Un nuevo día comenzaba para Naruto Uzumaki.
El rubio tenía los ojos cerrados aún, pues su despertador no había sonado.
Dormía solamente con unos pantalones de pijama finos de color azul marino, y dejaba su torso delineado y definido a la vista. Dormía a pata suelta, susurrando cosas incomprensibles en sueños.
Se escuchaban unos pasos por el pasillo. Aquella persona andaba con aire furioso.
Naruto seguía dormido.
Los pasos pertenecían a un hombre. Se aproximaban poco a poco a la habitación del Uzumaki.
Naruto seguía dormido, hasta parecía que roncaba más fuerte.
Finalmente aquella figura abrió bruscamente la puerta de la habitación del rubio.
-¡Naruto Uzumaki! ¡Vete levantando ahora mismo, hijo de tu madre, si no quieres ir con la cara desfigurada al instituto, hm!-Dijo Deidara furioso, mientras su pelo se movía hacia arriba, debido al aura demoníaca que envolvía al rubio mayor en esos momentos.
Como era de esperar, el pobre Naruto se exaltó y como consecuencia de ello, se cayó de la cama, pegándose una buena ostia contra el suelo.
-¡V-voy Deidara-nii!-Dijo un aterrorizado Naruto mientras se levantaba rápidamente del suelo.
Deidara se tranquilizó un poco y bajó el puño.
-Hm, está bien, sí. Baja cuando estés listo, papá y mamá te están esperando para desayunar y vas a llegar tarde, hm.-Dijo Deidara mientras salía de la habitación.
El rubio mayor, aunque no era biológico, se parecía bastante a Minato, sólo que Deidara era más joven, más rebelde y Naruto se parecía más a Minato. Pero el menor también se parecía bastante a su hermano adoptivo.
Deidara tenía unos cabellos rubios largos y suaves, recogidos con una media coleta alta, dejando unos mechones sueltos, y acostumbra a dejar un flequillo tapando su ojo derecho. Sus ojos son muy parecidos a los de Naruto, sólo que los de Deidara eran de un color más celeste, mientras que los del menor eran más de un color azul eléctrico.
-Ve pronto abajo a comer con tu familia, o ese despertador tan bonito de Hello Kitty, te lo tragas.-Dijo Deidara con una sonrisa psicópata en el rostro. Naruto tenía un horrible secreto, y era que tenía un despertador de Hello Kitty. A él no le gustaban esas cosas, pero Deidara por joderle, se lo encasquetó y como el menor es tan vago, no lo ha cambiado por uno más acorde con él.
Naruto sí que estaba aterrorizado en esos momentos, sabía que su hermano mayor tenía un retorcido gusto por el gore, las explosiones y hacer sufrir a la gente.
Naruto, aunque era el menor, no tenía nada que envidiarle a Deidara. Vale, Naruto era más bajito que lo que acostumbran a ser los chicos de su edad, siendo el más bajito de su clase y ganándose el mote de “Rumpelstinkin” por parte de Kiba y su pandilla, pero físicamente, compensaba a su altura.
Era esbelto y su figura estaba esculpida cuidadosamente, lo que llevaba a algunas personas a pensar que Naruto había sido esculpido por ángeles. Su tono de piel, era ligeramente más oscuro que el de su padre y el de su hermano adoptivo, siendo éste de un color dorado bronceado.
Su pelo era rubio y corto, despeinado, mientras que sus ojos eran grandes, expresivos y de color azul eléctrico. A esto también hay que añadirle su hermosa y matadora sonrisa que es capaz de derretir hasta al más fuerte, y sus tres marcas en cada mejilla que recordaban de una forma u otra a un zorro. También tiene un tatuaje en el abdomen de una espiral.
El rubio, ya vestido, bajó apresurado por miedo a la paliza que le metería su hermano si se demoraba.
