No espero mucho antes de viajar fuera del país, fue casi de inmediato. ¿Una semana? ¿Dos? En las cuales su teléfono no paraba de sonar, miles de te amo que ansiaba tanto escuchar lo acompañaban en las noches que se sentía solo y dudaba de su decisión. Una vez más, mientras esperaba en el aeropuerto su avión para viajar, su teléfono volvió a sonar.
- Minho… - dijo suave, melancólico
- ¡¿Por qué te vas?! – se escuchaba agitado, desesperado, enojado.
- Minho…- suspiro- es lo mejor…
- ¡No! – gritaba obstinado de la otra parte – estoy en el aeropuerto, ¿Dónde estás?
- Se paralizó, no pensaba que lo vería antes de irse – Yo…yo.. – comenzó a responder nervioso-
- Ya te vi – dijo el otro y sin más colgó.
No le dio tiempo a reaccionar cuando ya lo tenía a su frente, acompañado de una mirada dolida, de una respiración agitada, y del sudor que recorría su cara.
- Por favor… - decía agitado – no sé que haré sin ti… - sus ojos comenzaron a verse vidriosos por las lágrimas –
- Mordió su labio encontrando todas las fuerzas que le quedaban – Minho…harás lo que has hecho hasta ahora… vivir – sonrió – no vas a morir sin mi. Sé que no será así
- No…no te vayas… - decía el alto mientras agachaba su cabeza, sus hombros subían y bajaban por el llanto –
No pudo más y lo abrazo, tan fuerte que sintió que podría romper los huesos del alto. Miró al cielo pidiendo para que estuviera bien, aunque estaba seguro así sería. De pronto, sintió como una voz fémina informaba que era hora de abarcar su vuelo, el alto lo abrazo con más fuerza queriendo retenerlo.
- Vamos Minho… - dio un beso largo en su mejilla – tengo que viajar…
- No, no quiero que te vayas, no. – negaba con su cabeza el moreno –
- Ya… - con fuerza, sintiendo su corazón caerse a pedazos lo soltó - No lo hagas más difícil… - rogó con la mirada. El otro entendió, alejándose un paso le dejó el camino libre para que se fuera.
Antes de entrar a embarcarse lo miró por última vez, gritándole desde el corazón “Te Amo” con toda la fuerza que le era posible, aguantando sus lágrimas, sólo sonrió y le deseó un buen trayecto de vuelta a casa.
Sentado en el avión no pudo evitar contener las lágrimas, se había mentido tanto al decir que estaría bien…él más que nadie sabía eso, amaba…con todas las fuerzas posibles pero sólo quedaría así… como un amante lejano y en silencio. Las cosas cambiaban, y él, lucharía con todas sus fuerzas para ser el mejor amigo de Minho.
Vió desde su ventanilla como comenzaba alejarse de la ciudad, dejaba atrás tantos recuerdos, y aún sintiendo el olor del otro de su último abrazo, lloró.
El tiempo se le pasó volando, recordaba esos primeros días en una habitación que había encontrado, llorando, recordando. Habían pasado ya 6 meses cuando increíblemente todavía podía sentir los dedos del otro entre los suyos, sus caricias, sus miradas; recordaba sus juegos, sus celos, y sus sonrisas. Lo extrañaba a morir… claro que no como amigo, y por lo que sabía, Minho había seguido su vida, todavía tiene el éxito de cuando lo dejó, y hasta tiene pareja. Recordó cuando le dijo que había conocido a alguien, al principio le dijo miles de veces que no, que lo quería de vuelta a él, pero al tiempo le terminó de confirmar que tenía a alguien, que las cosas iban bien y que aún así lo extrañaba.
El teléfono sonó una vez más.
- ¿Hola? – contestó sin ver quien llamaba.
- ¡Key! – era Minho - ¿Cómo estás?
- Quedó en silencio por unos segundos, su corazón palpitaba rápido y fuerte. – Minho… - susurro y tragó fuerte, sonrió - ¡Hola gigante! – escuchó la risa del otro desde la otra línea y suspiró.
- ¡Iremos de gira hacia Estados Unidos la próxima semana! – decía entusiasmado - ¡Iremos a verte!
- ¿Iremos?
- Con mi novio –golpe bajo, eso dolió.
- ¡Ooooh! ¡Me alegro mucho Minho! Claro, claro. Cuando gusten vengan a verme, me avisas – y colgó.
Se sentó en el suelo añorando esos recuerdos, se abrazó a si mismo deseando que fueran los brazos del alto. Su recuerdo lo acompañaba las 24 horas del día, todos los días.
Volvió a sonar el teléfono, no contestó, tomó a su mascota y salió a caminar.
¿Le había dolido tanto como a él? ¿Sentía por él todavía? ¿Tan rápido lo había hecho? ¿Estaba la posibilidad de que en verdad hubiera sido amor? ¿Por qué le cuesta tanto olvidarlo?
