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Day and Night por Aquarius No Kari

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Notas del capitulo: Solo quiero decir que el final lo tenía fríamente calculado, y que espero que les guste x k ya conocen mis raras ideas n.nUAcepto TODO tipos de comentarios y criticas o.o... y ya saben k a mi eso no me afecta
Day and NightSus cándidas dos manos sostenían la barbilla, las cuales eran apoyados en los codos sobre las rodillas, mientras reposaba su atractivo trasero en uno de los escalones a la salida de su templo, en tanto que sus ojos en algún punto lejano del panorama delante de él se perdían.Y es que solo había una cosa en su mente: Sus propias palabras dichas al peliazul esa misma mañana.Quizá de Saga la intención no era de besarlo, tal vez se encontraba Camus en sus pensamientos y por error lo besó; así que motivos no tenía para sentirse mal si bien había obrado al darle tremendo golpe...Desafortunadamente, si su mano miraba, se encontraba con una expresión de reproche en su propio semblante.Ya que Mu había amado ese beso, al extremo tal lo había disfrutado de desear uno más, pese a que esos pensamientos de que Acuario y él eran simples juguetes para Saga, seguían en su mente, enmarañando un sin fin de dudas, temores, angustias y sentimientos tan confusos que comenzó la cabeza a punzarleUna aspiración fuerte y prolongada, seguida de una espiración de sus labios, por la cual también salió un gemido denotando una pena y ansia que no deseaba sentir, fue la causa de que agachara la cabeza, disponiéndose a levantarse para visitar a AldebaránQuizá él podría ayudarlePorque sentía que el taurino lograría ayudarle a sobrellevar un poco ese desasosiego del que era una lamentable victima su corazón.-“¿Por qué tan pensativo?”- Preguntaron a sus espaldas. El ariano sonrió, haciendo apoyo en la flexión de sus piernas para ponerse en pie, consiguiendo después darse la vuelta y quedar de cara a su compañero-“Hola Milo”- Saludó. El santo de Escorpio deshizo su sonrisa al notar que había estado llorando, algo que el pelilila olvidó por la emoción de verle-“¿Qué te pasa?”- Le preguntó más que preocupado, avanzando algunos pasos hacia él-“Nada...”- Dijo el lemuriano dándole la espalda de nuevo, agachando tanto la cabeza que su largo cabello quedó colgando desprendido de los hombros, obteniendo el cubrir algunas partes de su rostro-“Uno no llora por nada Mu, te lo digo por experiencia propia”- Comentó con la voz apagada, tomando suavemente de los hombros al carnero, dándole la vuelta con sutilidad. El ariano no deseaba ser motivo de compasión para nadie, mucho menos para Milo, siendo que ambos compartían con injusticia el mismo dolor del corazón; pero se sentía tan mal, y Escorpio parecía haber comenzando a entender las cosas, incluso le parecía menos triste si enfocaba su mirar en esos profundos turquesasEl carnero suspiró una vez más, haciendo un gesto negativo con la cabeza–“De verdad, te digo que no me pasa nada...”-“¿Es por Saga?”- Inquirió el griego con el entrecejo levemente fruncido-“No”- Negó rotundamente –“Ya no pienso derramar una sola lágrima por ese idiota”- Respondió molesto y con desprecio, notando el deseo que sus ojos tenían por sacarse de sí esa pena, y que la voz se le había quebrado sin remedio-“¿Eso quiere decir que si lo estabas haciendo?”- Insistió acertadamente el peliazul. El carnero no pudo más. Su cabeza se movió hacia arriba y luego para abajo unas tres veces, dando así la respuesta que el escorpión estaba buscando. Milo bufó más que furioso. La exhalación que salió de los labios del griego, notaba exasperación ante todo lo que estaba ocurriendo, ya que ahora no solamente era él la victima, si no también Mu, ambos enredados en un macabro juego de Géminis y AcuarioTal para cual...-“Todo tiene un limite, y yo ya llegué al mío...”- Dijo con decisión, soltando de los hombros al ariano, quien le miraba al borde de las lágrimas-“Eso mismo le di a entender a Saga esta mañana, después de que me besó...”- Milo le miró sorprendido, apenas creyendo lo que había escuchado-“¿Qué te qué?”