Capítulo VII: Pubertad [Eustass Kid]
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By: Eustass Law.
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Eustass pensaba seriamente en que la adolescencia era del asco.
Siendo honesto sabía de todos los cambios que su cuerpo sufriría, agradecimientos a Law por su introducción a un mundo maduro, por lo que no estuvo tan impresionado ni siquiera con su primera erección.
Como todo buen puberto se aseguró de pensar en exuberantes mujeres de bustos excesivos y un rostro… bueno, no le prestaba la suficiente atención.
Así fue como descubrió que hacerse una paja en si no era la gran cosa, era de lo más normal considerando que cumplió hace poco más de dos meses los catorce años.
Con las erecciones matutinas llegaron los cambios de voz, no le preocupó en si pues ahora no sonaba como un completo afeminado, como le dolía admitir sonaba anteriormente.
El vello facial no le gustó pues tendría que afeitarse cada tanto, poco o nada le importaba soportar las pesadas bromas de Ace con eso de que era más hombre por dejarse la barba, se vería ridículo con una de esas cosas.
Otro de los buenos aspectos era la musculatura, incluso estaba más alto, medir un metro con setenta y dos a los catorce era la hostia, eso lo hacía el más alto dentro del grupo.
Con el tiempo, exactamente unos meses después, meses en los cuales Ace había alcanzado casi por completo su estatura, y eso le frustraba, un cambio nuevo se presentó de forma espontánea.
Las fantasías iniciaron.
Cuando el problema de las erecciones se dio supo de inmediato que podría manejarlo, había oído de su amigo Killer que ver pornografía hacía más llevadera la cosa.
De esa forma fue que se adentró en el mundo del porno.
En primera instancia contaba como cosa de nada, solo lo veía de vez en cuando, como por ejemplo las mañanas, era conveniente pues normalmente su amigo estaba bastante activo a esas horas por cualquier sueño húmedo que no recordaría luego.
Estando un día en una mañana de esas ingresó por completo descuido a una sección peculiar dentro de la página.
Porno gay.
No le era desconocida la palabra, de nuevo cosa de ser amigo de Law.
Siendo curioso por naturaleza no tardó en darle “click” y asquearse con el contenido, cosa que distó de lo verdaderamente ocurrido pues en algún punto con los gemidos que pegaba el pasivo y la forma brusca pero certera de embestir del otro se había excitado.
Joder, se dijo, estoy jodido.
Intentando no repetirlo nunca más movió su mano a través de la extensión de su virilidad repetidas veces hasta que se vino manchando, para su molestia y vergüenza, parte de su mano y pijama.
Puede, pensó, que sea gay.
En toda esa semana evitó ir al instituto y adicionalmente no fue al parque como acostumbraba para verse con los demás.
El lunes su madre le obligó a ir a estudiar, como supuso Ace y Luffy estaban en la entrada esperándole como si hubiesen pasado años desde su partida.
Monkey preguntó insistente la razón de su ausencia, Kid creyó que ni siquiera podía respirar de tan rápido que soltaba las palabras.
Portgas le miró de reojo, preguntando silenciosamente del porque no había estado presente en los últimos días.
– Nuevo videojuego. – respondió escuetamente.
No quería decir frente al inocente Luffy o al distraído Ace que tenía un problema existencial sobre su propia sexualidad, sería lo mismo a una pena de muerte.
Aunque sabía que no convenció a Portgas, a Luffy si pues le pedía una y otra vez que fuesen a su casa a jugar dicho videojuego inexistente.
Las horas de clases transcurrieron normales, en ningún momento se dedicó a pensar sobre lo ocurrido hace una semana, más que nada porque la conclusión le perturbaba como nunca, pero viendo a su alrededor no logró evitarlo.
No le atraía nadie en particular, todos le eran indiferentes muy a su forma.
Enfocó su atención en los conocidos, véase Ace y Killer.
Killer… pues no le gustaban rubios y estaba seguro que de estar en una relación hipotéticamente homosexual con él no le dejaría metérsela y no se le antojaba andar con dolores bajos solo porque Killer no quería hacer de pasivo, si tal vez ni siquiera tenía que ver con el color de su cabello, solo no quería hacer de mujer ante el otro.
Con el pecoso la cosa era aún más seria pues eran amigos desde tres años y tanto, no podría ponerle una mano encima aunque quisiera saciar su curiosidad por lo desconocido.
Si se ponía a pensarlo lo veía más con alguien como Sabo, el sujeto a veces era muy maternal, en más de una ocasión los notó muy juntos.
Sabo era de Ace así que estaba descartado.
Puede que sea porque es rubio, bromeó mentalmente, posiblemente si no le gustaban rubios.
Pensó luego en Luffy, era demasiado inocente en tantos aspectos y le llevaba años, jamás saldría o jodería con el mocoso, era como su hermano menor.
Además le acojonaba un poco lo protectores que eran el Sabo y Ace con él.
Seguramente ellos harían un trío o algo así.
Negó con la cabeza, estaba desvariando.
Levantó entonces la vista viendo a su maestra con nulo interés, estaba hablando de los grandes filósofos, eso le traía sin cuidado.
Mientras miraba la pizarra con cara de puro aburrimiento una gran idea cruzó por su mente, aún estaba ese sujeto.
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– Puede que sea gay. – confesó.
La mirada metálica a pesar de la magnitud de la confesión no distó mucho de interesada.
– ¿Deseas que te den un premio por ello, Eustass–ya?
Chasqueó la lengua.
– Quiero saberlo. – desvió la vista. – Tú sabes, para confirmarlo definitivamente.
– ¿Y quieres intentarlo conmigo?
Podría sonar ridículo e incluso inconcebible, aun así asintió.
No retrocedería, necesitaba saberlo.
– Veré que puedo hacer.
De las últimas cosas que recordaba Kid antes de compartir un húmedo beso era la sonrisa ladina de Law.
Porque ellos dos no eran precisamente amigos, por ello nada saldría mal.