Desolacion
Todo sucedió demasiado rápido, solos unos segundos mortales; Mi raciocinio no alcanza a entender la magnitud de semejante situación. Imágenes se filtran en mis pensamientos, como tratando de armar aquel gran rompe cabeza.
Frente a mí se allá un paisaje estéril y desolado, el silencio parece tener su propio sonido; Paradójica-mente ensordecedor.
No llevo la cuenta de todo lo recorrido, infinitas dunas se levantan alrededor de mi, solo queda caminar sin rumbo; Parece no existir el transcurso del tiempo, ni el día o la noche . El astro rey de un color azulado y el cielo violeta inalterable, son testigos de esta marcha sin fin.
¿Qué soy? ¿Aun soy humana?, no sabría explicarlo con exactitud, veo mis manos y pies, en apariencia son como cualquier otros, pero estos son inmunes a las sensaciones . Aquel suelo debería resultarme incomodo y quemante, el hambre y la sed son faltos en mi. ¿En qué me convertí? ¿Acaso este es el mismo infierno?
En este momento de tribulación , a la distancia veo aparecer a otro ser; Ni siquiera hago el mínimo esfuerzo de contactar con él. Recuerdo que al despertar en esta pesadilla, casi enloquecía en mis intentos, pero los dueños de aquellas miradas perdidas y atormentadas, no tenían repuesta , solo confusión; Siendo quizás un reflejo de la mía.
Cierro mis ojos, rebuscando entre mis memorias, un sentimiento angustioso mella en mí, la sensación de un calor abrazador, que derrite mi piel y cala hasta los huesos, convirtiéndome en cenizas.
Tan solo unos momentos antes, me encontraba tan feliz esperando a mi amada, sabiendo que en solos unos minutos más, entraría por la puerta, me llamaría y buscaría en aquel sitio, que resultada ser nuestro refugio y lugar en el mundo. Donde simplemente éramos dos seres que se amaban sin prejuicios y tapujos. Anhelo tenerla entre mis brazos, amarla.
La tristeza e incertidumbre revolucionan mi ser. ¿Dónde estás? ¡Cuánto deseo volver es estar junto a ella! mi corazón llora. – ¡Elisa! grito, con desesperación. Cada paso dado, solamente era motivado por el hecho de localizarla.
Otro recuerdo llega a mí, se dice que después de los 30, se hace más difícil adelgazar, –doy fe de ello.
Aquella tarde, como en los últimos 3 meses, me encontraba en el parque, practicando un poco de básquet , algo de ejercicio me ayudaría a bajar aquellos kilos de más; A esa hora de la tarde solía estar solitario aquel lugar; Pero con el comienzo de las vacaciones, había muchos grupo de jóvenes disfrutando del aire libre.
El sol estaba en su esplendor , la briza que circulaba era caliente y más brusca se hacía en el asfalto de la cancha. Llevaba alrededor de una hora de práctica, cuando la sensación de sentirme observada, logro inquietarme; Levantando mi vista, y se cruzo con la de una joven morena, inmediatamente ella reacciono y comenzó a hablar con el resto de las chicas del grupo, luego de un momento , cinco pares de ojos me estaban examinando. El sudor corría por mi rostro, como muy idiota, me había olvidado mi bebida hidratante. No tarde en decidir comenzar a guardar mis cosas, soy de esas personas que le gusta pasar desapercibidas.
Además, ¡ Estaba desfalleciendo de sed!, tan concentrada me hallaba, que no note cuando ella se acerco, estiro su brazo ofreciéndome una bebida,–Creo que la necesitas , dijo con una radiante sonrisa.
Así fue como se inicio todo, ¿fácil? No fue, en ese tiempo yo tenía mis prejuicios con respecto a la edad, y otras tantas cosas , pero mi amada Elisa supo cómo ir tirando por tierra cada uno de mis argumentos. Ahora todo se remite a recuerdos, sigo mi camino.
