Hace unos días…
Era casi mitad de semana, de por si regresar a clases era algo un poco fastidioso para Naruto, lo hacía aún más pesado querer salir a divertirse con sus amigos y no poder o mejor dicho, que ellos no quisieran.
- ¿Estás seguro que no puedes acompañarme? -preguntaba el de ojos azules caminando al lado de su pelinegro, habían acabado de salir de clases.
- Sí, lo siento Naru… pero mis padres me dijeron que tenía que estar temprano en casa hoy.
- Oh… bueno -dijo con decepción en sus palabras.
- Pero tal vez mañana si podamos ir a tu casa, ya veremos mañana ¿sí? -trató de sonreír.
- Está bien Sasuke.
Sinceramente, las palabras de Sasuke no era ciertas, la verdad es que no tenía aminos de ir a casa de su novio y hacer como si nada hubiera pasado, como si la culpa que todavía cargaba no fuera suficiente, huir… definitivamente eso no estaba en la naturaleza de Sasuke Uchiha, pero… no le quedaba otra opción, por lo menos no por ahora. Naruto quería creerle a su novio, que no podía ir a acompañarlo a su casa porque sus padres lo querían temprano en su casa, pero en realidad había algo en la voz de Sasuke que ya no era igual a unas semanas antes, se sentía extraño toda esa situación. En fin, Naruto quería seguir tratando de entretenerse, le preguntaría a su mejor amigo si quería ir a jugar con él, así que volvió a sonreír.
- Gaara ¿quieres ir a mi casa para jugar con la Xbox?
- Huy… Lo siento Naru, pero ya tengo planes para hoy.
- ¿En serio? Es que pensé que podíamos pasar un rato juntos.
- Lo sé, pero es que voy a ir a recoger a Sai de su escuela y luego vamos a estar juntos…
- Oh… ahora pasas más tiempo con Sai -hiso un puchero.
- Jeje bueno, ya te contaré con más detalle, ¡nos vemos mañana!
Vaya que Gaara se veía mucho más animado que antes, ahora sí lo podías ver sonreír más a menudo. Entonces ya van dos y ninguno puede… Naruto suspiró, luego de inmediato volteó para buscar a Hinata y a los segundos la encontró saliendo de la escuela, parece que se había demorado haciendo su mochila. Naruto fue casi corriendo una vez más animado y le preguntó a su amiga si podían salir a tomar algo juntos, la chica de ojos muy claros le dijo que sí casi de inmediato y de forma algo tímida, como ya era muy de costumbre en su forma de ser. Naruto sonrió de oreja a oreja.
- ¿E-Entonces vamos por un café?
- ¿Café? No me gusta el café -dijo el rubio haciendo un gesto de desagrado.
- ¿Y qué tal por una taza de chocolate caliente?
- Me leíste la mente Hinata, ven vamos.
Los dos amigos se pusieron en marcha, caminando mientras veían las calles blancas e invernales, mientras caminaban hablaban de varias cosas, al principio solo de algunas tonterías y asuntos de la escuela, antes de llegar a la cafetería donde se dirigían ya estaban hablando de temas más personales.
- ¿Entonces es cierto que Kiba y Neji se… se están llevando mejor?
- La verdad… sí se están llevando muy bien, n-no parecen los chicos de hace un par de meses.
- Sí, antes no se podían ver ni en pintura… hablando de ellos ¿sabes sonde están?
- Creo que hoy se fueron juntos a jugar video-juegos.
- Increíble -pronunció el pequeño de ojos azules muy animado.
- N-Neji me dijo que tú lo habías ayudado a que ellos sean amigos.
- Oh sí, te contaré más de eso mientras tomamos chocolate.
Estaban ya en la puerta de la cafetería, se sentaron en un lugar muy acogedor y calientito, sin duda la calefacción de esa cafetería hacia una gran diferencia con el frio que hacia afuera. Los dos pidieron chocolate caliente con espuma y malvaviscos y mientras se los traían Naruto le contaba a Hinata sobre cómo les había dado un pequeño empujón a esos dos castaños para que recuperaran esa amistad, lo único que no le contó a su amiga, porque lo había prometido, fueron los verdaderos sentimientos de Neji. Cuando ya estaban las dos tazas con el líquido caliente se animaron a beberlas pero por la alta temperatura de estas, tuvieron que beberlas despacio.
- Oye Hinata muchas gracias por acompañarme -le regaló una sincera sonrisa.
- Sí, de nada.
- Sasuke y Gaara parece que estas muy ocupados para pasar tiempo conmigo -hiso un puchero otra vez.
- Naruto… ¿está todo bien entre Sasuke y tú? Es que… no los he visto tan cariñosos como siempre.
