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Ese chico... llamado Sasuke por Bad boy x3

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Notas del capitulo:

Buenas noches lectoras y lectores!! Les traigo aqui un capítulo de fuego jeje. Ciertamente aúnque al principio me costó un poco construir la trama, estoy muy satisfecho de como quedó ^^

Espero les guste, en serio!!

Dos semanas, exactamente habían pasado dos semanas desde que las clases habían comenzado y también dos semanas en las que nuestro rubio de ojos azules veía cada vez más extraño a su novio de cabello azabache, por fuera era el mismo pero el rubio ya no sabía exactamente qué era lo que pasaba por su mente, era algo que preocupaba a Naruto cada vez más, al principio no lo notaba pero desde que su tercer mes-aniversario lo pasaron casi como un día cualquiera, sí le pareció rara el comportamiento de Sasuke… ¿Sería que Naruto había hecho algo mal? O ¿El azabache habría tenido un problema familiar? Naruto Uzumaki no tenía las respuestas y cada vez que se quería acercar a su novio para preguntarle si todo estaba bien, luego retrocedía y tampoco sabía porque no se atrevía a preguntárselo.

 

Por una semana entera Naruto despertaba y deseaba que todo fuera igual que antes, amanecía con una sonrisa en el rostro, que trataba de mantener durante todo el día, pero… había algo extraño, en serio sentía que Sasuke como que lo estaba evitando o escondiéndole algo… ¿sería una sorpresa? ¿Cómo cuando le vas a hacer una fiesta sorpresa a alguien? ¡Claro, eso tenía que ser! Aunque… si fuera una fiesta sorpresa entonces ya se la habría hecho en su tercer mes… o tal vez para que sea más sorprendente lo haría un día en que el de ojos azules no se lo esperaría. Esa idea hiso que Naruto sonriera más y que sus ganas de ir a visitar a su novio se incrementaran, así que se puso su bufanda y su gorro de lana rumbo a la casa de Sasuke.

 

Mientras que en la casa de la familia Uchiha, la casa no estaba tan silenciosa. Sasuke estaba recostado en el sofá tratando de ver televisión pero no podía concentrase, podía escuchar a Itachi tocando su guitarra eléctrica en su habitación y también escuchaba la vocecita de su primo que estaba en el segundo nivel de la casa, seguro estaría hablando por celular con uno de sus amigos, solo había pasado dos semanas desde que Sai entró a su último año de primaria y ya se había hecho con muchos amigos, no había duda de que ese pequeño es muy sociable, pensaba Sasuke “No sé de qué lado de la familia, pero bueno…” trató de sonreír pero no le funcionó mucho, era increíble tanta culpa que aún podía sentir… A Sai parecía que ya se le había olvidado ese beso que se dieron pero… a Sasuke aún no se podía olvidar de eso y cada vez que más tiempo pasaba la culpa seguía siendo la misma o peor… aumentaba. Pero no podía decírselo a Naruto, decirle a su novio que él se había besado con Sai sería muy malo para su relación, sin contar tantas veces que Naruto se ponía celoso de ese niño de once años… ahora que se enterara que sí se habían besado… no, Naruto no se podía enterar.

 

-      Oye antipático, si vas a dormir mejor anda a tu cama.

 

-      No jodas Itachi, no estoy durmiendo, solo estaba descansando los ojos.

 

-      Bueno como digas, voy a salir a una práctica con la banda. Dile a mamá que regreso después de la cena.

 

-      Bah, está bien…

 

Sasuke ni se había dado cuenta en qué momento Itachi había dejado de tocar, en serio que se podía perder en sus propios pensamientos, el azabache mayor salió de la casa, por lo menos ahora estaba un poco más silencioso, excepto por la pequeña voz de Sai que aún se podía escuchar desde arriba. Sasuke decidió ponerle más atención a la televisión, tal vez si se relajaba un poco…

 

No pasaron ni diez minutos que Itachi había salido que se escuchó el timbre de la puerta, Sasuke dejó que el timbre sonara, tal vez sería una estúpida broma de su hermano mayor para hacerlo levantar del sofá, pero cuanto más minutos dejaba pasar más sonaba el timbre, así que con algo de enojo se puso de pie para ya abrir la puerta de una vez.

