Sábado por la noche, habitación de Deidara… el rubio de cabello largo aún no podía dormir, eran casi las tres de la mañana, a esas horas ya debería haberle dado el sueño de siempre, pero claro… no es fácil conciliar el sueño sabiendo que en unas cuantas horas más te irás de tu casa para irte a vivir solo con tu padre. Dejando atrás a tu familia por un tiempo indefinido. Tal vez así se debió de sentir Naruto cuando estuvo alejado de ellos esa noche… “Pobre enano, creo que tomé la decisión correcta… no quiero que tú te alejes de tu felicidad ahora que la encontraste… Naruto” -pensaba el rubio mayor mirando hacia el techo de la habitación. Deidara sabía que como él ya era mayor de edad su padre no tenía otra alternativa que llevarse a Naruto, de quien si podía quedarse con su patria potestad, pero sabía muy bien que Naruto no sería el chico tan alegre que había visto esos últimos meses yendo con su padre, así que si Minato quería llevarse a uno de los dos, mejor era que se lo llevara a él que al más pequeño, ahora que Naruto estaba enamorado… la felicidad de su algo molesto y travieso hermano menor era más importante, además que aunque no lo decía siempre… el rubio de cabello largo valoraba mucho tener a un hermanito menor tan genial como Naruto.
Deidara volvió a moverse bajo las cobijas e intentó dormir… ningún efecto, aún seguía muy despierto. Sin saber exactamente el por qué se puso a recordar muchas cosas en ese momento, “Tonto Itachi… si no te hubiera conocido no me dolería tanto irme de aquí”
___________________________________FlashBack_____________________________________
Deidara se encontraba mirando televisión recostado a sus anchas sobre el sofá de su living, su hermano y su “amiguito” habían salido a “pasear” por ahí, pero después de encontrarlos en esa situación tan comprometedora estaba seguro que se estarían besando en algún lugar del mundo… “Esos amores tan infantiles… aún recuerdo mi primer beso con otro chico cuando tenía quince… fue tan loco…” pensaba sin prestarle mucha atención a la televisión en realidad. Ya había pasado un buen rato desde que estaba solo en la casa, pensó en llamar a sus amigos para salir a algún lugar hasta la noche, así que sacó su celular y estaba a punto de marcar cuando escuchó el timbre de la puerta. “Debe ser el enano ¿tan rápido volvió?” pensó antes de ponerse de pie. El timbre sonaba con insistencia, como si fuera muy urgente tener que entar.
- Ya voy, ¿Naruto olvidaste tus llaves otra vez? -dijo antes de abrir la puerta y entonces vio que quien tocaba no era su hermano.
- Yo no me llamo Naruto, pero lo vine a conocer -dijo ese chico de cabello negro con una sonrisa llena de confianza.
- Ehh… Hola ¿Te conozco?
- No lo creo, si me conocieras ya estarías deseando salir conmigo.
- ¿Qué, escuché bien? -dijo extrañado ante la actitud de ese chico.
- Eso creo, ¿Está Naruto en casa?
- No, salió con su… amigo. ¿Conoces a Naruto?
- No, mi antipático hermano menor lo conoce… ¿por casualidad Naruto salió con un tal Sasuke?
- Sí, así se llama su amigo… -era tan extraño, ni siquiera conocía a ese tipo y ya estaba conversando de forma tan normal con él.
- Mucho gusto, soy Itachi Uchiha, hermano mayor del antipático de Sasuke.
- Yo soy… Deidara, hermano…
- ¿Hermano mayor de Naruto?
- Sí… -¿Qué mosquito le picó a ese chico? Parece tan confiado de si mismo… como si fuera el rey del mundo…
- ¿No me invitas a pasar?
- Lo siento, pero no dejo que extraños entren a mi hogar.
- Jajaja, no somos extraños, nuestros hermanos se conocen… además me gustaría conocerte, chico…
- … -Rayos, ahora este tipo lo había hecho sonrojarse… ¿pero qué rayos pasa? Hace tiempo que no le gustaba un chico y este tan arrogante no sería quien lo sonrojara ¿verdad?
