorme sobre mis hombros. El miedo comenzaba a invadirme completamente, el mismo color rojo que vi anoche cubría el cubículo de donde provenía la voz de Key. Tragué saliva mientras mi corazón palpitaba tan fuerte que sus vibraciones llegaban hasta la punta de mis pies. Avancé hasta el lugar y ahí estaba, el mismo hombre de la noche anterior se bañaba dándome la espalda.

 

-Yo…Key.- Musite muy despacio, mi cuerpo temblaba entero.

 

“No tiene razón, la única lógica no fue el calor”

 

El miedo fue reemplazado por un transe, que había dicho aquel hombre. Acerque mi mano con mucho valor y toque su hombro, se estaba comenzando a girar cuando la voz de William me hizo pestañar y una vez más el misterioso ser había despertado.

 

-Crees que una ducha de tres horas hará que no te tomes tus medicamentos.- Dijo sacándome de mis pensamientos.

-Will…William apenas llevo media hora.- Quise parecer convincente.

-Vamos.- Me tomó del brazo amablemente.- William te llevara a comer y darte las medicinas.

 

Me tome los medicamentos, almorcé y en todo momento William estaba a mi lado. Me miraba como si pensara que algo especial había en mí, como si algo no calzara en todo mi expediente.

 

-William, puedo preguntarte algo.- El asintió con la cabeza.- ¿Anoche hizo mucho calor?- Pregunte para confirmar lo que mi compañero quemado había dicho.

-Fue una de las noches más calurosas del verano ojitos de perro con color café de diarrea de perro.- Me confirmo mi miedo, estoy más loco de lo que pensaba.

-Nadie te dice nada a ti por parecer un enfermero…un enfermero.- No sabía que decir para vengar el apodo que me había dado.

-¿Un enfermero qué?

-Un enfermero amable, gracias William.- Le sonreí.

 

Los días avanzaron, las visitas eran siempre fieles de mis mejores amigos. Realmente ellos nunca me fallaban.

 

-Hyung.- El menor tomo mi mano.- Key Umma no puede haber estado conectado, debe haber sido por los medicamentos fuertes que te daban.

-Lo juro, no se cuan loco este, pero esa noche Kibum estaba conectado.- Agregué.

-Debes dejar de pensar en eso, debes tratar de volver al mundo de afuera.- Nuevamente Minho y su mano acariciando mi espalda.

 

Todo continuaba como de costumbre, me comenzaba a sentir casi normal con la ausencia de ese hombre. Pero no sería así por mucho tiempo, el había regresado. Aquella tarde  nos encerraron más temprano de lo habitual, pero no me importo, por alguna razón no me importó.

 

Pase a el baño de mi pieza a cepillar mis dientes, me gustaba darme largas sesiones de lavado dental, cuando regrese los pasos para tirarme en la cama algo me llamo la atención, una especie de libro rosa estaba en la cabecera. Inmediatamente a mi mente se vino la imagen del hombre que bajo la lluvia miraba ese mismo libro.

 

Me senté en el suelo afirmado en pequeño velador y abrí aquel objeto rosa. Eran fotos, muchas fotos de Key junto a mí, las lágrimas llegaron hasta el borde de mis ojos. Muchos recuerdos se pegaron de golpe en mi cabeza, momentos de felicidad. LleguÉ hasta la última página y estaba la foto del cuerpo de Kibum, de aquel fatídico día que los bomberos lo encontraron quemado en ropero de nuestra habitación.

 

Recordé, luego de meses recordé el fuego que me había quitado a mi amor, mas no podía acordarme como sucedió. Gire la tapa rosa y había un número telefónico escrito, pero le faltaban los últimos tres dígitos. Cerré aquel objeto y por primera vez no había desaparecido, se quedaba ahí conmigo.

 

Los días continuaban avanzando,  todo era la misma rutina, levantarme, ducharme para luego almorzar juntos a William. Realmente se había convertido en un muy buen amigo, ya llevaba casi dos meses en aquel lugar y no había día en que el no estuviera conmigo, incluso en sus días libres el venia a verme.

 

-William, tu sabes todo el expediente de mi cierto.- Le pregunte mientras almorzábamos en mi habitación, el secaba mi cabello.

-Claro ojitos de perro.- Contesto sentándose a mi lado.- ¿Por qué?- Preguntó curioso.

-¿Porque me volví loco? ¿Kibum, el porqué murió? ¿Se que murió quemado, pero porque?- Lo invadí a preguntas.

-Tú no estás loco, El murió por qué dios así lo quiso y.- Hizo una pausa.- La tercera yo no puedo contestarla.

 

Fue tajante en no contarme el motivo del incendio, cada día me daba más ansiedad por saber la verdad y el misterioso hombre no daba señales de vida hace más de un mes y medio. Pero todo tiene un término y el por fin me dio una noticia. Esa mañana estaba en mi casillero cuando una nota estaba dentro.

 

“No fuiste tú, búscame que la luz verde si existe. Usser: Jongiesaudio@hotmail.com Pass: Divarosademivida”

 

Cerré fuertemente mi locket y continúe con la rutina diaria pero algo diferente habría ese día. Los miércoles los guardias se toman dos horas de colación por lo que el acceso hasta un computador no me costó en absoluto. Dijiste el facebook y fue totalmente algo nuevo, no recordaba mucho.

 

Publicaciones de mamá tirando indirectas a papá, ellos se habían divorciado y yo ni idea tenía de eso. Taemin y Minho subiendo a diario fotos de ellos dos juntos y lo que más esperaba ver, la luz verde en el nombre de Kibum se iluminó.