 

-      ¡¿Quién está tocando tanto?! -dijo el azabache un segundo antes de abrir.

 

-      Ehh… yo.

 

-      Naruto… hola, no sabía que eras tú.

 

-      Bueno, vine a verte… dime tonto pero te extraño desde que salimos de la escuela hoy -dijo sonriendo.

 

-      Perdón por hacerte esperar…

 

-      Ok ¿pero me dejas pasar?

 

-      Claro, no sé donde tengo la cabeza -se dijo para si mismo en voz alta.

 

Los dos entraron a la casa, ya dentro y con más calorcito por fin, Naruto se quitó la chalina y su chaqueta muy gruesa, lo hacía ver más rellenito pero cuando se lo quitaba dejaba ver su tersa y delgada figura. Naru se quedo con el gorro de lana puesto ya que en Año Nuevo su novio de ojos negros le había dicho que lo hacía ver aún más adorable, esas cosas tan bonitas que Sasuke le decía de vez en cuando le gustaba mucho, ahora tenía la esperanza de volver a sacarle un halago a su novio.

 

-      ¿Y que estabas haciendo? -preguntó con un tono infantil.

 

-      Estaba viendo la tele… pero no encuentro nada interesante.

 

-      ¿Puedo sentarme contigo?

 

-      Sí tú quieres.

 

No era la respuesta que Naruto se esperaba, pero al menos era algo… ambos se sentaron en el sofá, por algunos minutos solo miraron la televisión pero luego Naruto quiso hacer algo más, se quitó los guantes, dejando ver sus suaves manitas y tomó de la mano a Sasuke, este lo apretó un poquito, ahora aunque fuera solo un poco se sentía mejor, Naruto entrelazó los dedos y esbozó una tierna sonrisa.

 

-      Hola primo, hola… Naruto -dijo Sai entrando corriendo al living y poniéndose su chaqueta al mismo tiempo.

 

-      Hola -pronunciaron los dos mayores.

 

El más joven de los tres no dijo nada más se terminó de poner la chaqueta y los guantes, junto a unas orejeras que en realidad lo hacían ver muy lindo, mientras se ponía toda esa ropa de invierno frente a la puerta de la casa tenía una sonrisa en su rostro.

 

-      ¿Vas a salir a algún lado? -preguntó su primo.

 

-      Sip, voy a verme con Gaara, estábamos hablando por celular pero me dijo que sería mejor vernos en el parque.

 

-      ¿En el parque que esta unas calles más arriba? -preguntó Naruto.

 

-      Aja, hay unos columpios ahí… creo que vamos a jugar un poco.

 

-      Te vez muy emocionado -dijo de nuevo el rubio.

 

-      Jaja… tal vez… Bueno adiós, regreso en dos horas ¿bueno?

 

-      Lleva tu celular.

 

-      Sí Sasuke, recuerda que Gaara me va a cuidar ¡ya regreso!

 

Sin más que decir el pequeño azabache salió de la casa con una linda sonrisa, dejando a los dos mayores en privado. “¿Entonces… acaso estamos solos Teme?” preguntó el menor de la pareja. El de ojos negros solo asintió con la cabeza y a los dos segundos ya tenía a Naruto recostado sobre el sofá y apoyando su cabeza en el hombro del mayor.

 

-      ¿Recuerdas que nuestro primer beso fue en ese parque?

 

-      Sí… todavía me acuerdo.

 

-      Sasuke…

 

-      ¿Mmm…?

 

-      Yo… a ti te… -de un momento a otro Naruto guardó silencio.

 

-      ¿Qué cosa Naruto?

 

-      Es que… estas algo frio conmigo Sasuke… y no me refiero al invierno.

 

-      Yo… es que…

 

-      … -Naruto solo podía ver a su novio, tenía mucha curiosidad de lo que le iba a decir.

 

-      Yo… no me pasa nada Naru… no sé… creo que solo estoy algo desanimado, disculpa ¿sí?

