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Sickness por Agnes-San

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Notas del capitulo:

capitulo tres terminado, para las niñas que leen Blanco y negro sorry no haber contestado rws pero andaba medio cupada y pues los contesto en cuanto tenga tiempo :D

espero que les guste este cap y está muy dulce eso si les digo xD

 

Cap. 3: Me ganaré tu confianza.

 

 

Hizo un puchero por la comida que no le gustaba, además había muchas zanahorias en el arroz y no le gustaba sin embargo sus mamá seguro que lo haría comer, últimamente estaba más estricta en cuanto a sus hábitos alimenticios.

—     Anda come. —le ordenó por última vez antes de que su padre le regalara una mirada que él conocía muy bien.

Se metió un bocado muy grande a la boca y trago sin siquiera masticarlo, no le importaba si se atragantaba y moría, simplemente, no le importaba, había ganado algo de peso, solo un quilo le había aumentado, ahora pesaba sesenta.

Forzó a su estomago a soportar el alimento y a su boca a masticar de prisa para no saborear la comida nada apetitosa que se le mostraba, al menos a él no le parecía apetitosa, en ese momento solo deseaba comer un buen pedazo de pastel, aunque fuera apara señoritas comer cosas dulces.

Una vez terminada su comida, que no era mucha por cierto, se encaminó hasta el jardín trasero, no tenía nada que hacer, ya no encontraba nada interesante que hacer en días como ese, era domingo, antes Taemin iba a hacerle compañía o a mirara una película con él, pero las cosas habían cambiado.

A veces sentía extrañarlo, como en ese momento, si, lo extrañaba mucho, pero no quería ir y decirle “lo lamento me equivoque, tenias razón” no quería eso, aunque fuera la verdad, su mamá le había comprado un celular nuevo para que estuviera en contacto con sus amigos, pero en su agenda solo perfilaba el numero de mamá y papá, él no tenía amigo en los cuales confiar, a los cuales darles el numero de celular y que ellos se lo proporcionaran a él.

Abrió el móvil y suspiro, o tenía nada con que entretenerse, nadie con quien mensajear o quien lo llamase. Suspiró hondo y cerró los ojos, tenía mucho sueño y ese sol que alumbraba el día solo lo hacía que bostezara con más ganas.

“¿Podrías regresarme mi libro?” cuestionó una voz en su cabeza. Era la voz del chico raro que durante toda la semana estuvo al tanto suyo, ese de bonita sonrisa, al que por alguna razón le tenía miedo por ser en actitudes como Dongwoon.

—     ¿Qué? — cuestionó al viento abriendo los ojos.

A su alrededor no había nada más que el viento envolviéndolo en esa melodía que solo el mismo aire podía tocar cuando sus respiros chocaban contra las ojos de los árboles y las movían de un lado al otro.

Ansiaba ser una partícula de polvo y que el mismo aire se la llevara muy lejos de ahí, muy lejos de la vida humana.

 

***

 

Había llegado muy temprano a la escuela y aun estaban haciendo la limpieza del salón, espero afuera a que la mujer de unos cincuenta años terminara, ya había alumnos vagabundeando por los corredores, la entrada estaba abierta y solo los alumnos de los clubes comenzaban a llegar. Su mirada se clavo en la figura de cierto rubio alto y delgado, ese que caminaba como un gato y veía de igual manera,  meneándose como si de un felino se tratara.

—     Aun están haciendo el aseo. —le aviso cuando llegó hasta su altura.

No recibió una respuesta, solo el rubio teñido se acomodo a un lado suyo y se recargo en la pared, y espero a que la mujer terminara de limpiar todo, sentía la mirada de Jonghyun examinándolo de arriba abajo, tomándose su tiempo para poder grabar en sus memoria cada detalle de ese niño.

—     ¿Por qué siempre me estas mirando? —cuestionaron los labios chiquitos del chico rubio que estaba a su lado.

—     No lo sé, es que me pareces muy bonito. —respondió dejándolo boquiabierto.

me pareces muy bonito” su corazón comenzó a correr a mil por hora, seguro que si seguía  así saldría disparado, aunque no sabía si era porque esas palabras le recordaban a todas las dichas por Dongwon  o por la sinceridad que notaba en las dichas pro aquel chico de cabellos marrones y peinado horrible.

—     Eres un mentiroso. —Lo acuso afilando su mirada asesina.

—     Eres extraño también, pero quizá es por eso que me resultas más interesante. —Sonrió como siempre lo hacía, siempre que quería que una chica callera ante sus encantos, aunque con este rubio eso no servía.

Ya que lo miraba bien ese extraño chico no tenía nada parecido con Dongwoon, él era más chaparro y de cierto modo agradecía que no se pareciera a Dong, pero esa sonrisa que estaba mostrándole le gustaba más y más a cada momento que  pasaba.

—     Kibum, yo quería disculparme porque te hiciera llorar la otra vez. —bajo la mirada y Key solo lo miro más extrañado. —y quería decirte… si algún día de estos podemos salir a comer algo o a tomar algo o a ver una película o …

—     ¿Por qué? —cuestionó repentinamente interrumpiendo todo intento de frase que la lengua de Jonghyun trataba de a completar.

