Naruto secaba sus lagrimas con sus manos, estaba triste, molesto, todavía algo asustado por el casi accidente de hace unos minutos, se sentiría mejor si en esos momentos estuviera con su amado Sasuke… pero no, estaba en el auto de su padre, sentado en el asiento trasero mientras que el adulto hablaba por teléfono a través de esos aparatos que uno se pone en el oído, Naruto no recordaba el nombre de esos aparatos, pero eso no le importaba, mientras miraba por la ventana el cielo nublado no dejaba de pensar en su azabache, el chico que le había salvado seguramente la vida, ahora Naruto lo tenía más claro que nunca, Sasuke era el chico más maravilloso que habría podido conocer y no quería separarse de su lado, de verdad lo amaba mucho.
- …Sí, ni bien mi hijo hable con su madre lo llevaré a la misma dirección.
- … -Naruto no estaba muy concentrado en lo que hablaba su padre.
- Y no, no voy a tomar asuntos legales, dejémoslo así, como una simple escapada de niños, no quiero más problemas con nadie… Sí, gracias oficial, hasta luego.
- …
- Oye hijo, ya le avisé a tu madre que te encontramos, después de que la veas a ella y a tu hermano te llevaré al hospital como quedamos, están llevando a tu amigo ahí.
- Es mi novio… Sasuke es mi novio -dijo de forma cortante.
- Mmm… ¿Sigues pensando en eso?
- Pero papá… es la verdad, Sasuke y yo nos queremos como novios ¿No lo entiendes?
- No sé de donde aprendiste que dos hombres pueden ser novios…
Naruto decidió callar, la cosa se pondría peor si empezaba a discutir con su padre en ese momento, aunque la verdad tenía muchas cosas que quería decirle, algunas que aclararle y otras que reclamarle… “Nunca has estado ahí para contarte mis cosas… ¿Y ahora piensas que me puedes juzgar en todo?” pensaba el menor cruzado de brazos, era frustrante, su padre al parecer ni se esforzaba por entender los sentimientos de su propio hijo.
El auto se estacionó frente a la casa de Naruto y aún sin bajarse del auto Naruto vio como su madre salió casi corriendo de la casa al ver el auto llegar, Naruto tragó saliva, estaba seguro que se había metido en un grave problema, abrió la puerta del auto y lentamente bajó de este, vio a su madre llegar con él y esta inmediatamente lo abrazó muy fuerte. “Naruto, mi hijito, estaba tan preocupada por ti, no sabía a dónde te habías ido” le decía la pelirroja mientras no paraba de apretar al menor contra su pecho, Naruto estaba rojo de vergüenza, especialmente al sentir las bubis de su mami muy carca de él, no era algo malo, pero si lo avergonzaba. Mientras que Deidara caminaba hacia ellos lentamente y con una media sonrisa, estaba feliz de que Naruto estuviera sano y salvo, pero también sabía que ahora sí o sí lo enviarían a Europa por haberse escapado, así que no sabía exactamente si estar feliz o triste por su hermanito.
- Mamá, estoy bien, en serio, por favor suéltame un poco, me aprietas mucho.
- Estoy tan contenta que te no te haya pasado nada… ¿Y por qué usas esta gorra? -preguntó notando la gorra negra que traía su hijo.
- Pues… para que la gente no nos reconociera.
- ¡Es cierto! Acabo de recordar que no te perdiste, si no que te escapaste, no vuelvas a hacer algo así jovencito -Kushina tomó de las mejillas a Naruto y se las jaló, más que un regaño de madre parecía un regaño de una amiga.
- Auch… mami no hagas eso… además lo hice para estar junto a Sasuke.
- Menos mal que su “fuguita” no duró más de un día -dijo Minato que hasta ese momento se había quedado callado mirando.
- ¡Pero estábamos bien! Solo quería estar con él y que no me llevaran lejos, Ya ves que no estoy lastimado ni nada, gracias a Sasuke.
- Y estos raspones en tus piernas ¿Qué pasó? -Kushina solo lo soltó del abrazo para revisarlo.
- Pues… déjame que te explique.