- Sé a lo que te refieres… no sé si hice algo malo pero…
El rubio le contó un poco de cómo se sentía él por esa situación tan fría con su novio, Naruto se daba cuenta que no era el Sasuke de siempre, pero por alguna razón el azabache hacia como si fuera el mismo, aunque se notaba desde lejos que algo había pasado al parecer… Igualmente era algo medio incomodo, eso sí. Pero el de tres marquitas en cada mejilla no quería llenar a Sasuke de preguntas, tal vez tenía un problema familiar o algo así, como ya se le había ocurrido antes, no quería molestar a su novio. Hinata como siempre escuchaba atenta las palabras de su amigo, le dijo que tal vez era solo por el momento, que si Sasuke seguía así era mejor que le preguntara, pero por mientras tal vez era mejor darle un poco de espacio. Naruto comprendió lo que le aconsejaba su amiga y le asintió. Solo esperaba que todo volviera a ser como antes. Ambos amigos le dieron otro sorbo a su chocolate y el de ojos azules pidió una docena de galletas con chispas de chocolate para compartir con Hinata y acompañar deliciosamente la bebida.
Mientras los días pasaban las cosas no habían cambiado mucho en realidad, Sasuke seguía evitando a Naruto a su manera, era cierto que un par de días sí estuvo acompañándolo en su casa, pero en serio que las cosas no eran iguales, no era al Sasuke que se quería comer a besos a su rubio, esto empezaba a preocupar un poco a Naruto internamente… que pasaba si Sasuke no cambiaba y se quedaba así, el Sasuke frio… eso no le gustaba a Naruto, él amaba a Sasuke pero… extrañaba al Sasuke que se lo quería comer a besos y que a veces podía ser pervertido, el Sasuke que lo hacía sonrojar y que a veces lo hacía enojar, extrañaba a ESE Sasuke.
Hoy…
Ya había llegado el ansiado viernes, ese día a la hora del almuerzo Sasuke le había dicho a Naruto que en la salida se tendría que ir rápido a su casa así que ni bien sonara el timbre saldría hacia allá con su bicicleta. Naruto no hiso protesta alguna, pensó que tal vez se podían ver mañana o más tarde, de todas formas quería que Sasuke estuviera libre para pasar tiempo con él. Lo que no sabía el menor era que Sasuke iría a casa para prepararse mentalmente a confesarle a su novio de una vez lo que había pasado, en serio que Sasuke también estaba harto de esa situación también, pero tenía que relajarse en serio así que se prepararía en casa y luego ya iría a contárselo a Naruto en privado.
A la hora de salida el azabache hiso lo que había dicho y se fue rápidamente de la escuela, mientras que Naruto caminaba fuera de esta tomando a Gaara del brazo.
- Ya Gaara, ahora si vas a acompañarme hoy, ayer me dijiste que me acompañarías sin ningún pero.
- Sí, lo sé… ya Naruto no es necesario que me escoltes del brazo.
- ¿Por qué? ¿Acaso crees que si Sai nos ve se va a poner celoso? -bromeó el rubio.
- Bueno… no creo que nos vea, se fue al cine con sus amigos hoy.
- Vaya que sí sabes dónde está ese niño… no será que tú y él…
- Ehh… te lo cuento cuando lleguemos a tu casa.
Fueron caminando a la casa del rubio mientras conversaban de otros temas, por fin estarían juntos después de días, cuando llegaron Kushina los recibió alegremente, sin dudas le gustaba que Naruto trajera a sus amigos a casa, de inmediato invitó a Gaara para quedarse a almorzar con ellos, y Gaara por supuesto no se pudo negar a tan amable oferta. Los dos adolescentes de catorce años subieron corriendo las escaleras, o mejor dicho Naruto corría y Gaara lo seguía. Entraron a la habitación y sin darse cuenta habían dejado la puerta entreabierta en lugar de cerrarla.
- Ya ahora sí me vas a contar -dijo casi ordenándole Naruto a su amigo, sentándose en la cama.
- Va, está bien te cuento… Sai y yo estamos… estamos saliendo juntos.
Naruto tomó una almohada y golpeó a su amigo varias veces, claro sin hacerle daño alguno.
- Oye que te pasa ¿por qué me pegas?
- Porque eres un loco, te dije que tuvieras cuidado con ese niño -dejando de golpearlo con la almohada.
- ¿Pero por qué? No es como si yo fuera mucho mayor que él.
- No me refiero a eso, dijo porque ese chico me molestó mucho por Sasuke, ahora me quiere quitar a mi mejor amigo -hiso un puchero apropósito.
- Nah, claro que no Naruto, tu y yo hemos sido amigos de tanto tiempo que ya ni me acuerdo.
- Lo sé, pero primero Sasuke que se va y ahora tú que ya no pasas tiempo conmigo para irte con tu noviecito -fingió estar ofendido.
- Noviecito… suena muy bien… pero aún no somos novios.
- ¿Cómo que no?