 

Naruto estaba a punto de preguntarle por qué estaba tan desanimado, pero no se atrevió, de seguro que tenía problemas con sus padres o algo parecido. Ahora estaba un poquito más preocupado por su novio, lo mejor era demostrarle su apoyo y que puede confiar en él. “Está bien, solo espero que tu animo de siempre regrese pronto Teme” dijo el más peque regalándole una sonrisa, que en vez de darle calma a Sasuke en realidad hacia que el azabache sintiera más culpa aún. Naruto bajo lentamente hasta estar a la altura de la cintura del mayor y poder abrasarlo desde ahí, quedando la cabeza del menor pegada al vientre de Sasuke, eso hiso que este último se sonrojara.

 

-      Teme… hace tiempo que tú y yo no… nos ponemos más calientes… -dijo en voz baja.

 

-      … No quiero que pienses que lo nuestro es solo eso Naru…

 

-      No lo hago, en serio que no -dijo con mirada casi suplicante.

 

-      Yo… lo haremos cuando sea el momento ideal ¿sí? Como todas las veces.

 

El azabache acarició la cabeza de Naruto por sobre su gorro, intentando calmar a su novio. “¿Y este no podría ser uno de esos momentos ideales?” pensaba el de ojos azules, finalmente decidió permanecer acurrucado a Sasuke y compartir el calorcito que se daban el uno al otro.

 

______________________________________________________________________________

 

Un lindo niño de casi doce años corría con las mejillas sonrojadas y con unas lindas orejeras entrando en el parque, como ese lugar estaba un poquito lejos de la casa de sus tíos fue deprisa para llegar y ver a cierto pelirrojo. Cuando llegó a la sección de juegos infantiles vio que no había mucha gente, y también pudo notar de inmediato que a la persona que había ido a buscar estaba sentado en una banca. Su linda sonrisa se incrementó y fue corriendo hacia el pelirrojo, ese último al ver a el pequeño que le gustaba se puso de pie. Cuando ya estaban lo suficientemente cerca el menor se abalanzó y abrasó con ganas al pelirrojo, frotando su carita con el pecho del mayor.

 

-      Hola Sai… jaja me haces cosquillas.

 

-      Lo sé, por eso me gusta hacerlo -le respondió ahora alzando su carita, mirándolo desde abajo.

 

-      ¿Cómo estás? -le preguntó el pelirrojo acariciando con suavidad el cabello del niño que le gustaba a mil.

 

-      Muy bien, ¿y tú?

 

-      Yo también.

 

-      Entonces como los dos estamos bien, vamos a columpiarnos.

 

El menor tomó de la mano a Gaara y caminaron a los columpios que estaban recién desocupados. Los dos se sentaron cada uno en un columpio, uno al lado del otro. Mientras que Sai se columpiaba con energía y emocionado por la altura, Gaara trataba de hacerle la competencia, era muy divertido tratar de ganarle a un niño menor que él y lo mejor de todo era que compartían un bonito momento, juntos. Después de un buen rato y de cansarse de mecerse tanto, decidieron calmarse y la columpiarse a una velocidad mucho más lenta.

 

-      Y cuéntame ¿cómo te ha ido en tu nueva escuela?

 

-      Bien, la maestra es muy amable y también conocí a nuevos amigos -dijo sonriente y sincero.

 

-      ¿En serio? Qué bueno Sai.

 

Era cierto que el pelirrojo no era el mejor para una conversación pero si estaba al lado del pequeño que le gustaba… también era justo hacer un esfuerzo.

 

-      Me gusta la idea de que te mudes al vecindario.

 

-      ¿Sí? Gracias, aunque todavía me voy a quedar en casa de Sasuke un mes más, mis papás tienen que terminar sus trabajos al otro lado del país para recién mudarnos aquí todos.

 

-      Ahh… bueno… ¿crees que te gustará vivir aquí?

 

-      Claro que sí Gaara, también me gusta pasar tiempo contigo.

