El día estaba muy agitado, tanto así que los dos protagonistas de nuestra historia no habían podido verse. Sus dos familias los tenían muy ocupados con todos los preparativos de Noche Buena. Por momentos podían mensajearse por celular pero rápidamente al ver que estaban desocupados llamaban a uno o al otro, bueno… por lo menos era por una buena causa estar sin tanto contacto. Casi sin darse cuenta la noche había llegado ya, vaya que el tiempo volaba en realidad. Eran las siete de la noche y mientras que Naruto y Sasuke estaban en sus respectivas casas un castaño llamado Kiba caminaba con su cachorro Akamaru por el parque, tenía que pasearlo antes de la cena de Navidad. El cielo estaba muy tranquilo, las nubes se movían lentamente y el parque estaba vacío, era obvio que todos estaban en sus casas, así le gustaba a Kiba, caminar tranquilo con su perrito al lado. Ya estaba casi por volver a casa después del paseo cuando en un momento vio a una persona que se acercaba por la acera, vaya que sorpresa era ese tipo… Akamaru pareció emocionarse al ver también a esa persona y ladró alegre mientras intentaba correr hacia allá, pero no pudo del todo ya que tenía puesta su correa.
Tal vez antes no lo hubiera hecho pero luego de pensarlo unos segundos el castaño caminó hacia ese otro castaño de cabello más largo, el cual al escuchar los ladridos dio media vuelta dándose cuenta que había pasado de largo a Kiba sin darse cuenta, eso le pasaba por estar con los audífonos a alto volumen y caminar mirando hacia la nieve. Cuando vio que Kiba y su cachorro se le acercaban se quitó los audífonos y dio unos pequeños pasos hacia el castaño. Cuando ya estuvieron a una distancia considerable se detuvieron al mismo tiempo, mientras que el cachorro daba vueltas entre las piernas de los dos de forma juguetona.
- Hola Neji -dijo de forma neutral.
- Kiba, Akamaru ¿Cómo están? -trató de sonreír.
- Bien, supongo… ¿Qué haces por aquí?
- Vengo de la pastelería… compré postres para los invitados -le mostró la bolsa que sostenía.
- Jaja, sé a qué te refieres… ¿tú casa también se llena de gente en estas fechas?
- Sí, estaré con Hinata y mis otros primos… ¿Y tú qué haces?
- ¿No adivinas? -le mostró la correa de Akamaru.
- Oh, claro… es obvio, que tonto soy.
- Jaja -no pudo evitar reír un poco.
Kiba intentó retroceder un paso por casualidad pero entonces sintió un obstáculo, Akamaru había enredado las piernas de los dos con el largo de su correa y ninguno de los dos se habían dado cuenta de eso. “¡Hey! ¡Akamaru nos enredaste!” dijo Kiba al darse cuenta, agachándose y tratando de desenredarse, Neji hiso lo mismo, de hecho le parecía gracioso como habían quedado con la correa del perrito cruzándose entre sus piernas. Cuando ya pudieron separarse el de cabello largo que había dejado su bolsa en el suelo tomó con ambas manos a Akamaru quien no perdió tiempo y se abalanzó a lamerle las mejillas una vez más, haciendo que Neji riera por ese gesto. Kiba aún miraba extrañado esa escena, a menos que Neji untara miel en sus mejillas no había otra explicación para que su pequeño compañero lamiera su cara sin conocerlo… era tan extraño y curioso. “Bueno ya es suficiente chico” dijo Neji bajando a Akamaru y dejándolo en el suelo, luego acarició su cabeza.
- Ehh… no quiero que se nos haga tarde así que… -dijo Kiba de pronto.
- Oh, claro -se puso derecho y tomo su bolsa.
- Bueno Neji, ojala tengas unas bonitas fiestas -le sonrió.
- Sí, tú también.
- Pásale mis saludos a Hinata… ¡Adiós, pásenla bien! -dijo dándose vuelta, listo para marcharse.
- …Ehh… Espera.
- ¿Mmm? -volteó.
- Quiero darte algo… -dijo para buscar en sus bolsillos, luego sacó de su bolsillo derecho un llavero esponjoso con forma de huella de perrito.
- ¿Y eso?
- Es para ti… es algo pequeño pero bueno… -se lo dio y Kiba lo aceptó.
- Ehh… está bonito, gracias -lo miró.
- De nada, ahora si me tengo que ir… ¡Chao, Feliz Navidad!
Sin más el castaño de cabellos largos se dio vuelta y siguió su camino a casa con las mejillas sonrojadas por lo que había hecho. Mientras que el otro castaño aún estaba parado ahí, con su mascota sentada en la acera mirándolo. “Vamos a casa” le dijo a su perrito luego de unos segundos y prosiguieron su camino, mientras caminaban Kiba le dio un vistazo al llavero que le había regalado Neji y luego lo guardó en su bolsillo.