Naruto explicó como Sasuke lo había salvado de casi ser atropellado por una motocicleta a toda velocidad, Kushina estaba sorprendida y no era la única, Deidara quién estaba detrás de ellos aún sin saludar también escuchó lo que Naruto estaba contando. Cuando el pequeño rubio terminó de contar que había pasado hace menos de media hora, Minato le dijo a Kushina que quería conversar con ella en privado, así que los dos entraron a la casa mientras que la por fin Deidara se acercó a abrazar a su hermano, Naruto se sentía chiquito en los brazos de su alto hermano mayor, no eran muy frecuentes sus abrazos, pero cada vez que Deidara lo abrazaba lo apachurraba en serio. “Dei… así está bien, a mí también me alegra verte” le decía intentando respirar mejor mientras que el mayor pensaba en silencio mientras continuaba el abrazo, una vez el mayor soltó al pequeño de tres marquitas en cada mejilla, le indico que se sentaran en uno de los escalones del pórtico de la casa.
Ahora sentados uno al lado del otro, Naruto se quitó la gorra que le había prestado Sasuke y la sostuvo sobre sus piernas, Deidara pasó su mano sobre el alborotado cabello de Naruto y le regaló una caricia, Deidara pensaba que Naruto en verdad era un chico muy valiente, podía parecer muy tímido, miedoso y hasta algo bobo, pero tener el valor para escaparse de su casa por algo tan especial… sencillamente Naruto se había ganado admiración por parte de su hermano mayor.
- Así que Sasuke te salvó de ser atropellado -pronunció Deidara con un aire de tranquilidad.
- Sí… yo estaba tan frustrado que no vi cuando cruzaba la carretera y Sasuke corrió hacia mí y me salvo… es muy valiente.
- Y tú también lo eres.
- ¿En serio? -volteó emocionado Naruto al escuchar esas palabras.
- Sí, vaya que lo eres… ¿Y cómo les fue? ¿Tenían un plan para huir o algo así? -Deidara tenía curiosidad de qué podían hacer un par de adolescentes.
- Pues yo creo que nos fue bien… queríamos ir a la ciudad vecina pero al final no salió como esperábamos.
- ¿Sabes qué? Si era para que ustedes estén juntos… yo hubiera querido que su fuga fuera un éxito. Ahora me doy cuenta que ese chico Sasuke de verdad te ama, tanto como para hacer lo que hiso.
- Sí… y yo lo amo a él.
- … -Deidara sonrió pero luego de unos segundos escuchó un pequeño quejido y volteó a ver a su hermanito con cara triste.
- ¿Por qué nos quieren separar Dei? ¿Acaso estamos haciendo algo malo? ¿Por qué nos juzgan solo por ser dos chicos? No le veo ningún sentido.
- …Yo tampoco le encuentro sentido -suspiró el mayor- haz madurado mucho más que yo enano.
- ¿Ehh?
“Puedes parecer un simple chico que solo piensa en divertirse y en ser muy lindo… pero también tienes unos lindos sentimientos, tu forma de pensar es tan madura…” Deidara ciertamente se sinceró, él no era de los chicos que dan sermones, pero lo que había ocurrido con su hermanito lo había hecho pensar tanto… tenía ganas de decirle la verdad a Naruto, decirle que había madurado mucho, que estaba orgulloso de él. “Dei… ¿Desde cuándo eres tan cursi?” Dijo Naruto lleno de inocencia, el mayor casi se cae de espaldas al escuchar eso, pero solo dudo reír, por un momento se le olvidaba lo inocente que podía ser su hermano. Cuando Naruto escuchó la risa de Deidara también empezó a reír poco a poco, no sabía de qué se reían, pero era divertido reírse con su hermano.
Entonces ambos hermanos vieron que la puerta de la casa de abrió y Minato salió con un aire muy neutral, “Vamos Naruto, te llevaremos al hospital” le dijo ayudándolo a levantarse. El menor estaba por decir que no era necesario pues se sentía bien, pero entonces recordó que Sasuke estaba ahí esperándolo, así que no dijo ni una palabra que lo arruinara y subió al auto junto con su padre y su mamá, Deidara se quedó en casa y mientras veía el auto alejarse, tomó su celular y llamó…
Mientras tanto, en una sala del hospital Sasuke ya estaba terminando su revisión, sentía el frio del estetoscopio en su espalda desnuda… pero le daba igual, solo era un simple chequeo. “Mmm… pues todo está bien señor Uchiha” le dijo una dama alta, de cabello rubio y recogido en dos coletas y de unos pechos generosamente voluptuosos. La doctora se quitó el estetoscopio y anotó algo en su libreta, le indicó a Sasuke que ya podía volver a ponerse su camiseta y este obedeció. Siguió sentado en esa camilla, no le gustaba hablar mucho con los doctores, cada vez que iba al hospital de vez en cuando, siempre era el chico más callado del mundo, además de eso, sabía que su madre lo estaba esperando en la sala de espera, por alguna razón se sentía nervioso, “Espero no haber preocupado mucho a mamá… menos mal que papá está fuera del país, si no estaría en graves problemas” pensaba mirando hacia el suelo.
