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Sickness por Agnes-San

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Notas del capitulo:

Recuerdan este fic? espero que si :P 

bueno ya saben, il disculpas por los errores, esq me da mucha verguenza molestar tan segudo a gabii y así xD una enorme disculpa, juro que o hago adrede eso de poner los errores :P

gracias a todos loq ue leyeron el primer cap y contensto su Rws en seguida :D

 

Cap. 2: El chico nuevo y desconfiado.

 

 

 

Estaba muriéndose del aburrimiento y la maestra de historia solo se la pasaba hablando y hablando, maldita vieja, ya era como la quinta vez que repetía la historia de corea, de hecho todos los alumnos comenzaban a bostezar y ella parecía no importarle que ya todos estuvieran medios dormidos en clase, simplemente no se callaba. Afuera hacía buen tiempo, el sol brillaba y quemaba todo con su intensa luz amarilla, ya quería que fuera la clase de educación física porque era cuando podía divertirse con solo darle de patadas a un balón o correr, siempre estaba un paso atrás de Minho pero no le importaba por que se divertía.

 

—     Kibum puedes pasar. —habló la directora ganándose la atención de todos, dentro del aula, incluso la de Jong, que estaba muy perdido encentrándole la forma de un hipopótamo a la nube que estaba sujeta en el cielo.

 

Giró la cabeza al frente tan solo para enterarse del chico nuevo, nadie tenía idea de que llegaría alguien nuevo, no lo había mencionado ningún maestro, el chico parecía ser de familia acomodada, su cabello rubio decía que era uno de esos niños con mucho dinero y con muchos caprichos también.

 

Para colmo lo sentaron a un lado suyo, volteo los ojos y se gano la mirada desdeñosa de ese rubio teñido y caprichoso, pero a decir verdad le parecía muy lindo muy a pesar de la personalidad que se cargara.

 

—     Kim, por favor comparte tu libro con Kibum, de todas maneras tu estas muy ocupado con las nubes —habló la vieja miope, acomodándose los anteojos. Parecía que no veía pero la muy bruja se daba cuenta de todo.

 

Kibum lo miró un momento y Jonghyun casi pudo sentir tristeza en ese extraño par de ojos, perfectamente delineados y con ojeras enmarcándolos, eran los ojos más extraños que jamás había visto.

 

Le entregó el libro y no recibió ni un gracias de parte del teñido. Suspiro con recelo y volvió su vista hacia las nubes. A veces indirectamente  sus ojos volteaban a ver a Kibum y se dio cuenta de varias cosas, sus manos eran muy bonitas, su  piel era muy blanca y llevaba maquillaje en el rostro, se mordía los labios de manera casi continua y luego los remojaba.

 

—     Deja de mirarme —habló el rubio.

 

—     No te estoy mirando. —se defendió Jonghyun y la maestra lo reprendió con la mirada.

 

Jonghyun se volteo de nuevo a mirar el hipopótamo en la nube que ya se había deshecho y se había convertido en un montón de pájaros sin forma.

 

Sin duda ese rubio que tenía a un lado era muy bonito, no guapo, bonito, su piel parecía estar hecha de porcelana y sus ojos delineados era como los de un gato en plena cacería, eran los ojos de un asesino, un asesino muy hermoso.

 

De nuevo sus ojos eran atraídos por ese sol que estaba a un lado suyo, ese sol que parecía más bien una estrella muerta, si nada de brillo, era como si alguien hubiese encontrado el interruptor dentro de ese sol y desde dentro lo hubiesen apagado.

 

—     ¡Deja de mirarme! —le exigió Kibum enfadado y a gritos.

 

Parecía colérico y su cara se puso de un bonito color rojizo, el maestro salto cerca de un metro por encima del piso a causa del grito y algunos dentro de la clase también.

 

—     Ustedes dos, largo de mi clase —Los hecho apuntando con su dedo índice hacia la puerta y posteriormente se acomodo los anteojos.

 

Kibum tomó el libro que no le pertenecía y caminó hacia la salida.

 

—     ¿Yo por qué? —Se quejó Jonghyun algo molesto y bufando del coraje.

 

—     Porque de todas maneras no estás poniendo atención —Jong prefirió no comentar nada al respecto y salió detrás del teñido que traía su libro.

 

Key avanzó por todo el pasillo, y Jong lo llamó pero ni siquiera lo escuchó, estaba muy concentrado recordando el día que conoció a Dongwoon:

 

También era martes, él estaba con varios de sus amigos afuera de su escuela, él era de una cercana y con la peor reputación habida, llevaba el cabello lleno de luces, y echaba humo peor que una chimenea.

