Kiba y Naruto entraron a los baños de varones, que por fortuna para el chico con triángulos rojos en las mejillas, estaban vacios aún. Ahora lo que Naruto quería era saber para qué Kiba lo había traído ahí tan de repente, estaba seguro que le preguntaría o le reclamaría algo, pero a contrario de estar nervioso, se sentía emocionado, porque después por fin estaría de nuevo con su azabache ya sanito y podrían estar juntos en la escuela.
- Naruto… ¡Naru!
- ¿Ahh? -reaccionó el ojiazul, saliendo de sus pensamientos.
- Escúchame cuando te hablo ¿sí?
- Oh, claro… lo siento -dijo sonriendo.
- Bueno.
- ¿Y entonces para qué me trajiste aquí?
- De eso te estaba hablando… Tú querías que Neji y yo regresáramos a ser amigos y…
- ¡Oh sí! Sí que me acuerdo.
- Escucha primero -dijo el castaño rascándose la cabeza- ehhh… hice lo que me pediste y me acerqué a Neji y… y empezamos a pasar tiempo juntos… a divertirnos juntos.
- Yo pensaba que después de ese beso que le diste ya eran más que amigos -dijo con total sentido de la inocencia.
- ¿Qué? -Kiba no pudo hacer más que sonrojarse lo más que pudo- ¿Cómo sabes que Neji y yo…? ¡¿Cómo sabes eso?!
- Neji me contó y él parecía muy contento por eso.
- Pero… ¡Eso pasó hace varios días! Por eso te traje aquí para hablar, Naruto por tu culpa me deje llevar con Neji.
- ¿Dejarte llevar? -el rubio no entendía, si Kiba había besado a Neji eso significaba que lo quería como novio ¿cierto?
- Sí… se suponía que el único chico que me gustaba eras tú y después de ti no debía gustarme ningún otro chico.
Naruto se cruzó de brazos, no le parecía lo que le estaba diciendo su amigo, ósea… Neji se veía muy emocionado por al fin poder regresar a ser amigo de Kiba y se veía aún más feliz cuando le contó que se había besado con él. Además eso que dijo Kiba de “dejarse llevar” no le parecía lógico, Naruto había notado que desde los dos castaños compartían más tiempo juntos como amigos, los dos se veían mejor y hasta más animados.
- E-Eso no es justo, si besaste a Neji eso debe ser porque te gusta -dijo con seguridad el rubio.
- Ya te dije que solo me deje llevar…
- No lo creo.
- Vamos Naru, tú no estás en mi mente como para saber eso.
- Ya sé que no, pero te conozco y sé que si Neji no te gustara entonces ni te hubieras acercado demasiado a él.
- … -Kiba se quedo callado y volteó a ver hacia otro lado, aún con las mejillas rojas.
- ¿Lo ves? ¡A ti también te gusta Neji! -dijo muy animado el menor.
En ese mismo instante Kiba saltó hacia Naruto y le tapó la boca con sus manos, para al segundo siguiente ambos vieran a un par de niños menores entrando al baño también. “Shhh… Naruto no seas tan ruidoso” le decía en voz baja el castaño mientras sentía su corazón latir por la emoción, Naruto balbuceaba algunas palabras pero no se le podía entender, así que lo único que le quedó a Kiba fue salir del baño junto con su amigo de ojos azules. Ya en el pasillo principal de la escuela, Kiba soltó a Naruto y empezaron a caminar juntos.
- Ejem… te dije que estoy seguro que no nos habían escuchado -decía el menor frotándose los labios
- Bah… espero que no.
- También te gusta Neji -le susurró en la oreja.
- Lo sé… ¡digo! No estoy seguro…
- Kiba… si no me crees a mí creo que deberías hablar con Neji directamente.
- Es… es por eso mismo que no le quería hablar desde hace días… cada vez que estoy con él… me gusta más y… se suponía que ya no me debía gustar nadie más.
- ¡Olvídate de eso! No seas bobo, si te gusta Neji y él también le gustas tú… entonces es lógico que estén juntos.
- Ehhh…
- ¿O a poco no te gustó besarlo y sentirlo cerca de ti?
- Sí… me gustó mucho -admitió por fin.
- Genial… ¿Le volverás a hablar?
