Un nuevo día estaba comenzando, un adolescente azabache estaba durmiendo plácidamente en su cama, él no usaba pijamas, solo tenía puesto sus bóxers color azul oscuro y una camiseta sin mangas color negra, su habitación, como siempre estaba ordenada, no le gustaba mucho el desorden y cuando había algo desordenado en su alcoba no duraba mucho tiempo, a Sasuke le gustaba la limpieza, hasta cuando dormía lo hacía sin revolver las sábanas, cada vez que se despertaba se encontraba con la cama perfectamente acomodada, tal y como se iba a acostar.
La primavera ya estaba llegando a toda la cuidad y con ella sus rayos de sol tan cautivadores, Sasuke los sintió en su cara porque se colaban entre las cortinas de su ventana e hicieron que el pelinegro se despertara sin querer. El adolescente hiso una mueca de disgusto y se frotó los ojos, para luego sentarse en su cama, “Perfecto… aún no suena mi alarma y ya me desperté, lo peor de todo es que ya no me voy a poder dormir de nuevo” pensó mientras estiraba sus brazos y sus piernas.
Lo primero que hiso Sasuke al salir de su cama fue empezar a hacer varias planchas o lagartijas, desde hace unas semanas estaba empezando a hacer ejercicio todas las mañanas, luego de hacer unas cuarenta planchas empezó a hacer abdominales, lo único difícil era hacerlo solo, “Sería más fácil si alguien sostuviera mis pies… pero bueno que importa” pensó sin dejar de hacer los ejercicios. Hiso también unos cuarenta abdominales, Sasuke empezaba a cansarse, sentía como los músculos de su delgado y hermoso cuerpo le empezaban a doler, pero él quería seguir, quería superar su record anterior, “Esta bien Sasuke, diez flexiones más y listo” dijo en voz alta para sí mismo y continuó con los abdominales, el chico sentía que cada flexión era más dolorosa que la anterior pero no se iba a rendir, su meta eran diez más y las cumpliría.
“Ocho… nueve… ¡diez!” dijo contando en su mente y al culminar a la decima flexión por fin pudo tumbarse en la alfombra de su habitación y descansar, recuperar un poco el aire. El azabache estaba con la camiseta pegada a su cuerpo, algunas gotas de sudor le bajaban por la frente, ese fue un ejercicio bien hecho, Sasuke sonrió un poco y cerró los ojos, descansar luego de hacer ejercicios es muy placentero… Cuando el pelinegro ya estaba por quedarse dormido escuchó el molesto ruido de la alarma de su celular, pero él prefirió no hacerle caso, le daba flojera levantarse ahora.
Pero la alarma de dejaría de sonar hasta que la apagasen, aunque a Sasuke no parecía importarle, el de ojos negros estaba pensando en que tomaría una ducha ahora, aun faltaba algo de tiempo para ir a la escuela. Sasuke aún sin levantarse se quitó la camiseta y la dejó a un lado de él, estaría recostado ahí un momento más, hasta que la flojera se le pasara.
- Oye antipático ¿no te das cuenta del ruido de tu alarma? -Itachi abrió la puerta de la habitación de su hermano, sorprendiendo al menor.
- ¡Oye! ¿Nadie te ha enseñado a tocar la puerta antes de entrar?
- Jaja, ni aunque estuvieras desnudo deberías sorprenderte, total… ya te vi y tú a mí -le dijo con una sonrisa pervertida.
- Ehhh… -se puso rojo de inmediato- ¡Idiota! ¡pervertido!
- Jajaja -rio a carcajadas el mayor con la reacción tan infantil de su hermano- oye tranquilo, no es para tanto.
- ¿Y por qué entras a mi alcoba solo usando bóxers?
Era cierto, el pelinegro mayor solo estaba usando unos bóxers muy cortos y de color negro con rayas rojas, fuera de esa prenda solo se podía ver su cuerpo bien esculpido y atractivo.
- Pues te podría preguntar lo mismo, tú también estás así… ¿Qué haces en la alfombra?
- Hacía ejercicios… abdominales y demás.
