POV’S NARUTO
-¡Naruto! Date prisa, llegará en cualquier momento,¿No la querrás dejar plantada el día de vuestra boda no?-
-Claro que no, Shikamaru, no quiero que me deje inconsciente por una paliza.- Eso era cierto, ella podía llegar a ser muy bruta cuando se enfadaba. Recuerdo una vez en la que, por dejarme la tapa del váter subida, casi me deja inconsciente de una paliza. Me dio verdadero terror.
-Pues venga, en 5 minutos en el altar- escuché que decía antes de cerrar la puerta y dejarme a solas con él.
-Todo por culpa de esta maldita corbata.¡¿Cómo mierdas se pone esto?!- Estaba indignado. ¿Hacia abajo? ¿O hacia arriba? ¡Mierda! Era mi madre la que me ponía la corbata cuando era pequeño y teníamos que ir a alguna ceremonia importante. Nunca me preocupé de aprender a abrochármela y ahora, pagaba las consecuencias de mi indiferencia. No podría abrocharme esta mierda y tendría que ir al altar con la corbata atada en el cuello en un nudo de esos cutres como cuando me ato los cordones de las bambas para ir a hacer deporte. Y, por si fuera poco, los nervios me carcomían por dentro estrujandome el estómago con una fuerza vomitiva.
-¿Quieres tranquilizarte de una vez, dobe? - Sasuke se acercó a mí sonriendo. ¡Se estaba riendo de mi! Acercó sus manos a mi corbata y la ató correctamente, relajándome por completo .- O se te olvidaran las palabras que tienes que decir frente al cura. ¿Ves?- dijo al terminar.-No es tan difícil.- Uuuufff, vale Naruto, tranquilo, tranquilo. Ya está,. El problema se ha solucionado.
-Gracias Sasuke, no se que haría sin ti. Le abracé con fuerza y él me correspondió, aunque sentí algo raro… ¿Estaba tenso? Bueno, Sasuke nunca fue muy propenso a los abrazos.-Estoy feliz de que estés apoyándome el día más especial de mi vida, y no te preocupes, aunque me case, podemos seguir yendo de fiesta y hacer nuestras gilipolleces de mejores amigos juntos.- sonreí ampliamente. Con Sasuke las sonrisas me salían solas, excepto cuando me enrabiaba y me hacia enfadar. Él era mi gran apoyo, mi único confidente, la persona en la que más podía confiar. Era como el hermano que nunca tuve y siempre quise tener.-Bueno, me voy ya, ¡Hablamos en el restaurante Sasuke!- Él sólo me sonrió y yo salí de la habitación dirigiéndole una última sonrisa. No sabía porque, pero tenia un mal presentimiento.
Pov’s Sasuke
-Lo siento Naruto, pero no podré estar presente el día más feliz de tu vida.- susurré antes de salir del edificio a paso lento, sin embargo, una voz a mis espaldas me detuvo.
Mierda.
-¿Se lo has dicho?- preguntó sin rodeos. Me giré con pesadez soltando un bufido.
-No he podido.
-Sabes que cuando se entere se va a enfadar mucho, ¿verdad?
-Lo sé Shikamaru, pero es lo mejor.-
-Tú verás lo que haces, Sasuke. Pero conociéndole, pillará un cabreo de la hostia.
-¿Y qué quieres que haga? Tsk, Shikamaru sabes perfectamente lo que siento, deberías intentar comprenderme.-
- Si que lo sé, pero quizás él también debería saberlo. ¿Has aguantado 8 años Sasuke, y así es como vas a finalizar esto? ¿Largándote?-
- No necesito otro de tus sermones. He tomado una decisión y no voy a retractarme, es lo mejor para todos.- Me giré de nuevo y me fui hacia mi casa. Si me quedaba más tiempo allí, no tendría valor para realizar mi cometido.
- Lo mejor para todos es que se lo digas, idiota.- oí que decia antes de entrar a la iglesia. ¿Lo mejor? ¿Lo mejor para quién? ¿Para ella? ¿Para que pueda reirse de mí? Ni hablar, esto es algo vomitivo, no era normal, si alguien se enteraba además de Shikamaru me encerrarían en un loquero. Esto era una enfermedad y tenía que curarme como sea.
