El Camino hacia una confesión
Él siempre lo había visto como un chico ruidoso, un dolor de cabeza, testarudo y sobre todo, con un enorme EGO pero aun con todos estos defectos Black Star resultaba ser un amigo incondicional que siempre estaba ahí para él. A veces, sin querer, le daba unos consejos con valor de oro.
En sus cumpleaños, casi siempre era él quien le llamaba primero para desearle un feliz cumpleaños. Cuando se sentía triste, le daba palabras de aliento, obviamente al puro estilo Black Star.
Si… Realmente Black Star era un chico extraño pero sea como sea, era un increíble amigo para Soul y aunque este no lo aceptara, quería mucho a Black Star por el simple echo que, sin importar nada, él estaba ahí para darle ánimos y recordarle el chico tan cool que era.
Realmente que Soul estimaba mucho a Black Star aunque, con el tiempo, aquella inocente estimación paso a ser cariño de amigos para finalmente, terminar en un ENORME problema… Soul, sin querer, se había enamorado de Black Star, su mejor amigo.
Y ahora… ¿Qué se supone que Soul debe hacer para sobrellevar el peso de su secreto?
¿Ignorarlo, quizás?
-¡Oye, Soul viejo, trae tú trasero para acá y mira esto!
-Ash como fastidias, Black Star –caminaba resignadamente hacia su amigo.
-¡Mira, mira!
-¿Aguas termales en el pico de la montaña? –alzo una ceja.
-¡PATO AL AGUA!- grito Black Star mientras se deshacía de TODA su ropa quedando como Dios lo mando al mundo.
-Hay… demonios… -fue lo único que pudo articular al ver el cuerpo bien formado de Black Star completamente desnudo y brillante por el agua que lo cubría.
Aquella noche Soul no pudo dormir pues estuvo casi toda la madrugada dándose atención él mismo. Realmente que ignorarlo no era muy útil.
Quizás si lo aceptaba las cosas fueran más sencillas.
-O-oye Black Star…-Hablo Soul cuando él y Black Star lograron quedarse solos.
-¿Que es lo que tienes que decirle a tú Dios?-dijo con esa gran sonrisa que lo caracterizaba.
-Quería decirte que… Me gustas… -dijo, avergonzado pero sin temor en la vos.
-¡JAJAJAJAJAJA! –Rió estrepitosamente.
-¿Bl-Black Star? –hablo con un enorme goterón en la cabeza.
-¡He recibido un voto a favor! ¡Soul ahora me acepta como su dios!
-R-realmente… eres un idiota…Black Star –dijo derrotado.
Era un hecho, Black Star era un estúpido despistado. Tal vez lo que Soul necesitaba era ser más directo con Black Star… Si, eso iba a hacer dado que él no entendía a indirectas, se lo demostraría con acciones.
-Hey, Black Star –lo llamo cuando, nuevamente y días después, se volvían a encontrar solos.
-¿Qué es lo que ocupas de tú Dios? –hablo con esa ancha sonrisa que a Soul, le quitaba el aliento.
Decididamente camino hasta quedar frente a el, lo tomo por la camisa y mirándolo fijamente a los ojos, dijo:
-Me gustas, no para que seas mi Dios, me gustas como pareja, idiota y dado que no entiendes a palabras, te lo mostrare con acciones –dijo para plantarle el beso mas apasionado que jamás en su vida le hubiera dado a nadie- Si luego de esto me odias lo ent~
Fue cortado por un par de labios que lo silenciaron nuevamente. ¿Quién hubiera dicho, que ese par de despistados, tenían sentimientos así, el uno por el otro?
Realmente que Black Star era un idiota, despistado, testarudo, con problemas de ego pero, aun con todo eso…Soul lo amaba Black Star y Black Star amaba a Soul ¿Qué más se podía pedir?