“Buenos días Dobe” -pronunció un azabache de catorce años, recostado en la cama con un cierto rubio a su lado, el rubio de ojos azules parpadeó un par de veces y dio un gran bostezo, miró a Sasuke recostado junto a él, sonrió y se acurrucó más para seguir durmiendo o ese era su plan. “Naruto…” -dijo Sasuke abrasando por la espalda a su novio, ambos estaban en pijamas, el azabache lentamente acariciaba con ambas manos el pecho y vientre de Naruto, quien intentaba dormirse una vez más, pero entonces sintió la erección de Sasuke chocar contra su colita, el ojinegro ya estaba empezando a frotarse contra él de esa forma tan agradable y a la vez pervertida, típico de Sasuke…
- Oye Sasuke, déjame dormir…
- ¿A poco no te gusta? -le susurró al oído, continuando con el roce.
- Sí me gusta pero… tengo sueñito…
- Naru ya dormimos lo suficiente, además te dejé dormir veinte minutos más.
- ¿Cómo es eso? -dijo aún adormilado.
- Jeje, estuve viendo dormir a mi gatito -lo abrasó más fuerte.
- ¿Te quedaste viéndome mientras dormía? -dijo abriendo un ojito.
- Sip, eres mío y tengo que cuidarte.
- … ¿Tienes frio?
- Un poco pero…
Antes de que el azabache pudiera terminar de hablar Naruto se había liberado del abraso, ahora estaba arriba del pelinegro y cabiéndolos a los dos bajo las cobijas, “así estaremos más calientes” dijo sonriéndole a su novio debajo de él y cara a cara, esta vez rozándose sus miembros ya duros de los dos.
- Ahh… ¿no que querías seguir durmiendo?
- No si ya me pusiste duro, ahh…
Siguieron así rozándose sobre la ropa y bajo las cobijas de la cama, luego de unos minutos el azabache volteo a Naruto, esta vez quedando el menor abajo. Sasuke tomó a Naruto de la cintura y acomodó las piernas del rubio para que lo envolvieran, ahora Sasuke imitaba una penetración rozando el trasero de Naruto con el pijama de por medio. Naruto suspiraba bajito, Sasuke y él estaban cara a cara, no se resistió y le dio un beso, un húmedo y caliente beso en la boca.
- ¿Así te gusta?
- Ahh…
- Responde Naru…
- Ahh, sí…
A Sasuke le encantaba el papel de dominante y tener a su tierno novio a su disposición, también le encantaba saber que a Naruto le gustaba mucho las sensaciones que él mismo le provocaba. Esos roces eran deliciosos pero una buena mañana con sexo matutino sería genial para comenzar el día. “Naruto… gatito, te quiero hacer mío” le susurró al oído para luego morderle con picardía la oreja al rubio. Naruto trataba de gemir bajito, esas sensaciones eran muy placenteras… ahora estaba mucho más calientito. Sasuke pasó sus manos por debajo de la parte superior del pijama de Naruto y acarició la suave piel de su pecho, para luego apretar los delicados pezones del más pequeño. El de los ojitos azules al sentir tal placer, mordió su labio inferior para reprimir un gemido, ahora con deseos de más mientras Sasuke seguía pellizcando sus pezones, Naruto fue hasta el cuello del azabache, besándolo y mordiéndolo con cuidado, lamiendo con ansias esa piel tan suave y con tan agradable aroma…
Sasuke estaba por bajarse los pantalones cuando Naruto se separó de él como un rayo, “¿Qué pasó dobe?” le preguntó de inmediato. “Shhh, hazte el dormido, ahora” le dijo y rápidamente se tumbó en la cama fingiendo dormir, Sasuke aún algo confundido lo imitó y cerró sus ojos. A los segundos escucharon unos golpecitos en la puerta de la habitación del rubio. Toc toc* tocaron unas cuatro veces y luego la puerta se abrió. “Niños… Niños ya despierten, es hora de desayunar” Kushina estaba en la puerta de la habitación, esperando la respuesta de los que parecían dormidos.
- Chicos, que ya se despierten o se va a enfriar el desayuno.
- Mamá… ¿ya es de mañana? -dijo el rubio estirándose un poquito.
- Sí, arriba los dos, lávense y bajen a comer -dijo revolviendo la cabellera de los dos chicos.