- Sí… hoy mismo, después de clases.
Los dos amigos, justo cuando habían terminado esa conversación, entraron al aula y ahí encontraron a Sasuke sentado en el pupitre de Naruto, conversando con Gaara y con Hinata. Cuando las miradas del ojinegro y el de ojos azules como el cielo se encontraron, no hicieron más que abrasarse ahí mismo.
- ¡Teme! que genial que regresaste, en serio extrañaba mucho tu compañía aquí.
- Ni loco te dejaría solo por más tiempo… Dobe.
- Oigan ¿no les da vergüenza? -se escuchó la voz de Kiba una vez más.
- Para nada cachorrito, limítate a mirarnos y en silencio -dijo con voz seria el azabache, sin dejar de abrazar a su pequeño novio.
Lo único malo es que esa parejita solo pudieron estar diez minutos juntos antes que sonara la campana de inicio de clases, Sasuke tuvo que regresar a su salón de clases y Naruto a quedarse sentado en su pupitre, de nuevo sin poder prestar mucha atención gracias a cierto pelígrelo en su mente y su corazón. Felizmente la hora del almuerzo había llegado más rápido de lo que parecía y Naruto y sus amigos pudieron comer todos juntos de nuevo. Aunque lo único que le llamaba la atención era que los dos castaños del grupo aún no se sentaban juntos… seguramente Kiba estaba esperando a poder conversar después de clases con Neji, como le había dicho horas atrás.
Casi al final de la hora del almuerzo, Sasuke tomó a Naruto de la mano y lo sacó de la cafetería, mientras estaban en el patio de la escuela, no había nada que llamara a atención de los demás, así que Sasuke por fin le podía hablar de cierto tema en secreto.
- Naru… quiero que hoy cuando te envíe un inbox a tu celular, actúes que estás enfermo y tienes que ir a la enfermería.
- ¿Ahh? ¿Pero yo no me siento mal?
- Solo vas a fingir bobito, mira cuando tu profesor te deje salir, no irás a la enfermería, iras al baño de hombres y ahí te estaré esperando.
- ¿Y eso para qué?
- Para esto -dijo el azabache justo antes de darle un piquito en los labios a su novio.
- Ohh… bueno, está bien -sonrió tímidamente.
El tic tac* del reloj rebotaban en los oídos el pequeño rubio, mientras este estaba escribiendo en su cuaderno lo que estaba apuntado en el pizarrón. Su corazón latía más fuerte, era la primera vez que haría algo así… escaparse de clases para verse con su novio… la idea no le daba miedo, más bien le daba emoción, pero eso sí, lo ponía muy nervioso hacer eso, esperando casi impaciente que el inbox de Sasuke llegara. Un pequeño “Ah!” salió de sus labios al sentir la vibración del celular en su bolsillo. “Naruto ya puedes venir… no te demores mucho” leyó. El pequeño adolescente tragó saliva
y respiró muy hondo, “K-Kakashi-sensei me duele mucho el estomago… ahhh… por favor ¿podría ir a la enfermería?” dijo levantando una mano y con la otra tocándose la barriga como si le doliera… Solo era cuestión de que lo dejaran salir del aula.
Después de un rato por fin a Naruto lo habían dejado salir, viendo que a esa hora los pasillos estaban vacios y en la escuela reinaba el silencio, eran muy pocas las veces en que no escuchaba el típico ruido de una escuela secundaria, así que aceleró el paso y fue directo a los baños de varones, entrando con cuidado y con pasos suaves.
- Vaya Naruto, hasta que por fin llegaste -Sasuke estaba sentado en el borde de los lavabos.
- Lo siento, el profe casi no me cree, tuve que decirle que había tomado leche cortada en el desayuno.
- Bueno, lo bueno es que ya estás aquí.
- Síp y verte es lo que más me gusta en el mundo Sasuke -le dijo sonriente.
- Tonto… eres tan bonito y sincero… todas esas cosas de ti hacen que me descontrole.
- ¿Ahh?