—     No lo sé, quizá para compensarte por haberte hecho llorar. —Esa era la excusa más idiota que su cerebro y su lengua pudieron dar, pero estaba demasiado nervioso como para inventar una más elaborada.

La mujer de la limpieza salió con sus utensilios en mano indicándoles que ya podían pasar, ambos asintieron, dando marcha a sus pies, los cuales los condujeron hasta sus respectivos lugares que ocupaban en esa aula.

—     Jonghyun…  yo… ¿me puedes dar tu número de teléfono? —cuestionó avergonzado por eso que acababa de pedir, él no estaba acostumbrado a pedir números telefónicos, no, él siempre era quien los daba, el que recibía correos no quien los enviaba, era el que contestaba llamadas, no quien las marcaba, pero ¿Cuándo fue que esos papeles se habían invertido?

Kibum le estaba pidiendo su número de teléfono de la manera más dulce que alguien se lo había pedido, sus ojos delineados de ojeras y lápiz le llamaban mucho la atención y sentía que ese Kibum sufría, casi podía ver su realidad oscura en ese mirar poco usual.

Llevó sus manos hasta el rostro perfecto de Kibum y aparto los mechones de cabello rubio que había cubriendo su frente, acarició sus mejillas con ese toque cálido y los ojos de Kibum se cerraron disfrutando de ese tacto tan cálido como la luz del sol.

—     Eres tan bonito. —susurró la voz varonil de Jonghyun y sentía su respiración muy cerca de su rostro.

Abrió los ojos y se encontró con esa mirada de cachorro sumamente cerca, mirándolo con devoción y con infinita ternura, casi podía escuchar la voz de Dongwoon susurrarle las mismas palabras pero el tono era muy distinto.

Se hizo hacia atrás huyendo de ese contacto que mantenía con un chico que apenas conocía, uno que lo miraba mucho y lo había invitado a salir.

Jonghyun cerró el puño cuando el rostro y el cuerpo de Key se marchó a un poco más de distancia, ese rubio era muy difícil pero estaba seguro que se ganaría su confianza.

—     Deja de decir esas cosas. —le pidió con voz firme.

—     ¿Qué cosas? —preguntó no dándose por enterado hacia donde iba esa conversación.

—     Solo no me hables. —dijo por ultimo  antes de voltearse hacia otro lado.

Solo bastaron un par de minuto para que es aula se viera inundada de personas, chicos y chicas por igual, mientras la profesora intentaba que todos tomaran sus lugares y dejaran de hacer ruido.

—     Kibum ¿aun no te han dado tus libros? —cuestionó la mujer de lentes y ojos pequeños que jamás se arreglaba.

—     No.

—     Jonghyun comparte tu libro con él. —dijo la señora.

A Jong ya no le interesaba nada compartir su libro, lo sacó de su mochila y lo puso sobre la paleta del banco, a continuación tomo un bolígrafo y comenzó a anotar algo en la parte superior, Kibum se lo quedó mirando extrañado por el comportamiento de ese tipo con complejo de perro.

Recibió el libro de las manos de su dueño, y extendido.

Este es mi numero de celular, y perdón que te lo siga diciendo pero realmente me pareces muy bonito así que si te ofendí discúlpame.”

Key busco por todas partes el número de celular pero no lo encontró, sonrió ante la estupidez de ese chico extraño. Jonghyun por su parte solo quedó prendado más a esa boca que carnosa se extendía en una mueca tan hermosa como un rosa.

—     Kibum, ¿tienes algo que quieras compartir? —preguntó la vieja esa arrancándole la sonrisa del rostro, Jonghyun la odio y la maldijo cerca de mil veces.

—     No. —contestó Key bajando la mirada y concentrándose en la lectura, sin embargo sus ojos se desviaban hasta esa letra horrible que le pertenecía a Jonghyun, el ojos de cachorro.

La maestra continuo con su clase y cuando Kibum estaba por devolverle el libro, solo tomó su pluma y comenzó a escribir debajo de donde estaba ese mensajito.

No escribiste el número, y tal vez algún día podamos salir a tomar algo” le entrego su libro y enseguida el rostro del puppy se iluminó, asintiendo con entusiasmo.

—     El viernes, ese día no trabajo. —vociferó alto.

Kibum solo lo miró un par de segundos antes de asentir, de alguna manera ese chico con cara de perro le daba confianza, aunque él mejor que nadie sabía que las personas no siempre son lo que aparentan.

Esperaba poder olvidar a Dongwoon para siempre, esperaba ya no verlo jamás en su vida, ansiaba encontrar a alguien que n verdad lo amara, ya ni siquiera le importaba si él amaba esa persona.

 

***

 

—     Kibummie. lo llamó en susurros, era de noche y la casa de Dongwoon estaba a oscuras, no sabía que se encontraba haciendo ahí, no, si sabía que se encontraba haciendo, estaba quitándole la ropa y disfrutando de su cuerpo bien formado.

