- No puedo creer que lo hicieras - Susurró el más bajito recostado dándole la espalda a Kibum.
- Dijiste que era mi decisión, yo te dije que no estaba listo -
Ninguno de los dos había querido tocar el tema desde que salieron del hospital. Aun cuando iban en el auto de camino a casa ni siquiera la música en el radio podría evitar el silencio incómodo entre ambos para Jonghyun, ni el intentar distraerse mirando por la ventana para Kibum.
No podía evitarlo, Jonghyun realmente estaba decepcionado de Key. Le dolía cada vez que el recuerdo pasaba por su cabeza.
Los doctores habían comenzado el proceso, no quería mirar, pero era inevitable no observar con tanta atención como mataban a su hijo. Sabía que el feto lucharía por vivir. No dejaba de ser un ser vivo, y ningún ser vivo merece morir.
Observó cada detalle hasta que el proceso terminó. Jonghyun contuvo sus lágrimas lo más que pudo. Key podría vivir feliz, pero él nunca podría continuar como si nada hubiera pasado teniendo ese remordimiento comiéndolo por dentro.
Uno de los doctores se acercó a él.
- ¿Por qué hicieron esto? - El sufrimiento en el rostro de Jonghyun era evidente.
- Era necesario - Respondió sin más que decir.
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- ¿Realmente no estabas listo? -
El menor dejó salir un largo suspiro manteniéndose pensativo algunos segundos.
- No lo sé - Confesó - Estaba aterrado. Tenía miedo a arriesgarme y darle una vida que no se merecía -
- Y supongo que quitarle la vida si era algo que merecía -
- ¡Basta! ¡Sé lo que hice, y sólo yo soy y seré responsable de ello! -
¿Cómo podía ser tan terco? Kibum en aquellos momentos deseaba que Jonghyun se reservara sus opiniones.
Lo que hizo estaba mal, eso podía aceptarlo sin problemas, su conciencia no paraba de repetirlo desde el día anterior.
A pesar de que ya era muy tarde, ahora su mente se formulaba preguntas como: ¿Habría sido un buen padre? ¿Su hijo siempre le obedecería? ¿Sería un diablillo? ¿Se habría parecido a él o a Jonghyun?; Se veía a sí mismo junto a Jonghyun organizando la primera fiesta de cumpleaños para su bebé, lo veía crecer, ir a la escuela, llegar mostrando su boleta con excelentes calificaciones y dándole un abrazo debido a su triunfo.
"Quizá se habría vuelto alguien muy exitoso"
Que más daba, hacerse preguntas sobre cuál habría sido la vida de su hijo no lo haría volver. Pero no encontraba la forma de vivir sin aquella enorme carga que se hacía llamar culpa.
- Buenas noches, Kibum -
Fue lo último que escuchó antes de caer en un profundo sueño.
Su garganta rogando por un vaso de agua lo despertó horas más tarde; La habitación era oscura, pero no lo suficiente para no notar que a su lado Jonghyun se encontraba ausente. No le tomó mucha importancia por el momento.
Salió a la cocina por un vaso de agua. Una vez calmó su sed dió un vistazo a la sala, pero Jonghyun tampoco se encontraba ahí.
- ¿Le cuesta avisar o dejar una nota? – Murmuró también pensando unos segundos - Quizá yo también necesite un poco de aire -
Regresó a su habitación por un abrigo y sus tenis, no sabía cuánto frío haría, así que se abrigó lo mejor que pudo. Volvió a la sala, tomó sus llaves, una inquietud invadió su ser al ver que las llaves de Jonghyun también se encontraban ahí. Él solía ser muy despistado, sin embargo, era sorprendente imaginar que había olvidado sus llaves. Abrió la puerta y salió esperando encontrarlo en su aventura nocturna fuera de casa.
Las calles se veían completamente vacías. Estaba oscuro, y no hacía falta mencionar el frío. No se veía un sólo negocio local abierto, le causaba escalofríos, ni siquiera un club nocturno o algo así.
Dio una caminata por el parque, no podía ver mucho, la poca luz de la luna ayudaba un poco. Escuchaba el sonido de los columpios pero no había nadie en aquel oscuro y solitario sitio. Con algo de temor caminó hacía ellos, podía jurar que se veía una especie de bultos paseando en aquel juego. A medida que se iba acercando, los sollozos de alguien se volvían cada vez más audibles.