- Oh… pues me hubieras llamado para ayudarte, yo puedo sostener tus pies cuando hagas las flexiones y luego te podía hacer masajito… jeje.
- Ita… ¡Incestuoso! ¡Pervertido!
- Jajaja, pareces un niño Sasuke, aprende a distinguir cuando esto bromeando. Mira si ya estas todo rojo.
- Ehhh… bueno adiós, tengo que ducharme ahora.
- Está bien pero primero apaga esa estúpida alarma… su ruido llega hasta mi alcoba.
- Ah cierto, lo había olvidado.
Sasuke se puso de pie y fue directo a apagar la alarma de su celular y por fin el silencio reinó de nuevo en su ordenada habitación, el adolescente tomó su camiseta que se había quitado y la puso en el cesto de ropa sucia, cuando Sasuke volteó se dio cuenta que su hermano mayor aún seguía apoyado en la puerta de su alcoba, mirándolo con una sonrisa.
- ¿Qué no ibas a volver a dormir? -preguntó el menor.
- Tal vez más tarde… ya se me quitó el sueño y mi universidad es aún al medio día.
- Suertudo… bueno dame algo de privacidad, que iré a ducharme.
- Ok, tienes que limpiar ese cuerpecito tan sexy para tu Narutín ¿verdad?
- Ehhh… hermano no digas esas cosas tan raras -dijo bajando la cabeza para que no notara el rubor de sus mejillas.
- Dale, nos vemos en el desayuno, bye!
Sasuke vio a Itachi salir de su habitación, entonces entró a su baño y se quitó el bóxer, poniéndolo en el cesto de ropa sucia también. Ya completamente desnudo entró en su ducha y calculó la temperatura del agua para que estuviera tibia. Mientras las gotas de agua lo empapaban, el ojinegro frotaba todo su cuerpo con sus manos, el agua recorriendo su cuerpo le daba una sensación agradable, “Itachi es un poco extraño… a veces me da la impresión de que quiere ukearme… pero él dice que solo es broma” pensaba mientras empezaba a enjabonarse el cuerpo, mientras que de alguna forma empezó a recordar esa mañana de campamento con Naruto… su primera vez como uke… el azabache luego de enjabonarse bien abrió más la llave de la ducha para que el agua limpiara todo el jabón y las burbujas de su cuerpo y mientras el azabache sentía la frescura del agua tibia empapar su tersa piel se dio cuenta de un pequeño problemita. “¿Qué? ¿Cómo es que se me puso duro? ¿Solo por acordarme del campamento?” pensó mientras veía su linda erección, su pene estaba duro y rozando su vientre por lo erecto que estaba.
Las mejillas de Sasuke se volvieron a poner coloradas, últimamente lo estaba haciendo repetidas veces, él no era de los chicos que se sonrojan pero bueno… algunas cosas cambian de vez en cuando. El de cabello negro puso cara de póker y continuó duchándose, aunque no era tan fácil con su “amigo” tan contento. Salió de la ducha para ponerse una bata color azul, mientras Sasuke se secaba el cabello podía notar que su problemita entre las piernas no había cedido, podía ver hasta el bulto que se le formaba en su bata. Terminó de secarse el cabello y salió a su habitación, una vez ahí se puso de pie frente a su espero de cuerpo entero, abrió su bata y vio su desnudez con el espejo, viendo también su lindo pene erecto. El azabache mordió su labio inferior y sin dejar de verse en el espejo empezó a frotar muy lentamente su pene con su mano derecha… Sasuke sentía esa situación tan familiar… mientras sentía las cosquillas que venían desde su miembro, esa sensación tan agradable… de pronto se acordó que hace algunos años, cuando apenas había cumplido los once años, así, de la misma forma y frente al espejo descubrió la masturbación.
