Cap. 6: Una boca llena de mentiras.
“Kibum empieza distraerte un poco, comienza con nuevas amistades, no puedes estar con temor toda la vida”
Eso le había dicho la psiquiatra, tenía razón sin embargo aun no podía volver a dormir con las luces encendidas por miedo a ver en la oscuridad alguien que no deseaba mirar, alguien con un solo nombre, un chico que pensó jamás volver a ver sin embargo la tarde anterior había aparecido una vez más en su vida, para su desgracia.
Se volteo una vez más en la cama, miró algo fijo en la pared pero a la vez no veía a nada, solo el concreto del que estaban hechas esas paredes que lo mantenían ahí, una fortaleza donde estaba seguro.
Cerró los ojos un momento antes de querer dormir, sin embargo las únicas cosas que logró imaginar fue a Jonghyun, se preguntó si ya estaría durmiendo, seguramente que si, después de todo ya era un poco tarde.
Sacó su celular de debajo de la almohada y miró la pantalla, fue al directorio, luego al número de Jonghyun, lo miró un par de minutos y estuvo tentado a apretar la tecla para llamarlo, luego desistió en hacerlo por múltiples razones.
***
— ¿estás bien? —cuestionó Jonghyun una vez que estuvieron en el baño.
— Si —susurró limpiando sus lágrimas.
Jonghyun no hizo pregunta a pesar de que la curiosidad le carcomía el alma, sin embargo sabía que Kibum no deseaba hablar de ese chico que lo reclamaba como propio, ese al que Bum parecía temerle en gran medida.
Kibum en cambio agradeció a Jonghyun por no hacer preguntas, por mantenerse en silencio y brindarle apoyo sin hacérselo saber, pero aun así no quería meterlo en problemas, porque sabía que eso no era un juego de adolescentes, tampoco una película donde el bueno sale victorioso, y para esas alturas ya no sabía quién era el bueno de la historia, si él o Dongwoon, porque él lo miraba desde un punto de vista donde lo beneficiara pero Dong también lo hacía para beneficiarse a sí mismo, entonces cada quien tenía una versión diferente de los hechos y en cada versión ambos eran héroes y villanos.
***
Volteó de nueva cuenta hacia el lugar que era ocupado por Kibum y una vez más lo encontró vació como él día interior, giró la vista al frente y la maestra seguí haciendo mil y un ademanes, dándole mil vueltas a lo que trataba de decir sin llegar a una conclusión y enredando todo en una maraña.
Miró hacia las nubes que por primera vez no tuvieron ninguna forma y se volvieron algo abstracto que no él mismo podía descifrar.
Tenía dos días que no miraba a Kibum y realmente ansiaba verlo, quería ver si estaba bien, asegurarse que nada malo le hubiese pasado, así que iría a visitarlo, pero como no tenía ni un won encima optó por ir caminado, aun sabía la dirección de la casa de Kibum, así que no le sería problema llegar.
Luego de muchas avenidas, cuadras grandes, cuadras pequeñas, casa de todos los tamaños por fin llego hasta la calle donde estaba la casa de Kibum.
Suspiró hondo antes de posicionar el dedo en el timbre, posteriormente hizo sonar el timbre una… dos… tres… cuatro… y nadie abrió, nadie encendió las luces de la fachada, y por supuesto nadie salió, fue entonces que decidió que su viaje había sido en vano, sin embargo por ultimo antes de marcharse volvió a tocar para ver si esta vez corría con un poco más de suerte.
— ¿Jonghyun? — preguntó una vocecita detrás suyo, una vocecita que se le antojo conocida.
Kibum no creía lo que veía, era Jonghyun con la corbata desanudada y los primeros botones de su camisa del uniforme deshechos, aunque él no estaba en las mejores condiciones , pues traía puesta su pijama rosa, y el cabello no estaba del todo arreglado y cargaba con Taemin a sus costillas.