-“Me besó”- Repitió con las mejillas más que encendidas a causa del recuerdo –“Quise seguir tus consejos, pero no pude... yo no soy así...”- Escorpio se quedó pensativo alzando una ceja, con la mano en la barbilla y la otra alrededor de su propia cintura-“Comprendo”-“Entonces dijo que estaba arto de que Camus y yo jugáramos de esa forma con él... luego me besó”- Terminó de decir con voz queda y apagada. El griego le miró sin saber que decir, sabiendo un pequeño feo secreto que no deseaba recordar-“Mu...”- Le llamó tímidamente. El ariano, cuyo rostro se había apartado de la vista del escorpión, regresó su mirar hacia él –“Es que...”- Sabía que tenía que decírselo, el níveo personaje no le perdonaría su silencioPero Acuario tampoco, el que fuera imprudente... Escorpio se sacudió la cabeza, tomando la decisión que aunque lastimara al lemuriano, debía saber lo que ocurrió la noche anterior-“Saga no solo te besó a ti, si no también a Camus...”- Confesó con el corazón destrozado en la palma de su mano. Aries se quedó en silencio unos minutos, tratando de digerir con dureza, esas palabras que le habían hecho sentir un desprecio por Géminis que no sentía-“Esta jugando con ambos...”- Dijo haciendo una expiración de incredulidad, negándose tal vez a creerlo aunque eso se encontraba dentro de sus propias teorías –“Yo lo había pensado antes, y esa es una basta y clara prueba de que mis pensamientos no estaban de todo errados”- Milo anhelaba que sus palabras fueran acertadas, que Acuario fuese inocente de todas las acusaciones¿Y si no?Se mordió un labio, reprimiendo una sonrisa al creerlo.-“Tal vez debamos decírselo a Camus...”-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--:-:-:-
Cada vez en tu piel siento que necesitas mas y mas
Acércate y atrévete
-:-:-:-Pensar es todo lo que había hecho aquella mañana. La cabeza sufría por una fuerte punzada justo en la cien, ocasionando que su buen humor se viniera por la borda. Y es que Escorpio tenía basta culpa de ello...¿Le gustaba o no a Milo?De nuevo la incógnita que lo había estado atormentando la noche anterior, desde el momento en que cruzó por el templo de Capricornio y se abrió esa nueva posibilidad: Él siendo causante del sufrir de su mejor amigo...Suspiró. Camus no deseaba serlo, no quería ya ni imaginarse el contemplar eso que no solo le había quitado el sueño, si no también las ganas de comer. Tal vez, solo quizá si el escorpión fuera más abiertoPero si no lo era, podría caber la posibilidad de que no sintiera nada... Y aunque al pensar que Milo en realidad amaba a Kanon, no se tranquilizaba del todo.Había permanecido sentado en el sillón más cómodo de su sala, bebiendo una taza de café que depositó vacía sobre la superficie de la mesa. Su cuerpo se deslizó con cansancio, quedando sentado en una posición un poco más cómoda. La cabeza logró apoyarse en el respaldo, logrando colocar los dedos sobre la frente y tamborilear sobre esta hasta resolver, lo que como humano imposible seríaDel otro lado de la habitación, se escuchó un ruido parecido a pasos, seguido por el sonido de golpes suaves en la madera; dándole a entender que alguien llamaba a la puerta. El sillón que se había convertido en su poco reposo, tuvo que abandonarlo con exasperación y nostalgia, bostezando al no poderse quedar unos minutos más a descansar. Sus pies se movían con pereza, incluso parecía que los arrastraba. Exhaló, tomó la perilla con la mano izquierda y abrió la puerta con desgana...Sin embargo, no estaba preparado para la grata visita que recibiría, arrancándole una sonrisa de los labios-“Necesito decirte algo importante...”- Dijo su acompañante de prisa, como si estuviera emocionado. Camus se hizo a un lado, haciendo un ademán con la mano para que pasara. Cuando ambos pies del santo de Géminis estuvieron adentro, la puerta se cerró a sus espaldas, sintiendo como su mano era tomada por la del francés y siendo conducido hacia uno de los sillones de la sala.Los instantes en los que el contacto duró, Saga percibió algunas raras emociones en su interior, mucho más diferentes a lo que siempre solían ser ahora que había definido sus sentimientos; y eso le hizo sonreír...El francés lo condujo hasta el mismo sillón donde había permanecido sentado él. Se quedó de pie a su lado, mirando con basta curiosidad al más alto, preguntándose varias veces sobre lo que iba dispuesto a decirle-“¿Y bien?”