Después de la siguiente duna , llego a divisar lejanamente , lo que parece ser un gran cráter , en-vuelto en una gran nube gris en forma de hongo; Mis pasos se hacen más rápidos, y a medida que acortaba la distancia , más cruel se hace el paisaje , Cenizas caen del cielo, es una ciudad en ruinas arrasada, desbastada, olor a carne carbonizada, los gritos de los moribundos, y en sus cuerpos mutilados la piel se desprendía por tajadas. Otros simplemente desaparecieron dejando solo una sombra calcina de lo que alguna vez fueron;–¡Dios, no podía ser posible!, lloro desesperadamente.
A no menos de cien metros, se hallaba las ruinas de lo que una vez fue la Catedral de “San Paolo”.
Corro, sin que nadie o algo note mi presencia, porque comprendí, que ya no pertenezco aquí.
Continúe corriendo, y durante ese trayecto tuve la esperanza de encontrarla. Hasta llegar a lo que
En alguna ocasión fue nuestro hogar, pero ya nada había allí, solo más ruinas.
Caí de rodillas, llorando y maldiciendo, total ya estaba en el infierno de la desolación.
Tenía la eternidad por delante, para seguir con mi agonía.
En algún momento me levante, con el recuerdo de aquella playa donde solíamos ir , quizás aun quede algo de lo que fue ese lugar.–Camine, ya sin apuro, sería una idiotez.
Me fui alejando, de aquella destrucción, el dolor de mi alma era intenso. Quería poder borrar de mi mente todo aquello, no volví a mirar atrás y continúe avanzando.
No tengo idea de cuanto transcurrió, que me encontraba marchando, sin otro pensamiento, que no sea ese.
Hasta que mis pasos se detuvieron bruscamente, pensé que estaba alucinando, allí por delante, mi mirada chocaba contra un imponente mar verdoso, la briza salina, logro penetrar en mis pulmones llenándolos de un nuevo olor, limpiándolo de aquel nauseabundo olor a muerte. Volví a respirar profundamente tratando de retener el aire lo más posible. No tarde en ir hacia la orilla, avanzando e invistiendo las olas, con desesperación, arrancándome las ropas, hasta quedar desnuda, solo así conseguí un poco de alivio en mi alma.
Al rato Salí, sentándome sobre la arena y cerrando mis ojos, quizás ¡Todo eso sea una pesadilla!
¡Despertaría en cualquier momento!, pero solo el engaño logro ser pasajero.
Me pierdo en la vastedad del paisaje, de pronto mi cuerpo se estremece, imposible que sea de frio, una sombra se refleja en la arena por delante de mí, aunque su propietario, se encontraba detrás.
Aquella figura curvo línea, se me hace conocida, pero temo que ya haya superado el límite de la cordura, ni siquiera intento respirar y mucho menos moverme. Me encuentro paralizada.
Al instante, unos brazos me rodean, – ¡Sandra, mi amor! susurra en mi oído.
¿Puede ser posible? ¿Cómo?, me retruco mentalmente; Tengo miedo de creer, mi cuerpo tiembla
sin cesar, aquel aroma invade mis sentidos, ese calor que me transmite, aquella sensación de volver al hogar, su amor que llega hasta lo rincones más incognito de mi ser; Me aferro con delirio aquel abrazo.
Rápidamente me gire entre sus brazos, mis manos se aventuran hasta su rostro, delineando cada línea sabiendo previamente cada detalle en él, impregnando mi tacto con la calidez y suavidad de su piel. Solo ella podía producir esto en mí. Me lanzo a besarla ferozmente, su respuesta fue tan o igual en su intensidad, nuestros sabores se mezclaron con las lagrimas. –Te amo, digo entre jadeos y suspiros.
Ya nada me importaba, ni el lugar, ni el tiempo, ni la destrucción.
Había reencontrado al amor de mi vida, hasta en la muerte, pues teníamos toda la eternidad por delante, para explicaciones . Fuimos víctimas de la autodestrucción del hombre, motivado por sus ansias de poder y dominio.
FIN