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Baile de máscaras... por Dark Engel

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Notas del fanfic:

Hola a todos :) espero les guste este nuevo cuentito ;) 

Notas del capitulo:

Creo que hace tiempo no subo nada y esto ya lo tenía guardado pero no salía el final, no salió como esperaba peeero me gusto. :D Espero que a ustedes también.

 

-1-

 

 

 

El salón estaba lleno de gente, muchas jovencitas miraban alrededor para ver si había alguien con quien bailar. Sus vestidos elegantes brillaban y las máscaras que ocultaban sus ojos y parte de su rostro estaban adornadas con brillos que simulaban ser joyas valiosas. Los varones estaban divirtiéndose viendo como algunas jóvenes les miraban intensamente y luego con un asentimiento invitaban a bailar.

 

 

Mire al piso y este parecía el firmamento, espectacularmente brillante. Mis padres se habían perdido ya y me habían dejado solo, con la intención de que conociera a una joven y la sacara a bailar. Esto era imposible, ya que ninguna me llamaba la atención. Me encontraba en una esquina, escondiéndome de las ávidas miradas de muchas chicas que querían llamar mi atención.

 

Puede que le tuviera miedo, o puedo que no me interesara ni un poquito. Eran las doce y nos iríamos muy tarde seguramente. Entre las sombras podía verse a mucho que como yo, no querían bailar. No querían nada.

 

¿Por qué no lo entendían?

 

Mi reflejo me devolvía la mirada, no había notado aquel espejo. Mis ojos cafés parecían chocolate derretido, me gustaban mis ojos. A pesar de ser un color tan “común” los míos eran diferentes. Mis labios se juntaban en una línea recta, me veía horrible… pestañee y note que mordérmelos mucho hacía que se vieran más carnosos de lo que eran. Mi piel estaba brillando, debía ser por el sudor… quería largarme, ya.

 

Una risita llamo mi atención, parecía alguien que estaba detrás de mí. Parecía ser de una chica, voltee y solo pude ver el destello de unos ojos azules, me dio curiosidad y quise ver más pero no pude. Una silueta se movió hacia un pasillo que estaba cerca de donde estaba.

 

Otra vez esa risita.

 

Se escuchaba más fuerte, camine y busque con la mirada. El “disfraz” que llevaba era como de genio, sugerencia y orden de mi madre, era uno de los pocos que no llevaba antifaz. Escuche pasos, me moví y pude ver como la persona dueño de la risita que había escuchado me instaba a ir con ella.

 

Sonreí, llevaba un antifaz y su traje se parecía al de un pirata… dudaba que fuera una chica vestida así. ¿O sí? seguí siguiéndola, el brillo de los pantalones que vestía le jugaba mal. La camisa ¿dorada? Brillaba y pude avanzar hasta ver que estaba detrás de una columna de piedra.

 

Solo tenía que ir por el otro lado y sorprender a quien sea que fuera que estaba allí. Como pensé, miró al otro lado y me mordí el labio.

 

-¡Ah! –exclamo. Su voz parecía dejarse llevar, suave y delgada–. Me encontraste –susurro.

 

Sus labios lucían una sonrisa, estos eran rojos muy rojos. Eran delgados pero un poco rellenitos, ahora que lo veía más de cerca: era delgado, no mucho pero más que yo.

 

-Te encontré –murmure.

 

Lo tome por la cintura y lo acerque a mi cuerpo, no sabía porque lo hacía pero el sentirlo tan cerca… me hacía olvidar todo. Se rió y me miró fijo, con una sonrisita picara se me acerco hasta quedar a unos centímetros de mi rostro. Nos quedamos viendo un buen rato hasta que oímos que alguien venía.

 

No se deshizo de mi agarre y para que no nos vieran lo tiré hacia la pared. No pensé que tan cerca estábamos demasiado cerca, podía sentir sus labios rozar mi piel. Era un poco más bajo que yo, por lo que sus labios quedaron en mi barbilla.

 

Me cegó el deseo, y solo me deje llevar…

 

Mis manos subieron a su rostro, su piel era suave. Con la punta de mis dedos roce su mejilla, a pesar de la mirada coqueta que me dirigía, sus mejillas estaban ardiendo y sentía el calor de esa parte de su piel. Quise sacarle el antifaz que cubría su rostro y me detuvo la mano.