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La casa de Sasuke estaba llena de gente, la familia Uchiha que había reunido en la casa de Sasuke, pero en lugar de que haya mucho ruido todos hablaban de forma muy tranquila, sin barullos… bueno era normal para la familia Uchiha las reuniones así, para Sasuke que ya se había acostumbrado al ánimo y ruido de Naruto ahora le parecía algo aburrida la tranquilidad de su casa ahora, como eran las cosas… ya se había acostumbrado al ánimo de su travieso novio. “Sasuke mi tía dice que la cena ya esta lista, dice que bajes” le llamó Sai entrando a la habitación. El mayor asintió y apagó la laptop, se levantó de la cama y bajo con su primo las escaleras.
- ¿No estás emocionado por los regalos?
- Jaja, tal vez un poco y tú -preguntó el mayor.
- Yo sí, ya sabes que espero mi consola… pero el mejor regalo sería otro…
- ¿Y cuál sería? -le dio curiosidad.
- Jiji… mi primer beso… contigo.
- … Ehh…
- ¡Ya vamos, estoy hambriento! -dijo el peque tomándolo de la mano y corriendo al comedor donde toda la familia ya estaba sentada.
Mientras que en la casa de Naruto solo estaban él, su hermano mayor y su mamá sentados en la mesa con una gran cantidad de comida y dos pasteles diferentes. Naruto miraba con emoción la mesa, estaba bastante variada… “Parece un banquete” dijo con los ojos brillantes. “Jaja, enano cierra la boca o vas a mojar al pavo con tu saliva” contestó el rubio mayor. La razón de que solo estuvieran los tres en la cena de Navidad era porque Minato había salido de la ciudad y había dejado que Deidara vaya a celebrar la Navidad y Año Nuevo en casa de su madre. Además que ahora que los padres de los rubios estaban separados no sería prudente ir tan rápido ir a celebrar Fiestas con la familia de Minato como hasta la fecha lo habían hecho, pero ahora con él fuera de la ciudad y con la familia de Kushina al otro lado del país no habían tenido tiempo de planear una gran reunión familiar, pero bueno. Solo los tres era más que suficiente para ellos. Lo importante de esas fechas era pasarlo junto con quien más quieres, y eso estaban haciendo. Luego de una oración para agradecer la comida y que estuvieran juntos empezaron con la cena, como siempre Kushina había cocinado delicioso.
Mientras cenaban algunos fuegos artificiales podían escucharse en el cielo, con cada minuto que pasaba faltaba menos para el tan esperado 25. Luego de la deliciosa cena Navideña y claro, de tomar rico chocolate caliente. La familia de Naru esperó con ansias que llegara la media noche y cuando por fin dieron las doce vieron desde el jardín de la casa el espectáculo de pirotécnicos brillar en el cielo, todas esas luces le gustaban a Naruto, todos se dieron el abraso de Navidad y luego de mirar un rato más los fuegos arteriales los dos mayores entraron a la casa, mientras que Naruto veía contento el cielo iluminado sentado en la nieve. Después de unos minutos tomó su celular y como sabia que las líneas telefónicas estarían repletas decidió mandarle un mensaje a su novio, deseándole una Feliz Navidad y recordándole que lo amaba, así era Naruto, siempre tan noble y adorable. Sus características que se habían mantenido desde que era pequeño seguían en él. Cuando el rubio entró a la casa y cerró la puerta vio que Deidara estaba husmeando los regalos debajo del árbol de Navidad. “¡Oye Dei! Recuerda que no los abrimos hasta que estemos todos… ¡Y yo acabo de entrar!” dijo dando un gran salto hacia donde estaba su hermano.
Los tres se sentaron en el sofá del living y pusieron todos los regalos en la mesa central, de poco a poco se fueron repartiendo los regalos, hasta los regalos que había traído Deidara que eran de parte de Minato. Los regalos de Naruto fueron un par de cajas de bombones y galletas, que ya saben que le encanta. Aparte de ropa de invierno y un nuevo reproductor de música también recibió una pelota de futbol que su padre le había enviado. Bueno… a él no le gustaba el futbol… parece que su papá había olvidado ese detalle, pero bueno… por lo menos ahora podía poner esa pelota nueva en su repisa para exhibirla. Media hora después Minato llamó al teléfono de Deidara para saludarlo a él y a Naruto. Ya a la una de la mañana y media Naruto le había dado sueño, era normal ya que el peque dormía máximo a las once de la noche, sí… todo un niño bien, pero es que ya estaba acostumbrado a eso. Se recostó en su cama con todo y ropa y se puso cómodo, no había pasado ni dos minutos cuando recibió un mensaje a su celular.
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- Oye Sai ¿No tienes sueño? Van a ser las dos de la mañana.
- Nop, están muy divertidos estos fuegos para mi nuevo DS3 -sonrió de oreja a oreja.
- Ya veo, ¿también estas emocionado por que ahora te quedarás por dos meses más verdad?
- ¡Claro que sí Itachi! ¡Eso es genial! Cuando mis papás me lo dijeron salté de alegría jaja, y ahora más que nos mudaremos aquí a los suburbios -dijo muy alegre el menor a su primo mayor.