Pov’s Naruto
La música empezó a sonar en la amplia sala. La esperaba con ansias en el altar hasta que al fin la vi entrar por la puerta. Iba preciosa con el vestido blanco y su pelo apartado de la cara con un bonito recogido que le permitía mostrar sus preciosos ojos jade. Miré hacia la derecha con emoción. Shikamaru entraba por la puerta con la cabeza agachada. Parecía triste, pero cuando me miró y vio que le estaba mirando, me sonrió y se sentó junto a Chouji e Ino, los cuales también me miraban sonriendo. En los asientos de delante, Kiba, Hinata y Shino me apoyaban con pequeñas sonrisas. En la primera fila, mis padres me transmitían seguridad y confianza. Miré hacia la izquierda. Gaara y Sai me apoyaban sentados junto a Temari y Kankuro, los cuales vigilaban de forma amenazante a Sai. Él y Gaara últimamente pasaban mucho tiempo juntos y los hermanos de éste no estaban muy conformes. No será que… no, lo dudo mucho, alomejor son solo imaginaciones mías. Seguí inspeccionando los demás asientos. Alante, Lee me sonreía con efusividad sentado entre Ten Ten y Neji. Por último, en primera fila, los padres de mi prometida miraban emocionados a su preciosa hija que se acercaba al son de la música.
Todos estaban ahí para apoyarme. Todos… menos una persona. Me tensé al darme cuenta de que no se encontraba en la sala y mis ojos se movieron con rapidez escudriñando cada rincón de la sala buscándolo.
No estaba.
¿Habría ido al baño? Sí, tenía que ser eso.
Salí de mis pensamientos al encontrarme a mi futura esposa a mi lado, lista para la unión. Un poco inquieto, le soneí y ambos nos giramos para encarar al cura, el cual empezó el sermón dando comienzo a la ceremonia.
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- Sasuke,¿Estás totalmente seguro de esto?
-Es la décima vez que te lo digo Itachi. Sí, estoy totalmente seguro.- contestó mientras metía la ropa que faltaba en su maleta negra.
-¿Ni siquiera vas a despedirte de él?- Sasuke se detubo y acarició la tela del objeto con suavidad, como si temiera romperlo. Cerró la maleta con rapidez y la tiró al suelo con algo de brusquedad, como si así puediera liberar todo el lío que tenía en su cabeza, y dejó caer sobre la cama con un sonoro bufido mientras Itachi lo observaba desde el marco de la puerta de su habitación.
-No… No tengo el valor para hacerlo. Además,-suspiró.- sé que si se lo dijera no dejaría que me fuera, después de todo, soy su… Mejor amigo.- dijo con amargura.
-Y lo mejor es desaparecer, ¿No?- Sasuke no contestó. Tenia la mirada perdida en algún punto del suelo con los codos apoyados en las rodillas y las manos sujetando su cabeaza. Itachi se acercó a él a paso lento y se sentó a su lado. - Sasuke… No creo que lo mejor que puedas hacer sea irte… Puedes hablar con él… O quizá puedas…-
-Itachi- Lo cortó. - He tomado una decisión y, como se lo dije a Shikamaru, no voy a retractarme, es lo mejor para todos.
- ¿Para todos? Y, ¿Tú qué, Sasuke? Hay una gran diferencia entre lo que quieres hacer y lo que es mejor para ti.
-Pero sí para él. Y mientras él esté bien, aunque sea con ella, yo estaré bien.
-Pues si vas a estar bien, quédate.
-Una cosa es estar bien sabiendo que él es feliz Itachi, pero otra muy diferente es tener que verlos juntos cada día.
El menor dio por finalizada la conversación y se levantó lentamente, como si el cuerpo le pesara, como si realmente no quisiera lebantarse. Itachi le imitó y lo rodeó con sus brazos en un acojedor abrazo fraternal. Justo lo que necesitaba.
Sus padres murieron hacia ya 5 años en un accidente de tráfico cuando Itachi tenia 18 años y Sasuke 14. Desde entonces, siempre habían estado juntos. Para Sasuke, Itachi era toda su familia, y para Itaci igual. Siempre habían estado juntos , y ahora, se separaban por primera vez.
-Sasuke…, espero que te vaya todo bien en Londres. Konoha siempre esperará tu regreso.-
-Te echaré de menos, niisan.
