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60 Seconds por LinAhLee91

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Notas del fanfic:

Si bien en un comienzo fue ideado por una relación que tenía en el mundo del rol, lo cierto es que ahora la historia tomará tintes más de una novela; espero la disfruten hasta el final.

 

Muchas gracias por leerme.

Notas del capitulo:

Amm como ya lo dije antes, este es mi primer fic de esta pareja que tanto amo, el “GyuWoo” me encanta, no tengo palabras para decir lo que me fascina verles juntos, ojala se coman algún día y no me ilusionen tanto ;_;

 

Pero bueno retomando el orden de las cosa (?) no me queda más que decir que disfruten mucho leyéndome, porque seguiré subiendo más capítulos de manera seguida, será una forma de recordar la hermosa historia que tienen estos dos en un rol que hago. ♥

Caímos ambos en la cama de su cuarto, ella me miraba con una sonrisa boba entre su notable sonrojo y perlado cuerpo, esbelta, con una dentadura perfecta y unos ojos que podían llevar a la perdición a cualquiera, curvas de miedo, personalidad imponente, algo digno de una mujer perfecta para la cama, eso me lo estaba demostrando en aquel momento sin ningún problema; sus largas piernas estaban entrelazadas a mis caderas seguramente planeaba retenerme en su interior por más tiempo, pero ya habíamos tenido 3 veces relaciones, ¿Es que no conocía la palabra “descanso”?. Enseñándole una sonrisa de respuesta baje nuevamente mis labios hasta su delgado y níveo cuerpo memorizando aquel aroma que lo más probable es que jamás volvería a sentir, con cuidado me removí de sus extremidades para salir de su interior sentándome en la cama mientras observaba como mi amante exprés hacía lo mismo dejando que su cabello azabache cubriese parte de su cuerpo sudado, no dijo nada más simplemente extendió sus delgadas manos hasta la cartera que estaba tirada al costado de la cama no tenía idea de cómo había llegado ahí pero tampoco me interesaba mucho, ya pronto amanecería y pues necesitaba una buena ducha además de una siesta. Para mi suerte la chequera de aquella mujer no tardó en aparecer junto a una pluma de diseño exclusivo, no es que fuera un gran sabelotodo de la riqueza, pero en ocasiones anteriores con otras mujeres ya me habían explicado que tener cosas únicas entre sus bolsos era señal del peso socioeconómico que poseían en la sociedad. - ¿Cuánto te debo bonito? – Me habló de pronto manteniendo su mirada fija en el papel rectangular para terminar de llenar los últimos datos, mi nombre ya lo sabía así que no me molestaría en repetirlo, aunque la cantidad para todo lo que habíamos vivido por esas casi 4 horas ya estaba más que dicha.- Mmm déjame ponerle yo precio mejor, me dejaste más que satisfecha así que si le pongo un cero más no habría problema, ¿O sí? – Esta vez sí pude ver sus ojos castaños y profundos asintiendo desinteresadamente mientras los últimos detalles terminaban por ser implantados en la hojita pequeña que no demoró en ser removida de su chequera de cuero para recaer en mis manos, de ser en otra situación la hubiese besado ante la emoción que me provocaba saber que tendría dinero suficiente para sobrevivir un mes, pero bien sabía que el día que hiciera aquello sería con la persona que de verdad quisiera, o por la que de verdad me removiera el pecho o la cabeza con solo verle.

