“Como quieras” dijo el pelinegro justo antes de entrar a su casa y cerrarle la puerta a Naruto prácticamente en la cara. Luego de oír como la puerta ya se había cerrado, Sasuke apoyó su espalda en esta, cerrando fuertemente los ojos. En serio, en serio Naruto Uzumaki le había terminado, a él… a Sasuke Uchiha y lo que más le dolía no era su orgullo ni su ego, lo que más le dolía era que una de las personas que más quería le había terminado. “Pues… pues si eso quieres… entonces terminamos de una vez Naruto” dijo muy enojado para sí mismo y con la voz entrecortada, sintió algo húmedo bajar por su mejilla derecha ¿acaso eso era una gota? Secó rápidamente esa pequeña lágrima, ni loco alguien lo vería llorando y menos por una ruptura, algo que siempre le pareció tan estúpido y sin sentido: llorar por romper una relación, ahora él no lloraría por eso, se olvidaría de todo: esa era su nueva meta.
Llenó sus pulmones de aire y luego dio un suspiro, nada de lágrimas, nada de ponerse triste, esas son tonterías de telenovelas y cuentos para niños. Pensó fielmente a sus propios principios. Caminó hasta la cocina y se sirvió un vaso de agua, luego de beberlo fue a sentarse en el sofá del living, encendió el gran televisor y se esforzó lo más que pudo para olvidarse de todos esos sentimentalismos, no se pondría triste por algo como eso, no.
- Oye primo ¿me podrías prestar tus pinturas para…?
- Sí, sí, tómalas están en el estudio.
- Gracias… eh… ¿estás bien?
- Claro que sí, ¿por qué lo dices? -dijo con algo de molestia.
- Es que… -Sai dudó si hablar o no- ti…tienes los ojos algo rojos.
- D-Debe ser una alergia… no te preocupes por eso.
- Bueno… igual gracias por prestarme tus pinturas.
Sai salió del living y luego entró al estudio para practicar para su clase de arte, pintar y dibujar era algo que le gustaba. Cuando Sasuke se quedo solo de nuevo frotó sus ojos, medio molesto por las reacciones de su cuerpo, llorar no y punto. Media hora después el azabache que en realidad no había visto casi nada de televisión apago el aparato de entretenimiento y se fue a su habitación, pasó de largo la cama y su escritorio y se fue directo al baño, mojó su rostro para refrescarse, después se miró al espejo… ¿triste? ¿Era un rostro de tristeza? Pues esa expresión en su rostro no le favorecía, el sabía que era el chico más guapo de la escuela y aunque no presumía de eso muy seguido, en realidad si disfrutaba llevar ese título, Sasuke Uchiha no podía estar con una cara de tristeza, no le favorecía. Tomó con sus manos sus mejillas, tal vez dormir haría que todo mejorara al menos un poco… no era seguro, pero podría ser una opción.
Otra media hora tratando de dormir… no importaba cuanto se movía, no importaba cuantas veces se volteara, no podía conciliar el sueño… el cielo ya estaba oscuro… pronto sería la hora de cenar… tal vez era mejor esperar la cena y luego ya dormir con la barriga llena. El azabache se sentó en la cama… ¿Y ahora qué hacer? ¿Tareas? No, sería tonto hacer las tareas en este momento, es cierto que es mejor hacerlas temprano para disfrutar el fin de semana, pero… el pelinegro estaba seguro que hacerlas ahora no sería lo mejor, las haría muy mal en realidad. “Naruto…” pasó por su mente, Sasuke comenzó a pensar en el rubio… ese rubio que le encantó cuando lo vio, cuando se dio cuenta que lo miraba cada vez que pasaba por su casa… nunca antes le había importado que los demás lo miraran, o que trataran de llamar su atención, pero ese niño… ese chico rubio y de ojitos azules tan… “Idiota estas pensando en él” se dijo a sí mismo y movió su cabeza de un lado a otro, como para quitar de su mente esos recuerdos. “No… te voy a olvidar” dijo en voz baja y con dolor en su pecho, no era algo que quisiera en realidad pero esa era su nueva meta. “Te olvidaré Naruto… lo haré” bajo su cabeza mientras pensaba en eso, luego dio un largo suspiro otra vez y se puso de pie.
Como distracción encendió su laptop, hace tiempo que no la usaba, ya que él solo pasaba tiempo con su… no, esos días se habían terminado, ahora tendría que encontrar otra forma de distraerse otra vez. Cuando la laptop ya estuve encendida pasó quince minutos sin hacer nada, a Sasuke no se le ocurría casi nada que hacer… por impulso movió el mouse y entró a internet… por meras cosas del destino entró a una de las redes sociales, que en realidad ni entraba, solo se las había creado porque sí, pero ahora quería distraerse con algo, cuando entró a su perfil vio que tenía más de doscientas solicitudes pendientes, no le sorprendió tanto la cifra, ya que solo casi dos años que se lo había creado, como en sus amigos solo tenía a algunos de sus parientes pensó en revisar sus dichas solicitudes… bueno, más chicas que chicos… muchas más chicas que chicos, mientras pasaba solo mirando los nombres reconoció a algunas de sus compañeras de su actual salón de clase. Tal vez… ¿Qué pasaría si solo les aceptaba a algunas? Bueno tal vez ni le hablarían hoy… en fin… solo es por distracción. El azabache aceptó a solo diez de las chicas que conocía en la escuela, solo diez ya que no quería que se hagan falsas ilusiones, ni a los dos minutos de haberlas aceptado, siete de ellas ya le estaban saludando a través del chat, Sasuke levantó una ceja… “Les contestaré de forma monótona, ni que piensen que me agradan o algo así” dijo en voz alta y empezó a teclear de forma lenta y tranquila.