- Bien… solo estas un poco agitado, por todo lo demás estas perfectamente bien, esos raspones en tus brazos y piernas se curarán muy rápido.
- Sí… gracias doctora -dijo en voz baja.
- De nada, ahora ya puedes salir, me dijeron que tu madre te está esperando.
- Ok…
Sasuke bajó de un salto de la camilla y fue caminando a paso tranquilo hacia la sala de espera seguido por la doctora de pechos voluptuosos, cuando Sasuke llegó vio a su madre sentada esperándolo, él se acercó algo nervioso y se paró delante de ella, Mikoto lo miró directo a la cara. “Madre… perdón por preocuparte” le dijo poniéndose rojo, Mikoto lo tomó de la mano y lo sentó junto a ella, le dio un abrazo, necesitaba abrazar a su hijo… Sasuke no decía nada, aceptaba el abrazo en silencio mientras que veía a la doctora Tsunade sonreír levemente a unos metros de ellos.
- Eres tan impulsivo hijo, esta es la primera vez que te escapas -le regañó su madre separándose un poco.
- Lo sé… pero en la carta que te deje te lo deje muy claro el porqué.
- Sí… ¿se van a llevar a Naruto?
- No lo sé… yo quisiera que se quedara… -Sasuke bajó su cabeza.
- Si no conociera a Naruto, la verdad pensaría que es una mala influencia para ti.
- Sabes que él no lo es.
- Lo sé -respondió tranquila- y también sé que tú fuiste el que tuvo la idea de escapar ¿verdad?
Sasuke volvió a bajar la cabeza, su madre lo conocía muy bien, asintió con la cabeza lentamente y volvió a sentir que su mamá lo tomaba de las manos. “Yo… ¿estoy castigado?” preguntó el adolescente, su madre lo miró detenidamente… “Sí lo estas, pero ahora mismo no, luego te tendré que dar un castigo” le respondió con media sonrisa, eso tranquilizo un poco a Sasuke… pero luego recordó algo importante.
- ¿Mi padre sabe que me escapé? -preguntó casi con temor.
- No lo sabe aún porque te encontraron rápido… ¿pero quieres que le diga?
- NO… por favor mamá, sabes que me podría encerrar en mi habitación si se entera.
- No seas exagerado… bueno… ay está bien -dijo Mikoto haciendo sonreír a Sasuke- pero más vale que no te vuelvas a escapar, porque ahí sí que no te podré ocultar nada, tienes suerte que tu padre no vaya regresar en un par de semanas.
- Sí, sí, muchas… muchas gracias.
- Y también lo hago por Naruto… yo sé que lo quieres mucho.
- Sí, lo quiero demasiado.
- ¡Sasuke! -escucharon una vocecita familiar y ambos pelinegros voltearon.
Era Naruto quien llegaba casi corriendo, lo primero que hiso fue darle un fuerte abrazo a Sasuke, Naruto estaba tan feliz de volver a estar con Sasuke que casi se le olvidaba que su novio estaba hablando con Mikoto. “Ups, lo siento por interrumpir señora Mikoto” se disculpó el pequeño, haciendo que la adulta sonriera de ternura. Unos instantes después se les acercó la doctora Tsunade, “Así que tu eres Naruto ¿verdad? He escuchado mucho de ti… ¿quieres que te revise como a Sasuke?” preguntó con una voz tranquila, Naruto no estaba seguro del todo, no le gustaba ir al doctor, ni para hacerse chequeos, le parecían muy aburridos, volteó a ver a su madre que venía caminando hacia él y noto como ella asentía con la cabeza. “Está bien doctora” dijo con voz tímida, se soltó de Sasuke pero antes de irse le regaló un beso en la mejilla al azabache. La doctora rubia le indicó a Naruto que la siguiera y mientras ellos dos salían de la sala de espera Naruto vio como Sasuke lo miraba sentado al lado de su madre y también noto que Mikoto y Kushina estaban empezando a conversar. Lo bueno era que Minato se había quedado en el auto, decía que estaba muy cansado, pero Naruto estaba seguro que no los había querido acompañar para no ver a Sasuke, en fin, ese era problema de su padre, aunque a Naruto le molestara.
