- ¿Y por qué yo quisiera que Neji y yo seamos amigos? -decía algo molesto un castaño con un triangulo rojo en cada mejilla.
- Porque… ¿no sería bonito?
- ¿Bonito? Naruto… ¡Ese cretino te hiso muchas cosas que no deberías olvidar! Y siempre estuve ahí para defenderte. No seré amigo de ese idiota -siguió caminando apretando más la correa de su perrito que caminaba tranquilo delante de ellos.
- Kiba… yo te perdoné a ti por cómo me trataste hace tiempo… ¿recuerdas?
- Sí pero…
- Y no te olvides que tú y Neji me molestaban juntos hasta que… bueno hasta que quisiste ser mi amigo -Naruto estaba hablando serio y buscando la mirada de Kiba mientras caminaban.
- Ehh… eso es cierto pero…
- ¡Pero nada! Sí yo te perdoné… ¿Tú no podrías hacer lo mismo por él?
- Pero dime una cosa… ¿Por qué tanto interés de qué ese tipo y yo nos volvamos a juntar?
Naruto se mordió la lengua, no podía decirle a Kiba que “su misión de fin de año” era hacer que los dos castaños se reconciliaran. Además le había dicho a Neji que haría todo lo que pudiera para hacer que sean amigos antes de las vacaciones y para eso solo faltaba un día, mañana era su último día de escuela. Y la Navidad estaba a un poco más de una semana por llegar, ¡Eso! A Naruto se le prendió el foquito justo a tiempo.
- Por… ¡¡Por vísperas de Navidad!!
- ¿Ahh? Explícate -se detuvo y su cachorro también, sentándose y mirándolos desde abajo.
- ¿Esta no es la época de la amistad y el perdón? ¡Pues es el momento perfecto Kiba! -dijo alzando los brazos.
- Jajaja eres un niño por dentro ¿sabes? -le sonrió.
- ¿Entonces es un “sí”?
- Aún no… ¿acaso tú sabes si yo quiero ser amigo de él otra vez? -bajo un poco la cabeza.
Naruto volvió a quedarse callado, no había pensado en eso… ahora se sentía como un niño tonto y egoísta. Hasta ahora no había considerado si Kiba quería o no ser en realidad amigo de Neji otra vez, se había dejado llevar por la idea de reconciliarlos peo no pensó en preguntarle a Kiba al respecto, solo en convencerlo. Bajo los brazos lentamente y miro la mirada de Kiba sobre la acera.
- ¿En serio ya no quieres volver a ser amigo suyo? -preguntó preocupado, si era así no lo podía obligar, de ninguna forma.
- Ehh… ya no lo sé.
- …
- Antes te hubiera negado rotundamente pero… no sé, soy muy crédulo cuando se trata de Akamaru… -dijo agachándose y acariciando la cabeza de su cachorro.
- ¿Qué tiene que ver Akamaru en todo esto?
- La forma en la que lo lamió ese día… yo hablo en serio cuando digo que Akamaru solo me lame la cara a mí… ni siquiera a mi hermana le ha hecho eso… me sorprendió que a Neji sí…
- ¡Oh! Entonces hazlo por él -dijo cargando al animalito y enseñándole su carita para provocarle ternura, como vio que no estaba funcionando hiso un puchero también.
- Jaja, ya basta los dos… no sé… déjame pensarlo.
- ¡Muy bien! -dijo Naruto otra vez con su ánimo contagioso acompañado de los ladridos del cachorrito.
Naruto había acompañado a Kiba a pasear a Akamaru y de paso hablar con él de ese tema, ya que solo quedaba una cuenta regresiva para que las vacaciones de invierno comenzaran y ahora que le había dicho un “déjame pensarlo” se sentía victorioso, aunque claro se sentiría mejor cuando viera a los dos castaños riendo juntos otra vez, esta vez como amigos de Naruto. Seguro sería mucho mejor que cuando lo molestaban, de eso no había duda. Caminaron juntos por un rato más, iban a ser casi las seis de la tarde y el cielo ya estaba algo oscuro. Kiba decidió invitar a Naruto a su casa un rato, para invitarle un postre. Naruto acepto de inmediato, aparte del postre, que ya era un incentivo perfecto, también para ver a la hermana mayor de Kiba, que le caía muy bien y hace tiempo que no iba de visita.
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Un ruido de timbre de escuela sonó y de inmediato un gran barullo de estudiantes emocionados salieron animados y emocionados a la libertad. Casi corriendo saliendo de los salones, llenando los pasillos y luego al fin salir de las puertas de la escuela. Las vacaciones por fin habían llegado y aunque no duraran tanto como las vacaciones de verano… ¡Vacaciones eran VACACIONES!
