Los rayos de sol que entraban por la ventana empezaban a incomodar al sueño del pelinegro, este se frotó los ojos y finalmente despertó… “maldición ¿Qué hora es?... ¿ya es de mañana?” -dijo susurrando para él mismo. Al instante se dio cuenta que tanto él como su rubio que dormía plácidamente a su lado estaban cubiertos por una manta. “¿Mmm? Pero… no recuerdo que nos cubriéramos con una manta” -pensó el azabache y luego puso sus ojos sobre Naruto, lo que estuvieron haciendo ayer fue algo genial, quería repetirlo.
- Vaya, ya despertaste… ¿Cómo pasaron la noche? -Itachi había entrado al living con su camisa abierta, parecía que había tomado una ducha.
- Hermano… ¿dormimos aquí o qué?
- Jaja claro que lo hicimos, Dei y yo bajamos como a las diez de la noche y los encontramos durmiendo ahí.
- ¿Y ahora que le diremos a mamá? sé que papá está de viaje pero ella igual se…
- No te preocupes, ayer llamé a mamá diciéndole que estábamos en una fiesta y que nos quedaríamos a dormir -dijo el mayor sonriente, parecía sentirse muy confiado.
- Uff… bueno, al fin haces algo bien.
- Jaja sí claro… lo dice el niño que se bebió una botella de vino con su “amiguito”… y solitos para colmo.
- … Ehh… yo no fui quien la compro para empezar -dijo el azabache menor para defenderse.
- Sí, la compramos Dei y yo… ¡y no nos dejaron nada! -dijo Itachi fingiendo molestia.
El menor de los hermanos no pudo responderle porque su estomago hiso un ruido que lo dejo algo sonrojado… era verdad, ni Naruto ni él habían cenado la noche anterior, solo se quedaron dormidos ahí, ahora el azabache estaba con un hambre…
- Jajaja hermano… veo que estas hambriento.
- C-Cállate Itachi, vas a despertar a Naru…
En ese momento entró Deidara desde la cocina con una bandeja de pan tostado con mermelada, cereales y un embase de judo de naranja.
- Buenos días Sasuke, creo que mi hermanito y tú no se aburrieron anoche ¿verdad? -dijo el rubio mayor poniendo todo sobre la mesa del comedor.
- Ehh… B-Buenos días Deidara… -respondió sin saber que más decir.
- Ya vamos a desayunar, ve despertando a Naruto.
Deidara e Itachi entraron a la cocina, seguro traerían las tazas y los platos que faltaban. Mientras Sasuke se estiró un poco, se puso su camiseta que estaba doblada a un lado y luego movió a Naruto de los hombros fuertemente para que despertara de una vez. Naruto abrió los ojos con desgano, él quería seguir durmiendo.
- Teme… déjame dormir -decía intentando recostarse de nuevo.
- Naruto ya levántate, el desayuno ya está en la mesa, nos lo vamos a terminar sin ti.
- ¿Desayuno? -Dijo abriendo los ojos de una sola vez y se dispuso a ponerse de pie, pero el equilibrio le falló un poco así que calló sentado sobre el sofá.
- Dobe, no te levantes tan rápido… acabas de despertar, mejor vamos a lavarnos.
- Mmm… ¿Qué pasó?... m-me duele un poco la cabeza… -dijo frotándose los ojos.
- Sabes lo que pasó, estuvimos tomando vino anoche y… ya sabes.
- ¿Qué cosa?... ¿y por qué estoy sin camiseta? -dijo el peque mirando a todos lados.
- No me vengas con el cuento de que no recuerdas nada, no te creeré eso -dijo el pelinegro cruzándose de brazos.
- Ehh… recuerdo que llegamos, que tómanos vino… que… n-nos besamos con lengua… y de ahí se pone algo borroso, de verdad…
- Ja, sí claro… ya vamos al baño -dijo sin creerle el azabache y lo tomó de la mano para llevarlo al baño.
Cuando llegaron al baño, Naruto se miró frente al espejo y lo primero que pudo notar es que tenía una gran marca roja a un lado de su cuello… ¿era acaso un chupón? El rubio volteo a mirar a Sasuke y este al darse cuenta que Naruto había descubierto esa marca solo atinó por mirar hacia otro lado. Naruto pasó sus dedos sobre la parte rojiza de su cuello y sin querer se sonrojo. Después de asearse los dos, fueron a la habitación de Naruto para que el más peque buscara una camiseta más limpia.
- …Pero Sasuke es cierto… no recuerdo todo lo que hicimos ayer…
- No puedes estar hablando en serio… yo recuerdo claramente… y tú no estabas… ehh… bueno si te pasaste algo de copas, pero fue por tu culpa.
- Te… Tenía curiosidad Teme… pero después de besarnos con lengüita… no recuerdo muy bien, se pone muy borroso -decía mientras se ponía la camiseta.
- “Perfecto, ahora no voy a ver al Naruto travieso y pervertido que vi ayer… tengo tan mala suerte… bueno, por lo menos ahora sabe besar con lengua” -pensaba Sasuke.