Una pequeña sonrisa brotó de sus labios, mientras observaba cada detalle de su hermoso cuerpo, su cara de chico muy guapo, su pecho bien formado, su delgado vientre y sus lampiñas piernas… y claro, su lindo pene que estaba siendo acariciado por su mano. Sasuke aumentó un poco la velocidad de su mano, pero no estaba seguro de eyacular o no, pero aún así no se quería detener… El adolescente ya sentía las cosquillas subir por su espalda y su pecho, esa agradable sensación era muy buena, Sasuke relamió sus labios sentía que ya estaba cerca de acabar… “Sasuke baja, el desayuno ya está listo, ¡No te demores antipático!” escuchó de pronto la voz de su hermano desde afuera de su habitación y de la sorpresa lo hiso dar un pequeño salto, “Ya… ¡Ya voy!” dijo mientras rápidamente buscaba sus bóxers limpios en su cajón, “Tonto hermano mayor, no me dejaste terminar” dijo en un susurro mientras se ponía la ropa interior, ahora el día de verdad había comenzado.
Sasuke caminaba por la tranquila calle, era momento de ir a la escuela, lo bueno de que la primavera estuviera a punto de empezar era que ya podría sacar su bicicleta por fin otra vez, en todo el invierno no había podido conducir su bicicleta y ahora ansiaba hacerlo de nuevo, sentir el viento en su cara y la emoción de la velocidad, pero lo mejor de todo era la ilusión de volver a llevar a su rubio con él, Naruto sentado en los manubrios con esa sonrisa de niño cuando le hacen cosquillas, pensar en su adorable novio era una de las pocas cosas que lo hacían sonreír tan temprano por la mañana. Y hablando del rubio, ya estaba llegando a su casa, aumentó un poco la velocidad de su caminar y vio a Naruto de pie con su mochila, parado en la acera frente a su casa con su bufanda naranja favorita tapándole la boquita.
- Buenos días Naruto -saludó el azabache amablemente- Oye, ya no hace tanto frio como para abrigarse tanto.
- Yo sí tengo frio… y hola Sasuke.
- ¿Ya estás listo para ir a la escuela?
- Sí… -Entonces en un rápido impulso el rubio abrazó a Sasuke, sorprendiendo un poco a este.
- “Qué lindo es” -pensó el ojinegro son soltar al más pequeño.
- Bueno, ahora sí vamos.
Naruto se separó de Sasuke, lo tomó de la mano y ambos se pusieron en marcha hacia la escuela, la caminata fue silenciosa, mucho más silenciosa de lo normal, todos los días Naruto le contaba a Sasuke como había estado su día o le contaba de alguna caricatura nueva en la televisión o hasta de algún nuevo video en internet que le pareció gracioso, pero hoy Naruto estaba muy callado, solo estaban tomados de la mano caminando tranquilamente, Sasuke pensó que seguro era porque Naruto aún tenía mucho sueño.
- Oye Sasuke ¿y cómo estás tú? ¿te está yendo bien en tus clases y todo eso? -preguntó el menor.
- Sí, la verdad he subido un poco mi promedio. Pero bueno, eso es lógico, soy muy bueno con los estudios.
- Jaja, sí lo sé, por eso me tienes que ayudar con todas mis tareas.
- Ya quisieras pequeño tramposo -le revolvió el cabello con una mano.
- Pero no es trampa, solo es que me ayudes, además, por mí es que estás de tan buen humor ahora.
- Mmmm… puede que tengas algo de razón.
- ¿Solo algo de razón? -hiso un puchero, pero por la bufanda no se le notó.
- Bueno ¿Y tú cómo estás? ¿Qué hiciste ayer en la noche por ejemplo?
- ¿Ayer? Este… ehhh…
Sasuke miraba como Naruto se ponía nervioso, lo sabía por la forma en la que movía sus manitos y miraba para otro lado, tal vez tenía algo que decirle, “Ya pues Naruto, dime” le dijo sin tratar presionarlo y en eso llegaron saludando Kiba y Neji, quieren distrajeron por completo a Naruto y Sasuke, ya que vieron que ambos adolescentes venían hacia ellos tomados de las manos también.
- ¿QUÉ? ¿Acaso son los mismos Kiba y Neji que conocí? -dijo con mucha ironía el azabache mientras los veía acercarse.
- Hola -dijeron los dos castaños parándose frente a ellos.
- ¿Qué hacen tomados de la mano? -Sasuke se quería morir de la risa, ambos castaños que antes parecían tan rudos ahora se veían súper inofensivos.