- ¿Y bien? ¿Podemos entrar… Deidara?
- Ehh… bueno, si no hay de otra.
Debía estar loco o algo parecido, había algo en ese chico que le llamaba la atención, tal vez él sería quien podría domar a este chico tan presumido en personalidad… sería divertido, al menos para empezar.
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- ¿Y qué te hace pensar que yo quiero besarte? -preguntó entre molesto y divertido el rubio.
- ¿Y por qué no? Ya te dije que no me importa si es chica o chico, solo que sea muy… atractivo…
- Jaja eres tan fresco… -dijo moviendo su cabeza de un lado a otro.
- Claro que sí, soy muy refrescante.
- NO dije refrescante, dije fresco.
- Igual creo que te gusto, niño -dijo con una sonrisa de satisfacción.
- JAJAJA -dijo fingiendo la risa- permíteme que me ría, si es que alguien le gusta a alguien aquí… YO soy el que te gusta a TI, por eso tanto interés en mi, niñito…
Para estar más una hora conversando ya se habían contando muchas cosas y por sus personalidades de “yo soy quien manda” era muy interesante la forma en la que se expresaban el uno del otro, hasta ya discutían de quien le gustaba a quien… era el colmo.
- ¿Alguna vez has sido “uke”? -dijo sin previo aviso el azabache.
- ¿Qué? Claro que no…
- ¿Te gustaría ser mi uke? -dijo acercándose.
- ¡Eres muy aventado! Apenas nos conocemos y ya estas poniendo los roles… -era divertido, por alguna extraña razón a Deidara no le molestaba que Itachi le dijera esas cosas, si fuera alguien más ya lo mandaría volando por la ventana.
- Es que no me gusta perder el tiempo… y como yo te gusto…
- Que yo te gusto a ti… además yo siempre hago de “seme”, búscate otro uke o mejor… yo te haré mi uke si quiero.
- Jajaja, si claro. Como si yo me dejara.
- ¿Crees que no puedo?
- Quiero salir contigo… Dei…
Mierda… esa situación lo había puesto algo caliente a Deidara… la forma dominante y pervertida del azabache como que lo estaban poniendo, pero él nunca había dejado de ser el dominante, debía mostrarse rudo ante ese contrincante. Antes de decir algo más escucharon como la puerta de la casa abrirse y vieron que Naruto y Sasuke se los quedaron viendo. “¿Itachi, q-que haces aquí?” preguntó el azabache menor.
_______________________________Fin del Flashback______________________________
Deidara se puso a reír al recordar la forma tan cómica de conocer a Itachi, ese chico tan pesado… pero a la vez tan genial… era un hecho que Deidara e Itachi se gustaron desde ese primer día, después de todo se vieron muy seguido los días siguientes. Buscando siempre ser los dos el dominante de esa cómica y relajada relación. Ahora con una sonrisa en sus labios al rubio mayor se le hiso más fácil tratar de dormir, acurrucándose cómodamente bajo las cobijas.
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Mientras tanto en la casa de los Uchiha, todas las habitaciones estaban con las luces apagadas, pero no todos estaban durmiendo. En la habitación de Itachi, este se encontraba desnudo y destapado sobre su cama, abrigado por el calor de la calefacción de su habitación. Itachi pensaba en Deidara y lo hacía mientras tocaba con placer su entrepierna, dándole atención a su miembro. El azabache y el rubio habían pasado por varias situaciones, pero las que exactamente quería acordarse en ese momento era en las situaciones más calientes y excitantes con ese chico que en secreto lo volvía loco de placer y en secreto porque hasta entonces no le había dicho un “me vuelves loco”. Pero el azabache sabía claramente que sí.
___________________________________FlashBack_____________________________________
“Regresé” dijo el azabache con una sonrisa en sus labios y con una botella de vino en sus manos, Deidara lo había estado esperando en casa, pues el azabache después de su primera sesión de besos esa tarde se le había ocurrido “una idea”. Y salió rápidamente de la casa diciendo que regresaría en un dos por tres.