- Y… ¿Por qué estaba sin camiseta? -peguntó con un tomo muy inocente…
- Bueno… digamos que… teníamos mucho calor.
Aunque Sasuke extrañaría al lado travieso de Naruto, también se sentía bien estar con su Naruto de siempre… un Naruto lindo e inocente y con esa mirada tan dulce en sus ojos azules. El azabache de tanto pensar en eso, no resistió más y abrasó a Naruto.
- Sasuke…
- ¿Mmm? Dime…
- Tengo hambre…
- Jaja… el Naruto de siempre, vamos a desayunar de una vez.
- ¿El Naruto de siempre? -pregunto algo confundido el rubio.
Sasuke le sonrió y sin responderle lo besó, un beso solo usando los labios, eso estaba bien por ahora, luego bajaron tomados de las manos al comedor, donde los esperaban los mayores. Durante el desayuno, Itachi y Deidara no dejaban de hacer indirectas sobre lo que habrán estado haciendo los dos menores solos en el living. Mientras que Sasuke respondía o ignoraba sus indirectas, Naruto solo se sonrojaba… no estaba seguro de recordar muy bien lo que habían hecho…
Esa mañana de domingo pasó ligeramente tranquila, por suerte no había tareas por hacer. Esa manía de Sasuke por terminar las tareas los viernes no estaba mal después de todo. Si el azabache no lo ayudara, Naruto hubiera empezado a hacer sus tareas de la escuela en la tarde del domingo. Se pasaron el día jugando los cuatro en la Xbox hasta el medio día, lamentablemente los dos pelinegros tenían que irse. Casi todo el día anterior habían estado en casa de los rubios.
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El pesado lunes había llegado, Naruto y Gaara entraban a la escuela, esa mañana era algo extraña… aunque el invierno estaba cada vez más cerca, esa mañana había salido un sol muy brillante y en realidad no provocaba estar abrigado. Por eso Gaara miraba algo extrañado a Naruto, quien traía puesta una chalina que le tapaba hasta la boca.
- Naruto… ¿no me acabas de decir que tienes mucho calor?
- ¡Sí! No sé qué ocurre con el clima… no me sorprendería si después llueve, pero hace mucho sol ahora…
- Entonces… ¿Qué onda con tu chalina? -dijo señalando la prenda de color naranja.
- Ehh… es mi chalina favorita, eso lo sabes.
- Bueno, en eso tienes razón.
El pelirrojo dejó que hacer más preguntas y continuaron caminado por los pasillos, Naruto se había salvado, no le podía decir a Gaara que estaba ocultando el chupón que Sasuke le hiso el sábado, sería muy vergonzoso… sería mejor que lo ocultara hasta que desapareciera. ¡Pero hacia mucho sol! El calor de la chalina sería agradable si fuera un día ventoso de otoño… ¿Por qué rayos al sol se le habría ocurrido salir hoy? Naruto le dijo a Gaara que iría un momento al baño, así que se separaron.
Naruto entró y vio que por fortuna no había nadie, se paró frente a un lavabo y se quitó su chalina, vio que la marca roja seguía persistente en su cuello. Qué pena que no recordara que Sasuke que la hubiera hecho, el quería recordar con mayor claridad lo que había hecho con Sasuke esa noche, aunque las pequeñas cosas que recordaba eran borrosas aún. El rubio se abanicó el cuello con sus manos, el sentir el aire sobre su piel lo refrescaba mucho. De improviso entró Neji que abrió los ojos cuando vio…
El rubio al verlo entrar se puso la chalina de inmediato, fingió que se estaba lavando las manos y salió rápidamente del baño, dejando a ese tipo atrás. Cuando Naruto entró a su salón de clases vio que otra vez Kiba estaba sentado en el pupitre detrás del suyo, ya hacia muchos días que no lo veía ahí, Kiba y Gaara están conversando y solo se detuvieron cuando Naruto se les acercó.
- Hola Naruto -dijo el castaño sonriente.
- Hola Kiba… hey, que bueno que ya regresaste a tu pupitre de siempre.
- Sip, de eso estábamos hablando Gaara y yo… ehh Naru ¿recuerdas lo que te dije antes?
- ¿Qué cosa?
- Lo de hablar los dos…
- Oh, claro ¿quieres hacerlo ahora?
- Sí, solo tenemos diez minutos antes de que empiece la clase así que vamos. ¡Gaara ya regresamos!
Kiba tomó a Naruto de la mano y salieron juntos del salón de clases, cuando salían por la puerta otro castaño con mirada algo fría los vio salir juntos… y por alguna razón u otra frunció el ceño. Kiba llevó a Naruto hasta el gimnasio, a esa hora del día estaba vacío y podrían hablar ahí.
- Ya, aquí si podemos hablar.
- ¿Es algo muy urgente?
- Bueno… depende de cómo lo tomes…
- … Bueno dime.
- Ehh… ¿por dónde empezar? …Naru, ahora ya sabes que tú me gustas ¿cierto?