- Muy bien, yo me llamo Tsunade, es un placer conocerte, saliste en las noticias -le dijo sonriente cuando llegaron al consultorio.
- Lo sé… me escapé con Sasuke.
- Sí, él me contó un poco de eso, tu amigo no es muy hablador ¿verdad?
- No es eso, es que creo que le dan miedo los médicos, jaja.
- Jajaja, que extraño.
- Y no es solo mi amigo, Sasuke y yo somos novios -dijo el pequeño entrando en confianza.
- ¿Sabes qué Naruto? Creo que eso es lindo, que ya sepas quien te gusta de verdad.
- Sip, gracias.
- Ahora revisaré tus reflejos, siéntate en la camilla.
- Está bien.
El chequeo fue mucho más ameno de lo que pensaba Naruto, por primera vez no se sentía aburrido de estar en un consultorio y que lo revisen o de sentir el frio del estetoscopio en su espalda o pecho, finalmente cuando Tsunade terminó le indicó que todo estaba bien, ambos se habían caído tan bien el uno del otro que la doctora abrió un cajón y cajo de este una pequeña paleta y se la regaló a Naruto, quien le dio las gracias como si fuera un niño chiquito, tal vez por la actitud tan simpática de Naruto era que Tsunade se había ablandado tanto con él, normalmente ella era algo ruda, pero no podía serlo con ese pequeño, parecía un zorrito. “¿Estás seguro que sabes cómo regresar?” le preguntó la adulta, lo que pasa es que tenía otras cosas que hacer, “Sí, no está muy lejos y es fácil regresar, anda que te están llamado” dijo el pequeño al escuchar el nombre de Tsunade por el altavoz del hospital. Antes de irse, Tsunade le regaló algo más a Naruto, le dio un pequeño beso en la frente y luego se fue por el pasillo, Naruto se puso rojo, abrió su paleta y se la metió en la boca, aún con las mejillas rojas se fue de nuevo a la sala de espera.
Ahí se volvió a encontrar con Sasuke y también vio que sus madres estaban conversando animadas, “Han estado así desde que te fuiste Dobe” le dijo Sasuke y Naruto rió, ambos adolescentes estaban hablando de nuevo tomados de la mano, estaban algo preocupados porque no sabían si se volverían a ver o no, en eso cuando todo estaba relativamente tranquilo llegó Minato.
- Buenas tardes a todos -dijo algo serio saludando- Kushina, Naruto ya no tenemos que ir, tengo que terminar de hacer las maletas y tú también Naruto.
- Pero papá… yo no…
- Dije que ya vamos… despídete de Sasuke.
- Pero… pero… -Naruto estaba asustado de nuevo, lo que menos quería era despedirse.
Sasuke lo abrazó por la espalda y Naruto se quedó callado, estaban los dos ahí sentados frente a la mirada de los tres adultos. “No te despidas… no lo soportaría” le dijo Sasuke casi en un susurro, que solo Naruto pudo oír.
- Sasuke… yo no me quiero despedir de ti, no quiero decirte adiós.
- Lo sé, por eso no lo hagas -dijo el azabache aguantando lagrimas en los ojos- solo dame un beso y vete.
- Pero…
- Por favor Dobe… solo hazlo.
El azabache dijo eso último con tanta seguridad… ambos se separaron un poco y se miraron a la cara, ambos con mirada triste, pero también regalándose amor…
- Te amo Sasuke, nunca te voy a olvidar, siempre pensaré en ti.
- Más te vale… porque yo haré lo mismo -le regaló media sonrisa- te amo Naruto.