- Oh, veo que vas a tomar -dijo el rubio de cabello largo sentándose en el sofá luego de abrirla la puerta al pelinegro.
- Vamos a tomar, obvio que también es para ti.
- Jaja, buen intento… ¿crees que seré tuyo tan fácil? -dijo algo caliente, en realidad la idea del vino si estaba tomando buen rumbo.
- Es de 1979… seguro debe de estar muy rico… ¿no crees? -dijo en un afán de abrirlo.
- Waoh… ¿de dónde lo sacaste?
- El padre de un amigo mío es dueño de una famosa licorería, te dije que tengo contactos.
- Seguro…
- Ya, ¿te sirvo si o no? -dijo oliendo el aroma de la botella recién destapada.
- Bueno… traeré unas copas.
- Así me gusta.
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Solo habían llegado a la mitad de la botella y ya se estaban besando desenfrenadamente en el suelo del living, luchando por demostrar quién era el dominante de esa situación. “Te quiero hacer mío”, “Te voy a dar hasta hacerte gritar de placer” y muchas más de esas propuestas un poco subidas de tono se escuchaban rebotando en las paredes del living. Sin perder el tiempo y con mucha calentura olvidaron el vino y las copas, y sin dejar de besarse subieron las escaleras tropezando con varias cosas en el camino, hasta llegar a la habitación de Deidara.
No estaban ebrios ni nada por el estilo, pero si estaban muy calientes. La batalla de besos y chupetones no desistía, se quitaron sus ropas queriendo dejar desnudo él uno al otro, obviamente… los dos estaban acostumbrados a ser el activo… pero ahora… bueno, uno tenía que ser el uke ¿cierto? Ambos estaban de pie desnudos uno frente al otro y besándose con mucho entusiasmo, poco a poco Deidara comenzó a bajar, besando el cuello, el pecho, el vientre, más y más abajo hasta llegar al miembro erecto de Itachi, el rubio se arrodilló en el suelo y masturbando a Itachi con energía lo miraba a la cara, para ver sus gestos, gestos que satisfacían al rubio. Sin avisarle lamió desde la base del pene de Itachi hasta la punta, lo que hiso estremecer al azabache. El sexo oral ya había comenzado, para el pelinegro era muy excitante ver por fin al rubio que tanto deseaba haciéndole algo como eso. Estuvieron en esa labor por un buen rato y cuando el de cabello negro sintió que estaba por venirse detuvo al rubio, aún no quería terminar.
Deidara miró algo confundido a su amante, él pensaba que estaba haciendo todo bien. Itachi lo tomó de los brazos e hiso que el rubio se ponga de pie otra vez. Le dio un beso en la mejilla que el rubio no se esperaba y lo hiso sonrojarse, era raro… desde que era más joven no se sonrojaba por algo tan simple… pero se sintió bien, muy bien. Itachi le dio un pequeño empujón a Deidara haciéndolo caer sentado sobre la cama, ahora en esa posición el de cabello más oscuro se arrodilló y empezó a hacerle sexo oral a su amante. Deidara apretaba con los puños las sabanas de la cama, era muy deliciosa la forma en la que Itachi le daba placer. Ya estaban algunos minutos así cuando el pelinegro levantó de pronto las piernas del rubio dejando ver su lindo y rosado orificio. De una forma algo pervertida el azabache lamió sus labios y sin perder más tiempo pasó a lubricar esa entrada que hasta entonces era virgen… eso lo calentaba más.
- I-Itachi… ¿que estas… ahh… haciendo, idiota?
- Te estoy preparando.
- ¿Preparándome para… ahh… para qué? Ya te dije que yo no hago de pasivo -dijo el rubio mostrando seguridad en sus palabras.
- Dei… vamos te gustará -dijo mientras acariciaba esa suave entrada con su dedo índice.
- No… no digas tonterías… tú deberías ser… ahh… mí uke… ahhh… -Deidara poco a poco se dejaba llevar por la excitación y por esa nueva sensación en esa zona tan sensible.