- Le preguntó con una sonrisa ansiosa. El geminiano suspiró, tragó saliva y con el dorso de la mano se secó las pequeñas gotas de sudor que empapaban su frente-“Preferiría que te sentaras”- Le dijo mirándole justo a los ojos. Camus permitió que su blanca dentadura se asomara por sus labios, embozando así una nueva sonrisa. Se acercó al más alto, quedando a pocos centímetros de distancia hasta dejar que su cuerpo reposara en las piernas del mayor, enredando sus brazos en el cuello de Saga.Géminis no supo que decir. De nuevo esa sensación de satisfacción en el estomago y parte baja, lo hacían estremecer, comprobando una vez más la claridad de sus sentimientos. Camus percibió su titubeo y la forma en la cual le miraba; así que con su propio debo cosquilleó los labios del mayor, delineando con suavidad el contorno de su boca. Casi por inercia, la lengua de Saga salió de su escondite para tratar de mitigar aquél hormigueo que le atacaba.El francés no comprendía la razón por la cual la respiración estaba fallándole, tampoco el hecho de que ese gesto del geminiano le volviera loco a tal extremo de apetecerle más. Camus deseó aminorar esa sensación que parecía incomodar al griego; así que acercó su rostro tanto, que tuvo que cerrar los ojos cuando llegó a su cometido, rozando los labios del mayor con un beso vehemente. Saga quería decirle, era importante que el acuariano supiera la razón por la que debía verle; pero ese beso le arrancó la cordura, siendo cada vez más notable lo mucho que se deseaban...Ya que si el francés tanto lo incitaba, podría reclamar lo que le había estado ofreciendo desde hace varios días... quizá años...Los brazos del griego tomaron la cintura de Acuario, en el momento que este enredó sus extremidades en él y lo aprisionó contra el sillón, sin dejar de besarlo con ímpetu. Aquellos sonidos que despedidos salían desde el fondo de la garganta del menor, enloquecerían eh incitaban cada vez más a Saga, quien demostraba con caricias y acciones el deseo incontrolable por Camus.El torso del griego pronto quedó descubierto, a completa disposición de la ansiosa lengua del acuariano...Un momento tan vehemente, tanto para el francés como al griego, culminó en el instante en el que la puerta se abrió de golpe, dando paso a dos ahora sorprendidos Mu y Milo¿Por qué habían tenido que interrumpir sin tocar primero?Los ojos del geminiano se abrieron sorprendidos. Las pupilas de Camus se enfocaron en el escorpión y luego en el carnero, encontrando en el segundo una mirada herida y un dolor que supuso nunca sentiría como talEl octavo custodio agachó la cabeza, apretando los puños y murmurando algo que no se escuchó; después salió corriendo por el mismo camino por el que había llegado. Al francés no le dio tiempo de reaccionar, ya que Saga lo había empujado hacia un lado del sillón para salir detrás del primer guardián, que acaba de salir cual Milo lo había hecho-“Mu, espera...”- Lo llamaba Saga cerrándose la camisa que el aguador le había abierto hacia unos instantes. El carnero no se detenía, ni siquiera hacia esfuerzos por contener el dolor que brotaba de sus ojos en forma de pequeñas y frías lágrimas. Las piernas del geminiano se alargaron y se movieron un poco más, logrando moverse con mayor rapidez, dándole alcance-“¡Suéltame!”- Exclamó enfadado, encarándolo, comenzando a jalonear su propio brazo y negándose a cualquier tipo de contacto con él-“¡Dejame explicarte!”- Pidió el tercer custodio suplicante, tratando de calmarlo tomando sus dos brazos; sin embargo, Mu seguía tirando de sus extremidades con fuerza, demasiado sobresaltado como para controlarse-“¡NO QUIERO!”- Sollozó con furor –“¡NI SIQUIERA TE ATREVAS A SEGUIRME TOCANDO!”-“¡Tranquilizate!”- Saga comenzaba a impacientarse al no saber como dominar la situación, sin aquella capacidad de razonar sobre la mejor manera de hacerle entender...Después de gritos y jaloneos, el carnero pareció cansarse, llegando a un extremo en el que incluso morir le parecía la mejor opción. Sus sollozos resonaban en cada rincón del templo de Acuario. El griego le soltó lentamente, sin apartarse de su lado-“Mu...”