Se hallaba sentado en el borde de su cama. Era el primer fin de semana de este invierno que no tardó en hacerse notar. La habitación era amplia, un suave aroma y un par de posters de su grupo favorito a un lado de su escritorio (El cual tenía el libro que tocaba leer a su clase). Cursa su penúltimo año de estudios en el Instituto Masculino de Seúl pero fue matriculado hace algunos meses.
Suspira profundo y se recuesta lentamente en su espalda sobre el cómodo plumón. Pese a tener 16 años, tenía muchas cosas en su cabeza por las cuales estar así. No era un buen momento. ¿Su nombre? Cha SunWoo, alto, cabello y ojos oscuros pero con una tez clara, como cual rallo de luz. Tenía una sonrisa muy llamativa gracias a una característica dentadura similar a la de un roedor. Es un joven callado, pareciera a simple vista muy introvertido aunque su real personalidad no era así. Le gustaba reír y divertirse.
Desde que llegó a su nuevo establecimiento todo cambió en su vida. Se dio cuenta de muchas cosas y lo dura que puede ser la vida. Sus padres fallecieron hace un año, vivía en Daegu en aquel entonces pero tuvo que irse a la capital a casa de su familiar más cercano, un tío. Ambos no se llevaban mal pero no es lo mismo, al menos para SunWoo.
Él no tiene a nadie más que su tío actualmente. Ni siquiera tiene amigos ya que en donde estudia es molestado y sus compañeros le juegan bromas realmente pesadas incluso ha sido golpeado en un par de oportunidades.
El viento corría por la ventana, se colaban algunas gotas de la pronta lluvia que aparentemente no tardaría en llegar.
-¿Puedo?- Pregunta una ronca voz del otro lado de la puerta.
-Pasa- Responde el joven mientras miraba la ventana sin inmutarse. Al instante entra su tío. De aproximadamente unos 40 años, una mirada amable y un cariño enorme a su sobrino ya que, para él, es lo más cercano a un hijo. SunWoo es verdaderamente su hijo.
-Traje algo para que comas.- Deja una bandeja con un vaso de leche y un pan sobre su escritorio, teniendo cuidado de apartar el libro sin cerrarlo pues estaba abierto en la página en que SunWoo había quedado.
Gracias, tío.- Fue lo único que dijo y se levantó y quedó sentado nuevamente en el borde de la cama. Miró un momento la bandeja. Aún estaba un tanto ido de sí mismo.
-Saldré esta noche y no sé a qué hora vuelva. Mi feje nos ha invitado a todo el piso a una cena. Y bueno, tu sabes que después con algunos compañeros podríamos pasar a fest..- El mayor fue interrumpido de golpe por el chico.
-Tío, no te preocupes en dar explicaciones. Puedes hacer lo que quieras.- Ríe levemente para que lo último no haya sonado tan seco.
-Solo era para que lo supieras. Me iré dentro de una hora, estaré duchándome. Si ocurre algo mientras esté afuera llámame.- El mayor salió de la habitación en dirección a sus quehaceres.
-No sé para qué se preocupa tanto.- Se oía susurrar al joven mientras se sentaba con pereza en la silla al lado de su escritorio para luego tomar de la leche.
SunWoo seguía mirado por la ventana. Vivía en un departamento céntrico de la capital, en el piso diez. La vista era privilegiada pues daba al único parque de Seúl, además colindaba con algunos sectores bohemios.
Ni se dio cuenta cuando de un grito su tío le anunciaba que se estaba marchando.
-Cuídate tío.- Gritó y luego de un par de segundos la puerta de entrada se abría y se volvía a cerrar. Su tío ya se había ido, ya eran las ocho pero aún así, pese a ser invierno, la noche aún no caía.
El adolecente solía caminar mucho para meditar en Daegu, pero desde que llegó poco o nada lo ha hecho. Quizás era porque ayudaba bastante al mayor en las labores del hogar o quizás porque desde que estaba solo debía hacerse cargo de muchas más responsabilidades. Pensó que esta podría ser una buena ocasión para salir un rato y esparcir su mente de aquello que tanto lo estaba acomplejando. Esparcirse de aquello que no se iba de su mente desde ya varios meses.
Tomó un polerón y dudó en si llevar consigo el paraguas. Se mojó la cara, tomó su celular con unos audífonos y salió del departamento guardando las llaves en su bolsillo. El paraguas no lo llevó. Justo al salir sintió como una gota de una leve garuga cayó sobre su nariz. Miró al suelo y suspiró resignado para caminar en dirección al parque, que pocas veces había podido disfrutar en una caminata.
Sonaba fuerte la música, casi audible para los transeúntes que pasaban raudos a su lado. La noche caía de apoco y pudo observar como los faroles iban iluminando el escenario a medida que él avanzaba. El viento frío daba lugar y el miedo de lluvia fue revocado pues esta no llegó y tampoco se notaba un plan de hacerlo pues el cielo se fue despejando remisamente. El sonido de la ciudad iba en aumento y los locales de dispersión cada vez más se llenaban y envolvían de música.
De pronto, una figura delgada, un poco más pequeña que él se aproximaba en frente con rapidez, la mirada en el suelo y sujetando un bolso que caía desde un costado de su brazo. SunWoo estaba perdido dentro de la música y su vista completamente desconcentrada en los alrededores, tanto que no prestaba absoluta atención en el camino.
Sin previo aviso ambos cuerpos chocan, causando que el desconocido cayera al suelo.
-¿E..estás bien?- Pregunta SunWoo sacándose un audífono y mirando a quien había sido el ‘personaje B’ de la colisión.
-S..si estoy bien.- Se levantaba con dificultad un joven moreno, lo más probable de la misma edad que SunWoo. Con su mano limpiaba la parte trasera de su pantalón pues el piso estaba húmedo por el chispeo de la lluvia que presuntamente llegaría.
-No te vi, lo siento.- SunWoo agachó cabeza arrepentido en frente del otro joven y este tomó sin vergüenza de su mentón para levantarlo.
-La culpa fue mía. L..lo lamento.- Baja la mirada y al hacerlo se da cuenta de que su bolso de había abierto y muchos de los documentos que traía consigo habían caído. Tras eso se inclina inmediatamente para recoger tal papeleo que por lo visto eran de suma importancia. El otro joven se agacha también para ayudarlo, percatándose que muchos de aquellos papeles eran resultados académicos de excelencia.
-Wow ¿Esto es tuyo?- Pregunta asombrado y mirando con una tonta sonrisa aquellos papeles.
-S..si.- Susurra el moreno un poco avergonzado y mirando de reojo al contrario que miraba atónito los papeles. -B..bueno, ya me tengo que ir.- Se pone de pié y quita con suavidad los documentos para así seguir su camino prontamente. -¡Gracias!.- Voltea con dificultad para ver y agradecer a quien causó su tropiezo, a quien hizo que aquellos papeles cayeran pero a pece aquello, pero sobre todo agradecer a quien le regalo una extraña cosa, una sonrisa que por vez primera había visto y le había llamado mucho la atención.
SunWoo sin entender mucho asintió con la mano y se levantó para así decidir seguir su camino dejando atrás aquel extraño y fugaz encuentro. Al hacerlo distingue que un papel seguía en el suelo, lo recoge y voltea para ver si aquel chico se podía divisar pero ya era tarde.
-Lee HoWon.- Susurra leyendo aquel informe de calificaciones. -Así que es Lee HoWon.- Ríe bajo y dobla el papel para luego guardarlo en el bolsillo de su pantalón y así seguir su camino.