—     Mande. jadeo arrancándole la polera y dejándolo solo en pantalones, le encantaban los oblicuos bien definidos que poseía dongwoon así que cada que podía los acariciaba.

—     Te amo… no lo dudes, no importa lo que pase yo siempre te voy a amar.

—     ¿Por qué me dices esto? preguntó extrañado Kibum.

—     Porque te amo, porque eres mío, entiendes, eres mío… nadie que no sea yo te puede tocar y matare a todo aquel que ose poner sus manos encima de ti. — en ese momento a Kibum se le antojo la frase más hermosa que nadie le había dicho, la más cálida, la más romántica, la más amorosa.

Kibum sonrió ante y beso al chico que estaba celándolo, ese que le había hecho una escena luego de que el capitán de equipo de básquet bol “accidentalmente” golpeara su trasero con fuerza. Había ido y lo había defendido, lo había golpeado y el otro ni siquiera se defendió.

—     No seas tontito Woonie, yo no dejare que nadie más me toque. Dongwoon agarro su trasero con mucha fuerza y lo acerco más a él.

—     Promételo. le pidió acercándose más y más. prométeme que aunque no esté aquí tu siempre serás mío.

—     Te lo prometo. dijo como si fuera un títere, Dongwoon se había metido en su mente, Dongwoon lo estaba quebrando poco a poco y él como una marioneta se entregaba a su amor, ese amor que lo tenía enfermo.

Dongwoon había hecho algo malo, Kibum lo sabía, igual que sabía que se iba a tirar a muchas chicas que no eran él, pero se lo perdonaba porque lo amaba, porque era suyo, su luz, su sol, su cielo, su mar, su vida.

 

***

 

Ya era viernes, Jonghyun estaba más que nervioso, tenía tanto tiempo de no salir con alguien, su última cita arreglada por Minho con la capitana del equipo de voleibol no había resultado del todo bien, pues la chica estaba perdida por Minho.

No tenía idea de a dónde irían pero quería que fuera algo bonito, algo inolvidable y entonces recordó el sitio donde llevó a la chica del voleibol, era un sitio muy bonito para chicas, pero Kibum era un chico y ¿si no le gustaba?  Las dudas comenzaron a atacarlo y como un torbellino mangonearon, la aguja del reloj marcaba que faltaban cinco minutos para salir, solo cinco minutos y el jodido aparato ya no avanzaba.

Cuando por fin dio indicios de querer avanzar, la clase terminó y dio gracias al pelón ese (el maestro) por haberla terminado antes.

 

Estaban caminando hacia el café, Key no había dicho ni una palabra, solo se dedicaba seguirle el paso.

—     ¿adónde vamos? —cuestionó de repente.

—     No sé si te guste, espero que sí. —ok de nuevo el cara de sabueso ese no le había respondido.

Miraba la espalda ancha de Jonghyun y sus hombros varoniles que aunque traía ropa de instituto parecían muy fuertes, Jonghyun parecía un tipo acostumbrado a hacer ejercicio, o quizá era su trabajo.

Sus ojos vislumbraron un café de lo más bonito, pintado en rosa y azul con adornos de gatos y perros por todas partes. Si, ese era el lugar más original al que había ido, le gustaba la fachada del lugar.

Solo había parejas de adolescentes habitando el lugar, algunas los miraron raro pero a él no le importaba porque estaba encantado con todo allí adentro, con ese olor a pastel que fluctuaba y hacía piruetas hasta llegar a sus pulmones.

Se sentaron en una mesa lago alejada, y Jonghyun le dijo que ahí dejara su mochila que más bien parecía un bolso, en lo que escogían algo para comer, la vitrina estaba adornada con muchos postres que todos parecían muy ricos.

—     Pero engordan. —dijo viendo los huesos en sus manos.

—     No te preocupes, estás perfecto así, comerte uno de vez en cuando no te hará mal, créeme mi hermana come muchos dulces y sigue siendo una escoba. —por alguna razón ese comentario hizo que dejara sus problemas de lado y pidió algo que se le antojo, aunque ahí todo parecía delicioso.

El primer bocado le supo a cielo, tenía tanto que no comía uno, mientras Jonghyun solo lo miraba con una expresión extraña en el rostro como si quisiera un retrato de él.

—     ¿tengo algo en la cara? —preguntó y Jonghyun llevó una de sus manos hasta la boca y le quito chocolate de las esquinas del los labios.

—     Solo eso. —limpió sus dedos.

—     Gracias — musito.

Su vista se clavo en la ventana y en ese momento el auto que estaba aparcado salió de su sitio dejando entrever algo que él conocía, ahí estaba, su figura, sus ojos estaban viéndolo con ira, con coraje. Cambio la dirección de su mirar y la situó en Jonghyun, tenía miedo, mucho miedo, sus lagrimas comenzaron caer kamikazes, y de nuevo su vista se fijo en la calle pero no había nada, solo había sido una broma, una sucia y asquerosa broma que su subconsciente le estaba jugando.

 

 

 

 

Notas finales:

Ese Wonnie no deja a mi bummie en paz, espero qu solo sea cosa de su subconciente :D


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