 

-No… -sus ojitos azules brillaban y me invitaban a sumergirme en ellos. Hice caso omiso y de un manotazo se lo quite. Corrió antes de que pudiera verlo, no logro mucha distancia y le agarre el brazo. Con más fuerza de la necesaria, me lamente al ver que se quejó y volví a atraerlo hacia mí.

 

-Lo siento –me disculpe- pero no te irás…

 

Ahora podía ver su rostro, su piel se parecía a la mía y su nariz era pequeña. Su barbilla se alzaba hacia mi rostro y no lo pensé mucho. Lo tome por la nuca y nuestros labios se tocaron, se dieron la bienvenida. Presione sus labios y me asombre en lo increíblemente suaves que eran.

 

Me separe un poco y sus ojitos estaban cerrados, sus labios entreabiertos. Cerré los ojos y él me beso. Me echo los brazos al cuello y enredo sus dedos en mi cabello. Sus labios se deslizaban sobre los míos con ímpetu y pasión, emociones que yo desconocía. Intente responderle, algo torpe pero sonrió dentro del beso. El aire me empezaba a faltar y apegue mi cuerpo al suyo. Deseando fundirme con él. Presa del momento mordí su labio y saboree esa piel tan sensible con mis dientes.

 

El aire ya no llego a mis pulmones y me separe, sus brazos bajaron a mis hombros. Estaba tratando de respirar también. Nuestros rostros no se separaron mucho y podía sentir su nariz rozando la mía. Sus ojos en los  míos.

 

-Soy Dominik –le dije. Entre besos cortos que nos dábamos, dijo que tenía que irse- ¿Cómo te llamas? –susurre.

 

-Shun –dijo y aprovechando mi descuido, se fue. 

 

Me toque los labios y sonreí estúpidamente, pensando en el chico que acababa de irse. Sobre mis labios estaba el dulzor de sus besos, ¿Cómo alguien puede hacerte sentir así de… bien, con solo un beso?

 

Solo fue un beso, un delicioso beso que me había quitado el aliento. Que también hizo que mi corazón estuviera a punto de salirse de mi cuerpo.

 

¿Solo por un beso?

 

¡Y que beso! Quería otro y otro… quería devorar como si no hubiera un mañana aquellos labios que hacían que pecara con solo verlos.

 

-2-

 

-¿Dónde estabas? –me pregunto mi padre cuando fui con ellos, mi madre estaba hablando con otra mujer, no sabía quién era y realmente no me interesaba. Aquella mujer tenía el cabello como el de Shun, un escalofrío me recorrió el cuerpo y suspire. El cabello del chico era de color oro, por ver sus labios ni cuenta me había dado antes.

 

-Por ahí. –mi padre alzo una ceja.

 

-Tu madre quería que conozcas a… -¡no empecemos de nuevo! ya les dije que no quiero casarme aún. –dije antes de que empezara a decir el mismo discurso de siempre.

 

“Es hora de que te cases… es tiempo de que nos des nietos… ¿Por qué no lo intentas?”

 

-Sabes que no soy yo, es tu madre. –replico. Torcí el gesto y vi como mi madre se acercaba con aquella mujer… me prepare para poner una bonita sonrisa y ser caballeroso–aquí viene, ¡dios! Es aquella bruja –solté una risilla y nos miramos, soltando una carcajada que mi madre oyó.

 

-Dominik, te estuvimos buscando –empezó. Sonreí como disculpa y salude a la dama, ¿Bruja que se cree francesa? Mi padre era bastante odioso cuando quería– te presento a Elle, recién ha llegado de su viaje a Italia.

 

Luego de que pasaran un rato hablando sobre cosas que no oí bien, mi madre saco a colación el tema que le encantaba: las hijas de sus amigas.

 

-Sabes, la hija de Elle es un encanto.

 

-¿Y? –también tiene un hermano menor que tú. Podrían salir juntos. –Elle asintió y fijo su vista a la pista de baile. Alzo la mano y dos personas vinieron hacia nosotros.

 

-Cariño, este es Dominik –casi se me va el alma a los pies cuando vi que el que estaba en frente mío y dándome la mano como si nada, era Shun. Y una chica muy parecida a él, estaba junto a él. Los cabellos de la chica eran castaños y le llegaba hasta la cintura. Sus ojos eran como los de su madre, cafés. Solo los de Shun parecían de gato. De seguro los de su padre eran así.

 

-Dominik este es mi hijo, Shun. –intente controlar mis nervios y estreche su mano, él sonreía como si nada y actuaba como si no nos conociéramos–. Y ella es Adelle, la mayor.