- Dijo quedamente su nombre, esperando que el ariano escuchara por arriba de sus aún doloridos sollozos. El primer custodio le hizo una seña para que guardara silencio, y hablando solo cuando el gemelo hubo cumplido su petición-“No digas nada...”- Sollozaba secándose con rabia el semblante, pasando sus níveos dedos por el lugar que las leves ojeras ocupaban bajo sus ojos –“Es tu decisión si quieres estar con él... a mi ya no me importa...”-“Tú mejor que nadie sabe que es mentira”- Replico Géminis -en lo que le pareció a Mu injustamente-. El carnero bufó exasperado, apoyándose en el piso para salir corriendo, cuando Saga le tomó de nuevo del brazo-“¿Cuánto más daño piensas hacerme?”- Le cuestionó herido. Géminis le soltó agachando la cabeza-“Solo quería decírtelo antes de que te enteraras por otro lado... o por alguien más...”- Dijo despacio, mirando hacia donde el francés los observaba. El griego se levantó del piso, dejando a Mu aún en su lugar por la respuesta –“Camus...”- Lo llamó el gemelo –“Yo vine a decirte que... que yo...”- Sus pupilas de un verde Esmeralda, se enfocaron en las azul océano del acuariano una última vez –“Yo no te amo”- Confesó entristecido. El carnero se quedó boquiabierto, lo mismo Acuario-“¿Qué dijiste?”- Inquirió al borde de la histeria. Saga caminó hasta el pelilila, ayudándole a levantarse-“Lo mismo que oíste Camus, yo no te amo... yo a quien quiero es a Mu, tú solo me provocas deseo...”- Aries sabía que esa confesión no solamente era sincera, si no que también estaba declarando sus sentimientos hacia él; pero el lemuriano se sentía culpable por la cara tan gélida que el francés había adquirido-“¿¡Cómo puedes hacerme eso!”- Cuestionó con furor, apretando los dientes y los puños en una expresión bastante amenazante. Saga que aún tenía sus esmeraldas fijas en él, las apartó para mirar al carneo con dulzura-“Yo no te eh hecho nada Camus, tú fuiste quien trató de meterme hasta por los ojos”- Respondió con tranquilidad, aunque a Mu seguía pareciéndole una imprudencia. El francés quiso gritarle, quería... hacer cualquier cosa, no importaba que fuera, pero el ariano no se iba a salir con la suya...¡NO!Saga era suyo nada más... y las cosas no se terminarían quedando de aquella manera nada convenientes para él...-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-Después de aquella tan traumática escena, que sus preciosas turquesas tuvieron la desfortuna de descubrir, la rapidez con la descendió los templos del zodiacales, lo llevó una vez más a los brazos de Kanon.El dragón marino lo había besado y abrazado, tratando de reconfortar su pobre ensangrentado corazón. Milo no había querido mostrarse débil, pero el dolor era mucho más fuerte que él, incluso que la armadura dorada, porque a pesar de que a veces la usara, las mortales heridas de Camus lograban atravesarlo...Y a pesar de que su cuerpo se llenara de emociones agradables, y que se sintiera mejor estando con el gemelo menor, sabía que no era correcto del todo porque estúpidamente su corazón le pertenecía a Camus, y sería darle al dragón marino una esperanza que no existía, mucho menos si desde que tenía memoria, sentía aquello por el francés. Pero, a pesar de haberle explicado al marino sus razones para no querer estar con él, Kanon no quería dejarle, se negaba a darle una libertad que el acuariano no aprovecharía-“Yo voy a cuidarte de ese hielo andante, no dejaré que nada te pase...”- Decía el gemelo, tomando con suavidad la mano del escorpión que reposaba en su pierna. Milo movió la cabeza hacia la izquierda y luego a la derecha en forma de negación-“No sería justo para ti”- Su mirada clavada en el piso aún seguía entristecida, pero a la vez, un destello emanaba de sus pupilas. El dragón marino lo quería demasiado para perderlo sin luchar por él-“Si estas pensando en mi bienestar, este solo sería cuando tú te encuentres por fin a mi lado”- La palma de su mano se encontraba sobre la mejilla del octavo guardián, dándole al menor una plácida caricia. Los parpados custodiaban celosos las turquesas del escorpión, quien disfrutaba aquella muestra afectiva que tanto bien le hacia.