- Ahora bajamos, Sasuke despierta -pronunció moviendo al azabache aún inmóvil.
Sin más Kushina salió de la habitación dejando solos otra vez a los chicos. Cuando Sasuke escuchó la puerta cerrarse inmediatamente se sentó en la cama, asombrado por la actuación de Naruto.
- Oye… ¿Cómo sabías que entraría tu mamá?
- Jaja, después de tanto tiempo ya sé reconocer el sonido de cuando sube las escaleras.
- Waoh… además actuaste tan bien, como si enserio te acabaras de despertar.
- Bueno… creo que también ayuda mi imagen de niño bueno ¿no? -le guiñó un ojo.
- Eres una caja de sorpresas… -le sonrió.
- Sip, ya vamos a desayunar.
- Ok… pero luego terminaremos lo que empezamos.
- Aja, yo también quiero eso -dijo como si nada y bajando de la cama.
- Como te dije ayer… que genial que tú mamá me dejara quedarme a dormir contigo.
- Aja, es que le caes bien ya te dije.
Los dos menores se levantaron de la cama y entraron juntos al baño, se asearon rápidamente y bajaron las escaleras para ir a desayunar. Casi ya se había cumplido una semana desde que Deidara se había ido de la casa y desde entonces los dos chicos que habían convertido en los reyes de la casa de Naru, casi literalmente. Cada vez que llegaban de la escuela se la pasaban en la casa del menor, como ya venía siendo costumbre desde hace algunos meses, pero ahora los más jóvenes tenían la casa para ellos mismos, sin la presencia de los mayores ahora. Claro que eso tenía sus pros y contras: positivo, que ahora podían tener mucho más tiempo a solas y negativo, que extrañaban (especialmente Naruto) el trato que ya habían formado con sus hermanos mayores.
Ese día en el que los dos novios despertaron en la misma cama era el último día de noviembre, al día siguiente diciembre abriría sus puertas y con ese mes, vísperas muy amenas, especialmente para el pequeño rubio que le gustaba mucho la Navidad y celebrar el año nuevo. Ahora que estaba de novio con el chico que más le gustaba, su travieso y querido Sasuke, se preguntaba cómo sería estar con él en esas vísperas del año.
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¡La nieve por fin había llegado! Era cierto que había días que nevaba un poco, pero ahora por fin la nieve cubría de blanco las calles de los tranquilos suburbios, Naruto miraba con los ojos brillantes las calles desde su ventana, le encantaba la nieve. Desde que era solo un niño le gustaba hacer ángeles de nieve y jugar a guerras de bolas de nieve con Gaara o con su hermano mayor. Naruto seguía empañando la ventana de su habitación mirando la blancura de la nieve de las calles. “Naruto, baja ya que Sasuke ya llegó a buscarte” escuchó que su madre lo llamaba desde abajo. “Oh! Es cierto ¡la escuela!” dijo dando un brinquito y tomando su mochila.
Cuando Sasuke vio a su pequeño novio bajando las escaleras no pudo evitar reírse un poco, Naruto estaba realmente abrigado: ni hablar de cuantas prendas estaba usando, además que ahora usaba su chalina favorita casi todos los días y con su gorrito de lana color marrón se veía adorable. Kushina los despidió y se fueron caminando, afortunadamente desde que Sasuke se había ofrecido a recorrer a Naruto para ir a la escuela ya no había problemas en que llegara tarde, ya que el azabache siempre llegaba temprano. Ese día era martes, solo faltaban dos días para el segundo “mes-aniversario” de Naru y Sasuke. Ya casi estaban a mitad de diciembre y las vacaciones de Navidad se estaban acercando.
Estaban caminando a la par, cuando Naruto no se pudo aguantar y saltó sobre la nieve para hacer ángeles sobre esta.
- Naruto ¿Qué estás haciendo? Levántate ya.
- Sasuke no seas aburrido, ven y haz ángeles de nieve conmigo.
- Eso es para niños.
- Pensé que te gustaba hacer esas cosas conmigo -dijo haciendo un puchero a propósito.
- Ehh… sí pero… no quiero que llegamos tarde, eso es todo.
- Vale, pues ayúdame a levantarme -dijo extendiéndole la mano.
