Las cuatro paredes de la amplia sala era absorbida por los gritos y regaños que el rubio hacia por teléfono. Después de haber escuchado la noticia que su adorado Sasuke iba a dictar clases en su universidad, corrió a llamar a todos sus amigos y compartir su alegría por doquier, aunque no espero tales respuestas.
-¿Cómo que no es importante?- la boquita arrugada y el puño cerrado de Naruto expresaban su total desacuerdo, casi podía comerse el teléfono por la inconformidad-
-Bueno Naru-chan, es un humano como tú o como yo. Pero, igual felicidades, por fin conocerás a tu Idol –la voz despreocupada y sin ganas era de una de sus amigas (Sakura).
Era la cuarta llamada que hacía, la primera fue a Shikamaru que tambien fue la más lamentable ya que ni bien escucho el nombre de “Sasuke” colgó el teléfono disculpándose, la segunda fue a Neji que prácticamente lo mando a rodar, la tercera fue a Ino que en vez que escucharlo lo tuvo en la línea contándole que ya había conocido al nuevo amor de su vida, y la cuarta y no menos importante fue a Sakura, su fiel amiga. No todos sus amigos compartían su gusto por Sasuke, bueno … NINGUNO compartía su gusto por Sasuke (XD), y no era porque fuera un total fraude, ya que era cierto lo de su genialidad, todo se debía a la constante fanaticada de Naruto, que era tan grande que hizo a sus amigos odiar el nombre Sasuke Uchiha.
Arto y dolido porque nadie compartía su maravillosa emoción, colgó el teléfono y decidió no llamar a nadie más. Estaba decido que el mismo haría la Bienvenida que planeo para Sasuke, y no le importaba no tener ayuda, más bien sonreía como tontito al imaginar que todos los halagos irían única y específicamente para él, deseaba que llegara el mañana.
-toc-toc-toc-
La puerta sonó como si golpearan con un anillo en ella, los minutos pasaban y nadie contestaba, volvió a sonar acompañado de una cansada voz madura.
-¿Naru?!, ¿estás ahí?! –gritaban desde afuera
-SI!!, ya abro!! –tropezó con la silla, luego con la mesa y para continuarla con la grada que daba a la puerta. Rápidamente escondió las tijeras en su bolsillo, seco su sudor con la manga del suéter y palmoteándose el rostro abrió la puerta dejando ver delante a Minato, su padre.
-¿Por qué no abriste rápido? –la miradas del rubio mayor escaneo por completo a su hijo, dio un paso adelante mirando de cerca como aun el sudor estaba en su frente y el bulto que traía en el bolsillo era muy notorio para sus ojos- ¿algún proyecto? –pregunto, sabían que en cualquier momento su adorable hijito caería en contradicciones-
-Eh.. pues –se puso a un lado dejando que su padre entrara, y como escapando cerró la puerta dándole por completo la espalda, tratando de pensar en alguna escusa creíble- trabajo de química!!!!! Aja!, trabajo de química dattebayo! –soltó de pronto, dejando a su padre con los ojos abiertos y al borde de la risa-
-Naru… -suspiro, toco su cien y tomo la compostura seria de padre responsable – tu no llevas química, estudias periodismo y artes escénicas, ¿Cómo ibas a llevar química? –un tic nervioso en la ceja palpitaba por la molestia al saber que su pequeñín le estaba mintiendo, y mintiéndole mal, porque ni mentir sabía. (Niños…(?) –y por cierto, supiste que tu amor platónico asistirá a “Rasengan”? –trato de tapar su molestia dándole una agradable noticia al ojiazul menor, aunque ya era de suponer que lo supiera.
-SIII!!!!!, SASUKE IRA Y ME DICTARA CLASES!!!!, Y OBVIAMENTE LE DARE LA MEJOR BIEVENIDA!!!!, ESTOY EMOCIONADISIMO PAPÁ!!! –“Ups” fue lo que paso por su mente, sin medir su emoción ya le había soltado todo a su progenitor, y además mostrándole la tijera, otro “ups” paso por su cabeza y con rapidez deslizo denuevo la tijera dentro de su bolsillo-
La cara de Minato era para no reírse, sus orbitas azuladas decaían dentro de los parpados, y los brazos cruzados daban la perfecta imagen de “padre molesto”, y denuevo volvía el tic nervioso que solo su zorruno hijito le provocaba. Ya prácticamente se imagino la nueva locura que se le había ocurrido al pequeño, que desastroso.
-Naru –suspiro- ve a descansar y por favor no te metas en problemas, no quiero a un hijo acosador de celebridades –beso su frente, seguido de un abrazo protector, aunque Minato no tuviera mucho tiempo para su angelito, siempre estaba pensando en él, y apoyaba cada una de sus decisiones, por mas locas que fuera. Total era su único y más querido hijo.
Naruto agradeció el gesto, correspondiendo al abrazo tan reconfortante de su padre, beso su mejilla y se fue a su cuarto, tenía trabajo pendiente aun. La misión SasukeProyecto iba para adelante.