— Perdón por venir a esta hora, es solo que deseaba saber si estabas bien. —sonrió de medio lado mirando al chico ese de mirada reprobatoria que acompañaba a Kibum.
Parecía ser más pequeño que ambos, y estar mejor vestido que ambos aunque sus ojos decían que no estaba contento, esa mirada lo delataba pero no le importaba mucho lo que pensara ese niño extraño.
— Key, yo creo que me voy, cuídate ¿sí? —habló el muchachillo regalándole una sonrisa a Kibum.
— Sí, nos vemos mañana Taemin. — lo despidió el otro.
***
Recorría con sus ojos cada rincón de esa enorme casa, hasta que encontró un cuadro de flores que le llamó la atención, uno de esos que se miran tan hermosos de lejos pero si te acercas solo realmente no es tan bonito como aparenta, como las modelos de las revistas, o las artistas de la televisión.
— ¿por qué no has ido a la escuela? —preguntó de repente a Kibum.
— No quiero ir. —dijo a modo de capricho, tratando de ocultar su temor a encontrarse de nueva cuenta a Dongwoon.
— ¿seguro que es por eso? — preguntó de nueva cuenta viendo a Kibum tensarse ante la cuestión.
— Si. —fue su única respuesta.
Jonghyun se dedico a curiosear los muchos objetos extraños que encontraba en esa casa, desde la taza inclinada simulando la torre inclinada de piza, hasta el elefante rosa que estaba sentado junto a un florero que sostenía unas cuantas flores artificiales, también se encontró con una receta de pastillas a nombre de Kibum como paciente, sin embargo aunque le interesaba por qué Kibum miraba a una psiquiatra simplemente no preguntó nada y decidió no empezar a hacer hipótesis incorrectas.
— Ven, Jonghyun vamos a cenar, porque seguro no has comido nada desde el medio día. — dijo como adivinando los movimientos de su invitado.
— Si, gracias.
***
El celular de Kibum comenzó a sonar escandalosamente, que terminó por espantarle el sueño a Jonghyun, no quería ser entrometido sin embargo tampoco deseaba que Kibum despertara así que descolgó y se puso el auricular a la oreja.
— Te necesito, no importa que seas un mentiroso, te necesito Kibum, vuelve conmigo… —decía una voz que se distorsionaba un poco al otro lado de la línea.
— Perdón por no ser Kibum, pero él se encuentra dormido. —habló Jonghyun con algo de molestia en la voz, luego colgó aventando el celular en el colchón y observando a Key con recelo.
Solo pasó un rato para que el celular comenzara a sonar un poco más fuerte, un poco más insistente, y finalmente descolgó volviendo a posicionar el auricular en el oído, se levanto de la cama haciendo el menor ruido posible para no despertar a Key y se dirigió al baño, donde no lo escuchara hablar.
— Escucha lo que te voy a decir… —hizo una pausa antes de continuar — aléjate de Kibum, él no es de fiar, te enreda en sus mentiras, ¿sabes al menos por que toma pastillas?
— No, no lo sé… — dijo tratando de no hacer mucho caso a lo que decía el chico detrás de la línea.
— Él no te ama, siempre dice que no te abandonara y lo hace, su boca está llena de mentiras. Mejor aléjate de él. —continuo su charla tratando de hacer que ese desconocido se alejara de Kibum, su Kibum por las buenas.
— ¿Lo dices por mi bien, o por el tuyo? — cuestiono dudoso de las palabras que un chico sin nombre le decía.
— Bien, entonces sigue con él pero al menos a mí se me ha entregado en cuerpo y alma, tú solo eres un capricho que pronto se le pasara. —luego colgó.
Jonghyun de nuevo descargo la furia que sentía para con alguien sin nombre sobre las paredes del baño, no le gustaba que se refirieran a Kibum de esa manera, después de todo él no era nadie para decirle lo que debía pensar de Kibum, o lo que tenía que hacer en cuanto a sus sentimientos hacía ese niño que se encontraba perdido en el mundo de Morfeo, y que parecía estar disfrutando.