Quiso golpearse por ser tan idiota, y seguir bajo ese recuerdo, pero él sabía que sería así. No había dimensionado jamás el amor que tenía hacia Minho, hasta el momento en que se separaron.
- ¡Es hora de olvidar! – le dijo a su mascota mientras caminaba sonriendo esperanzado –
- ¿Olvidar qué? – escuchó a sus espaldas, y dando un brinco se volteó, viendo como Jonghyun, su amigo desde que llegó a Estados Unidos, le sonreía brillantemente - ¿Qué es lo que quieres olvidar? – se acercaba a abrazarlo por los hombros –
- Cosas… - dijo haciéndose el desentendido, abrazó al otro por la cintura - ¿Y tú? ¿No tenías grabación hoy día?
- ¡Ajam! – respondió asintiendo con la cabeza - ¿Vamos? Para eso te vine a buscar – y sin más le tomó la mano llevándolo a su auto, lo subió junto con su mascota partiendo hacia la disquera –
- ¿Qué grabarás hoy? - le preguntó curioso-
- Ya verás – sonrió –
Al cabo de unos 20 minutos de trayecto, llegaron a la empresa, entraron saludando a todo aquel que aparecía, hasta que llegaron a la habitación de grabado. Jonghyun entró en la caseta de grabación mientras Key se sentaba fuera esperando a que el otro terminara. Una melodía algo melancólica junto con la voz de Jonghyun hizo que su piel se erizara.
Estoy feliz,
Estoy feliz lo suficiente porque tuvimos esos tipos de momentos
Entiendo,
Entiendo lo suficiente que todos los encuentros tienen un final
Si que no me mientas, por favor no me mientas
Eso es lo que me daña.
Si que no me mientas, por favor no me mientas
Eso es lo que me daña.
El amor no es lástima.
Comenzaba a sentir como cada segundo de aquella canción hacía que su mente volara hacia todos aquellos recuerdos que precisamente quería olvidar. Sentía como los cojines se amoldaban a su cuerpo, se estaba sintiendo pequeño.
Estoy feliz,
Estoy feliz
Estoy feliz porque incluso tuvimos esos tipos de recuerdos
Entiendo,
Entiendo,
Entiendo todo incluso si no dices que esas palabras significan nada para ti
Estoy feliz,
Estoy feliz lo suficiente porque estaba ese tipo de risa
Si que no me mientas, por favor no me mientas
Eso es lo que me daña.
Si que no me mientas, por favor no me mientas
Eso es lo que me daña.
El amor no es lástima
Cerró sus ojos aguantando las lágrimas, sentía muchas veces que Minho le mentía… quizás y si era para olvidar rápido. Si, él, aunque doliera, estaba feliz por su nuevo comienzo. Se había resignado… lo olvidaría.
Estoy feliz,
Estoy feliz
Estoy feliz porque incluso tuvimos esos tipos de recuerdos
Entiendo,
Entiendo,
Entiendo todo incluso si no dices que esas palabras significan nada para ti
Si te tienes que ir, entonces te dejaré ir
Si te tienes que ir, entonces te dejaré ir
Estoy feliz,
Estoy feliz,
Estoy feliz porque incluso tuvimos esos tipos de recuerdos
Entiendo,
Entiendo,
Entiendo todo incluso si no dices que esas palabras significan nada para ti
Estoy feliz,
Estoy feliz,
Estoy feliz porque incluso tuvimos esos tipos de recuerdos
Está bien,
Está bien,
No hay necesidad que lo intentes tanto para hacer un esfuerzo
Estoy feliz lo suficiente que incluso hubo ese tipo de bendición
Entiendo,
Entiendo lo suficiente de que llegamos a nuestro final.
Está bien…
Luego de varios minutos en aquella caseta, Jonghyun salió contento, satisfecho. Se acercó a Kibum y se sentó a su lado imitando su postura, suspiro y miró detenidamente al chico rubio. Aquellos rasgos que lo caracterizaban lo habían hechizado, pero nunca quiso dar un paso más allá de amistad, Jonghyun sabía que Kibum sufría por amor…
- Jonghyun… - dio un salto de sorpresa al escuchar al otro hablar aún con los ojos cerrados –
- Me asustaste… - hizo una mueca y luego rió, de pronto se encontró con una mirada decidida por parte del otro chico - ¿Qué pasa?
- Jonghyun… quiero que seas tú quién me haga olvidar a Minho – le dijo decidido acercándose –
- Kibum…- sonrío desordenándole el pelo de cariño - tienes que estar con alguien porque lo sientes… no porque quieras olvidar… - se levanto, el otro de reflejo le tomó la muñeca –
- Es que quiero que seas tú… quiero comenzar de nuevo contigo.
Era verdad, se daría una nueva oportunidad, se dejaría amar, y volvería a hacerlo él. Sabía que toda respuesta estaba en esta nueva etapa que estaba construyendo en su vida.