Sasuke se abalanzó hacia su pequeña presa y lo besó en los labios con una pasión que solo él poseía, podía sentir los gemidos que Naruto trababa de reprimir, eso lo excitaba aun más… no quería contenerse, estar al lado de su pequeño Dobe era lo que más quería y por fin ahora lo volvía a tener sin ninguna incomoda varicela. Cuando se separaron de ese beso tan profundo y apasionado, Sasuke de inmediato tomó a su novio de la mano y entraron a una de las casetas de los baños, la que estaba más limpia. Ahí ambos adolescentes se besaban con amor, como dos niños enamorados y también con pasión y deseo, como dos amantes en pleno encuentro clandestino.
- Naruto te amo… me encastas todo tú -le decía el pelinegro con sus blancas mejillas ahora con un rubor carmesí.
- Sasuke… no quiero que pares, esto… esto me está gustando mucho.
- ¿De veras?
- Sí… e-estoy excitado Sasuke…
- Pequeño pervertido -le mordió la oreja mientras lo tomaba de la cintura.
- Ahhh… Sasuke no hagas eso…
- Déjate llevar Naru…
- Te amo Sasuke, yo en serio te… ahhh… te amo -decía sin parar de suspirar, ahora se sentía acalorado por el amor a su novio y por la calentura del momento.
- Yo también te amo, quiero estar siempre contigo.
Ambos chicos se continuaron besando mientras que poco a poco se fueron soltando los botones de sus camisas de su uniforme. Se miraron con los torsos desnudos, mientras Naruto acariciaba suavemente el hermoso pecho de Sasuke, este se concentraba en besar el delicado cuello de su novio, mientras escuchaba los pequeños gemidos que salían de su boquita. Después de algunos minutos ahora el que estaba contra la pared del cubículo era el azabache, acariciando los cabellos del rubio mientras este chupaba los pezones tan suaves de Sasuke, el que ya empezaba a soltar gemidos en vez de contenerse como en otras ocasiones.
- Ahh… Naruto yo… ya lo tengo muy duro… eres muy bueno.
- ¿Te gusta esto Teme?
- Sí… está muy bueno -dijo poniendo una carita que fue adorable para el rubio.
- Mira, yo también estoy en mi límite, mi amiguito… también está muy duro.
Naruto se puso derecho una vez más, estado frente a su novio y mostrándole lo marcado que estaban sus pantalones, las manos de Sasuke se dirigieron a ese bulto tan lindo y empezaron a acariciarlo. Cuando Sasuke ya estaba por desabrochar el pantalón de Naruto, las manos suaves del menor le detuvieron. “Espera Sasuke… yo quiero hacerlo primero contigo” dijo para al instante darle un piquito en los labios. A los pocos segundos Naruto ya había desabrochado el pantalón del pelinegro y ahora ya podía sentir el pene de Sasuke directamente en sus manos, mientras lo masturbaba de arriba abajo, mirando la cara de excitación y las expresiones que hacia un Sasuke con el pecho con algunas gotitas de sudor.
- ¿Ya quieres que lo chupe?
- Sí… quiero sentirme cálido en tu boquita… Naru.
- Dale.
El de tres rayitas en cada mejilla acercó su carita al miembro de su novio, para empezar con una lamida que hiso estremecer al que estaba derecho. Las lamidas de Naruto siguieron hasta que ya no pudo aguantar las ganas de meterlo en su boca, comenzando con la cabecita rosada el pene de Sasuke. Mientras los segundos pasaban, el menor chupaba y lamia con más destreza, haciendo que Sasuke lanzara deliciosos pero suaves gemidos, sentir la calidez y humedad tan deliciosa de la boquita Naruto lo hacían sentir en el paraíso, sentía como dada vez las ganas de eyacular se acercaban. Mientras el de ojitos azules seguía haciendo su tarea de chupar y lamer como tanto le gustaba, le encantaba sentir el pene de su amado y darle besitos, le parecía algo bonito y también lo excitaba, lo que más le gustaba de hacer algo tan pervertido era que podía hacer sentir muy bien a Sasuke y además se sentía bien para él mismo también.
“Ahh! Naru-to… ya estoy a punto de…” dijo el azabache sintiendo que ya no se podría contener y en ese instante, ambos chicos escucharon los pasos de alguien que había entrado en el baño, ambos se asustaron, dejaron de hacer lo que estaban haciendo y Sasuke se puso de pie en el retrete, para que no vieran que habían dos personas en la misma cabina del baño. Naruto estaba muy nervioso mientras sostenía su camisa en sus manos, solo quería que esa persona que se estaba lavando las manos se fuera de una vez. Los dos se quedaron inmóviles y respirando frio mientras trataban escuchaban, esos cinco minutos de espera fueron realmente largos para ellos. Cuando oyeron por fin que el baño estaba otra vez vacio por fin pudieron estar más tranquilos.
