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Tómame por satsuki_

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Notas del capitulo:

Necesitamos más minron, así que vine con un nuevo fic.

Estoy muy feliz del recibimiento que han tenido mis fics minron, así que les agradezco a esas personas que ya reconozco sus nombres porque siempre me están apoyando desinteresadamente. Y en general a todos.

 

Y continúo con mi misión minronística e.é 

La primera vez que entró y lo vio supo que se había flechado. Aron hyung era uno de sus entrenadores de baile, pero a la vez era un bailarín ocasional para algunos grupos de su compañía. Él era alegre, activo, atractivo, por lo cual después de haberse flechado instantáneamente al verlo, fue imposible no continuar con todos esos sentimientos. Era todo lo que Minhyun había buscado en una persona.

A veces lo miraba por largos minutos y aprovechaba de analizarlo. Eran las únicas ocasiones que podía mirarlo largamente sin que sospechara de sus sentimientos, cuando bailaba y mostraba las rutinas que debían realizar.

Aron era increíble en todo lo que hacía, desde el calentamiento hasta un baile elaborado y con grandes dificultades. Es allí cuando él y Minhyun se acercaban, porque, sin dudas, él más lento de la clase. Su altura hacía que todos sus pasos se vieran torpes y poco precisos, por lo que Aron siempre se preocupaba de ayudarle a soltarse y a la vez pulir sus pasos para hacerlos más precisos. Aron ya no preguntaba quién necesitaba ayuda, solamente se paseaba silenciosamente hasta situarse a su lado para ayudarle.

Sus manos se paseaban por su cuerpo de forma inocente, pero Minhyun no podía evitar sentir mariposas en todo su cuerpo, no solo su estómago. Aron lo miraba con esa sonrisa amable y le pedía que lo mirara primero, luego se viera al espejo y controlara la energía que ponía en cada paso. Minhyun ponía toda su atención y esfuerzo en lograr lo que Aron le enseñaba, teniendo éxito inmediato. Aron, sonriendo como siempre, lo elogiaba y se iba a ayudar a otros compañeros que evidentemente parecían necesitar mucha menos ayuda.

A veces Minhyun se ponía a suspirar en medio de la clase, teniendo pensamientos poco puros. Era al fin y al cabo un adolescente de dieciséis años con hormonas revolucionadas. Incluso, en oportunidades, una sonrisa de Aron hacía que algo muy abajo se manifestara. A veces había tenido que acarrear incómodamente una erección durante la práctica por no poder evitar no soñar despierto, cosa que era extremadamente embarazosa y molesta.

Había oportunidades que le gustaría haberse quedado unos minutos más compartiendo a solas con el mayor, pero no había modo de que eso fuera posible porque todo su horario estaba preparado y esquematizado al igual que sus pasos. No era libre, no cuando eras parte de una compañía y estabas trabajando, porque aunque fueran muy jóvenes para estar en eso, este era su trabajo.

Minhyun se preguntaba si no era mejor buscar una chico o chico de su edad para olvidar lo que sentía por Aron, pero pronto recordaba que los chicos no le tenían mucha buena porque siempre la mayoría de las personas le tomaba más atención a él que a otros por su aspecto inusual y misterioso. Minhyun sabía que existía la envidia y competencia, así que asumía con derrota la indiferencia y malos tratos de los otros.

Se sentía solo y sin ayuda. A veces se daba vueltas solo por el patio porque le cargaba compartir el cuarto con los otros que estaban haciéndole bromas constantemente. Eran pequeñas bromas, nada grave, pero sumado a toda la soledad, la presión por ser mejor, un amor no correspondido, se volvía algo más con lo que debía cargar, y no era placentero.

Había mañanas en las que se levantaba y no comía nada más que una manzana y luego se iba a entrenar hasta tarde. Una de esas tantas tardes donde se alimentaba poco y después entregaba todo de sí, se tambaleó hasta que todo el peso de su espalda cayó sobre el gran espejo de la sala y terminó deslizándose hasta caer finalmente sentado. En pocos segundos, Aron estaba a su lado dándole suaves golpes a su rostro y suspendiendo la actividad inmediatamente. Ese fue el momento en que no dudó ningún segundo en que amaba a Aron, cuando luego de estar un rato respirando agitadamente, abrió sus ojos y la mirada del otro estaba sobre la suya. Sus ojos oscuros lo perforaban y sus cejas estaban fruncidas con evidente preocupación.