 

Con lo último que dijo el pequeño hiso que el pelirrojo se sonrojara, era casi increíble que con solo pronunciar ciertas palabras, hacia que el corazón del mayor latiera con más intensidad. Luego de unos minutos Gaara observó que se habían quedado solos en la sección de juegos infantiles, seguramente porque ya estaba poniéndose el sol. Así que el pelirrojo quiso hacer algo nuevo. “Oye Sai… ¿Quieres que nos columpiemos juntos?” preguntó. Segundos después el menor estaba sentado en el mismo columpio que Gaara, recostando su espalda en el pecho del mayor. Era extraño pero lindo… tener al niño que te gusta sentado entre tus piernas y columpiándose contigo… “¿Quieres que vayamos más alto?” decía el mayor mientras los dos se sujetaban de las cadenas del columpio. El menor decía que sí con alegría, le gustaba mucho columpiarse así. Se cansaron de tanto reír y de columpiarse alto después de unos minutos, Gaara extendió sus pies y detuvo poco a poco al columpio, quedando en un rato los dos detenidos y sentados ahí, calmando sus risas, era como un juego de niños… literalmente lo era. Cuando ya estaban en cero impulso el mayor envolvió sus brazos en el pequeño cuerpo de Sai, abrasándolo con ternura. El más pequeño se acurrucó contra el cuerpo del pelirrojo, gustándole la sensación y ese agradable calorcito extra. Dirigió sus manitas y las puso sobre las manos de Gaara. Era un abraso perfecto.

 

-      Oye Sai… me alegro mucho de haberte conocido.

 

-      Jaja… me haces sentir raro Gaara.

 

-      ¿Cómo raro? -se preocupó un poco el mayor.

 

-      Me… me haces sentir cosquillas en mi pecho… cuando estamos muy cerca.

 

-      Yo… también me siento así contigo.

 

-      ¿Y se siente bien?

 

-      Aja…

 

Era mágico, Gaara se sentía en el paraíso abrasando así a su pequeño azabache y lo mejor de todo es que Sai le estaba correspondiendo, sin poder evitarlo se acercó más a él y olió sus lindos cabellos, los cueles tenían un aroma como a vainilla. Apartó su mano derecha de las manitos de Sai y se quitó su guante, lentamente levó su mano desnuda a la carita del menor, acariciando sus tibias y suaves mejillas, la piel de Sai era tan tersa y suave como un paño de seda y la temperatura de esas mejillas era perfecta, aunque las sentía más calientitas a cada segundo que pasaba, finalmente los dedos de Gaara terminaron por encontrar los labios de Sai, unos labios suaves… tan infantiles. “Jaja… eso me da cosquillas” pronunció el pequeño, dejando se Gaara lo siguiera acariciando de esa forma tan tierna y agradable. De una forma picara, el menor tomó con ambas manitas la mano derecha de Gaara y mordió con suavidad el dedo índice de este, que estaba acariciando sus labios. El pelirrojo se sonrojó completamente y también sintió un latido expandirse por todo su cuerpo, esa picardía fue… tan excitante… Después de ese pequeño mordisco Sai soltó la mano de Gaara y este solo levantó su mano para acariciar ahora el suave cabello del azabache.

 

-      Gaara…

 

-      ¿Mmm?

 

-      ¿Me llevas a casa?

 

-      ¿Ya te quieres ir?

 

-      No es eso… es que quiero ir a casa contigo.

 

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La noche ya estaba a punto de caer sobre las calles, el pelirrojo y el pequeño azabache caminaban a paso ligero viendo como minúsculos copos de nieve caían de vez en cuando, ya estaban por llegar a la casa de la familia Uchiha.

 

-      Ya llegamos… bueno creo que…

 

-      Espera, te dije que quería venir contigo no que te fueras -dijo sonriente el pequeño- ven, vamos al patio trasero.

 

Sai tomó de la mano a Gaara y lo dirigió hasta el patio trasero de la casa, bordeando a esta y sin necesidad de entrar a la casa, ambos se sentaron en uno de los escalones que había en el patio, que estaba en su mayoría cubierto de nieve y a la tenue luz de la luna se veía hermosa. Los dos se pusieron a hablar de los juegos de sus consolas con doble pantalla, especialmente para el menor que le parecía muy divertido hablar de ello, estuvieron casi media hora hablando de sus cosas.

 

-      Gaara tengo un poquito de frio -frotando sus propios brazos y cerrando sus ojitos.

 

-      ¿Está bien si te abrazo?

 

-      Sip.

