Casi media noche, Naruto después del relajante baño que necesitaba y de la deliciosa cena que su madre le preparó no podía pedir más que una noche de sueño sin interrupciones… esperen, ¿qué es ese ruido? Parecía que un molesto pájaro sin poder dormir estaba picoteando la ventana de la habitación de Naruto. Primero el rubio trató de ignorarlo y seguir durmiendo, pero los golpecitos en la ventana ya se estaban haciendo muy insoportables como para dormir. El pequeño se cubrió con las mantas pero escucho algo que lo hizo prestar mucha más atención. “Naruto… dobe ¿estás despierto?” escucho que le decían desde afuera, no era posible… ¿Sasuke estaba fuera de su casa tan tarde?
“Naru sal de ahí, antes de que todos se despierten” no había duda, era el pelinegro el que lo llamaba. Naruto salió rápidamente de la cama y abrió las cortinas de su ventana, ahí estaba Sasuke con un puñado de piedras pequeñitas en su mano, eso explicaba los ruiditos en su ventana. Naruto abrió la ventana y se asomó un poco hacia abajo.
- Sasuke… ¿qué haces aquí? -dijo en voz baja, solo para que su pelinegro escuchara.
- ¿No te alegras de verme?
- Yo… claro que sí… pero ya es algo tarde ¿no crees? Son más de media noche ¿por qué estas vestido?
- Naruto vístete tu también… quiero salir contigo esta noche -dijo más con tono de orden que petición.
- P-Pero… ¿y si alguien nos descubre fuera de la cama tan tarde? Nos meteríamos en problemas -dijo con una miradita de preocupación.
- No te preocupes por eso, estás conmigo ¿no confías en mí?
- S-Sí confió en ti Sasuke… -dijo sonrojándose el rubio.
- Entonces vístete, yo te espero aquí abajo. Solo no te tardes ¿bien?
Naruto asintió y fue a quitarse el pijama, se sentía nervioso mientras se ponía la ropa, era la primera vez que saldría de su casa tan tarde… o peor aún… se estaba escapando, aunque sea por unos momentos, claro que no se iría para siempre, pero la idea de irse de casa tan tarde lo ponía algo nervioso, lo importante es que estaría con Sasuke, eso lo hacía sentir mucho más seguro. Cuanto terminó de vestirse se asomó de nuevo a la ventana para ver al ojinegro.
- Listo… ¿pero ahora como bajo Sasuke? Esta muy alto para saltar y no hay un árbol cerca tampoco…
- Puedes usar tus sabanas para hacer como una cuerda y así bajar.
- Ehh… tengo una larga cuerda en mi armario… ¿servirá?
- Pues claro, eso es mucho mejor que unas sabanas, ata la cuerda a la pata de tu cama y luego bajas por aquí.
- Está bien.
El pequeño rubio hiso lo que le dijo Sasuke, pero cuando estaba por subirse al marco de la ventana y vio que estaba “muy alto” sus nervios aumentaron.
- Sasuke… tengo miedo -dijo algo temeroso el pequeño.
- No te asustes Naruto, no es tan alto.
- Es muy fácil decirlo para ti, tú ya estas abajo -dijo cerrando los ojos mientras tomaba la cuerda con ambas manos y se apoyaba con los pies en el marco de la ventana, con el cuerpo hacia fuera de la casa.
- Está bien, no te preocupes… yo estoy aquí, te atraparé si algo pasa.
- ¿Estás seguro? -dijo abriendo un ojito.
- Te lo prometo -le dijo de forma seria.
- Ok…
Naruto empezó a descender de forma lenta, apoyando sus pies en las paredes exteriores de la casa mientras bajaba, afortunadamente la soga era lo suficiente fuerte y larga para eso. Hasta ahora todo bien, aunque el peque bajaba muy lento lo estaba haciendo bien, sin mucho ruido, nadie quería despertar a nadie y menos que se enteraran de lo que están haciendo. Cuando Naruto ya estaba por llegar al suelo Sasuke se acercó a él y lo cargó entre sus brazos, Naruto soltó la cuerda y se sonrojó mucho al ver a Sasuke tan cerca y más aún porque lo estaba cargando de esa forma tan… romántica.
- ¿Ves? Te dije que te atraparía -dijo con una leve sonrisa el pelinegro.
- Pero no me caí -dijo aún muy sonrojado el rubio.
- Lo sé… pero quería cargarte -dijo acercándose lentamente a la carita del rubio.
