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Siempre a tu lado por Noisiness

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Notas del capitulo:

Bueno es algo que salio de mi vagancia del día de hoy :3~

Espero que les guste mucho mucho y dejen Review no cuesta nada es gratis (?????) 

Bueno eso de verdad espero que les guste mucho esta cosa rara que hice~ ♥

 

Bye~

Una fuerte lluvia azotaba las calles de Tokio aquella noche y se podía ver a toda la gente corriendo de un lado a otros para cubrirse de la lluvia que a pesar de ser algo predecible de la estación en la que se encontraban había mucha gente que se encontraba sin paraguas y al igual había mucha gente que si tenía uno.

Dentro de una compañía de música, en una pequeña sala de espera se encontraba un chico de cabello rubio, ojos azules, que a simple vista se nota que eran lentillas y cuerpo pequeño y delgado para su estatura no tanto.

Aquel chico se encontraba de lo más tranquilo ojeando una revista de las que tanto habían en la mesa de centro para los que visitaban el lugar o simplemente estaban ahí esperando a que alguien los recoja, como era el caso de este.

 Ignoraba completamente la fuerte lluvia que había afuera del lugar donde se encontraba, solo esperaba que llegaran por él para lograr salir de aquel lugar tan sofocante, no por el calor, si no por el estrés que se daba a notar en ese lugar.

Una chica muy apuesta de cabello rubio al igual que el del muchacho que esperaba en la sala y cuerpo muy bien dotado, para ser una chica, se acercaba a él, al llegar a su destino se sentó a su lado y se abrazo al brazo que tenía cerca logrando llamar la atención del otro, pero aquel muchacho la ignoro y siguió en aquella revista que a pesar de no ser la más interesante del mundo para él, en esos instantes la revista era mejor que cualquier otra cosa y aún más que esa chica.

—   Takanori no me ignores

La chica hizo un gran puchero agitando el brazo del otro para que este le hiciera caso pero no lo logro. Ella llevaba siguiendo a Takanori tal vez desde que el entro a la compañía, cosa que a él le molestaba de sobre manera ¿Por qué no entendía que no quería nada con ella? Pero ella seguía de insistente con él.

—   Anda, Takanori te invito a comer algo rico ¿Sí? — Ella seguía agitando su brazo y Takanori perdía aun más la paciencia —  No seas malo.

De tanta insistencia Takanori decidió dejar aquella revista de lado y verla pensando bien en como negar su invitación sin sonar tan cruel, eso se vería realmente mal en su lugar de trabajo.

—   Mira… — Dio un hondo suspiro y tomo un poco del café que antes se encontraba en la mesa junto a las otras revistas — No quiero sonar descortés ni nada por el estilo,pero no quiero salir contigo.

Se soltó del agarre de la chica y dejo su café otra vez en la mesa de centro tomando una revista más maldiciendo en sus adentros a la persona que iba a recogerlo y se tardaba demasiado.

Observo la hora, las 8:40 se supone que ambos habían quedado en que lo recogería a las ocho en punto para que puedan salir a hacer compras y después quien sabe que.

Por otro lado, la chica se quedo a su lado sentada esperando a que este le dijera algo como un “Lo siento, si saldré contigo” o algo parecido, pero esto no iba a suceder Takanori no estaba interesado en esa chica y en ninguna otra.

La muchacha rendida se volvió a su lugar en la recepción de la compañía.

Después de unos veinte minutos más esperando en aquella acogedora, a ese punto, sala de espera se escucho desde el interior un fuerte rugido del motor de un auto detenerse y quedar apagado en la puerta del local, Takanori levanto la mirada para ver si se trataba de la persona que tanto había estado esperando.

De aquel deportivo negro salió un chico de estatura promedio y con un  cabello negro azabache y ojos igual de negros. Sin importarle la lluvia se dirigió a la entrada de la compañía y al entrar a esta se escuchaba el suave sonido de las gotas que había recibido afuera cayendo en el suelo.