- Osea… solo estamos saliendo ahora, nos damos besos y todo eso… nos decimos que nos queremos pero… aun no me animo a preguntarle si quiere ser mi novio.
- ¿Por qué Gaara? Si ya hasta se dan besos ¿no?
- Sí, es que… yo nunca he tenido pareja antes y… no sé si yo sería un bueno novio que digamos.
- Nah, nada de eso, tu serías un novio genial -le giñó el ojo- si hasta cuando yo estaba con Sasuke me robaste un beso ¿te acuerdas?
- Oh… pero eso era cuando sentía algo por ti…
- ¿Y ahora ya no sientes nada por mí? -dijo de forma inocente, solo jugando.
- Somos amigos Naruto, los mejores amigos… pero Sai es el que me tiene como loquito por él.
- Buuuu… sí que ese niño te robó el corazón… bueno, entonces yo te robaré un beso para estar a la par.
Naruto se puso de pie y se acercó a su amigo, riendo y fingiendo que lo besaría, todo era solo un juego, en serio que sí, pero entre juego y juego, mientras ambos se reían y forcejeaban, terminaron cayendo a la cama y ahí sí por casualidad sus labios se juntaron, aprovechando la oportunidad, Naruto no dejo que Gaara que pusiera de pie, después de todo solo estaban jugando, no era nada en serio. Luego de unos segundos ya se separaron, los dos poniéndose de pie.
- Oye… lo hiciste en serio.
- Jaja fue prácticamente un accidente -le saco la lengua- pero ahora estamos iguales, tú me besaste esa vez ahora yo a ti -Naruto rió ante su broma.
- Ya, ya… bueno pero que Sai no se entere.
- Oh ¿no quieres que tu futuro noviecito se entere de esta travesura?
- Claro que no -le dio un almohadazo.
- Bah, no te preocupes, tómalo como solo un beso de amigos -le dio unas palmaditas en la espalda.
Media hora después los dos bajaron a comer. Hay Kushina les sirvió el almuerzo y cuando los tres ya estaban sentados la adulta le preguntó a su hijo si había pasado algo, porque Sasuke había salido corriendo de la casa. Naruto se sorprendió saber que Sasuke había estado en casa, no lo había visto en ningún momento. Bueno, ya iría después para verse con él.
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Un par de horas después, casi al atardecer Naruto
caminaba a casa de Sasuke, lo encontró sentado en el pórtico de la casa, mirando hacia el suelo. Camino lentamente hacia él y se sentó a su lado. El azabache se dio cuenta de la presencia de Naruto y lo miró con cara de pocos amigos.
- Sasuke…
- ¿Qué haces aquí?
- Yo vine a verte… mi mamá dijo que habías estado en mi casa, no te vi en ningún momento Teme.
- Claro que no me viste… si te estabas besando con tu amigo Gaara -en ningún momento Sasuke separó su mirada de los ojos de Naruto.
- Oh, nos viste… verás.
- ¡No tienes que decirme nada Naruto! ¡Yo soy el idiota! Yo jodiendome por dentro de culpa por haberme besado con Sai y tú besándote con Gaara.
- ¿Qué tu qué…?
- Lo que escuchaste: ¡Me besé con Sai Naruto! Yo llenándome de culpa por eso y tú…
- ¿Te besaste con Sai?… pero…
- No me digas nada.
- Déjame explicarte porque yo me…
- ¡NO! No quiero escucharte ¡me traicionaste!
- ¡No me dejas explicarte! Y además… tú también te besaste con alguien más… -los ojos azules se le estaban llenando de lagrimas.
- No estoy de humor para escuchar tus explicaciones Naruto…
- ¡Bien! ¡¿Pues entonces porque no me terminas de una vez?!
Los dos estaban en serio enojados, cada uno por sus propias razones.
- Todo se jodió… -dijo el azabache para sí mismo, pero en voz alta.
- ¿S-Sabes qué? -Naruto tiritaba, estaba a punto del llanto y estaba lleno de confusiones también- Si todo se jodió… entonces terminamos.
Los dos se quedaron callados, ninguno de los dos se creían las palabras que Naruto había pronunciado, ni él mismo. Naruto estaba a punto de decir algo, tal vez había dicho eso muy rápido, estaba por esbozar palabra cuando vio que Sasuke ahora caminaba hacia la puerta de su casa, abrió la puerta y luego volteó a ver al rubio. “Como quieras” le dijo de forma fría y cortante, luego entró en la casa y cerró la puerta, dejando solo a Naruto afuera. Naruto sentía que sus latidos le dolían, ¿sería lo que llaman tener el corazón roto? Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia su casa, mientras veía como gotitas caían de su cara hacia la nieve del suelo, perdiéndose en la blancura de esta. Sin poder respirar muy bien y con una sensación nada agradable en él siguió caminado, quería llegar a su hogar.