- Sasuke…
Naruto tomó con ambas manos las mejillas del azabache, acercándose también a su cara, en menos de dos segundos ya se estaban besando, fue un beso cálido y con dulce sabor, el rubio podía sentir mariposas en el estomago mientras se besaban… cuando Naruto sintió la lengua de Sasuke sobre sus labios lo pensó dos veces, pero al final no pudo resistirse y usar su lengua también. El choque de sus lenguas le dio un toque especial a ese momento, cuando se separaron un hilito de saliva los unía y ambos estaban con las mejillas muy rojas, sin duda amaban besarse.
- ¿Por qué guardas una cuerda en tu armario? Así es muy fácil que salgas ¿no crees?
- Teme… -dijo el peque pensando que el azabache le diría algo más tierno.
- ¿Qué, dije algo malo?
- No… ehh tengo esa cuerda para amarar todos los libros que mis padres me compran, lo malo es que no he leído ninguno y para que no se amontonen los tengo amarados.
- Jaja eres lindo… y tan malo para leer libros.
El de ojos azules hiso un puchero, pero era cierto, no le gustaba mucho leer libros. Aún con el puchero Sasuke le dio un piquito en la boca al rubio y luego lo bajo para que Naruto se ponga de pie. El azabache tomó la cuerda y la puso en cierto ángulo donde no se notara casi nada que estaba ahí gracias a la oscuridad de la noche. Luego tomó a Naruto de la mano y empezó a caminar con él.
- ¿A dónde vamos teme? creo que es muy tarde para andar caminando. Mira las calles están vacías.
- Sí… los suburbios son tan diferentes al centro de la ciudad… aquí es tan tranquilo… donde vivía antes, ósea dentro de la misma ciudad, esta era la hora ideal para divertirse nocturnamente.
- ¿En serio? ¿Cómo sabes eso? ¿Ya te has escapado antes? ¿Cómo es la cuidad tan tarde?
- Hey son muchas preguntas… ehh… yo no lo sé de primera mano, Itachi es quien me contaba todas sus aventuras nocturnas o al menos muchas de ellas.
- Ohh… ¿no planearas que vayamos al centro ahora verdad? -dijo con una mirada curiosa.
- No… está muy lejos, incluso con mi bicicleta nos tardaríamos demasiado.
- Jaja sip, tienes razón.
- Vamos a ir a un lugar algo especial, creo que no lo has visto antes.
Naruto sonrió de oreja a oreja con lo que dijo el pelinegro, Sasuke quería llevarlo a un lugar especial, eso significaba que él era especial para Sasuke. Eso hacía muy feliz al de ojitos azules y además tenía mucha curiosidad por saber a dónde irían, pero Naruto no hiso más preguntas, no quería arruinar la sorpresa.
Avanzaron alejándose de las casas, no caminaron mucho pero llegaron a un lugar que parecía como un pequeño valle, era muy curioso, Sasuke tenía razón: Naruto no había visto antes ese lugar, seguramente porque nunca antes no se había alejado de las casas y edificios. Aunque este lugar no estaba muy lejos tampoco, era como tener su propia reserva natural, con césped bien verde y fresco para ellos. En medio de esas áreas verdes había una colina un poquito alta pero no era difícil escalarla ya que no estaba muy empinada, Naruto y Sasuke subieron hasta la cima desde ahí la vista era más hermosa de lo que ya era. Y al ver hacia el cielo podían ver las luminosas estrellas brillando sobre el manto de la noche. El rubio y el pelinegro se sentaron sobre el césped de la colina, en verdad era un lugar especial.
- Sasuke, este lugar es muy bonito ¿Cómo lo encontraste? -decía el pequeño mientras ambos estaban tomados de las manos.
- Sabes que a veces me pierdo cuando voy en mi bicicleta, pues hoy después de la escuela llegue aquí casi por accidente… estaba tan molesto por lo que hiso el idiota de Neji que no me fijé por donde estaba yendo y bueno, terminé aquí.
- Bueno… al menos algo bueno salió de que te molestaras -dijo sonriéndole y apoyando su cabeza en el pecho del azabache.
- Eso creo… y Naruto… ¿enfrentaste a Neji como me dijiste en el baño de la escuela?
- Sí… esperé a que todos se fueran y lo encaré en el salón cuando ya estaba vacío.
- Sabes que le podría haber dado una paliza a ese tarado saliendo de la escuela -dijo acariciando el cabello de Naruto.
- Seguro que sí, pero no fue necesario. De hecho… fui yo quien le dio un puñetazo en a él -dijo apretando la camiseta de Sasuke con sus manitas.
- ¡¿En serio?! Me sorprendes Naru… ¡quiero que me cuentes todo!
- Está bien, te contaré todo lo que dijimos pero… hay algo que quiero que tu también guardes en secreto.
- ¿Eh, secreto? ¿de quién, de ese idiota de Neji? -preguntó extrañado.
- Sí, pero hablo en serio, le dije que no le diría a nadie… tú tampoco lo hagas, yo solo te lo contaré a ti.