- Jaja me alegro por ti, estarás con nosotros dos meses más y luego te mudarás aquí cerca… parece que te voy a ver crecer mucho ¿eh? -le acarició el cabello al menor.
- Sí, sí… cuidado que tengo que ganar -dijo ahora prestándole más atención a su nueva consola.
Itachi rió ante el comentario de su primito, ambos estaban sentados en sofá del living mientras todos los adultos seguían hablando en el living.
- Apropósito… ¿Dónde está Sasuke? No lo he visto desde hace rato.
- Mmm… creo que está en su habitación.
- Ahh… -dijo sin darle más importancia por el momento, ya que estaba muy concentrado en su juego nuevo.
En la habitación de Sasuke, este estaba recostado en su cama llenándose de mensajes con su novio rubio de ojos azules, hablando de muchas cosas, como cuáles eran sus regalos de Navidad. “Nada… bueno me regalaron ropa, varios juegos para PC, efectivo y un nuevo celular, lo estoy usando ahora” estaba escribiendo Sasuke, esa noche hablarían mensajeandose hasta caer rendidos por el sueño. Al día siguiente, o mejor dicho… ese 25 de diciembre al medio día ambos novios se encontraron en el parque, en la noche habían quedado para encontrarse ahí y pasar juntos Navidad. Algo muy bueno era que prácticamente las calles estaban vacías a esa hora y podían besarse sin llamar la atención de nadie.
- ¡Feliz Navidad Sasuke! ¡Toma tu regalo! -le dijo muy alegre el pequeño extendiéndole un regalo envuelto un poco raro.
- Gracias Naru… tú lo envolviste ¿cierto?
- Jaja sí, tengo que practicar más… ¡vamos abrévelo!
Sasuke rompió el envoltorio con decoraciones Navideñas y pronto tuvo ese gorrito de lana blanco en sus manos.
- Waoh… gracias, ¿tu lo tejiste?
- Jaja claro que no… por algo tiene marca ¿no?
- Ya sé, ya sé.
- ¡Póntelo! -dijo alegre.
Naruto le quitó el gorro de sus manos y el mismo se lo puso en la cabeza, Sasuke se veía adorable con ese gorrito blanco cubriendo sus cabellos y además combinaba con su pálida piel.
- ¡Te queda muy lindo!… ¿Dónde está mi regalo? -extendió las manos.
- Ehh… ¿regalo? Mmm… ¿tu beso de Navidad?
- Eso ya me lo diste… -hiso un puchero.
- Ok… cierra los ojos.
Naruto obedeció, pronto sintió como cosquillas en la nariz, parecía como si lo estuvieran picando con papelitos. Abrió los ojos y vio que su novio sostenía dos boletos. “¿Recuerdas que Itachi y Sai fueron al parque de diversiones? Ahora nos toca a nosotros” le sonrió. Naruto emocionado se puso a brincar, no había duda… era todo un niño en esos temas, cosa que lo hacía ver aún más lindo y divertido. “¡Sí vamos! Pero primero tengo que pedirle permiso a mi mamá” dijo tomando de la mano a su novio y fueron a paso rápido a la casa del rubio.
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El 30 de diciembre, Neji y Kiba conocieron al primito menor de Sasuke. Resulta que todos los chicos (excepto Deidara e Itachi que estaban muy ocupados aprovechando el tiempo… y en la habitación) fueron al cine juntos ese día, antes de Año Nuevo. Todos se sentaron en una fila: primero Naruto, luego Sasuke, después Gaara (quien había tomado el asiento antes que Sai lo hiciera), luego claramente Sai y al final los dos castaños, que los últimos días se la habían estado pasando compartiendo tiempo juntos, al parecer esa idea de volver a ser amigos no estaba tan lejana después de todo. Luego de salir del cine animados por la película, todos fueron a tontear y pasar el día juntos, ese día fue el desmadre hasta la noche.
Ya para el 31 de diciembre en la noche todo fue de lo más normal, las casas de Naruto y Sasuke estaban igual que en Navidad y ahora todos esperando ansiosos la llegada del nuevo año, todos listos para celebrar. A la media noche exacta y dando paso ya al primero de enero todas las casas se llenaron de gritos de euforia y el cielo por supuesto que se llenó de luces y fuegos artificiales, aún más potentes que en Navidad. Mientras todos en casa celebraban el Año Nuevo habían dos adolescentes corriendo por la acera, cada uno corriendo a dirección opuesta del otro, sus cabellos rubio y azabache corrían también con el viento y solo se detuvieron cuando se encontraron, era obvio que esos dos no podían celebrar el Año nuevo sin verse, y ahí estaban ahora, besándose en plena calle mientras todos en casa bailaban y festejaban. Y Naruto y Sasuke diciéndose “Te amo” para luego mirar el espectáculo de luces que aún continuaba en el cielo, sin más se volvieron a besar, sintiéndose cada vez mejor en cada beso y en ese deslizar de sus labios tan delicioso.