- Le dije a Neji que no era bueno estar así tan cerca de la escuela pero…
- Bah, no tiene nada de malo -dijo el de ojos muy claros sonrojándose.
- Jajaja -el azabache empezó a reír, para él era algo muy gracioso.
- Sasuke no los fastidies, nosotros también estamos de la mano.
- Ja… sí claro -dijo Sasuke poniéndose serio de nuevo.
Los cuatro adolescentes empezaron a caminar juntos, ahora sin tomarse de las manos pero sí cada uno al lado de su chico y mientras caminaban conversaban, pero aún así por extraño que parezca el que menos hablaba era el rubio. Cuando ya estaba casi por llegar a la escuela fue cuando todos escucharon unos ladridos y todos voltearon viendo como un cachorrito ya conocido por todos venía corriendo y saltó a los brazos de su amo.
- ¡Akamaru! -dijo Kiba atrapando en el aire al animalito y este empezó a lamerle la nariz.
- ¿Pero que hace aquí? ¿Vino corriendo desde tu casa? -preguntó el azabache.
- Se debió haber escapado de nuevo… a veces se suele salir por la ventana del living y me persigue, pero ahora sí que te pasaste corriendo hasta aquí Akamaru.
- ¿Lo devolverás a tu casa de nuevo? -preguntó Naruto mientras le acariciaba la cabeza al carrocho.
- Creo que sí… siempre que se escapa lo hace cuando yo apenas y estoy a unos metros de mi casa, pero hoy vaya que se recorrió todo un largo camino para encontrarme -dijo Kiba luego de suspirar.
- Pero Kiba… faltan solo cinco minutos para entrar a clases, vas a llegar tarde.
- Sí, tienes razón Neji, pero… no tengo de otra.
- Puedes tenerlo en tu mochila -dijo Naruto de pronto- ¿recuerdas? Como esa vez que lo trajiste a clases y los profes no se dieron cuenta.
- Puede ser pero… tendría que estar tranquilo o dormido -Kiba lo pensó un momento- ¿Neji puedes hacer que se duerma? Siempre funciona contigo.
- Está bien, dámelo.
Kiba le entregó a Neji a Akamaru, el castaño de cabello largo tomó al cachorrito como si fuera un bebé y empezó a acariciarle la cabeza lentamente, en eso y como arte de magia el perrito dejó de ladrar y empezó a bostezar, cerrando sus ojos con el pasar de los segundos y en menos de dos minutos ya estaba dormido en los brazos de Neji, era algo increíble como por unas caricias y arrullos se había quedado dormido tan rápido. Kiba se quitó la chaqueta y ordenó su mochila para que Akamaru pudiera estar cómodo ahí, usando su chaqueta como cama improvisada, acomodaron al cachorro durmiente y cerraron la mochila dejando un espacio abierto para que el aire entrara sin problemas.
“Listo, muchas gracias Neji” le agradeció, Naruto y Sasuke estaban maravillados con la rápidez que los chicos hicieron todo, y ahora podían llegar a tiempo a la escuela. Los cuatro entraron al mismo tiempo y ya dentro Kiba pudo respirar más tranquilo, ahora solo tenía que aguantar todo el día con su mascota, no era difícil, el reto era que los profes no se dieran cuenta. “Oigan chicos, fue tan extraño ver ese lado tan maternal de Neji” dijo Sasuke con ánimos de molestar un poco al castaño, este solo le dio un pequeño golpe en el hombro a Sasuke. Antes de entrar a sus respectivas aulas de clase Sasuke le susurró algo a Naruto en el oído y luego Sasuke se fue a su salón, cuando los tres chicos entraron al aula lo hicieron justo a tiempo, ya que el timbre de inicio estaba por sonar, entonces cuando ya estaban sentados Naruto les preguntó lo que Sasuke le encomendó. “Oigan chicos… ¿Quien de ustedes en el activo y quien es el pasivo?” preguntó con las mejillas rojas, los dos castaños lo miraron con cara de “¡¿Estás loco, por qué nos preguntas eso?!” poniéndose colorados también, afortunadamente para los castaños, la campana de la escuela sonó en ese instante, haciendo que todos los alumnos entraran corriendo, salvados por la campana…
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El día de escuela había pasado sin contratiempos, afortunadamente Akamaru se había portado muy bien y no había hecho ruido, Kiba ya tenía miedo de que se saliera de la mochila y se pusiera a correr por el salón de clases, pero afortunadamente no sucedió. Ahora, ya todos de salida de la escuela, estaban caminando todos juntos y veían como el cachorrito ladraba contento con medio cuerpo fuera de la mochila de Kiba, “Jajaja, vaya que tenían ganas de salir pequeño” dijo contento Kiba, quien tomaba al cachorro y lo ponía en el suelo para que estirara sus patitas. Como ya estaban afuera de la escuela y ya habían caminado lo suficientemente lejos de esta no pasaba nada si el cachorrito corría y así lo hiso, solo se detuvo cuando lo vio a Neji y se puso a olfatearlo, se notaba que le tenía cariño. Todos llegaron a una intersección de calles, al parecer era el momento de que todos se fueran por sus propios caminos.