 

Adelle sonrió y le bese la mano, cubierta por el guante. Tan solo apoyando los labios, de reojo mire a Shun y este me guiño el ojo, de una manera que nadie más que yo lo vio. ¿O ya estaba imaginando cosas?

 

Mi madre los invito a comer en casa y pensé: ¿Qué tan malo podría ser?

 

*

 

La mujer llamada Elle, era viuda. Su esposo había muerto hacía dos años y había heredado la fortuna. Como el único varón era Shun y era tenía dieciocho años, aún no podía dirigir o disponer de lo que tenían. También me entere que Adelle era quien manejaba los negocios de la familia, teníamos la misma edad. Los hombres veían en ella demasiada inteligencia y por eso las propuestas de matrimonio no eran muy populares con ella.

 

Me agrado bastante y hablamos, sobre que nuestros padres insistían en el casamiento, en el que dirán. Cuando llegaron a casa, Ania nuestra empleada los recibió y los condujo hacia la sala.

 

Shun se quedó viendo la ventana y no cruzo palabra conmigo mientras hablábamos con su hermana.

 

-¿Qué le pasa a su hermano? –le pregunte a Adelle, se encogió de hombros y sonrió enigmáticamente antes de responder.

 

-Quizás le aburrió el viaje.

 

:][:

 

 

Adelle se quedó conversando con Mía, mi hermana menor. Al verla, Mía le mostro todas sus muñecas. Como siempre, intentando llamar la atención. Sonreí y las deje a solas. Cuando fui a mi cuarto, me encontré con Shun acostado sobre mi cama y viéndome como quien ve algo que quiere comer.

 

-Hola de nuevo. –saludo.

 

-Hola… -me acerque y lo observe de la misma manera que él a mí. Sus ojos parecían brillar, se mordió el labio y me tiro hacia la cama, quede encima de él. Sintiendo solo la tela de nuestras ropas interponerse en el contacto que teníamos.

 

-Te extrañe. –murmuro. Cerro los ojos y me sus labios me rozaron apenas. No soporte el deseo que sentía desde que le vi y tome sus labios entre los míos.

 

Sus labios se movían sobre los míos queriendo perderse, una vez o varias veces había besado a chicas. Si, chicas. Me daba la impresión de que si ejercía demasiada fuerza la rompería. En cambio los labios de Shun parecían ser una combinación entre delicados y lo que era, los de un chico.

 

Se sentía… demasiado bien. No podía pensar en nada más, en mis brazos aprisionando su cintura. Recorriendo con avidez su piel, bueno, a lo que tenía acceso. Gimió cuando mordí su labio inferior.

 

Continúe besándolo y sintiendo que mi cuerpo me traicionaría en cualquier momento. Nos separamos unos segundos y mantenía sus ojos cerrados. Los labios entreabiertos, ¿Quién podría aguantar teniéndolo así?

 

Mi lengua se paseó por sus labios, llevándome el sabor del beso e introduciendo mi lengua en su cavidad bucal. Saboree el interior y allí me encontré con su lengua que estaba jugando con la mía. Se frotaron y sus manos, antes quietas, se mudaron a mi nuca. Atrayéndome más hacia ella.

 

Seguí degustando de su sabor y gimiendo, en realidad, más gemidos pugnaban por salir de mis labios. Me falto el aire y respire por la boca, absorbiendo su aliento. Sus dedos se enterraron en mi cabello y abrí más mi boca. Un beso agresivo y más intenso.

 

Lo me quede a milímetros de sus labios y me separe. Me tire a  un lado de la cama y observe como se lamía los labios, de una manera sugestiva. Por unos instantes, me imagine si aquella roja extensión de carne estuviera en mí…

 

¿Qué estaba pensando ahora?

 

-Querido, hora de comer. –anuncia  mi madre. Oh, oh. Nervios…

 

Es… yo… ¿Qué hago ahora?

 

-3-

 

-Gra-gracias, ya bajo. –respondo apenas. Shun abrió los ojos bastante y se quedó callado, trague saliva–. ¿vamos?

 

-Claro.

 

Nos acomodamos la ropa y salimos del cuarto, antes de entrar al comedor, Shun me tomo por la nuca y presiono sus labios contra los míos.

 

-Para que me recuerdes.

 

Por supuesto que lo haría.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueeeno, eso fue todo :) Ya saben, lo que quieran decirme pueden dejar un review ;)


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