-Hacia muco tiempo que no me llamabas así.- Sasuke se separó de su hermano y soltó una pequeña carcajada.
-¿De qué mierdas te ríes?-
-Eres un nenaza llorica, si papá te viera, te regañaría.
-Cállate idiota.- Itachi rió y lo volvió a abrazar con fuerza.-En serio, te voy a echar mucho de menos Sasuke.-
- Y yo…- suspiró.
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-Naruto, ¿Quieres estarte quieto de una vez? ¡No paras de mirar hacia atrás cada 2 minutos!¿Qué buscas?- susurró.
-Lo siento Sakura, esque no veo a Sasuke.- dijo de igual manera. Hablaban en susurros para no interrumpir al cura que seguía concentrado en su sermón observando un viejo libro que sujetaba entre sus temblorosas manos.
-¿Otra vez Sasuke? Mira Naruto, yo sé que Sasuke es tu mejor amigo, pero creo que pasas demasiado tiempo con él. Tú y yo vamos a casarnos y tendremos una nueva vida juntos. Una vida en la que él no está incluido.
- Pero él es…-
-Naruto.- le cortó.- Mis padres me han conseguido una casa en España. Esperaba decírtelo en la luna de miel, y sé que este no es el mejor momento, pero quiero que te hagas una idea de que las cosas van a cambiar. Quizas te cueste asimilarlo pero yo creo que es lo mejor para los dos.- Pero Naruto ya no la escuchaba. Miraba hacia el suelo son los ojos abiertos y la boca ligeramente entreabierta. ¿En Londres? Eso estaba a más de 10 horas en avión. No volvería a la casa donde creció, su hogar desde que nació. No vería a sus padres ni a sus amigos… Ni siquiera a Sasuke. Sasuke. La imagen de su amigo apareció bajo sus párpados cuando cerró los ojos con fuerza. Le mostraba esas sonrisa. Esa sonrisa tan inusual que solo se la mostraba a él.
Cruzaron por su mente todos esos momentos a su lado: las peleas más estúpidas(normalmente por su propia culpa) la reconciliaciones, las noche bebiendo juntos en el bar, tardes enteras jugando a los videojuegos, bromas pesadas cuando eran unos niños, los consejos, el apoyo que recibía por su parte en los momentos difíciles, etcétera. Pasaron cada todos y cada uno de los momentos que había vivido con él, algunos más claros que otros, dependiendo de la magnitud de su memoria. Algunos eran más importantes que otros, algunos le hicieron reír bobamente, otros le envolvieron de una extraña nostalgia. Alguno eran buenos, otros malos. Pero eso no le importaba, lo único que pensaba era en que no quería que todos esos momentos se terminaran ahí y quedaran como un simple recuerdo, como la huella de un zapato que se borra al pasar la ola del mar sobre ella.
No, definitivamente no iba a permitir que eso se acabara.
- ¡NO!- gritó llamando la atención de los presentes y deteniendo el discurso del cura.
- Cielo, baja la voz.- susurró la pelirrosa sonriendo con nerviosismo.
- Lo siento, Sakura- dijo el rubio retrocediendo sus pasos lentamente. Sakura parecía confusa, sus ojos se abrieron de par en par al ver las intenciones del rubio. Sonrió con nerviosismo y endulzó su voz.
-Naruto, cariño, ven aquí y sigamos con lo que estábamos. - Él no la escuchaba, movía los ojos con desesperación, como si buscara un apoyo, como si quisiera encontrar con todas sus fuerzas esa persona que siempre estaba a su lado, apoyándolo, regañándolo, felicitándolo, lo que sea, pero siempre a su lado. Finalmente, al ver que esa persona no se encontraba en la sala, se dio la vuelta y corrió hacia la salida de la iglesia ignorando completamente que dejaba a la persona que más “amaba” en el altar, el día de su propia boda, para encontrar a su mejor amigo.
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Sacó el dinero adecuado para pagar lo que indicaba el taxímetro y salió del transporte. Las ruedas de la maleta rozaban con el suelo produciendo un ruido parecido al de un taladro cuando se encaminó hacia el aeropuerto que tenia en frente.
Gigante.