- S-Sí lo sé… tú mismo me lo dijiste ese día… -dijo bajando un poco la cabeza.
- Naruto, yo fui un tonto ese día. No quería pensar que me cambiarías por Sasuke.
- P-Pero yo no te cambié… ya te lo dije…
- Cierto… el otro día los vi a Sasuke y a ti besándose en la azotea… eso fue duro para mí…
- Nos seguiste ¿cierto?
- Sí… pero no lo hice con malas intensiones… solo quería saber por qué estaban tan juntos ustedes dos… ahora ya sé que…
- … ¿sabes qué?
- …Seguro ya deben de ser novios… y por como lo besabas se ve que te gusta mucho…
- … -Naruto solo lo miraba mientras él miraba hacia el suelo.
- Bueno… si ya te perdí como novio no te quiero perder como amigo, Naruto… por favor perdóname por cómo me porté ese día contigo, quiero que volvamos a ser amigos -le dijo tomándolo de ambas manos.
- Kiba… yo… te perdono, eres mi amigo.
- G-Gracias.
Justo en ese momento sonó la campana que anunciaba el inicio de clases, los dos salieron del gimnasio y se pusieron en marcha a su aula. Todo lo que le había dicho Kiba a Naruto era cierto, lo único que mantuvo en su mente era que ahora quería reconquistar a Naruto, tal vez el pelinegro se le había adelantado pero sería el castaño quien terminaría siendo el dueño del corazoncito del rubio, esa era su nueva meta.
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El receso estaba en su hora pico, todos los alumnos después de almorzar se juntaban en el gran patio de la escuela y Naruto y su grupo no eran ninguna exención, aunque el sol seguía brillando igual de fuerte que en la mañana, Naruto aún no se quitaba su chalina. Sasuke estaba arrinconado por su club de acosadoras… digo admiradoras, pero aun podía ver a su rubio y a sus amigos desde donde estaba aunque no se podía acercar a ellos como él realmente quería, no tenia escapatoria sencilla. El patio estaba lleno de estudiantes, Neji y TenTen estaban conversando animados junto a su grupo de amigos. Los minutos pasaban y hasta ahora todo era normal, Neji vio en su reloj de su muñeca que faltaban casi cinco minutos para que el timbre de la escuela sonara. “Hey nena, tú y los demás tienen que ver esto” -le dijo Neji a TenTen, para de inmediato abrirse paso entre los alumnos dirigiéndose donde estaba Naruto.
Neji se acercó por detrás del rubio y agarró su chalina para de un solo tirón quitársela y dejando al descubierto lo que él esperaba.
- ¡Oigan todos! -dijo el voz alta, haciendo que todas las caras voltearan hacia él - ¡Miren esto, Naruto Uzumaki tiene un chupón en el cuello! ¿Y quien más podría hacérselo a este tonto? ¡Pues, el perfecto y popular Sasuke Uchiha! ¡Esos dos son noviecitos!
Dicho todo esto, saco su celular donde se veía una foto donde estaban los dos mencionados, uno muy cerca del otro… realmente cerca. Todos los que pudieron ver la foto se miraron entre ellos y un barullo inundo el patio de la escuela. Todas las chicas que arrinconaban a Sasuke voltearon a verlo de nuevo, pero esta vez no le decían nada… Cómo preguntándole… ¿“es cierto eso”? Sasuke estaba con el ceño fruncido, estaba lleno de ira, él quería que los demás se enteren pero no de esa forma, nunca de esa forma… Neji ahora si estaba perdido.
Naruto le arrebato de las manos su chalina a Neji, quien lo miraba con una sonrisa de satisfacción y sin pensarlo más salió corriendo de ahí. Sasuke al ver a su rubio salir corriendo fue detrás de él, ahora sin ninguna persona que quiera detenerlo. El patio seguía siendo un barullo, era muy ruidoso. Antes de que Kiba o Gaara pudieran darle su merecido a Neji sonó la campaña de entrar a clases. Todo había salido como el castaño de cabello largo y mirada fría había planeado.
Todos hablaban y susurraban en el salón de Naruto, el rubio seguía sin aparecer y sus amigos empezaban a preocuparse por él, a los cinco minutos alguien tocó la puerta del salón. Kakashi abrió la puerta viendo que era Naruto, el rubio le dio la excusa de que estaba en la enfermería. Kakashi lo dejo pasar y se extrañó de que todos sus alumnos se quedaran callados mirando entrar al rubio. Quien no dijo nada y se sentó silencioso en su pupitre. Sin más Kakashi-sensei prosiguió con la clase.
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El timbre de salida había sonado hace ya un buen rato, todos habían salido del salón de clases de Naruto, solo estaba Neji guardando todas sus cosas en su mochila, como siempre él era el último en entrar al salón de clases y también era el último en salir. Ya estaba a punto de ponerse de pie, cuando escuchó el sonido de la puerta del salón cerrarse. Inmediatamente alzo la mirada y vio a Naruto dentro del salón con él.
Tú y yo tenemos que hablar, ahora mismo -dijo el rubio con el ceño fruncido.