El día transcurría bien, cada habitante hacía sus deberes en el dulce reino, el príncipe revisaba cada detalle hasta el más mínimo para los preparativos del próximo baile, quería que saliera todo a la perfección, transcurría el día y sus sirvientes seguían sus órdenes y demandas, ya casi terminaba con sus labores del día cuando en uno de sus descuidos la reina helada le vendo los ojos y congelo su cuerpo, Gumball se percató de que lo capturarían de nuevo, el luchaba para liberarse y la reina helada se reía a carcajadas, casi era inútil que el príncipe gritara, ya que por la risa de la reina nadie lo escucharía, la reina helada se dirigía a su reino lo más rápido que podía.
-¡Suéltame ya!-Gritaba Gumball.
-Es inútil príncipe, grita todo lo que quieras que nadie puede escucharte.-Se lo decía la reina mientras acariciaba la mejilla del príncipe.
Mientras todo esto ocurría, Marshall se encontraba en una de las ramas de un enorme manzano, el sol ya casi no estaba así que Marshall tomo un pequeño descanso, tomo una jugosa manzana que según él era la mejor de aquel árbol. La arranco y estaba dispuesto a comerla cuando en un descuido su manzana se resbaló.
-¡Maldición!-Marshall miraba la manzana en el suelo cuando un pequeño duendecillo se acerco a ella y la tomo.-Gracias pequeño, ahora devuelvela.-Sonreia el vampiro, pero el duendecillo decidio por huir con la manzana en las manos lo mas rapido que pudo.- ¿Que?, grandioso.
Justo en eso escucho la risa de la reina que iba pasando cerca de ahí con el príncipe tratando de liberarse.
-¿Otra vez?, es la tercera vez en esta semana.-Marshall decidió por ir a darle algo de ayuda al príncipe ya que no tenía nada mejor que hacer, tomo otra manzana y se la arrojo en la cabeza a la reina helada, lo cual hizo que esta se quejara del golpe y volteara a ver al vampiro.-Ya te derrotaron una vez reina helada, ¿Porque buscar a un príncipe cuando puedes tener a un rey?-Marshall reia burlandose de la reina.
-’’ ¿Marshall?''.-Pensaba el príncipe mientras se sonrojaba un poco.
-No te interpongas vampiro.-Lo decía la reina mientras dejaba a Gumball en el suelo.
La batalla entre el vampiro y la reina comenzó, Gumball solo podía escuchar ya que tenía los ojos vendados, aunque la batalla no duro mucho ya que la reina ya había sido derrotada la tarde anterior y no se arriesgaría tanto contra el vampiro, lo que hizo fue retirarse, dándole la victoria al vampiro. Gumball seguía tratando de liberarse y Marshall se le acerco flotando y riendo un poco.
-Oye Gumball.-Lo decía mientras le quitaba la venda de los ojos.-Deberías de salir con chicas de tu edad, no con la reina helada.-Seguía riendo y comenzaba a liberarlo del hielo.
-Para tu información, no estoy interesado en esa reina, aun así, gracias por ayudarme.
-De nada, bueno, no tenía nada mejor que hacer.
-Déjame recompensarte ¿sí?
-No es necesario.
-Por favor, permíteme invitarte a la cena real de mañana, es una forma de agradecimiento.-Gumball se sonrojo un poco.
-''Era suficiente con una manzana, No era necesario una cena entera...Pero da igual, es comida gratis. ‘‘Cena real entonces...ya que me insistes demasiado Gumball, iré. Supongo que tus sirvientes deben de cocinar bien, no creo que tú seas capaz de cocinar.-Gumball frunció el ceño un poco.
-Pues en el reino hay maneras de hacer las cosas, tenemos también reglas. Y por cierto, te agradecería si por favor serias tan amable de llevarme de nuevo al reino.
-’’ ¿Reglas? Solo espero que una de ellas no sea que la comida debe de ser rosa. ‘‘Esta bien Príncipe, te llevare a casa, no quiero hacer ni provocar una guerra solo por la desaparición del príncipe.-El vampiro comenzó a flotar y le ofreció la mano al príncipe lo que hizo que Gumball, se sonrojara y le diera su mano con algo de timidez.-Sujétate fuerte príncipe, y prepárate para el viaje.-Marshall floto y elevo a Gumball mientras lo sujetaba del brazo.