-“Kanon...”- Trató de decir, pero el mencionado no se le iba a permitir, no se iría de su lado sin que el dragón marino pudiera demostrarle que sus palabras iban enserio... que lo amaba de verdad...Aunque aún no se lo hubiera dicho...Los labios del gemelo acariciaron los de Escorpio, permitiendo que no solo se deleitara con el sabor de su boca, si no también con los profundos sentimientos que llevaba dentro de sí. La palma de su mano se resbaló con suavidad hasta la parte trasera de la cabeza de Milo, mientras que la otra tomaba como suya la cintura. El ojiazul, estimulado por aquellos besos tan suaves y cálidos, logró engancharse con los brazos al cuerpo del gemelo, sabiendo que su decisión estaba tomada: él no sería el mismo santo de griego de siempreYa no más...Tal vez el escorpión débil que siempre había estado esperanzado por una oportunidad con Camus, al fin se había ido, dando paso a una persona más fuerte y decidida que abriría su corazón para el dragón marino si eso era lo que deseaba...Pero... Era una ventisca helada la que se percibía. La sensación fuera de esas cuatro paredes helaba la sangre. El beso entre Milo y Kanon se rompió, reconociendo que ese inmenso frío en el tercer templo, solo se debía a que el francés merodeaba por GéminisY no parecía nada contento... Escorpio frunció el entrecejo mientras sus ojos se enfocaban en la puerta, por donde se suponía el caballero de los hielos acababa de pasar. Y el octavo guardián comenzó a cuestionarse el hecho de que su...Amado... amigo... compañero...... lo que fuera, estuviera haciendo en el tercer templo, o que incluso pareciera tan disgustado por la forma en la que su cosmo se sintió así, enfriándolos a él y al marino.-“¿A dónde vas?”- Le cuestionó Kanon al verle caminar hacia la puerta-“Tengo que descubrir porque estaba aquí”- Respondió regresando sus ojos al semblante del mayor. El gemelo suspiró resignado-“Sé que sabes perfectamente a que vino”- El escorpión hizo una seña negativa –“Por Saga bichito, ¿por quién más?”- Milo lamentó el que la voz del mayor sonara celosa, pero aún más el que sin querer lo lastimara con su comentario-“No quise decir que fuera por mi”- Gruño. Se dio media vuelta y salió de la habitación, dejando la puerta abierta. Kanon lo siguió hacia el cuarto de su hermano –“Te dije que estaban juntos en Acuario”- Comentó recordando esa escena tan desagradable. El dragón marino no hizo otro comentario ante la certeza de sus palabras –“¿A qué habrá venido Camus?”- Lanzó la pregunta al aire, esperando a que las paredes o lo que fuera resolviera su enigma-“Tú sabes que él esta enamorado de Mu ¿Verdad?”- Dijo de pronto en voz queda Kanon, a lo cual el octavo guardián tuvo que voltearse para mirarlo-“¿Saga?”- Su rostro mostró una de las más bellas y radiantes sonrisas, ya que su felicidad no solo era por el carnero, si no por él también... –“¿Estás seguro?”- El gemelo embozó una media sonrisa al verle feliz-“Completamente. Que no se te olvide que él es mi hermano”- El escorpión le agradeció la confesión con un abrazo, aunque después se dio cuenta de su error, puesto que de la misma –aunque no semejante- forma, lo estaba lastimando como Camus lo hacia con él. Pero la disculpa que debía salir de sus labios, fue interrumpida por una exclamación del gemelo al levantar del piso junto a la puerta de la habitación de su hermano, lo que parecía una carta –“Debe ser de...”-“De Camus...”- Completó el escorpión. Kanon le ofreció el sobre, el cual tomó con la mano temblorosa.Sus ojos pasaron y repasaron con estupor su contenido...Porque las palabras del acuariano sobre los sentimientos de Saga por Mu, y las consecuencias que traerían, dejaron más que perplejo al octavo custodio.-“¡Es un idiota!”- Exclamó con rabia, estrujando con el puño la hoja de papel. Tiró el escrito a un lado y salió corriendo del tercer templo en busca del gemelo mayor, mientras Kanon observaba su partida con cierto y merecido recelo-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--:-:-:-Grita, grita fuerte
que me quieres,
que se pierda dentro de mi voz.