Las manitos cansadas trabajaban con rapidez, cortaba, pegaba, volvía a cortar, se cortaba, escribía, borraba, volvía a escribir y así sucesivamente. La cama estaba tapada por una sabana rosada de dos plazas, que era adornado por flores, caritas, estrellas, y letras, todo eso a tinta, se podía observar en el medio las palabras “BIENVENIDO, TE QUEREMOS”, y encima un brote de escarcha doraba que ya así nomas daba el toque extravagante que tenía el dueño de tal loco panel.
-Ufff!!!!, acabe!! –un saltito de emoción con los brazos hacia arriba era la imagen del rubio que siendo las 2:00 am aun estaba despierto, este miraba con gran alegría la sabana que con esfuerzo había hecho, extravagante pero lo había hecho. Sus ojitos brillaban de la emoción y ya por el cansancio rodo por el suelo hasta quedarse profundamente dormido.
Minato perdió a su esposa cuanto Naruto tenía tan solo 5 años de edad, fue un duro golpe para él y también para su pequeño hijo, desde hay tomo las riendas del hogar, crio como le hubiera gustado a Kushina que Naruto creciera, aunque a veces no la tuvo fácil se las arreglo para estar en toda su niñez al lado del menor, todos ayudaron a que el rubio pequeño creciera en un ambiente amoroso y sin dificultades, eso también debía agradecerlo a la madre de su difunta esposa (Tsunade), que siempre estaba pendiente de ellos.
(Volviendo a la locura de Naruto)
Naruto había llegado muy, MUY temprano a la universidad, se escabullo de casa antes que Minato despertara, llevando la sabana en su mochila y con las estrellitas de felicidad revoloteando a su alrededor, exactamente no sabía a qué hora su Idol llegaría, pero si iba a dictar clases seguramente vendría en horario normal, pero como era celebridad seguro vendría antes para despistar a la prensa, todo lo tenía fríamente calculado, según él, era un genio por llegar 2 horas antes a “Rasengan”
-uyy, es el día!, será el mejor día de mi vida!!!! I LOVE YOU!!!!! –Gritaba como fan enamorado-
Se subió justamente al cuarto piso del edificio que daba en frente de la entrada, entro al salón del medio y sacando la extravagancia se dispuso a amarrarlo por afuera de las enormes ventanas que tenia “Rasengan”, pasaba sus manos por delante para no arrugarlo, y cuando ya tenía todo listo saco su potecito de escarcha dorada y lo tiro encima para darle su toque final.
-YAA!!, ¿A QUE HORA LLEGARA?, ESTOY CON EL CORAZON EN LA BOCA DE LA EMOCION!! –
Los ojitos azules se cerraban, no había dormido bien y ya es le estaba pasando factura, se piñizcaba los cachetes para no dormirse pero era inútil, tenia sueño y no podía engañar a su cuerpo de lo cansado que estaba. Cuando sus pequeños ojos de disponían a cerrarse por completo, un estruendo ruido de automóvil lo hizo saltar y de inmediato fue a la ventana, su reloj marcaba 6:30 am, media hora antes del ingreso normal.
-Está aquí!!!-
Corrió lo mas que pudo, el trajín del camino se notaba en las gotitas de sudor de cayentes por su rostro, no se detuvo hasta que llego al primer piso y vio lo que sus ojos querían ver, Sasuke Uchiha bajaba del vehículo con lunas polarizadas siendo resguardado por cinco guardaespaldas alrededor suyo.
El pequeño Naruto, a las justas pudo distinguir como iba vestido, pero sabía que ese de ahí era su Sasuke, y que se dirigía hacia la sabana que con tanto esfuerzo había creado para su Idol, estaba emocionadísimo, no podía esperar más para que el Uchiha se sorprendiera, y buscara a la persona que le había dado tan hermosa bienvenida, y como él ya lo había planeado saldría de los arboles diciéndole que fue su idea, y que ha sido su fan por más de 2 años, y así se volverían amigos y la historia se volvería rosa como a él le gustaba.
Los cinco hombres acompañados del pelinegro llegaron hasta el lugar indicado, los primeros se sorprendieron ante la creatividad(?que estaba pegada en el edificio del medio, volteando a ver a su protegido, siendo obvio que era para el Uchiha, este ultimo miro, sin las molestias de sacarse las gafas, el mural que le había hecho el rubio escondido en los arbustos.
La sonrisa torcía del azabache fue captada de inmediato por el rubio, que ya estaba contando los segundos para salir de su escondite, y cuando escucho la voz de Sasuke estuvo a punto de salir, si no fuera por el contexto de ellas.
-Saquen ese estúpido mantel rosa, enferma mi vista-.
Palideció en su lugar, el brillo que tenía en sus ojos azulados se esfumaron para dar pase a unos muertos, la temperatura del cuerpo se había bajado, y la tibia primavera se transformo en el frio del invierno, su sonrisa se esfumo y con ello las ganas que siempre tenía. Le habían cambiado a su Idol, este no era su Idol, no era el que tanto amaba.
La campana sonó fuertemente, los alumnos llenaban el patio dirigiéndose a sus clases, y el rubio aun seguía detrás de los arbustos, viendo el lugar vacio, donde antes estaba su maravillosa obra de arte que había hecho por horas.
“tal vez escuche mal” –pensó-