Naruto y su grupo de amigos salían de la escuela más tranquilos de los demás y caminaban juntos. Solo que estaban prácticamente conversando en parejas: Adelante estaban hablando Sasuke con Gaara de juegos de video, un tema sorprendente para hablaran esos dos por cierto; luego Neji y Hinata que ahora estaban más unidos que antes, ya que Neji ya no tenía ningún problema con Naruto y podía juntarse también. Y atrás, estaban el rubio y Kiba conversando en voz baja.
- ¿Entonces ya tomaste una decisión?
- Naruto, es la enésima vez que me lo preguntas desde que empezó el día -dijo rascándose la cabeza.
- Perdón… pero ya te debiste haber decidido -hiso un puchero.
- Bueno… este… -dijo muy nervioso- ¿Estas… Estas seguro que él quiere hablar conmigo también? No quiero quedar como un idiota.
- Yo tengo el presentimiento de que quiere ser tu amigo otra vez, estoy prácticamente seguro… confía en mí -le guiñó el ojo.
- Bah… si no fuera porque me insististe tanto no estaría a punto de hacer esta locura…
- Entonces… ¡Sí vas a…! -dijo muy emocionado.
- Tal vez no lleguemos a ser otra vez amigos de un día para otro… -le interrumpió- pero supongo que por lo menos será mejor llevarnos bien para empezar.
Naruto tapo su boquita con ambos manos para no gritar contento de su éxito, solo esperó tranquilizarse más y le dio una gran sonrisa a Kiba. Todo el grupo siguió caminando hasta que llegaron a la esquina de la escuela, donde se solían separar. Cuando los primos Hyuga ya se habían despedido y estaban caminando juntos alejándose fue cuando otro castaño se acercó por detrás de ellos… “Hinata, Neji… ¿estaría bien si los acompaño?” dijo Kiba tratando de parecer que estaba completamente normal, tratando de ocultar esos nervios. Los dos primos le sonrieron y asintieron al mismo tiempo. Le alejaron los tres juntos, Naruto estaba contento… él quería seguir viéndolos alejándose pero su novio lo había tomado de la mano y se lo estaba llevando del lugar. “Naruto deja de mirarlos como un tonto, los volverás a ver cualquier de estos días” dijo el azabache pensando que los miraba así por nostalgia.
Naruto entro en la realidad una vez más, dejando atrás todas esas fantasías de Neji y Kiba besándose que se hacía en la mente. El más pequeño sacudió su cabeza sonriente y volteo otra vez al frente. Sasuke caminaba a su lado tomando su mano y Gaara caminaba al lado de Sasuke. Rápidamente Naruto se introdujo en la conversación de los dos, él rubio se emocionó tanto sobre el tema de video juegos. Era algo que le divertían, rápidamente se animó a invitar también a Gaara a su casa, para pasar el día juntos. Sasuke apoyó la idea del rubio y ambos le insistieron al más serio del grupo, que no se pudo negar a la invitación. Cuando pasaron por la casa del pelirrojo este dijo que esperaran un momento para avisar que se quedaría en casa del rubio y entró corriendo a su casa. Un poco más de cinco minutos después ya estaba el pelirrojo afuera otra vez, pero ahora sin su mochila y con su “Nintendo 3DS” en sus manos. Listo para una tarde de videojuegos con sus amigos.
En cuento entraron al living Naruto le dijo a su novio y a su mejor amigo que se pusieran cómodos, estos se sentaron el sofá prestando mucha atención al juego que Gaara estaba jugando en su consola. Mientras que Naruto fue a la cocina para preparar algo de chocolate caliente, era algo que le encantaba disfrutar en el frio invierno. Durante toda la preparación ninguno de sus invitados entró en la cocina, seguro estarían como hipnotizados jugando. Naruto sirvió con mucho cuidado el chocolate en tazas y con una bandeja fue hasta el living. “Cuidado, estoy llevando chocolate caliente” dijo antes de salir de la cocina por si aluno de los dos estaba a punto de entrar. Como había sospechado esos dos estaban aún sentados mirando la pantalla en 3D y solo voltearon a la mesa cuando olieron el delicioso aroma del chocolate que ya servido en la mesa.
- Naru que rico, preparaste chocolate -dijo el azabache acercándose.
- Oye gracias, huele muy bien -dijo el pelirrojo haciendo lo mismo.
- Sip y sabe aún mejor -dijo el de ojos azules sonriente.
Cada uno tomó una taza en sus manos y probaron el chocolate, que efectivamente estaba delicioso y aunque el liquido estuviera caliente, sabia tan rico que valía la pena pasar por alto ese detalle. Después de dejar vacías las tazas, el rubio sirvió la segunda ronda de chocolate, esta vez se la tomaron sentados en el sofá los tres, mientras veían atentos la consola de Gaara. Luego de un rato Naruto se emocionó tanto que propuso encender su Xbox para jugar los tres juntos. Ya estaban un poco más de media hora jugando con la Xbox cuando escucharon el timbre de la casa sonar. Naruto se puso de pie y con algo de curiosidad por saber quien tocaba abrió la puerta.
