“¿Estás seguro que estarás bien?” preguntaba un tanto preocupado Sai mientras le llevaba una taza de café caliente a su primo mayor, que estaba sentado en la mesa del comedor con una manta cubriéndolo.
- Sí, estaré bien… no te preocupes.
- Sasuke me dijo que siempre te da resaca.
- No siempre, Sasuke es un exagerado… solo que ayer fue una bomba en esa disco… jaja si te contara…
- ¿Me contarás?
- Cuando crezcas un poquito más.
- Oye…
- Jaja, no te enojes… verás que con dos tazas más de café y una buena siesta se me pasa todo esto de la resaca.
- ¿Se siente feo?
- En serio que sí -dijo Itachi frotándose la cabeza y sabiendo de su taza.
“Pobechito” dijo Sai dándole palmaditas en la cabeza, como si se tratara de una mascota. Itachi sonrió ante ese gesto y se terminó su café bien cargado.
- Estás muy bien vestido, ¿vas a salir hoy?
- Aja… voy a verme con… mi amigo.
- ¿Ese chico pelirrojo?
- Sip.
- Pensé que te gustaba mi hermano.
- Es… es una larga historia, te la contaré cuando crezcas un poquito más.
- Jaja… bueno.
Itachi se levantó de la silla y fue sin hacer mucho ruido a su habitación, Sai se quedó viendo unos dibujos animados en el living un rato más antes de salir. Cuando habían pasado unos quince minutos Sasuke bajo las escaleras y se sentó al otro extremo del sofá donde Sai miraba la televisión. No se dijeron nada por cinco minutos pero en serio ese silencio era algo incomodo, Sai volteó para ver a su primo y lo vio mirando de frente la televisión, como si nada pasara.
- ¿Y tienes planes para hoy? -preguntó el menor.
- ¿Debería?
- Pues eso creo… es fin de semana.
- Nah, no tengo nada que hacer, ya hasta terminé mis tareas.
- ¿Y… Y no vas a verte con Naruto?
- …
- ¿Primo Sasuke?
- No, no voy a verme con Naruto.
- Se pelearon ¿cierto?
- Si quieres llamarlo pelea… pues sí, nos peleamos y todo por…
Sasuke se detuvo en seco, se puso a pensar antes de hablar, cosa que no había hecho anteriormente últimamente, miró a su primo y como las cosas lo afectarían si decía las cosas con enojo.
- Por… por una tontería, ya ni vale la pena pensar en eso.
- Pero… tú quieres estar con él ¿cierto?
- No, ya no quiero…
Sai vio como su primo frunció el ceño, si le seguía hablando de ese tema seguro se molestaría más, así que decidió callarse, “calladito te ves más bonito Sai” pensó para si mismo. Luego de diez minutos más en un silencio un poco menos incomodo que el anterior, Sai se puso de pie y fue hasta el baño para volver a lavarse la carita. Le gustaba verse muy lindo ahora que estaba con Gaara y quería que el pelirrojo lo viera lindo también, le gustaba cuando lo recogía de la escuela, era una bonita ilusión… rayos ¿en serio se estaba enamorando de Gaara tanto así? Cuando pensó en eso, una sonrisa apareció en su rostro, una sonrisa que le gustó mucho ver en el espejo del baño.
Mientras bajaba las escaleras buscó en su bolsillo un caramelo de menta y se lo metió a la boca, serían unos besitos con sabor a menta está vez. “Voy a salir, ya sabes… con Gaara” dijo el pequeño antes de salir por la puerta principal.
- Sí, ya me estoy acostumbrando a eso, ten cuidado como siempre y no te demores mucho ¿ok? -respondió Sasuke mientras cambiaba los canales del televisor.
Sasuke vio que Sai salió de la casa con una sonrisa, luego cuando se dio cuenta que estaba solo en el living se hiso como bolita sobre el sofá, olvidar a Naruto si que se le estaba haciendo difícil… pero más le valía hacerlo pronto, después de todo… eso pasa cuando te terminan ¿no?
El azabache mordió su labio inferior con suavidad, nada interesante en la televisión había, en serio que ya se había acostumbrado a una vida con Naruto… y pensaba llevarla sí durante años más… claro que nunca pensó que sus planes de novios se arruinarían en tan poco tiempo… aunque… ¡No! Eso no… pedir perdón no era algo que un Uchiha haría o por lo menos no tan pronto, “Ya quise pedir perdón una vez… y el destino me pagó viendo como Naruto se besaba con otro” pensó el pelinegro. “¡Pero ya! si quiero olvidarme de Naruto Uzumaki no sirve de nada que esté aquí pensando en él” dijo en voz alta para él mismo y se puso de pie.
Mejor haría a molestar un poco a su hermano mayor, siempre lo hacía cuando tenía resaca, además eso le ayudaría a distraerse más. Fue corriendo a las escaleras y entró a la habitación de su hermano sin avisar, lo vio tratando de dormir, así que le dio un almohadón para despertarlo. “Oye ya, cuéntame que tanto tomaste ayer para que estés tan mal” dijo el menor cuando vio que su hermano abrió los ojos con desgano.
- Ay antipático… menor te cuento mañana, déjame dormir.
- Pero ni son las 5 de la tarde… no jodas, quiero distraerme.
- ¿Por qué no vas a hacer el amor con tu Narutín?
- …
- …
- ¿Tenias que mencionarlo? -dijo el menor con el ceño fruncido.
- ¿Ahh?
No hace falta decir todo lo que hablaron los dos hermano, solo digamos que los berrinches y almohadazos estuvieron presentes de vez en cuando, también los momentos de madurez e inmadurez, como Itachi ya no pudo volver a dormir también le contó a su hermano como le había ido en la fiesta de la noche anterior, casi dos horas conversando sin parar, era un nuevo record para los hermanos Uchiha.