Sí, Aron Kwak, aunque ni él mismo lo supiera, era todo lo que tenía.

Eran días los que pasó en reposo. En uno de ellos, Aron apareció muy temprano cuando los chicos se habían ido de paseo. Él también debería haber ido, confesó, pero no podía ir si sabía que él estaba en esas condiciones. Ante esto, Minhyun sonrió secretamente y tomó aquello como un pequeño avance en su inexistente relación, porque aunque a veces creara pequeñas historias con un lindo final, Aron no le pertenecía. Ni siquiera tenía idea si Aron tenía novia o algo.

El tiempo pasó y el día de su cumpleaños diecisiete, se despertó con una nueva mirada sobre las cosas. No podía pasársela todo el tiempo lamentándose por no obtener las cosas que quería, porque ciertamente tenía que ir por ellas si quería que estas se hicieran reales. Aron siempre le ponía más atención que los otros, por lo que lo único que tenía que hacer era descubrir si el mayor tenía esa clase de interés por él. Si las cosas no resultaban, no había vuelta atrás y tendría que vivir con la humillación del rechazo, pero si Aron sentía algo por él, tal vez todo en su vida mejoraría. Minhyun estaba enamorado, sabía que eso era lo que necesitaba para recobrar una sonrisa sincera, así que se arriesgaría.

Estuvo algunas semanas planeando lo que haría, aunque mientras consideraba lo que hacía durante ese tiempo, se aseguraba cada día de observar al otro hasta un punto de hacerlo obvio. Sabía que Aron se había dado cuenta porque él mismo se reconocía poniendo miradas coquetas a la vez que veía que el otro lucía incómodo y desviaba la mirada. Había momentos en los que recordaba todo lo que había hecho para llamar la atención del otro y no podía más que no reconocerse y pensarse como una zorra. Y aunque no lo fuera, se sentía avergonzado por no era común su comportamiento.

Un día se quedó de los últimos para pedirle al mayor que lo entrenara. Aron, luciendo tomado por sorpresa, le dio una amistosa palmada en el hombro y prometió hablarlo con su jefe, pareciendo incómodo de pronto frente a la penetrante mirada que Minhyun luego de su respuesta.

Días después, Aron lo llamó y acordaron encontrarse más tarde en el mismo lugar. Esa noche, Minhyun sabía que si Aron lo rechazaba, sería lo más doloroso que le habría pasado en mucho tiempo, pero un paso adelante para ser más fuerte y caminar de allí sin mirar atrás. Su cariño infinito cariño por el otro haría que quisiera ser una mejor persona no importaba lo que sucediera. En la vida había que tomar riesgos, si no lo hacía estaría preguntándose toda la vida qué hubiera pasado si se hubiera acercado a él de una manera más íntima.

Cuando entró a la sala, las luces estaban tenues y por un minuto temió que Aron no estuviera allí, pero cuando vio que el otro estaba sentado en unos asientos dispuestos en la esquina, sus mejillas se enrojecieron al recordar que ambos eran los únicos allí a esa hora y que lo vendrían a buscar en un par de horas, si es que Aron no decidía hacer un llamado para que se quedaran toda la noche.

Caminó lentamente, temiendo no poder hacer lo que tenía planeado. Había planeado la situación perfecta y ahora no tenía idea cómo acercarse al otro de forma fluida y besarlo. Aron era mayor que él, no tanto, pero aún así parecía un gran desafío y no quería que el otro viera esto como una falta de respeto y acusara a alguien de mando mayor. Pero Aron no era así...

—¿Estás bien?—preguntó Aron. Su voz era suave, mucho más cálida de la que empleaba en las prácticas.

Minhyun lo vio acercarse y un nudo en su garganta se formó. Esto no estaba funcionando como lo había planeado, siendo lo que había pasado por su imaginación algo un tanto ideal.

—¿Quieres que comencemos con la práctica?—preguntó, luego de verlo cuidadosamente un instante.

Minhyun solo asintió.