“Gracias, supongo”

No conversé más con mi clienta, ella simplemente se levantó de la cama y caminó hasta el baño, yo por mi parte opté por deshacerme de mi preservativo y de paso buscar mi ropa, tendría bastante que hacer en unas cuantas horas, además ni siquiera había llamado a mi novio, ¿A poco no tendría uno?, era extraña nuestra relación, pues también le había conocido en un mundo muy parecido al que frecuentaba, pero jamás me había atrevido a tocarle, siendo que en muchas ocasiones habíamos tenido la ocasión para tener sexo, lo amaba, de eso estaba seguro, era perfecto: dulce, tierno, encantador, cariñoso… un mimado en cierta forma.  Pero de su existencia en mi vida nadie sabía, y es que en el trabajo que tenía jamás hablaba de mi vida, prefería ocultar nuestra relación por miedo a que algún cliente con sentimientos revolucionados quisiera atentar contra su persona, de seguro sonaría exagerado para algunos aquella situación, sin embargo ya había oído de labios de una compañera de rublo que su novio había sido atacado por un cliente obsesionado con ella, ¿Por qué a mí no podría pasarme lo mismo? Terminé de colocarme los jeans y mis zapatillas cuando vi que la mujer que minutos antes había poseído salía cubierta con una toalla  blanca al igual que su cabello. - ¿Ya te vas? – Asentí en silencio colocándome la playera y posteriormente mi chaqueta, mi cabello seguía despeinado, obviamente no tardé en arreglarlo con mis manos para tomar el cheque y guardarlo en el bolsillo de mi prenda.- Supongo que para volver a verte tendría que buscarte en aquella discoteca nuevamente… - Un nuevo encuentro con aquella mujer me sería muy beneficioso si lo veíamos del punto laboral, por eso mismo opté por dejarle mi número en una libreta antes de que caminara rumbo a la puerta de aquella habitación lujosa de hotel, no me giré para despedirme de ella, tampoco le dediqué palabras tiernas, solo un guiño y una sonrisa fueron el saludo necesario para dar el servicio de aquella noche por terminado.

Caminé por el pasillo alfombrado hasta el ascensor observando con curiosidad cada detalle que se cernía en las paredes y en las puertas, incluso hasta en las vías de escape, tardé menos de lo esperado en llegar al ascensor en donde me recargué en una de las paredes metálicas mientras mi índice diestro se recargaba en el botón de la primera planta, con mi rostro sin expresión revisé mi móvil para ver la hora. – “3:45 am” – Cerré mis ojos agotado formando una sonrisa satisfecha que mostró todos mis dientes blancos mientras mi cabeza se recargaba hacia atrás intentando buscar una postura cómoda para descansar, “lástima”, antes de que me convenciera que permanecer echado en la pared sería la mejor pose para dormir pude escuchar como las puertas gruesas de metal se abrían mostrándome la recepción de aquel lujoso hotel de 5 estrellas, claramente no encajaba en aquella escena tan acomodada, vestía convers, jeans desgastados, una playera roja acompañada de una chaqueta negra, mi cabello desordenado y la manos metidas en los bolsillos, un digno universitario en comparación con hombres de terno y mujeres con trajes de talla ceñidos al cuerpo, la mirada penetrante y despectiva de las personas de la recepción recayeron en mí, aunque opté por ignorarles, después de todo  en la vida siempre el clasismo sería lo primordial.

No crecí entre grandes riquezas, más bien desde pequeño supe que había nacido para ser un simple “obrero”, hijo de una familia destrozada, de una madre trabajólica y un padre ausente, el menor de tres hermanos, los mayores habían emprendido el vuelo casándose para vivir el día a día, en cambio yo nunca había estado satisfecho con aquel destino, no, definitivamente no me volvería un adulto para seguir en la miseria, no me casaría con la primera mujer que se cruzara en mi vida y mucho menos traería hijos al mundo sabiendo que ni siquiera tendríamos para comer. Aún recuerdo que fue ese uno de los motivos que me llevó a huir de casa cuando aún ni siquiera terminaba la preparatoria, quería dinero fácil, quería riquezas de alguna forma y pues vendiendo lo mejor que tenía en aquel momento sería la única forma de subsistir, siendo un Gigoló, o un puto para la sociedad. No me arrepentía de nada, mi novio sabía en lo que trabajaba y me aceptaba así, por ello ya no habían más motivos para pensar en una “mejor vida”, en aquel momento solo el dinero podría traerme la felicidad que aún faltaba, solo él.