Fue entonces que recordó la receta de la psiquiatra, ¿por qué la visitaría? ¿Sufriría algún trastorno psicológico? ¿Tendría alguna enfermedad como esquizofrenia? Mil preguntas más se apoderaron de su cerebro pero sería mejor preguntárselas de frente a Kibum, que era el único que le podía ofrecer una respuesta a sus preguntas.
Regreso a dormir, Key había cambiado su posición a la hora de dormir, y había adoptado la de una princesa esperando el beso de su príncipe que la despertaría del sueño donde una bruja malvada la había sometido; Jonghyun se golpeo mentalmente por tener esos pensamientos de niño de cinco años, pero no negaba que a pesar de que Kibum era como cinco centímetros más alto que él, aun así le parecía muy frágil.
Se inclinó solo un poco sobre esos labios que parecían estar esperándolo con un beso, pensó seriamente antes de chocar ambas bocas, sin embargo no pudo esperar más para probar esos labios que lo llamaban a gritos, mojo los propios y beso esa boca exquisita que se entregaba suave, no le importaba si Kibum era un mentiroso, o si padecía alguna enfermedad imposibilitante, él solo sabía que se había enamorado de un chico que lloraba porque un chico le decía que era suyo, que le perecía.
Casi pudo sentir el cuerpo de Kibum crisparse un poco.
— Perdóname… —susurró quedo.
Volvió a rodear ese pedazo de cama hasta quedar al lado de la ventana, se acostó viendo hacia ella, observando las luces de la ciudad que opacaban al brillo de las estrellas que apenas se asomaban en el cielo oscuro.
Key se removió un poco en la cama, de nuevo se posicionó de lado, llevándose una mano a la boca con el corazón desbocado, con los latidos a mil, a punto de entrar a un infarto, y por un momento realmente temió por su vida, sentía que de tan rápido que latía su corazón llegaría el momento en que dejaría de hacerlo de golpe, sabía lo que era esa sensación pero pocas veces la había sentido, solo con Dongwoon había sentido una sensación similar y las cosas no resultaron.
***
— Bum, ¿podemos hablar? —preguntó Jonghyun en la mesa.
Les habían preparado el desayuno y luego el chofer los llevaría hasta el colegio, la ropa de Jonghyun también había sido lavada y este estaba que moría de la vergüenza cuando se la entregaron, lavada y planchada.
— ¿Qué ocurre? —preguntó Kibum sin verlo a los ojos porque sentía que si lo hacía seguramente se pondría muy rojo y no quería parecer un tonto frente a Jonghyun, así que se concentro en el desayuno que estaba comiendo.
— Es solo que… me preguntaba por qué tomas pastillas.
Kibum abrió un poco los ojos y luego volvió a situar su mirar en el plato.
— Para dormir. — dijo como si nada.
— No me refiero a eso, quiero saber si sufres de alguna enfermedad, tener insomnio es enfermedad, pero algo más que eso…
— No — negó, por supuesto que no le diría a Jonghyun que tomaba pastillas para curar la depresión, que durante un tiempo pensó seriamente en el suicidio, que recién estaba saliendo de su cuadro anoréxico; no señor, eso sí que no.
A Jonghyun se le antojo una respuesta fría, quizá más que eso, por lo tanto no siguió preguntando y se dedico a desayunar.
— Anoche habló alguien a tu celular, creo que es tu novio. —susurró con el corazón achicándosele por esa palabra que acababa de decir, porque no quería que Kibum tuviera novio, no él quería ser la persona especial para Key.
— No tengo novio. —habló de nuevo dolido por eso, y preocupado por saber el nombre de la persona que había estado buscándolo.
— ¿Quién es Dongwoon? —cuestionó interesado por la respuesta que Kibum le daría.