Cuando sientes miedo de algo, siempre lo ves tres veces más grande de lo que realmente es. Crees que te va a derrumbar, que se desplomará sobre ti y te reduccirá a simples granos de arena. Te sientes diminuto ante tal monstruosidad y deseas alejarte sin mirar atrás, pensar que no existe, que no está ahí, que ha desaparecido. Pero algunas veces es necesario enfrentarse a los miedos para poder superarlos y, eso precisamente es lo que iba a hacer Sasuke. Iba ha dejar atrás a su razón por la que despertar cada día. Tendría que aprender a encontrar otra, él no acabaría como esos debiluchos que caen sobre un profundo agujero que los envuelve cada día hasta que ya no quede nada de ellos. No. Él comenzaría una nueva vida lejos de lo que ahora era su hogar. Lejos de su família, de sus amigos, de él.
Lo dejaría todo atrás.
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Estaba confuso, no sabía que hacer ni a donde ir. Respiraba agitado y se estiraba los cabellos con fuerza. Sintió una mano en su hombro y se giró alborotado.
-Naruto, tranquilízate- susurró una calmada.
-¿Dónde está Sasuke?- preguntó sin rodeos.
-Naruto, escúchame, tienes que relajarte.
-¡No puedo relajarme, Shikamaru! ¡Joder, dime dónde cojones está el idiota de Sasuke!- gritó cogiéndole de los hombros. Actuaba sin pensar. Simples impulsos que aparecían por la reacción del momento.
-¿Para que quieres saberlo?-
-¿Qué?-preguntó confundido-¿Tú sabes donde está?
- Le prometí que no contaría nada a nadie.-
-¡Mierda Shikamaru! ¡Dime donde cojones está!-apretó su agarre, pero el Shikamaru no contestó, solo lo miraba fijamente- Por favor- dijo en un susurro inaudible. - lo necesito…-
-Él… Está en el aeropuerto. Hoy mismo se muda a Londres para siempre.- Esas palabras cayeron sobre un balde de agua fría sobre su cabeza. Su cuerpo se congeló y sintió que no razonaba bien, como si todas sus neuronas se hubiesen colapsado. El corazón de Naruto se agitó y sintió una opresión en su garganta.
-¿P-Porqué?- preguntó como pudo, Shikamaru bufó con pesadez.
-Eres muy despistado Naruto.- El rubio lo miró sin entender- él siempre ha sentido algo más que amistad por ti.-vio como los ojos de Naruto se abrían desmesuradamente y prosiguió.- Cuando le dijiste que te casabas con Sakura su mundo se derrumbó, lo único que podía hacer era apoyarte, sabía perfectamente que ella había sido el amor de tu vida y el no quería entrometerse. Además, ya conoces el estúpido lema de los Uchiha: Antes el orgullo que parecer débil. Hoy era un día muy especial para ti, pero para Sasuke era el peor día de toda su vida, te apoyaba como un buen amigo, pero le era imposible verte con ella. Se fue sin decirte nada porque sabía que tu no dejarías que el se fuera sin que te diera una explicación razonable, así que aprovechó la ceremonia para desaparecer. Puede que pienses que ha sido un cobarde por huir de esta manera, pero confesar nuestros sentimientos a la persona que amas es duro, y más si crees que es una aberración. Sasuke no comía ni dormía y cada ve le costaba más estar cerca de ti. Sabía que si seguía así se acabaría destrozando a si mismo o lo que él creía peor, perjudicarte a ti. Por eso, tomó la decisión de salir de tu vida para que tú pudieses ser feliz, destruyendose a si mismo. - Naruto estaba estupefacto, no decía ni hacia nada. Parecía que se había quedado totalmente en shock, Shikamaru se preocupó. ¿Y si se había quedado en coma a causa de la impresión? ¿Qué mierdas estaba diciendo? Pero esque Naruto parecía estar en coma realmente, si no fuera por el temblor de las manos al apretar con tanta fuerza sus hombros, realmense te habría preocupado..-¿Naruto?
-¿A que hora?
-¿Cómo?- preguntó confuso
-¿A que puta hora sale su vuelo?-
- Dentro de 10 minutos.
-Mierda-
Shikamaru solo vio como Naruto lo soltaba y se alejaba una velocidad increíble calles abajo.