 

Kibum: Jongie.

Jonghyun: Bummie…eres tú.

Kibum: Lo soy, pero no tienes mucho tiempo tu amigo viene camino aquí, los últimos tres dígitos son los de tu identificación aquí. Llámame.

 

A los segundos después entró William pero ya había apagado el computador. No me reprendió ni nada. El realmente era muy bueno. Esa noche hice algo que quizás no debía, pero hurte el celular de mi amigo enfermero, la curiosidad por llamarle era más grande.

 

La oscuridad llego y dispuesto a todo estaba. Me recosté en la cama y respire profundo, comencé a digitar los numero pero antes de darle “llamar” caí en un profundo sueño, el cual me mostro perfectamente la noche fatídica.

 

Flashback

 

Estaba en nuestro departamento cocinándole una riquísima comida a Kibum, lo sorprendería pidiéndole matrimonio. Llevábamos ya cuatro años de noviazgo y tres viviendo juntos. El estaba dándose una ducha y yo me di cuenta que me faltaban verduras por lo que fui a comprar mientras deje cociendo las papas.

 

-¡Yeobo!- Le grite desde la cocina.- Voy por verduras.

 

El no me respondió, el sonido del agua no lo dejó. Me fui corriendo hasta la tienda, mas cuando volví todo el departamento ardía en llamas mientras los bomberos hacían todo su trabajo. A él lo encontraron muerto, cuando salió a verme a la cocina se vió envuelto en llamas, corrió y se escondió lleno de miedo en el closet de la habitación.

 

El reporte de los bomberos explícitamente decía que la llama de la cocina se había colado del guante de cocina, literalmente yo lo maté, fue mi culpa.

 

Fin Flashback.

 

Desperté con las lágrimas en mis mejillas, ahora lo recordaba todo. Aun tenía el celular en mis manos, solo faltaba darle llamar y estaba sonando otro aparato dentro de mi habitación. El sonido provenía desde el baño.

 

-Yeobo.- Contestó la voz de Kibum.- No llores que pareces un pequeño cachorro sin protección.

-Bummie.- Mi voz de acongojaba cada vez más.- Soy un pequeño cachorro sin protección.

-No digas eso, yo siempre estaré contigo…pero ahora debo pedirte un favor.

 

No le respondí nada y camine hasta el baño, lentamente abrí la puerta ahí estaba el, aquel hombre que por meses no me dejo verle su rostro, era mi Kibum rodeado de un color rojo. Corrí y lo abrace, era su cuerpo, mas el no tenia calor.

 

-Perdóname, perdóname.- Le decía una y otra vez.

-No tengo que perdonarte, no fue tu culpa Puppy.- Su mano acariciaba mi cabello, como siempre que lloraba el me daba su protección.

-Te extraño, me haces mucha falta…dime que no me soltaras y estaremos así abrazados por toda la eternidad.- Continuaba llorando.

-Toda la eternidad estaré a tu lado cuidándote Yeobo, siempre he estado contigo porque te amo.

-Yo te amo mas, yo te amo y te amo y cuando me sobra tiempo te sigo amando.- Lo apegué más a mi cuerpo y tomé sus manos.- Llévame contigo, acaba con migo y déjame estar a tu lado, debes tener poderes.

-Baboo, no soy dios ni la muerte.- Sonrió.- Jongie debes dejar irme, necesito descansar mi alma ya no da más, tú sigues teniéndome atrapado en el mundo de los vivos mientras yo ya no soy de este mundo.

-¡No quiero!- Me cruce de brazos y me fui a tirar en posición fetal en mi cama, cuando llegue el ya estaba ahí.

-Jongie.- Acarició mi mejilla.- Me duele, no puedo estar aquí pero tú no me dejas ir.

-¿Por qué te duele? Yo te cuidare, le mandare una carta a dios para que no te haga sufrir.

-El no me hace sufrir, Jongie verdad que me dejaras ir. Prometo siempre estar contigo.

 

Fue como la decisión más difícil, por fin volvía a verlo y tenía que dejarlo ir. Pero no podía hacerlo sufrir, debía pensar en él y no en mí.

 

-Pero antes de irte, me puedes dar un besito.- Mis ojos tiritaban mientras derramaban lagrimas.

 

El tomo mi rostro entre sus manos y beso dulcemente como en los tiempos de antes, pude sentir como por un momento su corazón volvía a latir.

 

-Te amo Kim Jonghyun.- Musito separándose de mí.

-Te amo Kim Kibum.- lo abracé y a los segundos después ya no estaba, por fin esa habitación ya no era tan oscura.

 

El tiempo avanzó y en un mes estaba siendo dado de alta. No fue una despedida con mucha gente, pero fue más dolorosa de lo que pensé.

 

-Me alegro de verte salir tan bien de aquí.- La voz de William amenazaba con cortarse.

-No seas llorón William y déjame darte un abrazo.- Nos abrazamos y separamos con los ojos llenos de lágrimas.

-Gracias por todo Lee Jinki.- Por primera vez le dije su verdadero nombre.

-No hay de que Kim Jonghyun.

 

Mi vida continuo normal, ahora entiendo el significado del para siempre. A veces cuando extraño mucho a Kibum puedo hacer que el venga por unos minutos al chat y una vez al año el enciende su celular.

 

 

Notas finales:

Nunca olviden comentar es motivar ^^


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