- Y yo más a ti…
Acto seguido se abrazaron y se dieron un beso en los labios… un beso tan tierno… tan dulce e inocente… solo moviendo lenta y torpemente sus labios, un beso que les hiso acordarse de sus primeras veces besándose, donde solo pensaban en quererse… al igual que ahora… Ambos se separaron, Naruto volvió a meter su paleta en su boca, no quería perder el sabor dulce… y sin decirse nada más, Naruto se puso de pie, “Adiós señora Mikoto, me gusto mucho conocerla, gracias por todo” le dijo a la madre de su azabache y ella conmovida asintió con la cabeza. Kushina también se despidió de Sasuke y de su madre, que acababa de conocer, cuando ya todos estaban listos, Naruto y sus padres salieron del hospital dejando a Sasuke abrazando a Mikoto. Ya dentro del auto Naruto hiso lo mismo con Kushina, solo quería un abrazo que lo consolara…
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Al día siguiente, ni bien Sasuke pisó la escuela todos los chicos y chicas que conocía y los que no se le acercaron ferozmente, preguntándole miles de cosas, “¿Verdad que te escapaste?” “¿Te castigaron?” “¿Te persiguió la policía?”, esas solo eran algunas de las preguntas que Sasuke podía escuchar, era tan estúpido… él en la escuela soportando eso y Naruto a punto de ir al aeropuerto para marcharse… el pelinegro tenía una venita en su frente por lo molesto que estaba, solo caminó por el pasillo ignorando a los acosadores y acosadoras hasta llegar a su salón de clases, quería olvidarse del mundo por varias horas, estaba harto… Durante la hora de almuerzo fue casi igual, lo bueno es que estaba con los amigos de Naruto comiendo… mejor dicho, él intentaba comer y ellos también le preguntaban de todo, lo más curioso es que ellos se habían convertido en sus amigos solo por Naruto, Sasuke antes era el tipico chico solitario, esa era su vida y le gustaba, pero desde que conoció a Naruto ya no quería eso, quería pasar los recreos con Naruto, ir a estudiar con él y también a “jugar” con Naruto, todos esos meses con su bobito rubio de ojos azules le habían servido para conocer el valor de la amistad y también para descubrir lo que significaba la palabra “amor”.
En la salida, Sasuke se había apartado de todos, quería estar solo, sabía que justo en esos momentos Naruto estaría seguramente ya abordando su avión para irse. El azabache cuando escuchó que ya todos se habían ido, salió del cubículo del baño donde estaba escondido, salió a los pasillos de la escuela y vio que ya no había casi nadie, se fue hasta la salida y empezó a caminar solo, “¿Y ahora que se supone que haré?” se preguntó a sí mismo, ya no quería regresar a esa vida de lobo solitario, le gustaba mucho más la vida como le había enseñado Naruto, como se habían acostumbrado juntos… Sasuke seguía caminando cuando de pronto vio al coche de su hermano estacionarse a su lado, ahí vio a Itachi y a Deidara.
- Oye ¿te vas a ir a casa o vas a ir a buscar a Naruto? -preguntó el rubio.
- ¿Qué? Pero si él…
- Él aún no sube al avión, todavía tienes tiempo.
- Y mi verdadero hermano no se rendiría -dijo Itachi.
- Yo… ¡Esta bien! ¡Vamos! -dijo Sasuke cargado de energía.
- ¡Súbete! ¡No tenemos mucho tiempo!
El auto arrancó con los tres adolescentes a dentro, tenían que detener a Naruto…
Unos minutos después, Naruto estaba parado junto a su padre y su madre, con todas las maletas detrás de él, cuando escuchó que los llamaban por el altavoz, cuando escucho ese “Vuelo con destino a Berlín por favor abordar” su cuerpecito se estremeció, sus padres tomaron las maletas y empezaron a caminar… él ya sin muchas esperanzas de quedarse o que su papá cambiara de opinión empezó a caminar con sus propias maletas… pero entonces… “¡Naruto espera, no te vayas!” escuchó de pronto… era la voz de…
- ¿Sasuke? ¡Sasuke viniste! -dijo al ver a su Teme parado a varios metros de él.
- Naruto ¿Qué no oíste? Ya nos están llamando para abordar -Minato lo tomó de la mano fuertemente.
- Pero papá… yo quiero quedarme con Sasuke…
Sasuke miraba todo desde lejos, detrás de él venían Itachi y Deidara, que no lo habían alcanzado pues el pequeño azabache corrió demasiado rápido para alcanzar a Naruto, ambos chicos se pararon detrás de Sasuke, viendo como Naruto conversaba con su padre.
- …Pero ya está todo listo, nos iremos ahora.
- Pero papá… por favor entiéndelo, Sasuke es el chico que me ha hecho más feliz, todo este año, todos estos meses… Sasuke me ha dado mucha felicidad, me enseñó que es amar… yo lo amo -Naruto hablaba con su corazón.
- Pero hijo… tú y él son…
- Somos varones, lo sé y también somos muy jóvenes, pero eso es algo que tú no entiendes porque no lo experimentas… yo SI siento amor por Sasuke y si fueras un buen padre tratarías de entenderme.
- No me hables así, nunca te ha faltado nada, siempre tenias todo lo que querías.
- … No… no tenía a mi papá cuando lo necesitaba.
Minato se quedó callado… Naruto se veía tan… tan con él mismo de cierta manera… su hijo… ¿podría estar en lo cierto? Minato lo pensó por unos momentos…
- Papá, si me voy contigo a Berlín ahora… estaré contigo haya, pero estaré muy triste… con el corazón roto…
- Lo sé…
- ¿Entonces?