Cuando Sasuke tomó la mano extendida de Naruto, este lo jaló e hiso caer al azabache sobre la nieve, cayendo junto a Naruto. El rubio no paraba de reír, Sasuke Uchiha había caído con el truco más viejo del mundo.
Antes del receso Sasuke le había explicado a Naruto que tenía que ir a la biblioteca a buscar unos libros sobre cosas aburridas que el más pequeño no entendió, ciencia y bla, bla, bla para un trabajo de presentación de Sasuke y al parecer el pelinegro cuando le dejaban este tipo tareas no se desconcentraba, así que Naru decidió darle tiempo a su novio para que estudiara en el receso mientras este hacia otras cosas, cosas que ya había dejado pendientes por un tiempo.
- Naruto ¿ya me puedes decir por qué vinimos aquí? Hace mucho frio -dijo abrasándose a sí mismo.
- Porque este es el lugar perfecto para hablar Neji, no viene nadie porque…
- Porque hace mucho frio, yo mismo lo dije.
El castaño y el rubio estaban afuera, en el patio de la escuela, Donde el rubio había llevado a Neji para que pudieran conversar de algo impórtate, al menos para el de tres marquitas en cada mejilla.
- Kiba y tú.
- ¿Kiba y yo? -pronunció el castaño algo confundido.
- Sí, ya es hora de que vuelvan a ser amigos y tal vez algo más.
- Nah… ya te dije que no lo creo…
- P-Pero… me dijiste te tienes problemas con TenTen desde hace varios días y…
- Si ella y no terminamos no será por Kiba… y sí vamos a terminar -dijo sin bajar la cabeza.
- Ok, eso lo entiendo ¿Pero no quieres que por lo menos tú y Kiba se vuelvan a hablar?
- Ehh… yo…
- Niji déjame ayudarte, vamos -le pedía casi suplicante el rubio.
- Yo… agradezco que me quieras ayudar Naruto, pero en serio aunque yo quesera que… Kiba y yo seamos amigos de nuevo… -se calló de pronto.
- ¿Qué?
- No creo que él quiera volver a hablarme -suspiró al final.
- …
- Pero igual gracias por querer intentarlo -le sonrió- ahora entremos que en serio me congelo.
Ambos chicos entraron de nuevo en la escuela, conversando un poco mientras caminaban. Finalmente se separaron, Neji fue a la cafetería y Naruto a su salón de clases. “Voy a hablar con Kiba” pensaba mientras caminaba. Cuando entró al aula vio a un pequeño grupo de chicos y chicas rodeando la parte trasera del salón y vio que Kiba estaba en el centro de atención, así que un poco intrigado fue a echar un vistazo. “Hinata, Gaara ¿Por qué todos miran a Kiba?” -le preguntó a sus amigos que estaban ahí también. “No es a Kiba, es Akamaru el centro de atención” le respondió el pelirrojo. Naruto se acercó más y vio al cachorro durmiendo en los brazos del castaño, entonces todos esos chicos y chicas estaban apreciando al perrito.
- Kiba ¿Por qué trajiste a Akamaru? -dijo acariciando el lomo del cachorro durmiente.
- No quería dejarlo solito en casa con este frio, así que está calentito aquí dentro de mi chaqueta.
- Es tan bonito y pequeño.
- Jaja, sí pero no lo despiertes o lo veremos saltando y ladrando toda la clase y tendré problemas.
Naruto y sus compañeros mimaron al cachorro que nunca se despertó pero sí bostezó un par de veces, luego cuando sonó la campana de fin de receso todos volvieron a su sitio, incluido Naruto que por la distracción de Akamaru se le había olvidado hablar con Kaba sobre Neji.
Las clases pasaron muy normales, sin ningún ladrido o sonido acusador que sonara muy fuerte, así que para la hora de salida Kiba ya se sentía a salvo ya que su perrito ya estaba despierto y con ganas de jugar. Ya estaban todos fuera de la escuela, Naruto y Neji conversaban mientras que Hinata y los otros tres varones caminaban más adelante. “No sé porque ahora tenemos que salir con Neji también, Hinata sabemos que es tu primo pero… ya sabes, se portó mal con todos” decía Kiba tocando el hombro de Hinata. “Bah, prefiero que ese tipo no moleste a Naruto, me da igual si se hacen amigos o no” dijo el azabache sin mirar atrás.