- Vaya, no me equivoqué de casa… hola.
- ¿Sai?
- ¿Está mi primo aquí? -preguntó sin más el pequeño azabache.
- ¿Qué estás haciendo aquí Sai? Ósea… ¿Cómo llegaste? -dijo Sasuke al verlo parado en la puerta y se paró al lado de Naruto.
- ¡Sabia que estabas aquí! -dijo sonriendo y lanzándose a Sasuke una vez más- Me parecía extraño que no llegaras a casa y le pregunté a Itachi la dirección de tu… novio.
- Ahh… entonces así llegaste aquí -suspiró el azabache mayor.
- Aja, ¿Qué están haciendo?
- Jugando videojuegos, creo que puedes unirte a nosotros -dijo el rubio invitando al menor pasar.
Los tres entraron al living, donde el pelirrojo había visto toda esa escena por así decirlo, viendo entrar a ese niño abrasado del brazo de Sasuke… Cuando el menor de todos se dio cuenta de la presencia del pelirrojo se quedaron mirándose, sí, a los ojos y sin separar sus miradas.
- Hola… -dijo el menor.
- Hola… -dijo el pelirrojo con su actitud de siempre.
- Me llamo Sai ¿Tú cómo te llamas? -le sonrió.
- Me llamo Gaara.
En contra de su personalidad, el pelirrojo le sonrió al más pequeño. Normalmente no sonreía ante personas que apenas conocía pero… “¡Guau tienes un Nintendo 3DS! Eso es lo que quiero para Navidad” dijo el pequeño acercándose más a Gaara y mirando con los ojos brillantes el aparato. “Sí quieres podría jugar contigo” dijo el mayor y el pequeño azabache le asintió.
- Solo que la batería está descargada, aquí tengo el cargador pero no hay más tomacorrientes.
- Oh, Gaara puedes entrar a mi habitación, al lado de mi cama puedes conectarlo para cargar -dijo el rubio.
- Sí me parece bien ¿Y a ti? -dijo el pelirrojo mirando al pequeño.
- También -le sonrió una vez más- vamos a… esperen… ¿acaso huele a chocolate?
- Ah, sí… hice chocolate caliente ¿quieres una taza? -dijo cortésmente el ojiazul.
- Sí, me gustaría.
Naruto sirvió otra ronda de chocolate caliente, la última, o por lo menos hasta hacer más chocolate caliente. Todos se sentaron en el sofá, los azabaches en el medio y los otros dos a los extremos… sorprendentemente el azabache más pequeño aunque estaba cerca a su primo no estaba tan aventado como siempre, hasta Naruto se sorprendió que estuviera tan tranquilo… “Mmm, esto está muy rico ¿lo preparaste tú?” dijo el pequeño apoyando su cabeza en el hombro de su primo. “No en realidad, lo hiso Naruto” contentó el mayor, mientras que su novio que estaba a su lado pensaba “No podía ser tan bueno para ser verdad ¿no?” viendo otra vez las muestras de “cariño” de Sai hacia SU novio. Después de que todos le dieron otro sorbo a su chocolate, Gaara se puso de pie caminando hacia las escaleras. “Oye espérame” dijo el menor haciendo que el pelirrojo se detuviera a verlo, solo para observar que Sai le daba un beso en la mejilla a su primo y se iba corriendo subiendo las escaleras con una cara de travesura. Gaara veía a ese niño subir casi corriendo las escaleras y algo extrañado por el beso que le dio a Sasuke no hiso más que seguirlo y subir las escaleras con su consola en las manos.
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- ¿Crees que necesitemos más tiempo a solas? -dijo sin más mientras no soltaba el control del Xbox.
- No lo dices por Gaara ¿cierto? -contestó refiriendose claramente a Sai.
- Sí… Sasuke, ya te dije que trato de pasar de largo todos esos gestos que te hace Sai pero…
- ¿No puedes evitar ponerte celoso?
- …Tonto, no es eso…
- ¿Estás seguro? -volteo a verlo con media sonrisa.
- Yo… ehh… t-tal vez… -dijo el rubio de forma entrecortada.
Un pequeño silencio se produjo en la habitación, mientras lo único que se escuchaba eran los sonidos estéreo del juego que estaba en la pantalla, luego de cinco minutos así y cuando la partida se dio por terminada, Sasuke puso pausa al juego. Y se acomodó más cerca de su novio.
- ¿Sabes algo? No lo había notado antes pero… me gusta cuando te pones celoso.