- Bueno chicos, Hinata, Kiba y yo nos iremos por este camino -dijo Neji sosteniendo a Akamaru.
- Y yo tengo que ir a recoger a Sai a su escuela -dijo el pelirrojo.
- Sasuke vamos con Gaara, quiero ir yo también.
- Bueno está bien Dobe.
- En serio es sorprendente -dijo la única chica del grupo haciendo que todos la miraran- en solo unos meses todos han formado parejas, y además que a todos les gustan los chicos.
Hinata soltó una pequeña risita, todos los chicos se miraron entre sí, Naruto y Kiba se rieron, pero los otros más serios solo sonrieron en silencio mientras se sonrojaban. Hinata tenía razón, era una observación muy buena. Luego de eso el grupo se separó en dos, tres chicos se fueron hacia la escuela primaria y los otros tres se fueron con un cachorro corriendo entre las piernas de estos.
Cuando Naruto, Sasuke y Gaara llegaron a la escuela primaria vieron a Sai y a Konohamaru parados a un lado de la acera comiendo caramelos, eso hiso que Naruto vaya corriendo a alcanzarlos, era obvio que le encantaban las cosas dulces.
- ¡Chicos! Esos son muchos dulces… -dijo con los ojos brillantes el rubio.
- ¡Naruto! -volteó el pequeño azabache.
- ¡Jefe estas aquí! -Konohamaru se puso de pie y le dio un fuerte abrazo a Naruto.
- Ejem… te recuerdo que yo soy el dueño de Naruto -Sasuke entró a la escena.
- ¡Pero él es mi amigo especial!
- Como sea, Naruto es mí…
- ¡Chicos! Sera mejor que no se peleen por Naruto, ya están muy grandes para eso -dijo Gaara interrumpiendo a Sasuke antes de que meta la pata.
- Sí, no se peleen por mí, puedo ser amigo de los dos.
Naruto sudó frio, después de decir eso vio como se le quedaron mirando, Konohamaru con una cara de póker y con puchero y Sasuke con una cara de celos fulminante, el pobre rubio solo pudo tragar saliva. Cuando todos relativamente se clamaron ya pudieron empezar a caminar todos juntos, Konohamaru se había quedado acompañando a Sai porque se quedaron hablando sobre los programas de la televisión y mientras hacían eso comían caramelos. Naruto caminaba contento comiendo dos caramelos a la vez, Konohamaru tenía una bolsa llena de caramelos de colores, así que les invitó a todos, hasta a Sasuke, aunque el pequeño lo veía como su rival, porque al parecer también quería que Naruto sea su amigo especial.
- Oye, están muy ricos -decía Naruto con los dulces en las mejillas.
- ¡Gracias Jefe! Puedes comértelos todos si quieres.
- ¡¿En serio?! -dijo muy alegre el rubio.
- Habla en serio, Konohamaru se gastó su mesada de esta semana en comprar bolsas de dulces -dijo el pequeño azabache.
- Que genial, yo hacía lo mismo hasta el año pasado.