Como era de esperarse la avenida estaba casi desierta, para mi suerte aún portaba algo de dinero en mi billetera, así que cancelar un taxi hasta casa sería pan comido; al salir fuera de aquellas puertas de vidrio de altura sorprendente pude sentir como el frío nocturno calaba en mis huesos a pesar de andar con chaqueta, escondí mi rostro en el espacio que dejaba para el cuello y colé mis manos en los bolsillos girando de vez en cuando mi torso mientras esperaba que algún par de luces y un letrero verde se atreviera a pasar por mi costado, caminé hasta una parada de autobuses para sacar mi móvil y revisar si entre la masa de mensajes WonCheol me había marcado; como era de esperarse entre la lista su número estaba presente, carraspeé un poco debido a las bajas temperaturas para abrir el link y ver su contenido.

“Amor… espero tengas una noche no tan agotadora, te extraño, espero verte mañana, te necesito. WonCheol”

Sabía que era tarde para estar mensajeandome con mi novio, pero de todas formas lo haría; entusiasmado desprendí el teclado táctil para comenzar a escribirle algo que compensara mi ausencia de aquel día, había estado toda la tarde durmiendo debido a mi trabajo y por ello los mimos habían pasado a segundo plano, me sentía mal, se suponía que tenía que ser alguien atento con la persona que tanto me comprendía, pero a veces era casi imposible recordarlo, mi cuerpo no daba abasto todos los días. Sacudí mi cabeza olvidando mis malos pensamientos para terminar por revisar la respuesta de aquel pequeño mensaje que tanta necesidad y amor poseía.

“Ahora acabo de terminar un servicio, iré a tu casa, espero no te hayas dormido del todo, ¿Qué dices? Woohyun”

En cuanto recibí el victo bueno del envío pude divisar un carro que venía libre, no tardé en levantarme del asiento soltando vapor de mi boca como una locomotora esperando a que el auto se estacionara justo frente a mí, me metí rápidamente sujetando bien el celular para poder saludar al conductor de forma torpe mientras le enseñaba una sonrisa.- De inmediato le digo a donde vamos – Para aquel entonces el ringtone de mi aparato móvil ya estaba sonando, como era de esperarse WonCheol no había dormido, en su respuesta me decía claramente que esperaría mi llegada, por lo que no tardé en darle las indicaciones correspondientes al chofer antes de que mi espalda se hundiera en la suavidad del respaldo del asiento, mis orbes oscuras se desviaron al panorama nocturno que se apreciaba por la ventana, las luces en comunidad parecían un montón de llamitas saltando alrededor de las ventanas y los letreros, era un pensamiento infantil pero que me agradaba, me hacía recordar aquellos años en los que aún era un niño y creía en Santa… en el tiempo en que todavía pensaba que los deseos si se cumplían.

No tardé más de 30 minutos en llegar al departamento de mi pareja, al pagar al conductor y salir de su auto no demoré en mirar al tercer piso del ala norte en donde una luz yacía encendida, sonreí negando con mi cabeza mientras caminaba a las escaleras para subir, habían pasado tan dolo un par de días pero parecían siglos, me hacía falta su presencia junto a mí, pues era el único que me hacía sentir útil, siempre le mimaba y lo consentía, sólo él sacaba una parte de mí que hasta hacía un tiempo había desconocido, o eso era lo que yo creía. Cuando logré llegar al piso tres no pude ocultar mi sonrisa de idiota extendiendo mi diestra para tocar la puerta, acción que fue truncada cuando esta se abrió de a poco dejando ver a un adormilado WonCheol dedicarme una sonrisa con el mismo motivo idiota de siempre, no tardó en acogerme en su departamento dejándome un beso en los labios para ir cerrando la puerta por completo hasta quedar recargado en ella conmigo acorralándole, besando sus labios de una forma un tanto necesitada, ¿Cuántos días llevaba sin probar su boca? Ya casi ni lo recordaba, pues en los pocos tiempos que él tenía por la Universidad y mi “agotador” trabajo habíamos tenido poco tiempo para nosotros. Ciertamente al verle olvidé mi cansancio por completo, solo la palabra “deseo” atravesó mi mente en aquel momento.