 

Lo saludó de manera amable, muy por el contrario de todos sus compinches, que solo lo miraron como si se tratase de escoria, Dongwoon tenía una de esas sonrisas que hipnotizan con solo apreciarlas, levantó la mano con el cigarrillo y saludó ufano, como un niño pequeño, así que él le devolvió la mueca.

 

 

 

***

 

 

 

—     Rubio, te he estado hablando —Lo interrumpió el chico que lo había molestado.

 

—     ¿Qué quieres? —preguntó algo molesto, le molestaba la cara de ese idiota, no solo eran sus ojos que parecían de suplica como los de un cachorro al que le han negado su juguete preferido, también su idiotez que se le reflejaba en todo el cuerpo según Key —Quería mi libro de regreso. —apuntó hacia lo que le pertenecía y Kibum se lo regreso de mala manera.

 

—     Sabes algo, creo que no empezamos bien, me llamó Kim Jonghyun. —le tendió la mano y Kibum la miró un rato sin aceptarla, su vista lo recorrió con completa desconfianza y sus ojos se posaron en esa sonrisa que tenía en los labios, esa que mostraba una gran y perfecta hilera de dientes blancos.

 

Por un momento la imagen de Dongwoon se apoderó de ese ser que estaba frente a él, dio varios pasos hacia atrás, el terror se había diseminado por todo su rostro y algunas lágrimas habían caído de sus ojos.

 

Se echó a correr hacia el lado contrario y Jonghyun se quedó muy confundido por eso que acababa de presenciar.

 

Se quedó ahí por un largo rato, pasmado, hasta que Minho lo sacó de su trance, su mente se había ido junto a ese sol que estaba totalmente apagado, emitiendo una luz nula.

 

—     ¿Qué te sucede Jonghyun? —cuestionó su amigo, palmeándole los hombros. —parece como si hubiese visto a un fantasma.

 

—     Yo no… si hubiese visto un fantasma seguro me hubiese echado a correr —dijo saliendo de su trance y recordando al chico nuevo.

 

—     Me entere de que te echaron de tu clase por estar de mirón —Se burló Minho a su costa.

 

—     Yo no andaba de mirón, lo que pasa es que como le preste mi libro al nuevo yo también quería leer, pero él es algo raro y se molestó por eso y grito. —explico a Minho que no tenía cara de no creerle un jodida palabra.

 

Jonghyun miro al más alto reprobándolo, era su amigo y no le creía, ¿Qué tipos de amigos son esos?

 

—     Escuche a varias chicas murmurando. —dijo esa jirafa salida del zoológico, palabras del mismo Jonghyun

 

—     Todo lo que te digan es una mentira —se defendió el más corto de estatura sintiéndose descubierto.

 

—     ¿Entonces no es guapo? —cuestionó de nuevo el pelinegro a un amigo.

 

—     Pregúntaselo a las chicas. ¿Por qué me lo preguntas a mí?

 

—     No sé, quizá porque el chico te acuso de estarlo viendo.

 

Jonghyun hizo una mueca de fastidio y regreso a recibir otra clase, otra en la que seguramente se dormiría, extrañamente ahí estaba el nuevo, Kibum, Jonghyun entró cauteloso adentro del aula y Key solo lo miraba con algo de desconfianza.

 

Estaba sentado en el asiento que le habían otorgado, con el labio temblándole y la mirada perdida en un punto de la extensa pared, le había dejado de hacer caso por estar concentrado en la pared.

 

—     Oye, perdón por haberte asustado. —le pidió disculpas y toda la clase lo volteo a mirar, algunas de las miradas mejor decidieron no prestar atención a esa escena y otras permanecieron inmóviles, tal como la vista de Kibum sobre la pizarra.

 

Jonghyun se retiró sin decir palabra, pero se le hacía sumamente extraña la actitud hostil de ese muchacho un poco más alto que él y con cabellos dorados, tal como los rayos del sol que traspasaban la ventana.

 

 

 

Kibum se preguntaba en qué momento decidió que Dongwoon le torturaría la vida, aun y que a pesar que en la noche anterior antes de caer preso de la pastilla se había prometido cambiar, dejar de ser el cobarde que no quiere salir a la calle por miedo a encontrar a ese ser que le había infringido sufrimiento en la esquina, ese mar que lo había hundido y lo había matado y ahora sus restos estaban a la deriva sin alguien que los recoja.

 

Y para colmo aparecía ese chico extraño que lo miraba como al principio lo hacía Dong, tan fijo, con su voz traspasando sus oídos y llegando a lo más profundo de su ser, haciendo un eco ahí.