Mientras se acercaban al reino Gumball se deleitaba con esa maravillosa vista que le proporcionaba Marshall desde las alturas, el reino era hermoso, aun mas de noche, solo que el príncipe no acostumbraba a dar paseos nocturnos, el vampiro de vez en cuando volteaba a ver a Gumball y cada que lo hacia sonreía sin notarlo y se sonrojaba al ver a ese príncipe con una sonrisa en el rostro. El vampiro miraba como el reino estaba tan tranquilo y eso lo hacía aún más hermoso. El príncipe bajo a Gumball lentamente hasta que sus pies tocaron el suelo, aun no se soltaban las manos hasta que el príncipe lo soltó y se sonrojo hasta de más.
-Muchas gracias por traerme de regreso.-Se puso algo nervioso y acomodaba su cabello que con el viento se había desalineado un poco.
-No hay problema, y aun ¿quieres que venga a la cena de mañana?-Marshall sonreia pero algo nervioso aunque no se notaba tanto.
-Adoraría tu presencia aquí mañana.-Gumball se sonrojo aún mas.- ¿Dije adorar?, quise decir que me encantaría.-El vampiro se sonrojo un poco al escuchar la primer expresión del príncipe.-Es una forma de agradecerte.
-’’ ¿Se sonrojo?'' Bueno, solo asegúrate de que la comida este buena Bubba.-El vampiro se sonrojo por haberlo llamado así, ya que las únicas veces que se dirigía al príncipe como ''Bubba'' era en su diario.-Quise decir...''Oh dios, lo llame Bubba. ‘‘-Ambos se sonrojaron y un gran rugido rompió el pequeño silencio, no se trataba de un monstruo, si no del estómago de Marshall que estaba casi vacío, lo que hizo que Gumball riera un poco.- ¿Te estas burlando de mí?
-Déjame darte una manzana, estoy seguro de que hay en la cocina.-El príncipe se alejó corriendo pero de una manera tan tierna que Marshall sonreía al verlo, mientras ocurría eso Gumball buscaba las manzanas, cuando las encontró corro por una y de golpeo en su rodilla, se quejó del dolor y Marshall lo escucho.
-¿Todo bien?-Decia el vampiro algo preocupado.
-Sí, todo en orden.-se sonrojaba el príncipe mientras tomaba la manzana más grande, roja y jugosa de la cocina, regreso con el vampiro y se la dio amablemente.-Toma...Entonces...nos vemos mañana en la cena.
-Si nos vemos mañana, hasta parece que me conoces bien Bubba.-Ambos se sonrojaron de nuevo.-Yo....será mejor que ya me vaya, ya casi amanece...Te veré mañana.-El vampiro trato de salir lo mas rápido posible.
-Buenas noches Marshall.-Sonrió el príncipe despidiéndose y diciéndole adiós con su mano.
Marshall se alejó del castillo flotando y mientras volaba y tomaba esa manzana con fuerza, se detuvo un instante.
-¡Imbécil!, ¡¿cómo se te ocurrió esa estupidez?! llamarlo Bubba, ¿Qué te pasa Marshall?.-Se decía así mismo.-Bueno...iré con Fionna, ella sabrá que hacer...
Marshall necesitaba hablar con alguien sobre esa sensación extraña que sentía junto a el príncipe así que entro en la casa de las heroínas y las despertó con el ruido que hizo al cerrar la puerta, Cake lo miro y volvió a su sueño, y Fionna se quedó hablando con él, Marshall le contaba sus sensaciones, tanto en el estómago como en el pecho, Fionna se percató de lo que eso significaba y después de unos minutos afirmo.
-Entonces... ¿Estás enamorado de Gumball?-Fionna sonreia un poco y miraba al vampiro.
-¿Yo?, no, eso nunca, es solo que...-El vampiro ya no sabía el cómo negarle ese sentimiento ya que era evidente, más porque comenzó a sonrojarse.
-No estoy para criticar tus sentimientos con el chico, tu sabes que hacer, y si no, ya lo sabrás, ambos sabemos lo que sientes, y no pierdes mucho con intentarlo.-El vampiro sonreía y Fionna lo dejo con esa pequeña reflexión, aunque no mucho, ya que Marshall sabía lo que en verdad sentía, y cada vez, se hacían sus sentimientos más claros, solo faltaba por saber.... ¿Que sentía El Príncipe Gumball?....