Y fue así como pasamos desde la sala hasta su cuarto, dejando las prendas regadas en el piso sin orden alguno, comiéndonos a besos mientras mis manos a ciegas buscaba cerrar la puerta de su dormitorio, risas y suspiros fueron los únicos sonidos que se unieron al resto de aquella velada antes de que se volviesen gemidos equivalentes, roces de piel y caricias por doquier, lo hice mío una vez más hasta casi perder mis fuerzas en su cuerpo, dejando mi marca en su ser, declarándolo como mío una vez más hasta cuando ya casi sentimos que el sueño nos estaba ganando por completo.

 Así fue hasta el amanecer cuando los rayos de sol impactaron disimuladamente en mi rostro a través de las cortinas mientras mi novio permanecía dormido a mi lado cubierto hasta su cintura al igual que yo, junto a la naturaleza mi móvil también hiso de las suyas casi despertando a WonCheol y dejándome a mí con el corazón en la mano por el susto, estaba aún semi dormido, pero a pesar de eso no tardé en levantarme con cuidado de la cama para ir hasta el salón en donde se encontraba una lucecita casi camuflada con la claridad del living, era una llamada de Hee Mi, seguramente un nuevo trabajo había surgido para ambos. Antes de contestar me aseguré de entrecerrar la puerta del cuarto de mi pareja  importándome poco que aún me encontrara desnudo llevando el auricular hasta mi oído antes de que la voz chillona de mi compañera de labor casi me dejara sordo.

-          ¿¡WOOHYUN DONDE MIERDA TE METISTE POR EL RESTO DE LA NOCHE!?

-          Ash! Cállate, estoy recién despertando… vine a ver a WonCheol

-          Idiota te he estado llamando toda la mañana

-          ¿En serio?

-          Sí, pero eso no importa mucho, Nee te tengo noticias, esta noche tenemos trabajo, un grupo de universitarios estará celebrando la despedida de soltero de un chico, y se contactaron con unos amigos míos para que fuésemos, ¿Te unes?

-          ¿Cómo es la paga?

-          Son de dinero bobo, no por nada nos contratarían.

-          Veré si voy…

-          Woohyun Nam! Sabes perfectamente que unos pesos demás siempre vienen bien al bolsillo, no puedes dártela de “diva” ahora.

-          Es que quiero pasar más tiempo con WonCheol… - Miré por la rendija que quedaba entre el cuarto de mi compañero y la sala escuchando nuevamente los regaños de Hee Mi bufando cansado mientras llevaba mi pulgar e índice a los ojos despabilándome nuevamente de mi sueño.

-          Ya basta, te espero esta noche sí o sí en el lugar de siempre, es a las 22:00 hrs. No faltes, ¿Entendido?

-          Está bien – Fue mi última palabra antes de escuchar el sonido propio de cuando las llamadas se cortaban, para ese entonces la voz suave de mi amante ya se escuchaba a través de la puerta, seguramente estaba buscándome y por supuesto no le torturaría con mi ausencia, opté por dejar el móvil apagado encima de la mesita de centro para meterme una vez más al cuarto, después de todo un día más de trabajo no cambiaría nada, ¿No?

Notas finales:

Mmm espero les haya gustado este primer capítulo, como ya vieron es Woohyun quien empieza contando la historia, aunque también habrá capítulos en donde Sung Gyu hablará como es el caso del siguiente episodio, de verdad espero que les agrade mi forma de escribir ;_;.

 

 Sin nada más que decir me despido, ¡Gracias por leerme!


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