Con la mirada empezó a buscar a la persona que había ido a recoger, no tardo mucho pues todo el lugar ya estaba casi vacío y la persona que esaba buscando llamaba mucho la atención de cualquier persona.  

—   Takanori — Sonrío leve y se acerco a este — Lo siento por….

Takanori lo ignoro y salió del lugar colocándose en frente de la puerta del copiloto del auto donde antes había salido el pelinegro esperando a que este saliera igual y le abriera la puerta para poder subir.

En vez de preocuparse al pelinegro le causo un poco de gracia y salió detrás de Takanori dando una leve risa mientras escuchaba los comentarios de las que atendían en la recepción.

—   ¿Cómo Takanori puede salir con alguien como él así de normal?  — Comento la chica que anteriormente invito a salir a Takanori con un tono totalmente molesta

—   No sé, seguro es solo porque son compañeros de banda — Respondió a su pregunta una de las chicas que se encontraba a su lado más concentrada en su trabajo que en otra cosa

—   Pero siempre salen juntos de los ensayos o Takanori espera a que este lo recoja — refuto la misma chica que pregunto antes aun con el mismo tono

—   Ya, concéntrate más en tu trabajo y no en sus vidas.

Ordeno la chica a lo que la otra obedeció empezando a trabajar.

Por afuera todo iba como siempre cuando el chico se demoraba en recoger a Takanori, este no le dirigía la palabra por nada del mundo incluso si esto le costaba la vida, el chico abrió las puertas del carro y el rubio entro rápidamente en este mojando todo el asiento pues a pesar de haber pasado un corto tiempo bajo la lluvia sin ni un paraguas esta era tan fuerte que lo mojo todo en cuestión de segundos.

Ya a dentro ambos chicos, el pelinegro echo a andar el auto rápidamente. Takanori ignorando al otro empezó a ver las calles de Tokio, había mucha gente fuera ya siendo protegidas de la lluvia por sus paraguas, el menor se quedo mirando atentamente uno de los restaurantes familiares que tanto habitaban por la zona mientras el auto estaba detenido por una luz roja. Dentro del restaurante se podían ver diferentes familias comiendo con sus hijos, sonriendo, disfrutando del momento, aquellas imágenes eran tan… ¿Dolorosas tal vez? Sí, eso era lo más cercano que sentía al ver esas imágenes, para su mala suerte nunca pudo tener una familia similar a las que observaba en el restaurante.

Takanori se había quedado tan concentrado en sus pensamientos que ni cuenta se había dado de que el restaurante familiar que tanto observaba se había ido de su vista y solo quedaba en ella los altos edificios, cafés y tiendas departamentales que abundaban en exceso en la ciudad.

A los pocos minutos llego a su departamento y sin esperar que le dijeran algo se bajo y entro en el edificio aun dejando caer múltiples gotas de la lluvia que parecía nunca terminar, se acerco a los ascensores y un señor con una amable sonrisa del pregunto

—   Hoy no me olvide de su número de departamento, es el numero B del piso nueve ¿No es así?

—   Exacto.

Ambos sonrieron mientras el señor llamaba al número de ascensor que lo llevaría a su acogedor hogar, mientras este esperaba a que el ascensor llegara apareció a su lado el mismo chico que lo llevo a su hogar.

—   ¿Por qué no me esperaste?

Pregunto agitado pues había corrido desde el estacionamiento hasta donde se hallaba el rubio, este ni se molesto en contestar su pregunta y entro al ascensor apenas este abrió sus puertas siendo seguido por el pelinegro.

El más alto espero a que las puertas se cerraran para llamar su atención con un suave golpe en su cabeza.

—   Oye, ¿Ya piensas hacerme caso? — Comento con un tono un poco fastidiado el mayor, ya se estaba cansando de que Takanori lo ignorara

—   Perdón, ¿decías algo?

El pelinegro le miro frunciendo el ceño empezando a molestarse de verdad

—   No te comportes como un niño, ya estás muy grande para eso.

