Muérdago
Listo, estoy decidido, hoy daré ese paso, solo hay dos opciones: uno, que me corresponda y podremos ser felices, y dos… bueno, sólo rezo por que eso no pase, no me gustaría perderlo, menos ahora… ¿pero cómo es que lo haré sin que me tome por un maniático?
Quizá… deba prolongarlo para luego… después de todo es la noche de navidad, no puedo arruinarlo y echar a perder mi relación con mi hermano en un fecha tan especial…
Pero tampoco puedo esperar más ¿por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy? Mamá nos enseñó a hacer las cosas en el momento correcto… ¿y cómo sé cuándo es correcto?
Oh, vamos Tom, ya tienes doce años… y de ellos hasta al menos unos tres que sientes mariposas en el estómago al ver a tu loquito pero precioso hermano frente de ti.
Uy, esto es tan complicado… ¿qué tanto sería llegar a él, en un lugar solitario, y plantarle un fino beso? No es tan difícil…
Oh al menos no lo es si lo dices… ¿qué haré? ¿Lo beso? ¿No lo beso? ¿Me quedo esperando treinta años más? ¿Me le quedo viendo cuando salga con otra persona? ¿O simplemente me acerco hoy y que sea lo que el destino sea?
–Vamos Tom, ya casi serán las doce, baja de una vez, pronto abriremos los regalos –esa es Simone, mi madre, bueno Tom, quizá puedas esperar hasta mañana, un día más no hará la diferencia ¿cierto?
Respiro profundo y listo para salir.
Ya casi llegando al piso de abajo se escuchan las campanas del reloj de la sala sonar, definitivamente no logré confesarme el día que planeaba…
“MUACK” tronó en la comisura de mis labios a la vez que sentía unos labios impactándose contra mi piel. Sonrojado y sorprendido me separo, haya sido mi prima y le mato…
–Feliz navidad Tommy –susurra mi querido gemelo a pocos centímetros de mí, con las mejillas encendidas sosteniendo en lo alto una ramita de muérdago. Tras pocos segundos para recobrarme de eso, le quito la ramita pero la sigo sosteniendo en el mismo lugar y le robo un pequeño beso de los labios.
–Feliz navidad, pequeño.
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Acá lo repito para poder llenar las palabras minimas, jeje ^^
Muérdago
Listo, estoy decidido, hoy daré ese paso, solo hay dos opciones: uno, que me corresponda y podremos ser felices, y dos… bueno, sólo rezo por que eso no pase, no me gustaría perderlo, menos ahora… ¿pero cómo es que lo haré sin que me tome por un maniático?
Quizá… deba prolongarlo para luego… después de todo es la noche de navidad, no puedo arruinarlo y echar a perder mi relación con mi hermano en un fecha tan especial…
Pero tampoco puedo esperar más ¿por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy? Mamá nos enseñó a hacer las cosas en el momento correcto… ¿y cómo sé cuándo es correcto?
Oh, vamos Tom, ya tienes doce años… y de ellos hasta al menos unos tres que sientes mariposas en el estómago al ver a tu loquito pero precioso hermano frente de ti.
Uy, esto es tan complicado… ¿qué tanto sería llegar a él, en un lugar solitario, y plantarle un fino beso? No es tan difícil…
Oh al menos no lo es si lo dices… ¿qué haré? ¿Lo beso? ¿No lo beso? ¿Me quedo esperando treinta años más? ¿Me le quedo viendo cuando salga con otra persona? ¿O simplemente me acerco hoy y que sea lo que el destino sea?
–Vamos Tom, ya casi serán las doce, baja de una vez, pronto abriremos los regalos –esa es Simone, mi madre, bueno Tom, quizá puedas esperar hasta mañana, un día más no hará la diferencia ¿cierto?
Respiro profundo y listo para salir.
Ya casi llegando al piso de abajo se escuchan las campanas del reloj de la sala sonar, definitivamente no logré confesarme el día que planeaba…
“MUACK” tronó en la comisura de mis labios a la vez que sentía unos labios impactándose contra mi piel. Sonrojado y sorprendido me separo, haya sido mi prima y le mato…
–Feliz navidad Tommy –susurra mi querido gemelo a pocos centímetros de mí, con las mejillas encendidas sosteniendo en lo alto una ramita de muérdago. Tras pocos segundos para recobrarme de eso, le quito la ramita pero la sigo sosteniendo en el mismo lugar y le robo un pequeño beso de los labios.
–Feliz navidad, pequeño.