Una vez en el salón saludó a su familia. Ahí estaban Kushina, su madre, una hermosa pelirroja con ojos oscuros, su padre Minato, un hombre atractivo de pelo rubio un poco más largo y rebelde que el de su hijo menor, y hermosos ojos azules, y también estaba Deidara, con su expresión seria de siempre.
-¡Buenos días familia!-Saludó enérgicamente Naruto.
-Buenos días hijo.-Dijo una sonriente Kushina.
-Hola Naruto.-Dijo un educado Minato, con una sonrisa.
-Hola tú.- Dijo “amistosa y enérgicamente” Deidara (N/a: nótese el sarcasmo ¬¬).
-Dei cariño, ¿por qué no saludas bien a tu hermano?-Dijo Kushina en tono psicópata con un puño levantado (N/a: joder, qué familia más violenta…quién viviera ahí -.-), lo que hizo a Deidara estremecerse y ponerse pálido. Suspiró.
-¡Hola mi querido y flamante hermanito, que lo quiero más que a nada! ¿Cómo ha pasado su noche? Espero que estupendamente.-Dijo Deidara esbozando una sonrisa de oreja a oreja, que le iba a romper el morro del estirazón, exagerando todo lo que decía en un tono pomposo.
-Tampoco te pases, limítate a un “hola Naruto” hombre…Pero dejémoslo así.-Dijo Kushina suspirando con pesadez.
Naruto reía por no llorar, al igual que Minato.
-Bueno, dejando de lado esta…cosa. Ayer llamó Sasuke, Naruto. Dijo que hoy te irías con él a la academia.-Dijo el patriarca.
Los ojos del rubio menor se iluminaron, Deidara soltó una carcajada y se ganó un golpe de la madre...que tanto quería (N/a: iba a poner “se ganó un golpe de la madre que lo parió” pero es adoptado y de su madre no se sabe ná ¬¬).
-Genial, pasaré por su casa que queda cerca.-Dijo un sonriente Naruto.
La familia acabó de desayunar y los hermanos salieron de casa, no sin antes ser besados un porrón de veces por Kushina.
Deidara se fue por otro camino, comunicándole a éste que se iba con Sasori, el mejor amigo de su hermano.
En cambio, Naruto se destinó sonriente y algo sonrojado a la casa de Sasuke Uchiha, su mejor amigo y también, amor secreto.
Sí, amor secreto. Desde hace un tiempo, Naruto había empezado a sentir por el Uchiha algo más que una simple amistad, sentía mucho más que eso. Sentía un amor bastante profundo que se fue agrandando con el tiempo.
Pero, al contario que otras personas, Naruto se abría más a Sasuke que cuando sentía por él solamente amistad. Esto se debía a que se había prometido ganarse más afecto de Sasuke y ser algo importante para él. Se conformaba con eso, tampoco pedía que lo amara, sobretodo si él tuviera a otra persona a quién amar y no fuera él, cosa que había soportado durante demasiado tiempo.
Naruto se había tragado numerosas veces sus celos hacia los amores de Sasuke, quién levantaba muchas pasiones entre chicas y chicos, y también daba la casualidad de que Sasuke era muy enamoradizo.
Había soportado numerosas noches junto a él, con el moreno llorando sobre su hombro por sus numerosos fracasos amorosos (aunque fuera fácilmente enamorable y tuviera éxito, le costaba olvidar a esos amores y no tenía mucha suerte en el amor) y con el rubio consolándolo.
Pero cuándo lo veía enamorado de otras personas que no eran él, a Naruto le dolía como mil punzones en el corazón y en el alma, y lloraba numerosas veces por ello, pero no dudaba en apoyar a su amigo las veces que le haga falta. Al fin y al cabo, es su amigo.
Amigo, palabra que a Naruto le estaba empezando a doler más de la cuenta.
Naruto tocó al timbre de la casa de Sasuke, siendo recibido por su hermano Itachi, quien estaba en la misma universidad que su hermano.