 

Se maldijo, se maldijo mil veces por ser un idiota, pro que los ojos de Dongwoon lo estaban vigilando, porque sentía su presencia a donde fuera, por donde caminara sentía a Dongwoon, y la sonrisa que le habían mostrado no había ayudado de nada.

 

Jonghyun le estaba hablando pero simplemente no deseaba verlo, no quería ver su rostro de cachorro, no quería ver esa sonrisa impresa en su facia. Simplemente lo deseaba lejos de su persona.

 

No le dio una respuesta al chico que le hablaba, le tal Kim Jonghyun, simplemente trató de ignorarlo pero le fue imposible, su voz, esa profunda voz le estaba carcomiendo el alma, quería gritarle que no se acercara a él, que no lo mirara, pero no lo hizo, se tragó todo eso que le hacía daño.

 

 

 

***

 

 

 

—     Kibummie, eres muy bonito. susurró en su oído. Ese simple gesto lo había hecho temblar, y lo que terminó de someterlo fueron esas caricias en sus mejillas.

 

No quería caer ante eso, él siempre era el centro de atención, “la diva”, el inalcanzable, el mejor en danza de su escuela, el que le robaba los suspiros a muchos, él era Key, el todopoderoso, la llave maestra, Key el niño al que todos admiraban, el chico que jamás había tenido una relación de pareja porque nadie estaba a su altura. Él estaba diseñado para volar alto hasta que llegó Dongwoon y con una simple sonrisa lo arranco de los cielos, hasta ponerlo a su altura, hasta poder rosarlo, poder acariciarlo y hacerlo temblar.

 

—     Eres tan precioso. continuó los halagos, besando sus mejillas.

 

—     Dongwoon… musitó tratando de alejarlo.

 

—     Calla… hermoso…no me gusta que te miren, no me gusta que te toquen… pero eres como un rubí… con esas palabras le había comprado el alma.

 

Los labios de Dongwoon se encontraron en su boca, bailando, acariciándolos, sometiéndolo con cada maldita caricia, con cada rose se estaba apropiando de todo en Kibum.

 

—     Te amo… te amo… mataría a todo el que se te acerque… te amo… susurraba quedo dejando besos húmedos en todo su rostro.

 

—     Yo a ti. respondió Key, el Key que había comprado a base de palabrería.

 

—     Nunca me dejes…te amo dijo por ultimo.

 

Kibum se había convertido en su obsesión y tan solo deseaba retorcerle el cuello a todo aquel chico o chica que se acercara a su Key, ese que le regalaba sonrisas llenas de luz, ese que era todo lo que él no era, el de padres adinerados y ropa llamativa, ese chico que muchos miraban por morbo, ese que surcaba cielos muy altos, ese que ya le pertenecía y nunca dejaría ir, lo mantendría encadenado a él toda vida. Ese que respiraba pausado y se apoyaba en su pecho mientras él lo contemplaba, peinando su cabello suave.

 

 

 

***

 

 

 

Estaba mirándolo de una manera algo extraña, muy fijo y eso le asustaba pues no parecía parpadear ni siquiera una vez, solo estaba ahí mirándolo, desvió la vista hacia la ventana sin embargo por más que hiciera por ignorar esos ojos de gato salvaje pero asustado, simplemente no se libraba de ellos y lo molestaba esa actitud del rubio.

 

Viéndolo de cerca el chico ese no se parecía en nada a Dongwoon, este era más chaparro, estaba más tostado por el sol, no olía a cigarro y su cuerpo era muy voluminoso, de alguna manera le parecía incluso más guapo que Dong.

 

—     ¿necesitas algo? —cuestionó el moreno ya rendido de que estar sintiendo ese profundo mirar sobre su ser.

 

—     Me preguntaba si me puedes prestar tu libro. —mintió de la manera que Dongwoon lo había enseñado y entonces se dio cuenta que aun Dong era dueño de su vida, aunque no estuviera presente, aunque ya tuviese tiempo de no verlo, él siempre estaría presente en todo, él era su sombra, él era su reflejo cuando se miraba al espejo.

 

Jong con mucho desgano le tendió lo que pedía y Kibum lo acepto sin darle un gracias, las ojeras maquilladas llamaron la atención de Jonghyun, el temblar en su labio le decía que algo malo estaba sucediendo en la vida de ese mocoso, que ya no se quitaba de la cabeza, y la quemadura de cigarrillo en su dorso confirmaba sus sospechas.