- Pues no Itachi, mezclar Ron con vodka fue una de tus más estúpidas ideas.
- ¿Y me lo dices ahora? Mejor te ubiera llamado anoche para preguntarte.
- Jaja…
- ¿Estás mejor? Ya sabes…
- Ya te dije que sí… es mejor si ya no hablamos de ese tema.
- Te lo repito… que Sai te haya besado no es mucho… tal vez si lo hubieras hablado con Naruto…
- Yo traté Itachi, hasta fui a su casa para disculparme ya te dije, y ya sabes cómo los vi a esos dos.
- ¿Le vas a contar a Sai sobre su pelirrojo?
- Si quiere que se lo cuente él, yo no me voy a meter entre ellos… además, Sai puede ser un celoso pero… es un buen niño al fin y al cabo.
- Aja…
- En fin, creo que voy a salir yo también.
- Waoh Sasuke… ¿vas de casería? -le bromeó Itachi.
- Ya quisieras, como tú antes de que estuvieras con Deidara.
- Jaja ya sé… ahora al fin podré dormir un poco.
- Sí, aprovecha que estaré a fuera una o dos horas… ya veré yo. Bueno, chau hermano mayor, nos vemos luego.
- Sí, sí, no te pierdas.
- Nah, llevo mi celular.
Sasuke se puso una chaqueta más abrigadora y salió de la casa, tomó su bicicleta y comenzó a pedalear viendo la llegada de la noche.
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“Me gusta ver como cae la noche… son bonitos los colores del cielo” decía un Sai sentado en las piernas de Gaara. Ambos estaban en el parque donde les gustaba ir solos, entre los árboles y la nieve, mientras se abrigaban con un abraso.
- Oye… ¿alguien te ha dicho que hablas muy bonito? -preguntó el pelirrojo.
- Nop ¿por qué?
- Porque para ser un niño… tus palabras ya me tienen como niño enamorado.
- ¿Estás enamorado de mí? -le sonrió.
- Bueno… hay diferencia entre un gustar y un estoy enamorado.
- ¿Y que sientes por mí?
- Sai… -el pelirrojo acarició la mejilla derecha de su pequeño- estoy enamorado de ti.
El más pequeño dio una sonrisa de emoción, en serio que escuchar eso fue lo más bonito del día hasta ahora.
- Tú… tú me gustas mucho más… yo, siento que estoy enamorado de ti Gaara.
- ¿No eres muy niño para decir eso?
- Un niño se puede enamorar, además estoy creciendo.
- No… no crezcas, quiero que seas mi niño para siempre.
- ¿En serio? Entonces… ¿quieres casarte conmigo?
- ¿Ehh? -el pelirrojo se sonrojó ante esa tierna pregunta.
- Porque yo si quiero, me gustas tanto que quiero casarme contigo cuando seamos grandes Gaara -le sonrió.
- Yo… sí, quiero casarme contigo también -le contestó emocionado.
De inmediato los dos se pusieron a besarse, como dos niños enamorados, sin importarles nada más que ellos dos juntos, enterrando sus ilusiones en sus corazoncitos que latían velozmente, esa sensación de querer a una persona y que te corresponda… es una de las sensaciones más hermosas del mundo.
“Es casi una locura… pero estoy feliz, Sai quiere casarse conmigo, es una lindura… es tan tierno que me hace enamórame de él cada día más” pensaba el mayor mientras se daba besos con Sai, los besos de los dos eran unos muy tiernos, en serio parecían niños de primaria, bueno el menor si lo era, pero el mayor besaba con una torpeza que ya daba lindura como movía sus labios con nerviosismo y ganas de más besos.
- Sai… eres el niño más hermoso que conozco… en serio estoy feliz contigo.
- Y tú eres un lindo… Gaara, en serio te quiero.
- ¿Quieres ser mi novio? Te prometo que me esforzaré por ser un buen novio para ti.
- Gaara… si ya dijimos que nos vamos a casar, pues claro que quiero ser tu novio -le dijo queriéndose reír.
- Pequeño… te prometo que te cuidaré mucho.
- Sip -Sai se abrasó a Gaara y lo llenó de besos, en los labios, en las mejillas y uno que otro en el cuello.
Estuvieron ahí sentados en la nieve dándose mimos durante un buen rato, el frio del invierno ni se notaba cuando estaban juntos, no les importaba recostarse en la fría nieve, no era un problema verdadero. Después de muchos besos llenos de agradable calor y quedaron recostados uno al lado del otro en la nieve, mirándose y Sai acariciando con sus manitas las mejillas de su pelirrojo que le sonreía.
- Gaara, estás todo rojito… y con tu cabello, jaja pareces una cerecita.
- Y tú pareces un gatito… me encanta hacerte mimos.
- Entonces, tú serás mi cerecita y yo seré tu gatito ¿ok?
- Está bien gatito…
- Y… -Sai se subió sobre Gaara y se acercó a sus labios- ¿El gatito puede comerse a la cerecita?
- Sí tú quieres… -de inmediato los dos volvieron a besarse, mientras que se acariciaban con su manos y jugaban con sus miradas.
Mientras tanto, en una colina ahora cubierta de nieve y escondida en medio de los suburbios, estaba otro azabache, solo en esa colina y con su bicicleta al lado sobre la nieve, el adolescente de cabello negro miraba el manto de la noche mientras abrasaba sus piernas y unas lágrimas caían de sus ojos y recorrían sus mejillas.
- No Naruto… no voy a poder olvidarte… -dijo al viento, mientras dejaba que sus lágrimas brotaran.