Una hora después de empezar a “conversar” el pelinegro seria recostado sobre la cama, tecleando con la misma velocidad con la que empezó, con cara de póker y con la bandeja de entrada llena de fotos y mensajes con corazones.
- Sasuke ya es hora de cenar -dijo su primo menor entrando a la habitación.
- Sí, ya voy.
- ¿Estás usando la laptop? Pensé que solo la usabas para tareas.
- Sí, lo sé… esto ya se puso algo aburrido, mejor apago y voy a cenar.
- Sip… te veo abajo.
Sai salió de la habitación y bajó las escaleras, mientras que Sasuke salió de la red social sin despedirse de todas las chicas, solo a dos les dijo un “Bueno me voy, adiós” y apagó la computadora… aunque no se había divertido, el pelinegro aceptó que usar redes sociales si distraían mucho. Bajó las escaleras y entró al comedor, vio que todos los miembros de la familia ya estaban sentados: sus padres, su hermano mayor y su primo. Como siempre, la cena no fue muy conversadora, los únicos que hablaban más que los demás eran Itachi y Sai, que en realidad si se divertían contando sus propias historias.
- ¿Y tú que antipático? No has tocado casi nada de tu cena -dijo Itachi tarando de bromear con su hermano.
- No estoy de humor…
- Vamos, que esta delicioso, aunque a ti casi todo te da igual.
- … ¿Y tú porque estas tan bien vestido? -dijo el hermano menor tratando de cambiar el tema.
- Voy a una fiesta esa noche y como siempre, yo tengo que ser el centro -dijo con orgullo.
- Aja…
- ¿Qué? ¿No me crees hermanito?
- Claro que sí… solo que seguro mañana estarás quejándote todo e día por tu resaca, siempre te pasa.
- Jajaja -Sai rió ante ese comentario.
Luego de esa pequeña conversación, Sasuke se quedó callado, dejando que su hermano mayor y su primo menor siguieran conversando, escuchando como el mayor le aconsejaba al niño como ser el centro de la fiesta.
Esa noche, ya a las once de la noche Sai subió las escaleras mientras sobaba sus ojitos, sus tíos lo dejaban quedarse despierto hasta las once los fines de semana, ahoya ya subía para dormirse. Cuando centró a la habitación encendió la luz y vio que Sasuke ya estaba recostado en la cama. ¿Sasuke ya se había dormido? Era raro en la actitud se su primo mayor… pero bueno, tal vez estaba de malas. El pequeño de cabello negro caminó de puntillas hasta su lado de la cama, como Sasuke le estaba dando la espalda recostado en la cama, pudo desvestirse sin avergonzase, aunque hace tiempo le hubiera encantado que su primo lo viera desvestirse, ahora que le gustaba su pelirrojo Gaara ya no se sentía que era muy correcto que su primo lo viera… bueno las cosas habían cambiado, pero él es solo un niño, no tendría que preocuparse mucho. El pequeño sonrió mientras estaba casi desnudo y poniéndose su pijama. Cuando ya estuvo listo para dormir entró a la cama y se recostó al lado de su primo.
Sai se sentía con mucho sueño, la cama estaba cómoda y calientita, cuando ya se sentía que el sueño lo vencería escuchó pequeños quejidos, al principio no les prestó mucha atención pero cuando los volvió a escuchar abrió los ojos lentamente ¿Su primo acaso estaba despierto? El pequeño de cabello negro volteo su cuerpo hacia su primo para mirarlo.
- Sasuke… estas despierto ¿verdad?
- …
- Primo, respóndeme.
- Sai ya duérmete, tenemos que dormirnos ¿sí?
- Pero te escuche quejándote de algo… ¿en serio estas bien?
- Sí… bueno, más o menos…
- ¿Qué pasa? ¿puedes mirarme al menos? -dijo con algo de insistencia ya que su primo aún estaba dándole la espalda.
- Es que… tengo frio -volteo hacia su primo.
- Bueno… podría darte un abraso, ¿eso serviría?
- Sí primo.
Esta vez fue Sasuke quien se acercó a su primo menor, Sai se sorprendió un poco al ver que Sasuke es quien necesitaba un abraso esta vez, sintió el cuerpo de Sasuke cerca y el pequeño extendió los brazos para abrasarlo, esta vez en serio que era un abraso sin dobles sentidos. El abraso duró por unos minutos, luego Sasuke se separó y tomo algo de distancia otra vez.
- Gracias Sai… ahora estoy algo mejor.
- Sí, de nada -le sonrió.
- Ahora si me duermo ¿ok?
- Sip, hasta mañana.
Los dos cerraron los ojos y se dispusieron a dormir, pero esta vez el que no podía dormir era el más pequeño, con ese abraso se acordó de su querido pelirrojo y cuando lo abrasaba a él, se sentía tan bonito… “Mañana quiero verte Gaara, tendremos una cita ¿no?” sonrió el más peque. Ansioso porque amaneciera pronto y ver al pelirrojo, al pelirrojo que quería cada día más.