- … Ve con él… -dijo en voz muy baja pero Naruto logró escucharlo.
- ¿C-Como? -preguntó incrédulo.
- Ve con él… ese chico también te ama… ya me lo demostró.
- Papá… ¡Gracias!
- Apúrate y corre con él, antes de que me arrepienta.
- ¡Sip!
Naruto se dio media vuelta y miró a Sasuke, corrió hacia él y Sasuke al verlo correr también hiso el mismo gesto, corriendo como niños el niño hacia el otro… encontrándose en un fuerte abrazo y muchas risas, estaban más contentos que nunca, en especial Naruto, por primera vez en mucho tiempo, veía un gesto bueno y bonito en su padre. Minato y Kushina se acercaron a los niños.
- Cuídalo bien Sasuke, recuerda que es mi hijo -dijo Minato con media sonrisa.
- Lo haré -le respondió con mucha seguridad.
- Y tú Naruto pórtate bien, vendré a visitarlos a todos de vez en cuando.
- Sí, muchas gracias, de verás.
- Bueno… adiós a todos, tengo que abordar.
Minato tomó sus propias maletas y se fue a abordar el avión. Mientras que los dos adolescentes seguían abrazados, lo habían conseguido, por fin podían quedarse juntos, estaban tan contentos que parecían pegados con pegamento, no se querían separar. “Oigan vamos a comer ramen para celebrar” dijo Kushina alegremente.
- SI, RAMEEENNN! -Naruto tomó a Sasuke de la mano y se lo llevó corriendo a la salida del aeropuerto, mientras que sus hermanos mayores y la adulta pelirroja los seguían caminado tranquilos.
ALGUN TIEMPO DESPUÉS…
Un chico de cabello rubio, ojos azules y con tres marquitas en cada mejilla miraba por la ventana, las hojas marrones y naranjas de los arboles caían lentamente hacia el suelo. El chico, de 16 años recién cumplidos, esperaba a alguien, pasaba todos los días a buscarlo con su bicicleta desde hace ya mucho tiempo, en realidad desde hace dos años. Naruto empezó a jugar con sus dedos mientras esperaba, a Sasuke se le había hecho algo tarde…
- Oye enano, ¿vas a estar esperando a tu noviecito aún? -preguntó su hermano que había entrado al living.
- Sip, sabes que Sasuke siempre llega a las 5 de la tarde, solo que se le ha hecho algo tarde.
- Bueno está bien, yo en un rato iré a buscar a Itachi saliendo él de su trabajo.
- Deberías buscar empleo tú también, flojo.
- Nah… iré arriba un rato, te cuidas.
- Sí, bye…
Naruto volvió a voltear a la ventana y vio a Sasuke de pie junto a su bicicleta, ya había llegado y lo estaba esperando. Naruto sonrió y salió de la casa, llegó donde Sasuke y le sonrió. El ahora alto azabache le planto un beso a su pequeño Naruto, era el rubio quien no había crecido casi nada, mientras que Sasuke se había hecho más alto. Al separarse de ese beso con lengua, Sasuke le pasó un casco a Naruto y este se subió al manubrio, aún era lo suficientemente liviano.
- ¿Y a donde quieres ir hoy Naruto? -le preguntó Sasuke.
- ¿Y si vamos a nuestra colina secreta? Sabes que es mi lugar favorito.
- ¿Ir otra ves? Ya sé que es tu lugar favorito pero…
- Dale Sasuke y dejaré que me des besos en el cuello -le sonrió.
- Ehhh… está bien, vamos para haya.
- Jaja, Sasuke pervertido.
- Tú lo eres más.
- Te amo Teme, digo Sasuke -rió el más pequeño.
- Lo sé Dobe… yo te amo a ti.
Sasuke le dio un beso en el cuello a Naruto antes de salir.
- Hey, espera a que lleguemos a la colina -le reclamó el rubio poniéndose rojo.
- Está bien, aún pareces un niño.
- Sip, y es lindo ¡vamos Sasuke!
Y así ambos continuaron con su camino, los dos juntos, como ellos querían, ese camino juntos duraría por muchos, en verdad muchos años más. Ambos se habían enamorado para siempre y así es como les gustaba estar, todo desde ese día en que Naruto vio a ese chico azabache en su bicicleta, desde que Naruto conoció a ese chico… Ese chico llamado Sasuke.