 

Sus clavículas se mostraban de más, estaba muy delgado como un gato que no ha recibido comida durante semanas, eso se notaba a leguas de distancia, sus dedos huesudos no lo dejaban menos preocupado, no se había dado cuenta pero los pantalones que se suponía deben ser ajustados, simplemente le quedaban muy grandes, y aun así le parecía tan hermoso.

 

Sonrió estúpidamente ganándose varias miradas incluyendo la de la impartidora de esa clase, que lo miró por encima de la montura de su anteojos y Jong le indico que nada sucedía evitándose otra reprimenda por culpa del chico nuevo, que también lo miraba, pero no como todos los demás, no, él lo veía con terror, como si su sola sonrisa le aterrara, como si esa mueca lo vaciara aun más.

 

Enseguida la borró, y Kibum solo trató de concentrar la vista al frente.

 

Jonghyun tomó un pedazo de hoja y escribió algo con letra muy fea, posterior a eso lo puso en el pupitre de su compañero de al lado.

 

“Perdón por asustarte” leyó el rubio al desdoblar la hoja.

 

Key lo miró extrañado y no recibió ninguna mueca a cambio, simplemente encontró la cara de Jonghyun volteando hacia la ventana, su vista miraba a un cielo despejado con una que otra nube haciendo un adorno ligero.

 

Para él todas esas nubes solo eran eso, nubes, había perdido en algún lugar del mundo su imaginación para sacarle figuras a la nubes, sin embargo Jonghyun parecía con demasiada para imaginar un copo de nieve, o un barco navegando en su océano azul cielo.

 

 

 

***

 

 

 

—     ¿Ves esa nube? Le preguntó a su nueva pareja, el chico que podía mover montañas con solo su voz.

 

—     Si la miro. habló pesado, sosteniendo la cabeza de Kibum sobre su brazo.

 

—     Parece un conejo. Apuntó al cielo.

 

—     Key… precioso… ya es hora de madurar, las nubes no tienen forma. Kibum no dijo nada y simplemente el conejo desapareció y se convirtió en algo amorfo, algo sin sentido, una nube.

 

Dongwoon tenía razón ya era hora de madurar, ninguno de los dos eran niños.

 

—     Hagamos algo más divertido. propuso. Sacó un par de cigarrillos y un encendedor.

 

—     Quiero otro. pidió Key.

 

—     Tengo algo más rico en mi boca, ven a buscarlo. lo retó y Kibum se abalanzó sobre su boca para encontrarse con un sabor amargo. Dongwoon enterró su lengua en la boca de Key y puso algo en ella, algo amargo.

 

—     Cómela, te sentirás mejor, y larguémonos. Kibum hizo lo indicado y trago su primera pastilla que lo hacía ver colores y despertaba sus sentidos.

 

No sabía cómo era que estaba desnudo con un dolor clavándosele en el ano, y jadeando igual que una puta, mientras su cabello era estirado con fuerza, sus labios succionados y en su oído había muchos “te amo” de inquilinos, hospedados ahí.

 

Siempre fue así, Dongwoon lo compraba con palabras dulces, lo manipulaba con su lengua llena de veneno dulce, empalagoso, lo sometía dándole una que otra pastilla para mantenerlo a su lado, para que jamás lo dejara.

 

 

 

***

 

 

 

Suspiro con pereza antes de lanzar su bolso contra el sofá.

 

—     ¿Qué ocurre hijo? —preguntó su madre al escucharlo.

 

—     Nada mamá, no te preocupes. Es solo que hoy fue un día extraño.  —comentó Jonghyun, recordando el rostro bonito de Kibum, ese rostro que aun no se podía sacar de la cabeza, ni aunque tratara de reemplazarlo por el de alguna chica curvilínea que estuviera presa en las revistas para caballeros.

 

—     ¿Peleaste con alguien?

 

—     No, bueno no, más bien creo que no le agrado a un apersona, o quizá solo es desconfiado por ser nuevo. —aseguró a su madre que parecía tener un sexto sentido.

 

—     ¿seguro que no te puso así una chica? —cuestionó risueña la señora.

 

—     No. —negó rotundamente. —Kibum no es una chica. —añadió por ultimo.

 

—     Bien, pues has algo para que le agrades.

 

Jonghyun solo asintió sin prestarle mucha atención a las palabras de su madre, posterior a ello le dio un beso y salió rumbo a su cuarto aun con la imagen de un Key lloroso tatuada en su cerebro.

 

 

 

 

Notas finales:

fue todo xD gracias a todos los que lo leyeron y a lo que no pues tambein :P

nos leemos  ^^


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