—   No me comporto como un niño, Shiroyama — El rubio comento con el mismo tono de molesto que el mayor — Pero si yo digo que voy a recoger a alguien a una hora, lo cumplo.

Se escucho el sonido del ascensor anunciando que ya habían llegado a su piso. Takanori no espero ni un segundo cuando se abrieron las puertas y paso a su hogar. Dejo sus cosas encima en un estante donde siempre dejaba sus bolsos y cosas parecidas a este.

Shiroyama se fue de frente a su habitación y en cuestión de segundos salió cambiado con una ropa más cómoda.

Busco a Takanori con la mirada y al verlo sentado en el sofá haciendo un zapping de canales se sentó a su lado abrazándolo por la cintura.

—   Anda pequeño no te enojes, tuve mucho trabajo y se alargo demasiado – Murmuro sobre su cabello envolviéndose en el aroma del otro — Yo no te digo nada cuando me dejas esperando como dos horas porque te demoras en el trabajo.

—   Pero…. — En un infantil tono murmuro mientras se acomodaba en su pecho siendo abrazado por el otro — Yo esas veces nunca te digo una hora especifica.

—   Pequeño caprichoso.

El otro no pudo evitar reír ante su tono, amaba ese tono en el menor después de que lo ignoraba cuando llegaba tarde.

Hubo una largo silencio después de aquella “charla” que habían tenido, el mayor no se preocupo por ese silencio pues era cómodo y sabía que al menor le encantaba estar en silencio junto a él.

Era cómodo para ambos, el menor miraba desinteresadamente la película que pasaban en uno de los canales lo suficientemente interesantes que encontró como para no cambiar de canal, el mayor por su lado aun continuaba abrazando al rubio pero en vez de la película mantenía su atención en su móvil.

Después de haber pasado dos o tal vez dos horas y media en aquel cómodo silencio, el rubio decide romper este viendo que ya no tenía nada que ver en la televisión.

—   ¿Qué estuviste asiendo?

—   En una sesión de fotos, cariño. ¿Estás celoso? ¿Pensabas que andaba con otro pequeño?

El mayor río ante su propio comentario, pues sabía que el menor era muy celoso y hasta a veces en exceso pero muy poco lo demostraba.

—   ¡No estaba celoso! — Le miro un poco molesto pero no era una pose de molesto de verdad si no como la de un niño cuando le prohíben comer un dulce o algo parecido — ¿Acaso no puedo preguntar sobre lo que hacía mi pareja?

—   Claro que puedes, ¿Yo acaso no puedo preguntar si estas celoso?

El menor realizo un gran puchero y el mayor volvió a reír desordenando su cabello para luego besar los mismos.

—   Eres un idiota, Yuu   — Murmuro el rubio ocultando su rostro en el pecho del mayor

—   Podre ser un idiota pero tú me amas así, ¿no? — El menor tuvo un gran sonrojo y sintió quemar su rostro pero para su suerte al ocultar este en el pecho del mayor no se pudo ver con gran facilidad.

—   Si te amo… y mucho  — El mayor lo abrazo más sintiendo el calor que emanaba sus mejillas al estar sonrojadas. — Nunca olvides eso, ¿sí?

El mayor sin responder a las preguntas del otro solo atino a abrazarlo aún más esperando que el menor entendiera su respuesta sin necesidad de sus palabras.

¿Cuánto tiempo llevaban juntos? Ya era más de un año o no al contrario ya estaban a días de cumplir el año y eso hacía que el menor estuviera muy emocionado.

Por la mente del pelinegro pasaban todos los momentos que paso junto a Takanori, antes y después de haberle pedido que fueran parejas.

Recordaba la primera vez que vio a Takanori en una sala de conciertos y un amigo suyo se lo presento, el era tan serio para el gusto de Takanori aunque al hablar con él y verlo a los ojos se podía ver a simple vista de que esta actitud de serio solo servía para alejar a las personas que no valían.

El pelinegro ese día se propuso en ver como era de verdad el rubio, la verdad más que por curiosidad que por otra cosa, aunque en ese momento nunca se le había pasado por la mente que terminaría enamorado de aquel en ese entonces pelinegro al igual que Shiroyama.