Los dos chicos se volvieron a poner sus camisas y arreglaron sus pantalones que estaban sueltos, especialmente el de Sasuke, que ahora su erección había desaparecido por los nervios. Ya con la ropa arreglada nuevamente y asegurándose de que no había nadie que los viera, salieron de la cabina del inodoro para lavarse las manos y refrescarse también.
- Mierda que estuvo cerca -dijo el de cabello oscuro.
- Sí… yo sentía mi corazón latir muy rápido… vaya que casi nos descubren.
- Pero no lo digo solo por eso… ¡yo estaba muy cerca de acabar y me cortaron el momento!
Naruto solo pudo poner cara de sorpresa al escuchar eso y al instante taparse la boca para no reírse muy fuerte, mientras que el azabache seguía con cara de póker. “Bueno… pues sí quieres después podemos terminar lo que empezamos” le dijo de forma picara y divertida el menor.
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Por fin ya era la salida de la secundaria, Kiba estaba esperando afuera de la escuela, había quedado con alguien muy importante para hablar después de clases. Mientras esperaba vio que a lo lejos estaban corriendo Naruto y Sasuke tomados de las manos y en dirección a la casa del rubio, se les veía emocionados por alguna razón. El castaño suspiró y apretó los puños… pensar que él también podía estar así con…
- ¿Kiba? Ya estoy listo… ¿Nos vamos?
- Sí, vamos a mi casa, Neji.
Los dos castaños se pusieron a caminar juntos, primero estuvieron en silencio pero luego fue Neji quien rompió con ese silencio empezando a conversar de cosas simples como la escuela u otras trivialidades, el de cabello largo sabía que Kiba se sentiría mucho mejor hablando en la comodidad de su hogar. Cuando ambos llegaron a casa de Kiba y este abrió la puerta, a uno de ellos le extrañó que no fueran recibidos con los ladridos tan agudos de Akamaru.
- ¿Y Akamaru no está en casa?
- Ahora no, mi hermana es veterinaria y hoy le toca una revisión a Akamaru y se quedará con mi hermana hasta que regrese del trabajo por la noche.
- Ya veo.
- Bueno ¿quieres algo de beber?
- No gracias.
- ¿Subimos a mi habitación?
- Claro.
Subieron las escaleras uno detrás del otro, aunque Neji ya conocía bien la casa de Kiba, era este quien siempre lo guiaba por la casa, no le gustaba dejar solo al castaño de cabello más largo, decía que a los invitados se les debe de tratar con mucha atención. Los dos se sentaron al borde de la cama… ambos sabían de qué querían hablar y… era un poco incomodo, más por los nervios que por la situación exacta.
- Kiba…
- Neji yo…
Ambos se detuvieron, sin querer habían interrumpido al contrario.
- Dale, empieza tú -dijo Neji.
- Bueno… esa vez que nos besamos…
- Sí…
- ¿Tú te dejaste llevar?
- ¿A qué te refieres?
- Me refiero a… ¿solo fue un impulso o si tenias ganas de… ganas de besarme?
- Ehh…
- …
- Tonto… Yo quería que me besaras de hace mucho tiempo -se sinceró el de cabello más largo.
- ¿En serio? -dijo Kiba sorprendiéndose.
- Sí… ¿y tú?
- Yo… no lo sé… yo…
- Te dejaste llevar ¿verdad?
- ¿Cómo lo sabes?
- No lo sabía… me lo acabas de decir ahora mismo.
- … -Kiba que quedó callado, no había medido lo que había dicho.
- Entonces por eso ya no me querías hablar… bueno si solo es así entonces nuca debí haber pensado que te gustaba también.
El de ojos muy claros se puso de pie, tratando de contener la tristeza que ahora lo invadía, trató de salir rápido de esa habitación para marcharse pero una mano firme lo detuvo.
- Espera…
- No quiero Kiba… tú no me quieres como yo a ti, esto no funcionará -dijo empezando a molestarse.