- Deidara, ya no puedo más… quiero estar contigo, sentirte… hacerte mío, ¿no quieres gozar conmigo? -digo acercándose y poniendo su miembro sobre el culito de Deidara, frotándolo suavemente.
- Yo… no… no sé.
- Dei, eres tan sexy…
Aún en esa posición volvieron a besarse y luego de separarse de esos húmedos besos se llenaron de chupetones en el cuello, cada vez están más calientes. “Con una condición…” dijo de pronto Deidara e Itachi lo vio a los ojos con muchas ganas y tratando de aguantar un poco más. “Que me dejes cogerte a ti cuando termines conmigo” dijo sin ninguna vergüenza el rubio y con una sonrisa algo lasciva. El azabache lo miró con una cara de “WTF?” y el rubio como leyendo su mente le dijo al instante “Es todo o nada… ¿qué dices?” aun manteniendo esa sonrisa. El azabache lo pensó unos pocos segundos, dio un suspiro y finalmente asintió con la cabeza.
- Entonces… ¿ya puedo meterlo?
- Sí, pero hazlo con cuidado.
- Es tu primera vez ¿no? -dijo volviéndose a calentar con esa idea.
Antes de que el rubio contestara o le dijera “Será la tuya también”, Itachi se anticipó y empujó un poco su glande para rozar con la tibia entrada de Deidara, el rubio no pudo responder, a cambio dio un gemido inesperado e inconscientemente se recostó sobre la cama. Itachi se acomodó sobre él con una sonrisa de chico pervertido, preparándose para su primera noche de sexo y pasión con ese chico rubio y obstinado que tanto deseaba.
_______________________________Fin del Flashback______________________________
El azabache no aguantó la excitación y terminó eyaculando sobre él mismo, manchando su vientre y hasta su pecho, dio un suspiro de satisfacción y luego tomó unos pañuelos desechables de una caja para limpiarse. Minutos después ya estaba vistiendo un bóxer blanco y preparado para dormir… “Deidara, te dije que no te me escaparías y no lo harás… me gustas más de lo que pensé” pensó para sí mismo el azabache antes de caer dormido.
Los rayos de sol de la mañana ya iluminaban la habitación del hijo mayor Uchiha, quien se despertó de forma rápida al recordar que ese domingo su amado se iría por un tiempo indefinido, entró al baño y quitándose el bóxer entro a la ducha. Mientras que en otra habitación un azabache algo más pequeño recién estaba despertando.
En la casa de Deidara, en ese mismo momento, aunque fuera algo temprano, el rubio mayor ya estaba despierto y con las maletas listas para partir, su padre llegaría en unas horas más para marcharse. Estaba guardando las cosas más pequeñas cuando escuchó unos pequeños golpecitos en su puerta.
- Puedes entrar Naruto.
- Buenos días hermano… -dijo el pequeño entrando en pijamas.
- Qué milagro estas despierto tan temprano.
- Yo… te voy a extrañar hermano mayor… -dijo bajando la mirada.
- Enano… yo también te voy a extrañar -dijo acercándose a su hermano- pero no es como si no nos viéramos en años, voy a tratar de venir seguido, además estaré aquí en Navidad.
- ¿De verdad?
- No podría mentirte enano, aunque sería fácil, jeje.
- Oye…
- Es broma -dijo revolviendo su cabello- claro que vendré y también para Navidad.
- ¡Bien!
El rubio más pequeño abrasó a su hermano sin avergonzarse ni un poquito y el mayor le correspondió, era verdad… sí extrañaría a su algo molesto pero genial hermanito menor. Antes de ir a desayunar los dos hermanos se sentaron en la cama para hablar un poco de sus cosas, a veces era muy divertido recordar situaciones graciosas o hasta algo incomodas. Deidara le contó a Naruto cuando Sasuke llegó a buscar al menor el día anterior y cuando le dijeron que su padre se lo había llevado el azabache reaccionó como todo un seme protector, exigiéndose a sí mismo que no podía perder a Naruto. El rubio se puso un poco rojo al escuchar esas palabras. Lo más gracioso de todo según Deidara era que Sasuke estaba actuando exactamente como un novio algo posesivo frente a él y a Kushina y cuando le dijeron a Sasuke que irían a buscar al rubio menor este se tranquilizo pidiéndoles que lo trajeran de vuelta al peque. Parecía que Sasuke ya no le importaba que la madre de Naruto lo esté escuchando.