- Vaya,por fin te has dado cuenta Naruto.- Susurró al viento. Sonrió de medio lado y se dio media vuelta para entrar a ver la situación que habría dentro de la Iglesia.
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Corría todo lo que sus piernas le daban. Se quitó la pesada chaqueta del traje de novio para tener más movilidad y la tiró en algún lugar de la calle. ¿Porque tenía que ser la ropa tan incómoda para un día tan importante? No llegaría a tiempo, el aeropuerto estaba a unos 30 minutos caminando y corriendo llegaría, como mínimo, en un cuarto de hora.
8 minutos
-Mierda, joder, no llegaré a tiempo.-
Imbecil, imbecil , imbecil. No había otra palabra para describir como se sentía en ese instante. Toda su vida teniendolo ahí, a su lado y ahora que lo perdía para siempre, se daba cuenta de que lo quería como algo más que un simple amigo, muca más que un mejor amigo. Las palabras de Shikamaru no paraban de resonar en su cabeza. "Eres muy despistado Naruto..." "...Sasuke no comía ni dormía y cada ve le costaba más estar cerca de ti". ¿Como no se había dado cuenta antes? Sasuke se había ido para que él fuera feliz, pero lo que no sabía era que si se iba, se llebaría con él su felicidad.
De repente, como si fuera la cosa más deslumbrante que había visto en su vida(aunque en esa situación si que lo era), divisó un taxi a unos pasos de él. Aceleró, y lo alcanzó, por suerte estaba libre. Entró i le indico al conductor hacia dónde tenía que ir.
-Por favor, vaya lo más deprisa que pueda.-
- Para hacerte ese favor, necesitarla saber porque tienes tanta prisa.
-Si no llego en menos de diez minutos al aeropuerto, perderé a Sa- calló y sonrió con algo de dulzura.- a alguien al que siempre amé y nunca me di cuenta por idiota.
-Vaya, esa es una buena razón para correr, agárrate.
El taxi aceleró haciendo que Naruto se echara un poco hacia atrás por la velocidad. Adelantaba y esquivaba con maestría coches y camiones, Naruto solo se agarraba a lo que podía rezando por que llegaran a tiempo.
3 minutos
El transporte frenó de golpe en frente del aeropuerto, Naruto le lanzó un billete al conductor sin preocuparse por el cambio y entro corriendo al edificio. Buscó a Sasuke con la mirada mientras caminaba a paso rápido sin saber a donde ir captando las miradas curiosas de la gente.
-Perdone, ¿por donde se va al avión con destino a Londres?- Preguntó a un guardia de seguridad.
-Recto a la derecha.-contestó.
Corrió sin dar las gracias y se dirigió hacia donde le habían indicado. Por fin, vio a la gente con las maletas i sonrió, ya estaba cerca, tan cerca y a la vez muy lejos.
-Pasajeros del vuelo 201 con dirección a Londres, 1 minuto i despegamos.
-Mierda, ¿Qué cojones puedo hacer?-
La desesperación aumentaba en cada segundo que pasaba. Miró a la pantalla donde se mostraba la información del vuelo cn la esperanza de encontrar alguna solución.
El avión con destino a Londres se llamaba H-12, a punto de despegar en la pista 2. Se dirigió al gran ventanal para ver el gran descampado por dónde despegaban los aviones y ahí lo vio, el gran H-12 preparado para despegar y llevarse la mitad de su persona para siempre. Corrió hacia el exterior del edificio mientras veía como poco a poco iban retirando a escalera para que los pasajeros pudieran subirse al aparato.
-¡Eh, no puede salir ahí!- escuchó como uno de los guardias le gritaba pero lo ignoró completamente. Siguió corriendo siendo perseguido por el mismo hombre captando las miradas de la gente. Bajo las escaleras mecánicas, pero cuando iba a abrir la puerta que daba al exterior del edificio fue detenido por el guardia que lo tiró al suelo de rodillas poniéndole las manos tras la espalda.
-¡Suéltame!¡Tengo que salir!- le gritó.
-¡Está prohibido salir a la zona de despegue de los aviones, es peligroso!-
-¡Me da igual!¡Tengo que ir!- consiguió soltarse del agarre y se levantó con agilidad para abrir la puerta y salir al exterior pero…
Era demasiado tarde.
El avión había despegado.