- Ok, ok pero dime todo desde el principio.
Naruto le contó la escena de acción que tuvo con Neji esa tarde y la manera algo dramática en que terminó la “conversación” que tuvieron. Por su parte a Sasuke le dio mucha risa que a Neji le gustara Kiba o al menos eso era lo más probable, por lo que le había contado su pequeño rubio, todo indicaba que el castaño tan rudo y de mirada fría era un gay reprimido y sin poder admitir sus sentimientos.
- Jajaja así que eso era lo que tanto se cargaba Neji -decía burlón el azabache.
- Sasuke note burles mucho de él… ehh… creo que me dio algo de pena al final.
- ¿Pena? Pero ese tipo no se merece nada Naru… ¿no que te molesta desde hace tanto tiempo?
- Sí pero… bueno, es que nosotros si nos aceptamos y él parece que no… además el chico que le gusta lo odia, claro que es su culpa pero lo odia, eso debe de ser feo.
- Naruto… rayos, eres tan comprensivo. Aún cuando ese tipo fue tan malo contigo, tú no quieres desearle algo peor... ¡eres todo un niño bien!
- Bueno espero que con esto Neji ya no me joda tanto… lo que hizo en el patio estuvo mal pero… tal vez él no es tan malo… no sé.
- Hablando de eso… ¿Qué vamos a hacer ahora? Todos saben que somos novios -dijo mirándolo a los ojos.
- Ehh no sé… ¿lo negamos o hacemos como que nada hubiera pasado? -dijo mirándolo a los ojos también, se sentía algo preocupado por la nueva situación.
- En realidad Naruto… no quisiera negarlo, para mí es mejor que sepan que sí eres mi novio… no sabes como quisiera caminar contigo en la escuela sin que todas esas locas me persigan.
- Jajaja es verdad… casi lo olvido, creo que tu club de fans ya no va a existir -dijo sonriente.
- Eso sería bueno, además… quiero que todos me vean contigo, mi lindo novio Naruto.
El más pequeño se sintió genial con lo que dijo Sasuke, le dio una gran sonrisa y lo abrasó, escondiendo su carita en el pecho del más alto. Naruto se sentía muy a gusto así, se sentía protegido por su pelinegro. “Yo también quiero estar contigo en la escuela” dijo el rubio sin salir de esa posición. “Entonces ya no tenemos que esconder nada… tal vez, solo tener más cuidado con los profesores” dijo el azabache acariciando la espalda de su rubio.
Estuvieron abrasados por unos minutos más, cuando Naruto volvió a ver a Sasuke a los ojos no pudo evitar acercarse a besarlo, en medio del beso el ojinegro recostó al de ojos azules sobre la hierba, acomodándose perfectamente sobre él. Cuando se separaron la vista de Sasuke fue hacia el chupón que le había hecho a Naruto días atrás… ya casi había desaparecido, ahora solo había una manchita roja sobre esa tersa piel. Tal vez no sería mala idea hacerle otro ¿verdad? Aunque pensándolo bien… mejor no, tal vez los padres del rubio se darían cuenta si le hacia otro. Así que en vez de hacerle otro chupetón solo besó la parte roja en el cuelo de Naruto, un suave y pequeño beso sobre esa zona tan sensible. Cuando separó sus labios del suave cuello de Naruto miró de nuevo a los ojos a su rubio, esos ojos tan azules y brillantes… siempre tan hermosos.
- Y Sasuke… ¿desde cuándo sabes que eres gay? -preguntó con mucha curiosidad.
- Ehh… ¿en verdad quieres saber?
- Sí, claro solo si tú me lo quieres contar.
- Ok, no te sorprendas mucho pero… lo sé desde que me enamoré de ti.
- ¿En… en verdad? -preguntó algo sorprendido.
- Sí, es una larga historia… es que desde más pequeño no me entusiasmaban casi nada eso de que si te gusta alguien. Y bueno, nunca me enamoré de ninguna chica y tampoco de ningún chico… Luego te conozco a ti y terminé enamorándome de ti ¿Qué cosas, no?
- … -Naruto no respondía, se sentía muy afortunado de haber encontrado a Sasuke.
- Entonces… así es como me di cuenta que soy gay, jaja -decía un poco sonriente el azabache aún acomodado sobre Naruto.
- Sasuke me gustas mucho, me gustas mucho, mucho -dijo tomando con sus deditos las mejillas del azabache.
- Y tú a mí, y tú a mí.