—¿Sabes que no debería estar haciendo esto?—preguntó Aron.

—¿Uh?—miró con terror al otro pensando que Aron lo estaba regañando indirectamente.

—Ya eres bueno, solamente debes sentir lo que haces. Cuando escuchas esa letra debes imaginar a esa chica y todo lo que sientes por ella, de esa manera tus movimientos no saldrán automáticos y de entrenamiento.

—No me gustan las chicas—soltó de la nada.

Aron pestañeó varias veces y pronto sonrió.

—¿Sabes que eso ya lo sabía?—alzó una ceja.

Tomado por sorpresa, Minhyun bajó el rostro. ¿Sería por la forma en la que coquetamente se le había insinuado durante semanas? Aron ciertamente debía saber lo que sentía por él, por algo era mayor un poco más mayor.

—No es necesario que imagines a una chica, puede bien ser la persona que te gusta, lo importante es que te concentres en la letra y luego dejes fluir esos movimientos naturalmente. Es mi consejo, creo que eso es lo que debes hacer porque ya no tienes los problemas de un comienzo. Hemos trabajado meses juntos, creo que estás prácticamente listo para debutar, solo debes recordar esto.

—Gracias, hyung—hizo un pequeño movimiento con la cabeza asintiendo.

—No debería revelar esto, pero creo que agregarán una chica en alguna de sus presentaciones, y tendrás que actuar como que ella es la chica más linda que has visto en el mundo. No tienes que amarla verdaderamente, solo tienes que imaginar y sentir esa letra, ¿de acuerdo? En tu mente puede estar cualquiera. La música es para disfrutarla y sentirla

—Oh...

—¿Recuerdas este paso?—abrazó su propio cuerpo y luego abrió sus brazos, girando su cabeza ligeramente hacia un lado.—Probablemente más adelante haya una chica a la cual debas abrazar, ¿crees que puedes hacerlo?

—No lo sé...

—Has llegado lo suficientemente lejos para hacer eso—se paseó a su alrededor y Minhyun no sabía cuándo el otro se había puesto tras él y tomaba sus manos abrazándolas con las suyas hacia su pecho, imitando lo que había hecho solo, pero ahora actuando como si Minhyun fuera la chica. Suavemente ubicó su cabeza en el hueco de cuello del menor, y Minhyun sintió que su respiración se aceleraba. Todo era tan repentino que no pudo controlar sus emociones, cerrando los ojos.

—Aron—susurró.

—¿Puedes sentirlo?—preguntó el mayor haciendo que los vellos de toda su piel se erizaran. Pronto sus manos acariciaron suavemente las manos de Minhyun y lo obligó a seguirlo para abrir los brazos como él. Cuando sus manos aún unidas estaban en el aire, Aron se separó, soltó las manos del otro ubicando sus propias manos en la cintura del menor.

Minhyun estaba congelado, no tenía idea si Aron sabía sobre sus sentimientos en ese punto, pero no podía retroceder, así que se volteó, puso sus brazos alrededor del cuello del otro y lo besó como suponía que dos personas se besaban. Por un momento dudó que el otro fuera a responder, pero cuando las manos del otro se pasearon haciendo delicados círculos alrededor de su espalda, todo adquirió un tono distinto y Minhyun osadamente acercó su cuerpo tanto al del mayor dejando de lado toda distancia para sentir por completo el trabajado cuerpo de Aron.

Varios minutos pasaron y mientras más tiempo pasaba, más Minhyun se convencía que Aron sentía algo parecido. Una vez se separaron, Minhyun afirmó su mejilla en el hombro del otro y suspiró, tratando de reponerse de todas esas emociones intensas que sentía. Sabía que su cuerpo había reaccionado frente todo esto y probablemente Aron podía percibir su erección.

—Lo siento—dijo y su voz salió como un tartamudo.—Me gustas...creo que un poco más que eso. Lo siento—se mordió el labio. Estaba confesando algo romántico y tenía una erección que solo probaba lo niño que era aún al no poder controlar su cuerpo.

Aron se separó y lo contempló un minuto. Minhyun se sentía observado y avergonzado, pero no apartó la mirada de esos intensos ojos, tan bellos, tan brillosos, tan perfecto como todo lo que Aron era.