Mientras caminaban así, cuatro adelante y dos atrás. Akamaru que hasta entonces estaba en los brazos de Kiba se le escapó yendo corriendo hasta donde estaban Naruto y Neji. “¡Akamaru no te vayas!” dijo Kiba yendo detrás de él, pero el perrito parecía muy emocionado. De un salto Akamaru voló a los brazos de Neji, quien por sus reflejos lo atrapó en el aire y cuando lo sostuvo el perrito lamió su cara, como si te tuviera mucho cariño. Kiba al ver eso se sorprendió mucho y después de quedarse viendo esa escena por unos segundos se acercó caminando lentamente.
- ¿Akamaru q-que estás haciendo?
- Me está lamiendo la cara ¿no lo ves? Tranquilo chico… -decía Neji tratando de apartar un poco al cachorro.
- Ehh… es muy extraño… solo a mí me lame en la cara…
- ¿En serio?
- Sí… debiste haberle caído bien… creo.
- Tómalo -dijo el castaño de cabello largo alcanzándole al animalito.
- Sí…
Todos habían guardado silencio, incluso Naruto. En verdad parecía algo que solo pasaba en las películas, Kiba miró por unos segundos más a Neji y luego se dio la vuelta y siguió caminando. Segundos después todos están caminando en la misma dirección otra vez. Naruto estaba por alcanzar a Sasuke cuando sintió una mano en su hombro y volteó, “Naruto… ¿puedes ayudarme a que Kiba y yo seamos amigos antes de las vacaciones?” le preguntó muy sonrojado el castaño. Naruto sonrió ampliamente ante su pregunta y le asintió.
Esa misma tarde el rubio y el pelinegro se dirigían solos a casa, pero esta vez a la casa de Sasuke. Naruto quería ayudar a Sasuke con su trabajo de ciencias, ya que tenía tiempo libre pues a Kakashi-sensei no le gustaba dejar tareas en vísperas de vacaciones, un gran punto a favor para el famoso Kakashi. Cuando entraron vieron que los padres del azabache no estaban en casa, ya que estaban trabajando. Los dos novios estaban subiendo las escaleras cuando se encontraron con Itachi, este saludó a ambos y antes de bajar al primer nivel les dijo “Oye hermano, ve a ver quien está en tu habitación, vino de sorpresa y se va a quedar para las vacaciones” después de eso se fue muy veloz. A Sasuke se le abrieron un poco los ojos a lo que le dijo su hermano, tomó a Naruto de la mano y con algo de nervios abrió la puerta de su habitación y cuando vio quien estaba sentado en su cama se dio cuenta que sus sospechas estaban en lo cierto.
- ¡Primo Sasuke, primo Sasuke! ¡Te extrañeeeeee! -dijo el más pequeño abrasándose fuertemente a Sasuke.
- Hola… Sai, después de tiempo nos vemos ¿eh?
- ¿No te alegras de verme? Yo sí estoy muy contento de verte a ti -dijo frotando su carita en el pecho de Sasuke, ya que hasta ahí alcanzaba su altura.
- ¿Sasuke y este pequeño? ¿Es tu primito? -dijo Naruto viendo al niño sujetado de Sasuke.
Cuando Sai volteó a ver a Naruto lo miró con una cara de realmente pocos amigos y en su mirada se podía leer claramente “¿Quién rayos eres tú?”.
- Yo soy Sai, primo de Sasuke… ¿Quién rayos eres tú? -dijo exactamente el más pequeño.
- ¡Sai! Te he dicho millones de veces que no hables así, discúlpate.
- ¡Pero primo…!
- Discúlpate con Naruto, Sai -dijo dominante el azabache mayor.
- Lo… lo siento…
- Bueno, no importa… yo soy Naruto, Sasuke y yo somos… amigos.
- Y muy amigos ¿no Naru? -le coqueteó un poco.
El pequeño azabache los miró casi atónito ¿esos eran acaso coqueteos e indirectas?
- ¿Quieres ser el novio de Sasuke? ¡Piérdete! ¡Sasuke será mi novio y cuando crezca nos casaremos! -dijo el pequeño abrasando otra vez al mayor.