A Sasuke le parecían graciosas las veces en las que podía llegar a ser cursi y algo empalagoso, pero una vez de vez en cuando no estaba mal, además el momento lo ameritaba, se sentía realmente bien de estar con Naruto ahí, así que aprovechó el momento y le hiso cosquillas en las costillas, Naruto de inmediato estalló en carcajadas pero no quería ser el único así que también le empezó a hacer cosquillas a su teme, que tampoco aguantó la risa. Ambos en esa guerra de cosquillas se pusieron a rodar sobre el césped, estaban tan pero tan distraídos que no se dieron cuenta que ya habían llegado al borde de la colina. Rodaron juntos colina abajo, los dos asustados ya que nunca esperaron caerse desde ahí, afortunadamente no estaban tan algo y la hierba amortiguó su velocidad al rodar colina abajo. Finalmente cuando llegaron a los pies de la colina ya podían respirar más tranquilos, después del susto que se llevaron, ambos están uno al lado del otro, boca arriba tratando de calmar sus respiraciones.
- Naruto ¿estás bien, no te pasó nada? -dijo el pelinegro volteando hacia su pequeño rubio.
- No, estoy bien Sasuke… no me lastimé ni nada ¿Y tú estás bien?
- Sí, tampoco me lastimé, solo… el susto que nos dimos ¿no?
- Jajaja Sí…
Ambos rieron un poco mientras están tendidos así en el suelo, los dos miraron hacia el cielo, observando las estrellas y casi por instinto acercaron sus manos hasta tocarse y entrelazar los dedos. Después de algunos minutos y con muy grata sorpresa pasó una estrella fugaz en el firmamento.
- ¡Mira Sasuke, una estrella fugaz! -dijo muy animado señalando con su dedo índice hacia el cielo.
- Sí, es algo genial… Naru, pide un deseo.
Naruto pareció pensarlo unos instantes, luego el ojiazul recostó su cabeza sobre el pecho de Sasuke y se acurrucó a él. “¿Sabes? Mi deseo ya se cumplió” dijo el más pequeño acariciando su mejilla sobre el pecho del azabache.
- Sasuke… quizás pienses que soy demasiado joven para decirlo pero… yo c-creo que… te amo -dijo mirándolo directamente a los ojos.
- … -Sasuke no tenia palabras… ¿Había escuchado bien? ¡Naruto había dicho que lo ama! Eran las palabras más bellas que había escuchado y para colmo… se las dijo su pequeño Naruto…
- ¿Sasuke estas llorando? Se te pusieron húmedos los ojos -dijo con un tono de preocupación.
- No, no estoy llorando… se me debe de haber metido algo en el ojo -dijo refregándose los ojos.
- Mmm… -Naruto estaba algo preocupado, no quería que nada molestara la vista de su novio.
- ¿Lo ves? Ya pasó… Naruto… yo también.
- ¿Tú también? ¿Tú también qué cosa? -dijo ladeando la cabeza.
- Que… yo también te amo.
Acto seguido Sasuke volvió a acomodarse sobre Naruto, quien estaba recostado sobre el césped y después de mirarse a los ojos, ambos sonrojados y sonrientes, se besaron. En verdad besarse era de las cosas que más disfrutaban.
Después de los besos bajo las estrellas se acurrucaron sobre la hierba, luego de que pasaron varios minutos así, Sasuke escuchó a Naruto dar un gran bostezo. ¡Oh no, ni pensarlo! Si Naruto se quedaba dormido ahí luego no abría forma de llevarlo a su casa, ya que no se despertaría. Sasuke y Naruto volvieron a casa del rubio los dos bostezando, parece que el sueño llegó después de todo. El azabache ayudó a Naruto a subir por la cuerda de su ventana, ya que el peque tenía mucho sueño. Luego de que ya estaba en su habitación el azabache se fue en dirección a su casa.
Naruto no podía dormir… a pesar de que tenía mucho sueño y de que eran más de las tres de la madrugada no quería dormir hasta que Sasuke le enviara el mensaje a su celular confirmándole que había llegado a su casa sano y salvo como dijo que lo haría. Cuando finalmente el mensaje de Sasuke llegó y después de leer que el azabache ya estaba en su propia cama, Naruto al fin pudo rendirse ante el sueño y dormir tranquilo.
El ruido de la alarma del despertador era muy fastidiosa, no era posible que sea tan rápido de mañana… seguro el despertador se había descompuesto, Naruto le quitó las baterías a ese aparato y se cubrió bajo las mantas, dispuesto a seguir durmiendo.
- ¡Naruto ya levántate de la cama!
- Deidara… déjame dormir, es de madrugada… -dijo aun bajo las mantas.
- ¿Madrugada? ¡Son las siete y media de la mañana, vas a llegar tarde a la escuela enano! -dijo el rubio mayor para al instante darle pequeños almohadazos a su hermano.
- Mierda… ¡quiero dormir más! -dijo resignado el rubio menor levantándose de la cama, preparándose para seguir con la semana escolar.