- Tonto… eres un Teme.
- Jaja, tal vez lo sea… pero me gusta verte que me quieres tanto como para ponerte así -mordió su labio inferior- sabes que no lo hago a propósito.
- Tú no… pero tú primito sí lo hace para ponerme celoso.
- Pues que lo haga, eso no cambiará el hecho que tú eres el que me tiene enamorado. En realidad te hace ver aún más lindo a ti cuando te pones celoso.
- Jeje… -Naruto no pudo evitar sonreír con lo que le dijo Sasuke.
- Ahora acércate.
- ¿Para qué?
- Sabes para qué.
Ambos se acercaron y juntaron sus narices mirándose como bobos mientras se veían, Naruto puso sus labios para besar a Sasuke pero este se separo de él sonriente “¿Qué, acaso querías besarme?” le dijo, el ojiazul o miró un poco extrañado, no había entendido bien esa acción. ”Jaja, solo estoy jugando Naru, cierra los ojos”. El sonrió ahora entendía, Sasuke solo estaba jugando como a veces hacia, así que decidió seguirle el juego y cerró sus ojos. El azabache se acercó lentamente y lamió los labios de Naruto con mucha suavidad… Naruto se estremeció, siempre que su novio le hacía eso lo hacía temblar… era casi inevitable y a la vez delicioso. Lentamente y después de unos segundos el menor abrió su boquita para besar a Sasuke con muchas ganas y dulzura. Ese beso que se dieron… no sabían cuanto estaba durando pero que importaba, era riquísimo.
- Tiene sabor a chocolate -dijo ni bien se separaron, lamiendo sus labios.
- Aja… tus besos son ricos Teme -dijo sonrojado, como si fuera uno de sus primeros besos.
- Lo sé, pero yo me refería a que en realidad sí sabe a chocolate… ¿quieres preparar un poco más?
- Sí, está bien… pero primero quiero probar tu chocolate de tus labios.
Sin más Naruto se lanzó a los brazos de su azabache y ambos calleron sobre el sofá, besándose así, con Sasuke abajo y Naruto sobre él, con las piernas al lado de sus caderas y su lindo y redondo trasero rozando levemente el miembro semi-erecto de Sasuke. Sus besos eran enérgicos y llenos de amor, ambos con los ojos cerrados para sentir mejor cada hermosa sensación que podían percibir al besarse.
Mientras que escondido sentado en las escaleras estaba el pequeño Sai, mirando como esos dos se besaban en el sofá. Él estaba bajando las escaleras cuando decidió escuchar un poco a escondidas ya que había escuchado su nombre… Había escuchado esa conversación de los mayores, dejándole en claro que lo que estaba haciendo hasta ahora no estaba funcionando… Sasuke besaba más a Naruto… el pequeño no sabía qué era lo que estaba sintiendo… o tristeza o enojo. El pequeño azabache mordió su labio inferior y en silencio subió las escaleras, entrando otra vez a la habitación de Naruto, sí, de ese chico que estaba besando a su querido y precioso Sasuke…
- Te tardaste un poco ¿no crees? Ya estaba a punto de bajar a buscarte -dijo un pelirrojo sentado en la cama.
- Sí… estaba en el baño de abajo… lo siento si me demoré -pronunció sentándose al lado del mayor.
- ¿Estás bien?
- Sí… ¿por qué lo preguntas? -lo miró a los ojos.
- Estabas más enérgico antes de salir de la habitación, eso es todo.
- Este…
- Sí viste algo que no te gustó… sabes que ellos son novios.
- Dale, te acabo de decir hace ratito que eso no me molesta… en la guerra y en el amor todo se vale.
El pequeño dio una sonrisa traviesa, mientras que él mayor no sabía que responderle exactamente, así que solo guardó silencio y acarició el cabello del pequeño, que no se negó ante ese gesto, minutos después este ya había recuperado su energía animada y volvía a emocionarse con los efectos especiales de la consola en 3D. “Sí quieres podemos bajar, la consola está cargada otra vez” dijo el pelirrojo. “Bah, no hay prisa” le respondió como si nada, dándole una sonrisa traviesa otra vez al mayor. Gaara no pudo evitar sonreírle una vez más al pequeño; era extraño… eran ya muchas sonrisas para un solo día.
En el primer nivel de la casa, los dos novios ya estaban juntos en la cocina, conversando mientras que Naruto terminaba de hacer más chocolate caliente. Se sirvieron dos tazas más, le dieron una probada al dulzor de la bebida, se miraban a los ojos en todo momento, y sin perder más tiempo se dieron un beso fugaz.
- Oye Sasuke, si nuestro amor tuviera un sabor, ese sería el chocolate.
- Ya lo creo, niño comelón.