Pasaron dos años desde que conoció a Takanori y durante ese tiempo casi siempre iba todos los días a ver como se hallaba el menor, a veces salían de compas o al cine o simplemente a caminar por las calles de Tokio.

Ya se había vuelto una costumbre pasarla con el menor y se sentía cómodo de igual manera con él, un día de invierno el pelinegro decidió cambiar su “rutina” de verse con el menor en las noches después de que ambos salieran del trabajo y fue a verlo a su casa en la mañana.

Para su suerte ese día era día libre, el rubio ya en esa época algo sorprendido al ver al pelinegro parado frente a su puerta siendo que él no solía despertarse tan temprano, este le invito a pasar pero el pelinegro se negó invitándolo a salir a pasear un rato.

Así pasaron toda la tarde, entre risas y cuentos sobre como la pasaban en su trabajo. El pelinegro lo llevo hasta un parque donde habían estado la primera vez que acordaron en salir.

Yuu algo nervioso, inusual en el, llevo a Takanori hasta unos bancos y se quedo en silencio, fue la única vez que Takanori y Yuu tenían una silencio de tal manera que incomodaba.

Después de un rato tomo toda su fuerza de voluntad y se animó a sí mismo a empezar a hablar.

—   Taka, yo quería preguntarte algo — bajo su mirada, se sentía tan tonto al ponerse nervioso como un niño que le pedía por primera vez a alguien que fuera su pareja.  

—   ¿Qué paso? — el rubio aún mantenía aquella sonrisa que tuvo durante toda la conversación.

—   Mira, no sé cuando empecé a sentir esto pero… me gustas y mucho y quiero que… que tú seas mi novio — El mayor se seguía sintiendo un tonto por la situación en la que se encontraba.  — Pensé mil veces en cómo decirte esto y…

No puedo continuar con sus palabras pues la voz de Takanori lo interrumpió.

—   Yuu. —  El mencionado sentía como su corazón iba a mil por hora no quería ser rechazado y menos por él. — A mi igual me gustas

En la mente de Yuu solo resonaba las palabras “A mi igual me gustas” no creía que el menor había correspondido a sus sentimientos pero estaba inmensamente feliz que solo llego a abrazar lo más que pudo al Takanori.

Era uno de los mejores recuerdos que Shiroyama tenía de esa relación aunque la verdad habían muchos recuerdos hermosos de esa relación a pesar de tener malos tiempos ambos habían acordado en dejar pasar esos de lado esos malos ratos y solo concentrarse en los buenos.

La época era la misma de cuando se le había declarado al menor, era invierno y frío y hermoso invierno. El pelinegro sabía claramente que al menor le encantaba el invierno, ver la nieve y estar ahí  pensando en nuevas ideas sobre cómo escribir sus letras.

—   Taka, amor… -Yuu removió el cuerpo del menor que se había quedado dormido en su pecho abrazándolo — Eres un vago…

El pelinegro tomo en brazos al rubio y lo llevo hasta la habitación que ambos compartían acostándolo al llegar en la cama. Se sentó a su lado y empezó a acariciar su cabello suavemente esperando a que este despierte.

¿Qué lo había enamorado de ese pequeño? No lo sabía, claramente no sabía por qué se había enamorado de ese pequeño caprichoso, a veces hasta mucho pero lo amaba, así y con sus caprichos y mañas amaba a ese niño.

—   Prometo estar siempre contigo, Taka — Susurro suave mientras seguía acariciando su cabello.

—   Gracias… — Susurro el rubio entre sueños, había una conexión especial entre ellos, eso ya estaba más que claro — Yo igual prometo estar siempre contigo… — sonrío suave y se aferro más al otro.

Shiroyama teniendo en mente los buenos recuerdos que tenían y pensando en los otros que tendrían que vivir, estaba dispuesto a pasar el resto de su vida junto a él y así sería.

Fin~


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