- ¿Es en serio Naruto? -le preguntó Sasuke algo incrédulo.
- La verdad si lo hacía, yo tuve que enseñarle a ahorrar -dijo Gaara rascándose la nuca.
Todos siguieron caminando hablando ese tipo de cosas algo infantiles y divertidas, hasta que Konohamaru recibió una llamada en su celular, esté respondió y hablo muy rápido, luego se le formó una sonrisa grande en su cara y luego de algunas palabras más colgó. “Lo siento chicos me tengo que ir ahora, mi abuelo vino de visita ¡Y seguro me ha traído un regalo genial!” dijo muy contento el pequeño.
- Toma Jefe, es un regalo para ti -le dijo entregándole la gran bolsa de caramelos, que aún estaba llena más de la mitad.
- ¿Me los regalas?
- Claro que sí, eres mi amigo especial ¿no?
- ¡Claro que sí! ¡Gracias!
- ¡De nada! Bueno ¡Adiós a todos! ¡Hasta mañana Sai! -dijo despidiéndose y saliendo corriendo hacia su casa.
- Y a mí no me regaló la bolsa de caramelos - Sai hiso un puchero.
Gaara sonrió con la envía tan infantil de Sai y le dio un fuerte abrazo, Naruto les invitó a todos un caramelo y cuando ya todos estaban comiendo el suyo, tomó un caramelo también y se lo metió a la boca.
- Agghhh… ¡Es de coco! ¡No me gusta el coco! -Naruto sacó la lengua con el caramelo en ella.
- ¿Pero si no te gusta porqué te lo metiste a la boca en primer lugar?
- Es que… era color blanco y pensé que era de leche… ¡Sasuke sálvame!
- Bah… está bien, ven aquí.
Sasuke se acercó a Naruto y cuando estaban frente a frente se dieron un beso en los labios, abriendo sus bocas y… Gaara y Sai se quedaron mirando casi con la boca abierta, se podía ser como sus lenguas jugaban desde sonde estaban. Luego de unos segundos más ambos se separaron del beso.
- Mmmm… este es de cereza, ¡Es mucho más rico!
- Sí, de nada Naru… -dijo justo antes de masticar el caramelo de coco.
- ¿Ellos dos acaban de…?
- Sí Sai… acaban de intercambiar caramelos… y lo vimos todo.
- Ustedes que estaban de mirones -Sasuke se encogió de hombros sin importarle.
- Ehhh… Gaara… acabo de recordar que no me gusta el caramelo de limón… ¿cambias conmigo?
- ¿Ves lo que le enseñas a tu primito? -dijo un Gaara muy sonrojado.
Y así de “tranquila” pasó la tarde, Gaara y Sai se fueron juntos a la casa del menor, y este estaba feliz pues tenía un buen puñado de caramelos en sus manos. Mientras que Sasuke y Naruto regresaron a casa de este último. Era viernes, así que podían estar un buen rato juntos, todos los viernes lo hacían. Cuando entraron en la casa del rubio encontraron a Deidara sentado en la mesa del comedor armando una maqueta de ciencias para un concurso.
- Hola chicos -Saludó el mayor.
- Hola Deidara -dijeron los dos al mismo tiempo mientras pasaban a un lado de este, dirigiéndose a las escaleras.
- ¿Están bien? De verdad lamento mucho lo que les está pasando…
- ¿Ah? ¿A qué te refieres Deidara? -preguntó confundido Sasuke.
- ¿Aún no le has contado Naruto?
- No… iba a hacerlo justo ahora…
- ¿Contarme qué? ¿Qué pasa?
- V-Vamos a mi alcoba y te explico… -dijo Naruto ahora con su sonrisa desaparecida.