- Pero… ¿Y si quiero que funcione?
- ¿Ahh?
- Yo… quiero dejarme llevar… quiero dejarme llevar contigo Neji.
- No sé de que estas…
Neji no pudo terminar esa frase porque los labios de Kiba ya estaban sobre los suyos, podía ver los ojos de Kiba mientras lo besaba… esa mirada acariciando la suya… en serio lo derretía, con el pasar de los segundos los ojos de Kiba se cerraron y se concentró en el beso. Neji se dejó ganar por sus deseos y también cedió ante el beso que se estaba dando con su castaño, el castaño que tanto quería.
- Idiota… ¿por qué no sabias lo que querías? -le dijo al separase de Kiba.
- Yo… no quería aceptar mis sentimientos por ti…
- ¿Por qué no?
- Porque me gustas mucho… y soy un idiota al ocultártelo.
- Pues… ya no lo hagas… tú me gustas mucho también.
Los dos se miraron a los ojos de una forma cálida, revelar por fin sus sentimientos era algo que necesitaban y que los reconfortó mucho. Luego de solo unos segundos ya estaba de nuevo besándose en los labios, era algo nuevo sentir el sabor del otro… y era algo que realmente les interesaba descubrir. Ambos se sentaron en la cama mientras sus labios se movían en armonía y lentamente perdían la timidez.
- ¿Y ahora qué hacemos? -preguntó el de cabello largo.
- Pues… tenemos hasta la noche para hacer muchas cosas -le sonrió.
- ¿Cosas como qué? -dijo devolviéndole la sonrisa.
- Nada que tú no quieras.
Kiba volvió a besar a Neji, esta vez dejándose llevar nuevamente y recostándolo sobre la cama, los dos adolescentes tenían muchas ganas de descubrir lo bueno que puede ser el amor al fin correspondido.
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En otro lugar de la ciudad estaban un pequeño niño de cabello azabache caminando abrazado del brazo de un adolescente de cabello pelirrojo, ambos estaban llegando a la casa del menor, el cual estaba muy emocionado, era así siempre que estaba con su novio y se sentía muy orgulloso de ser el único en su clase que ya tenía una relación, aunque claro, aun sus amigos conocían a su novio como “su amigo especial”.
- Gracias por traerme a casa Gaara.
- Jaja, te traigo todos los días y siempre me dices gracias.
- Es que es por educación. Mis papás dicen que siempre debo ser educado.
- Pues es cierto y eres un niño genial, todo un caballero.
- ¿Y cómo me llamo?
- Sai.
- Y…
- Y eres mi gatito.
- Shiii.
El menor se abrazó muy fuerte contra su novio pelirrojo, el cual le encantaba recibir los abrazos tan “fuertes” de su pequeño. Después de ese abrazo ambos entraron a la casa, ya que siempre pasaban un rato juntos antes de que Gaara tuviera que regresar a su propio hogar.
- Me dijiste que tus padres están visitando a tu tía hoy ¿verdad?
- Sip, me dijeron que no regresarán hasta más o menos las seis de la tarde.
- Oh, bueno.
- Hoy en vez de ver la tele ¿me puedes ayudar a estudiar?
- Claro que sí, que bueno que quieras hacer tu tarea.
- Vamos a mi habitación ¿si cerecita?
- Claro que sí.
Caminando de la mano fueron hasta la habitación del pequeño y se sentaron ambos en la cama, dejando las mochilas a un lado de la cama.
- Bueno ¿y qué materia vamos a estudiar? -preguntó el mayor.
- Es una materia nueva… que apenas la estamos llevando desde la semana pasada.
- Vaya.
- Aquí está el cuaderno.
Sai le entregó el cuaderno a Gaara el cual leyó el nombre del curso: Educación sexual.
- …
- ¿Estás bien cerecita?
- ¿E-Esto es una trampa?
- ¿Trampa? Jajaja -rió el pequeño- claro que no tontito, yo solo quiero que me ayudes a estudiar.
- ¿Estás seguro?
Claro, además… tú sabes más de esas cositas que yo y… quiero que tú me las enseñes -dijo acercándose lentamente a los labios de Gaara, uniéndose en un dulce y humeante beso.