- Luego cuando mamá y yo estábamos en el auto, ella me preguntó si era su imaginación o parecía que Sasuke estaba enamorado de ti.
- ¿Eso te preguntó?
- Jaja sí, yo le dije que sería mejor que hablara con ustedes dos en persona.
- Ahh, por eso quiso conversar con los dos ni bien llegamos a casa.
- Aja, pero que bien salió todo al final ¿no?
- Sí… muchas gracias hermano.
Deidara le sonrió a su hermano menor y luego vieron a Kushina abrir la puerta de la habitación “Chicos buenos días, ya está listo el desayuno vengan” dijo para luego salir de la habitación. Naruto ya estaba poniéndose de pie cuando Deidara lo tomó del hombro para detenerlo.
- Espera un segundo Naru, quiero preguntarte algo.
- Bueno.
- Jaja, ¿Ya has tenido… tu primera vez?
- ¿Ahh? -esta vez el peque quiso hacerse el desentendió.
- Naruto Uzumaki no te hagas él que no sabes, ¿ya has tenido relaciones con Sasuke? -preguntó con una sonrisa bastante curiosa.
- ¡Dei! ¿Cómo me vas a preguntar eso? -dijo antes de salir muy rojo de la habitación.
- Jaja yo creo que sí -dijo yendo detrás del pequeño.
El desayuno fue uno ameno y lleno de anécdotas, mucho más animado que cuando estaban con Minato, que curioso… Una hora después llegaron los dos azabaches, Sasuke estaba agradecido con Deidara y Itachi quería verlo de todas formas, estuvieron hablando los cuatro en la comodidad del living y luego se aminaron a jugar en la Xbox todos juntos. Antes del medio día escucharon la bocina del auto del padre de los rubios desde afuera. “Bueno, ya llegaron por mí” dijo el rubio mayor. Las despedidas fueron todas dentro de la casa, pero la despedida más corta fue entre Deidara e Itachi, sí la más corta. El rubio de cabello largo tomó sus maletas y salió de la casa, dejando sus maletas dentro del auto, volvió a despedirse con la mano de su familia, que ahora era más grande que antes y subió al auto de su padre.
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Increíblemente el día había pasado muy rápido. Bueno, ese gran hotel y la suit presidencial de su padre eran bastante agradables, pero el rubio mayor aún estaba aburrido, ya se había acostumbrado a su vida cotidiana, especialmente de los dos últimos meses. Eran ya las ocho de la noche, Deidara estaba sentado en el sillón de la terraza de la suit mientras su padre estaba revisando unos documentos en un gran escritorio, de forma inesperada sintió que le había llegado un mensaje a su celular y cuando vio de quien era lo leyó inmediatamente.
- Papá ¿puedo ir a cenar con unos amigos? Son de la universidad y están por aquí.
- ¿Te vas a demorar mucho?
- Tal vez un poco, pero regresaré aquí sin problemas, ya sé como regresar.
- Está bien, toma -dijo entregándole un par de billetes, que en realidad era una buena suma de dinero para un chico de 19 años.
- Gracias pa’ ¡Ya regreso, adiós!
- Sí, sí, tendrás cuidado -dijo volviendo a revisar sus documentos.
Deidara salió rápido del hotel y frente a este, estacionado estaba el auto de un azabache que ya conocía muy bien. Entró en el asiento de copiloto y cerró la puerta.
- ¿No pensaste que me verías tan pronto? -preguntó Itachi sonriéndole.
- Yo… no estaba muy seguro.
- Bah, yo no dejaría de ver a mi novio.
- ¿T-Tienes novio?
- Eso depende… ¿quieres ser mi novio?
Deidara no supo cómo reaccionar exactamente, solo dio una sonrisa sin poder disimularla y sin aguantar sus impulsos besó apasionadamente al azabache.