Ambos chicos subieron hasta la habitación de Naruto, una vez ahí cerraron la puerta y se sentaron en la cama, Naruto estaba con una mirada triste, como si tuviera que dar una mala noticia… “No me asustes Naruto, dime por favor que pasa…” dijo el azabache algo nervioso. Naruto tragó un poco de saliva y se preparó a hablar, “Sasuke… ayer cuando regresamos a casa… mi padre nos vio… vio que nos besamos”…
____________________________________FlashBack_______________________________________
Justo cuando Naruto estaba buscando sus llaves en su bolsillo vio como la puerta de su casa se abrió y observó a su padre sosteniendo la puerta… Minato se veía con una expresión seria, con el seño fruncido… El corazón del pequeño empezó a latir por los nervios, conocía que esa mirada en su padre era porque no estaba contento…
- Entra… -dijo Minato con voz seria.
- Papá hola…
- Hola… sí claro…
Naruto lo sabía, su padre estaba molesto, cuando entró vio a su madre sentada en el sofá y él fue de inmediato a saludarla y sentarse a su lado, luego de darle un beso en la mejilla vio que su padre se paró frente a él con los brazos cruzados.
- ¿Q-Qué ocurre aquí? -preguntó el pequeño.
- Eso mismo te pregunto yo… vine a conversar con tu madre de algunos temas importante y justo cuando te veo llegar veo que te besas… con otro hombre como tú.
- Pero… mamá… -Naruto buscó fortaleza en su madre.
- Minato ya te dije que…
- No Kushina, esto es culpa de los dos, tuya por ser demasiado consentida con el niño y mía por no enseñarle cosas de hombres cuando era el momento.
- No está haciendo nada malo ¡Por todos los cielos! -dijo la pelirroja defendiendo a su hijo.
- No importa mujer, ahora me siento más feliz que nunca que el juez me haya otorgado el permiso.
- ¿Permiso? ¿Qué permiso? -preguntó confundido el rubio tomando fuerte la mano de su mamá.
Minato suspiró amargamente y empezó a caminar, tomó su maletín y lo abrió, entonces Naruto vio unas hojas de papel llena de sellos y firmas, “Mira Naruto, yo solo te iba a hacer una invitación, pero ahora después de ver eso… ahora será obligatorio” dijo el mayor frunciendo el seño.
- Minato no seas tan severo, yo solo firmé porque pensé que Naruto se iría de vacaciones a Europa máximo un mes.
- Pues ya no Kushina, y tú que sabias de esto y me ocultaste todo este tiempo.
- ¿Qué pasa mami? ¡No me digas que me iré a vivir con mi papá para siempre!
- Y todavía lo dices como si fuera algo malo…
- ¡Será porque lo quieres separar de la persona que le gusta!
- ¡No papá! ¡No me separes de Sasuke! ¡Te lo ruego!
_________________________Fin del flash Back____________________________
Sasuke miraba estupefacto a Naruto, no lo podía creer, ¿Cómo había pasado todo eso? Mientras veía a Naruto con su carita muy triste y con algunas lágrimas acumulándose en sus ojitos azules…
- Entonces… ¿tú papá quiere llevarte a Europa para siempre?
- No… -Naruto negó con la cabeza- el permiso que le dieron fue para estar conmigo por un año, no es para siempre… Mi mamá firmó porque mi papá dijo que solo era una invitación, que si yo no quería no me iba a obligar.
- ¿Pero porqué no espero a tu decisión antes de firmarlo? -Sasuke estaba algo alterado.
- Porque mi mamá quería que me fuera de vacaciones por un mes, que conociera Europa… por eso ya lo había firmado. Pero ahora… mi papá quiere que me quede con él el año entero.
- Pero tienes que regresar ¿verdad?
- Sí… pero sería un año sin mi mamá, sin mi hermano, sin mis amigos… sin verte a ti, Sasuke…
Naruto empezó a llorar en silencio, Sasuke solo pudo abrazarlo con todas sus fuerzas, ambos se acurrucaron juntos, mientras Naruto lloraba y las lágrimas se agolpaban en los ojos de Sasuke, pero este no lloraría, no frente a Naruto, debía demostrarle que era fuerte, que lo protegería.
- Naruto… ¿Cuándo se supone que te irás?
- En una semana… el próximo viernes…
- Una semana… -se quedó pensando el pelinegro.
- Lo siento Sasuke…
Naru… -Sasuke levantó la carita de Naruto para verlo a los ojos- Naruto ¿Y si nos escapamos juntos?