—¿Sabes que no podemos, verdad?

Minhyun sintió su corazón romperse, de hecho escuchó cómo este se rompía de a poco. Su esperanza y rostro se cayó ante las palabras del otro, suspirando y asintiendo lentamente. Esta vez ya no sentía tanto valor, así que bajó se rostro y sus puños se contrajeron.

—Aún no has cumplido tu mayoría de edad y estaría en problemas si alguien supiera esto. Estaríamos—agregó.

Minhyun volvió a asentir, sin mirarlo. Sabía dónde iba todo esto y ni siquiera quería recordar el beso o lo que había pasado instantes atrás para sentirse al menos un poco mejor.

—Mírame—tomó su barbilla suavemente.—¿Estás dispuesto a ceder algunas cosas por esto?

El menor vio con ojos sorprendidos a Aron quien tenía una gentil expresión en su rostro.

La mano de Aron acarició un par de veces la mejilla y delicadamente acercó el cuerpo del otro al suyo en un abrazo.

—Yo...lo haría—apenas respondió.

—Tendría que alejarme un poco de ti en las clases. Tendrías que dejar de mirarme en el modo en que lo haces, porque si continúas así saltaré sobre ti en medio de todo.

—Aron—soltó una risa, viendo que el otro se estaba tomando con su humor característico algo que en el fondo era muy serio.

—Los únicos momentos que tendremos a solas serán en los paseos. Podría hablar tal vez para que tomes clases especiales conmigo una vez a la semana, pero eso sería todo. ¿Estás dispuesto a que nuestra relación sea así hasta que cumplas la mayoría de edad?

—Sí—algunas lágrimas de alivio se depositaron en sus ojos, y Aron con su pulgar las retiró rápidamente.

—¿No eres un bebé?—rió Aron, entendiendo que eran lágrimas de emoción y alivio.

—También lo eres, tonto—una sonrisa burlona acompañó esto.—Solo tienes veinte.

—Eres un bebé—declaró, empujándolo hasta que la espalda de Minhyun golpeó el espejo donde veían todo su progreso.

—¿Vas a besarme?—preguntó de forma curiosa.

—Un poco más que eso—rió de forma maliciosa.—Voy a marcarte—lamió su cuello y le dio pequeñas mordidas, haciendo que el cuerpo del otro convulsionara involuntariamente.—Es invierno, así que podrás usar una bufanda en todos lados sin que sea sospechoso.

Minhyun rió y se derritió de placer cuando Aron ejerció presión con su rodilla sobre su erección que aún estaba presente. Su lengua se paseaba con habilidad sobre su piel descubierta a la vez que su mano reemplazaba la rodilla, masajeando su erección. Una vez Aron introdujo su mano bajo su ropa, palpando su erección y masajeándola de forma perfecta, Minhyun encontró los labios de su compañero para camuflar sus obscenos gemidos.

Era un denso invierno, pero su cuerpo estaba en llamas con estas nuevas sensaciones que estaba descubriendo. Se había masturbado, pero la mano de Aron era algo completamente desconocido y mucho más emocionante. Todo lo que pensaba que sería, estaba allí, aunque varias veces más intenso que lo imaginado.

Cuando percibió que iba a correrse, su cuerpo se convulsionó y el nombre de Aron se escapó reiteradas veces de su boca, pero Aron no se separó, sino que continuó lo que hacía con movimientos mucho más rápidos hasta que Minhyun mordió su labio y quedó estático, tratando decidir si todo lo acontecido era real o no.

—Entonces, ahora eres mío—habló Aron luego de unos minutos se cómodo silencio.

—Lo soy—apenas respondió, sintiendo todo el cansancio del día sobre su cuerpo.

—¿Quieres que te cargue?—bromeó Aron, acariciando el rostro del otro hasta que Minhyun lo vio de vuelta.—Ven, debemos tomar una ducha antes de irnos.

—Vamos a...

—No haré nada que no quieras—respondió simplemente el mayor tomándolo de la mano para que lo acompañara.

Minhyun no dijo nada más, porque tenía la extraña sensación que sería una noche que jamás olvidaría.

 

FIN

Notas finales:

Me gustaría evidentemente saber lo que piensan, sino escribiría simplemente para mí misma.


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