 

El pequeño abrió los brazos y el pelirrojo lo abrazó con ganas, como siempre el azabache se acurrucaba como un gatito, era una de las cosas que le encantaban a Gaara.

 

-      Me gusta mucho abrasarte -se animó a decir el mayor.

 

-      A mí también… hace que sienta esas cosquillas de nuevo -dijo mirándolo a los ojos.

 

-      Sai… eres precioso…

 

-      ¿De verdad te parezco así? -se sonrojó.

 

-      En serio que sí… desde que te conocí pienso en eso.

 

-      Gaara… estas rojo… jaja… pareces una cereza.

 

-      ¿No mientes? -se avergonzó un poco.

 

-      Nop, pero está bien… te ves muy lindo así.

 

El mayor acercó sus labios lentamente mientras sentía su corazón latir muy rápido y sus mejillas ponerse más coloradas de lo que ya estaban. Terminó por posar sus labios en una de las mejillas sonrojadas de Sai, el pequeño después de ese beso en la mejilla mordió sus labios, aún sin separarse de ese cálido abrazo.

 

-      Me siento muy bien contigo -dijo el pequeño.

 

-      Yo igual… tú me gustas Sai.

 

El pequeño de cabello negro no lo creía, eran las palabras más bonitas del mundo, hiso que su corazón latiera aun más fuerte y que una gran ola de emoción y alegría lo invadieran. Ante tantas emociones solo pudo esconder su carita entre los brazos del mayor, para unos segundos después balbucear unas palabras que no fueron muy entendibles para Gaara.

 

-      Disculpa ¿Qué dijiste?

 

-      Que creo que tú también me gustas… -dijo ahora sí mirándolo a los ojos.

 

-      Sai…

 

-      Es que… en serio me haces sentir muy lindo… y me gusta cuando estás conmigo -le sonrió.

 

El pelirrojo le mostró una de sus más grandes y hermosas sonrisas, de esas que solo una vez en un millón mostraba, volvió a acercarse a la carita de Sai pero esta vez con otro objetivo, cuando sus tibias respiraciones estuvieron suficientemente cerca como para respirar del mismo aire el azabache cerró sus ojitos y sintió los labios de Gaara sobre los suyos, el pequeño ante sus nervios y emoción acarró con más fuerza la chaqueta de Gaara con ambas manitos y el mayor abrazó con más confianza al menor, ese fue el primero de varios besitos castos esa noche.

 

 

 

Una semana después…

 

Sasuke Uchiha estaba llegando a la casa de Naruto, por fin, después de más de tres semanas dudando y callado sobre el tema del beso con Sai, por fin se había decidido a contarle a su novio todo lo sucedido y explicarle también el por qué de su actitud tan fría. Ya había dejado pasar muchas semanas para esa explicación, solo esperaba que su rubio tomara las cosas bien, tenía que ser muy sutil en lo que le diría. Cuando llegó a la puerta de la casa tocó el timbre y lo recibió Kushina con una sonrisa de bienvenida. La madre de Naruto le indicó a Sasuke que Naruto estaba en su habitación con Gaara, que habían llegado juntos después de la escuela.

 

Sasuke subió las escaleras, seguro Naruto y Gaara estarían conversando así que tocaría la puerta antes de entrar, cuando se acercó a la habitación de su novio se dio cuenta que la puerta estaba entre abierta, se asomó un poco para tocar pero lo que vio por el filo de la puerta entre abierta lo dejo casi en shock. Ver que los labios de los dos adolescentes se estaban tocando fue una explosión de enojo, así que sin poder ver más y con ganas de romper una casa completa se fue lo más rápido que pudo. Ir a la casa de tu novio y encontrarlo besándose con su mejor amigo… no, definitivamente eso no ayudaría para nada en su relación.

Notas finales:

Pues sí, la verdad es que ese último beso sí fue real, la semana que viene sabremos que pasó en esa semana que corté a proposito xD Lo sé, I'm a really Bad Boy!! ^^

Bueno nos leemos la próxima semana!! oh y por si quieren saber como se llamará el cap. que viene... "De mal en peor" u.u

Espero les haya gustado el capítulo!! nos leemos pronto.


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