-Oh, hola Naruto-kun.-Saludó Itachi amablemente.-Si buscas a Sasuke, está por bajar. Espera aquí mientras baja ¿va?-Dijo con una sonrisa.
Naruto, sin quererlo, se quedó embobado mirando al mayor de los hermanos Uchiha.
El rubio, reconocía que Itachi era bastante atractivo, no dudaba que no. Incluso, reconocía que se le quedaba mirando embobado cuando pasaba, llevando a Sasuke a sospechar que estaba enamorado de su hermano, de 21 años, siendo este tema rechazado por Naruto una y otra vez.
Itachi se parecía bastante a su hermano Sasuke. El mayor tiene un largo pelo negro, más que el de su hermano y en un flujo más suave y menos picudo que el de Sasuke. Siempre acostumbra a llevarlo atado en una cola de caballo.
Los ojos de Itachi son de color negro noche, que hacían que te perdieras en ellos, y que contrastaban a la perfección con su blanca piel. También hay que destacar que posee unas grandes ojeras, no muy marcadas, bajo sus ojos.
-Va-vale Itachi-san…-Dijo Naruto sonrojado, lo que provocó que la sonrisa de Itachi se ensanchara.
“Es tan hermoso cuando se pone nervioso…qué afortunado es Sasuke de tenerlo como mejor amigo”-Pensaba Itachi.
El mayor, salió de la casa y se dirigió a la universidad.
Naruto se apoyó en la pared de aquella casa y esperó a Sasuke. Como siempre, Naruto no paraba de pensar en Sasuke, sobretodo si se encontraba delante de la casa del Uchiha.
Una tímida sonrisa apareció en su rostro y empezó a babear en silencio.
O no tan silencio.
El rubio no se percató de que Sasuke estaba a su lado, mirándolo con cara rara.
-Em…Naruto ¿quieres una tilita o algo? ¿O mejor un pañuelo? Cada vez me preocupas más, Bibidi-kun.-Dijo Sasuke burlonamente, cosa que hizo que el rubio se avergonzara aún más por su estado.
-N-no necesito nada, Sasuke jejeje…Estoy bien, estoy genial-ttebayo.-Dijo dándose un golpe en el pecho para dar constancia de ello y de limpiarse la baba que tenía en las comisuras de sus labios.
Sasuke se limitó a reír. Cosa que hizo que Naruto riera también.
“Me encantas cuando ríes, Sasuke…”-Pensaba el rubio, un poco entristecido porque nunca sabrá lo que siente por él, pero él se conforma por saber que un día será feliz junto a él, aunque no sea amorosamente, pero tampoco duda en cargarse a alguien por el camino si es necesario.
[…]
Iban andando hacia la academia, cuando de pronto, el Uchiha adoptó una mirada hacia Naruto muy intensa, más de lo que el rubio acostumbraba a ver, lo cual intimidó un poco al Uzumaki.
Bueno, más que lanzarle una mirada intensa, Sasuke se comía a Naruto con la mirada.
-Tienes algo.-Dijo el Uchiha menor, cortante.
A Naruto se le cayó el mundo a sus pies.
-¿D-donde?-Dijo Naruto mirándose por su camiseta.
Sasuke posicionó un dedo en las comisuras de Naruto, para acercarse repentinamente a él.
-Aquí.-Dijo Sasuke, para abalanzarse sobre los labios del rubio.
Naruto no daba crédito a lo que estaba pasando ¡Sasuke Uchiha le estaba besando!
El rubio no podía hacer otra cosa que responderle al beso cuando Sasuke…
-¡Usurantonkachi! ¡Que te desplomas por el camino, hombre!-Dijo Sasuke golpeándole la cara al rubio, en medio del pasillo de la academia.
Naruto volvió en sí. Había soñado despierto ese momento tan maravilloso con el Uchiha. Y un problema tenía en sus pantalones.