Se trataba de un niño. Tenía por lo menos entre 5 y 6 años.
¿Por qué estaría llorando? ¿Qué clase de padres dejan a su hijo a esas horas entre tanto frío y oscuridad?
- ¿Estás perdido, niño? - Le preguntó Key. El niño no respondió - Ah, entiendo. ¿Tus padres no te dejan hablar con extraños? - No respondió.
No lo entendía, si estaba tan sólo y asustado, ¿por qué no aceptaba su ayuda? Es comprensible que un niño de su edad tema hablar con extraños, pero, ¿a quién más podría recurrir? No se veía ni siquiera a un policía.
- ¿Quieres ir a casa? Podemos llamar a tus padres si quieres, yo tengo celular - El niño negó con la cabeza - ¿Qué pasa? Tarde o temprano tendrás que ir, de seguro ellos están preocupados por ti -
- Ellos no vendrán - Dijo el niño entre sollozos.
- ¿Qué quieres decir? ¿Estás sólo? Debes tener al menos a un tutor - El niño volvió a negar. Key lo tomó del brazo - Hace mucho frío, ven conmigo -
El pequeño no opuso resistencia. En el transcurso de camino a casa ninguno de los dos habló. Kibum solía hacer preguntas ocasionales como: ¿Seguro que no vendrán? ¿Sabes dónde vives?; Pero el niño no respondía a ninguna de ellas.
Kibum esperaba que Jonghyun lo estuviera esperando en casa, pero al girar la perilla y abrir la puerta, todo se encontraba tal y como la había dejado.
- Siéntate aquí - Le ordenó guiándolo al sofá, tocó el rostro del niño, se encontraba frío - Te prepararé algo caliente -
Se dirigió a la cocina para preparar un chocolate caliente. Dejó reposando en la estufa un momento. Sacó su celular y miró la pantalla pero volvió a decepcionarse al ver que no tenía ni siquiera un mensaje.
- ¿Dónde te metiste Jonghyun? -
- ¿Jonghyun? - Le escuchó decir al niño.
- Es mi novio - Respondió Key. El niño no volvió a responder y bajó la mirada.
Key le llevó una taza con cuidado y la dejó en la mesita frente al sofá.
- Aun está caliente, espera unos minutos para que se enfríe -
- Gracias -
Encendió la televisión y se sentó junto a él. Sólo había una de esas películas de acción dirigidas a un público adolescente. Sin decir más la miraron juntos.
Por alguna razón, la presencia de ese niño era bastante agradable para Kibum.
- ¿Cuál es tu nombre? - Le preguntó Key.
- Mis padres no me pusieron un nombre -
- ¿Cómo? ¿Qué edad tienes? No es posible que hayas vivido tantos años sin usar un nombre -
- Lo he hecho - Dijo encogiéndose de hombros.
- ¿Tus padres sabían que estabas en el parque? -
- No - Confesó revolviendo el chocolate con una cuchara.
- ¿Escapaste de tu casa? -
- No -
- ¿Qué hacías sólo en el parque? -
- No estaba sólo - Dejó de revolver - Mi padre estaba ahí -
- ¿Y después se fue? -
- No, el sólo vino a mí -
- ¿Por qué no te llevó a tu hogar? Ningún padre es tan desnaturalizado -
- No lo es.. - Frunció los labios - No tanto. Él si me llevó a mi hogar -
Sus últimas palabras...habría preferido no escucharlas. En el fondo entendía a la perfección que era lo que aquel niño quería decir, pero una parte de él rogaba por ignorar y fingir no haber entendido una sola palabra.
"Es un niño, ¿me estará tomando el pelo?"
Lo observó más de cerca, analizó cada parte de él. Sus facciones, aquellos ojos, la forma de sus labios, incluso su cabello.
- No es posible - Murmuró.
El niño lo miró de frente. Incluso aquella expresión que ahora veía en su rostro.
Un par de lágrimas se asomaban por los ojos de Kibum.
- ¿Papá? - Preguntó el niño provocando que Key se estremeciera, ahora lo entendía por más que intentara negarlo.