Siente para siempre
tu me tienes
y contigo llevas mi pasión
-:-:-:-El fondo de aquél barranco, se veía en extremo peligroso.Había tratado de que las puntas de los pies quedaran lo más cerca posible del borde, a tal grado que cualquiera que le viera en esa posición, pensara lo peor...Tal vez esa no era la mejor de sus ideas, pero tenía una, y haría lo que fuese necesario con tal de que Saga se quedara con élPorque tenía que ganarle a Mu... Si agachaba un poco la cabeza, un breve mareo lo atacaba al no distinguir absolutamente nada, solo la completa oscuridad en el fondo –si es que lo tenía-. Desde algún lugar de aquél barranco, llegó hasta su rostro una brisa helada, jugueteando con el mechón de cabellos que cubría su frente haciéndole retroceder algunos pasosPero el susto no terminó ahí, ya que un fuerte apretón en el brazo le hizo temblar. Su rostro se giró por inercia hacia donde el hombre que tomaba su extremidad se encontraba, topándose con el semblante más que preocupado, furioso de Milo-“¿Qué es lo que pretendes?”- Le cuestionó con enojo. Camus tardó un poco más de tiempo del normal, en apartar sus pupilas del semblante molesto de Escorpio-“Eso no es de tu incumbencia”- Respondió con frialdad, jalando sin mucho éxito su brazo de la mano bronceada que lo sostenía –“Déjame”- Gruño-“¿Para qué, para que hagas una tontería?”- La voz del octavo custodio no era muy firme, y es que el solo pensar que de nuevo se quedaría sin esa persona importante para él, le dolía más que perder un combate-“¡No te interesa, apártate de mi!”- Exclamó el acuariano soltando su agarre con un fuerte movimiento que le hizo balancearse peligrosamente en la orilla del barranco. Milo asió rápidamente su brazo, ayudándole a que avanzara un paso más hacia él y que no cayera; pero Camus le empujó a un lado e hizo un nuevo ademán de arrojarse-“¡Vete!”- Gritó. El griego negó desesperadamente con la cabeza-“¡No hasta que te quites de ahí!”- Un nudo en su garganta estaba imposibilitándole las cosas, el pronunciar adecuadamente las palabras e incluso tomar la posesión valerosa que se había prometido. El acuariano no quería entrar en razón-“¡Te digo que no!”- Volvió a decir en el mismo tono, arrastrando unos centímetros el pie hacia la orilla del abismo. Escorpio adquirió una expresión de terror y avanzó dos pasos hacia atrás –“Ahora márchate, voy a esperar a Saga...”- Ordenó fríamente-“Él no vendrá”- Gruño su eterno amigo, provocando que el francés le mirara desconectado –“No lo hará Camus... comprende que no le importas...”- Milo miró por arriba de su hombro-“¡Callate!”- Gritó el acuariano avanzando un paso hacia el escorpión y sorprendiéndole –“Tendrá que hacerlo o yo...”-“¡Saga no te ama, entiéndelo de una maldita vez!”- Replicó el griego volviendo su mirar hacia él, sintiéndose de nuevo molesto por la necedad de Acuario. Al francés le tomó casi un minuto comprender las palabras de su amigo, negándose aún a creerlo, pero estando consiente de la basta certeza con la que había hablado-“¿Y qué es el amor, tú lo sabes?”- Le cuestionó sintiéndose miserable, con el corazón en un puño. El griego no respondióNo después de todo lo que había pasado... Se limitó a cambiar la mirada hacia otro punto, con el semblante aún mostrando enojo y las mejillas sonrosadas.La respiración de Acuario comenzó a agitarse. Se sentía desesperado. Ya nada le importaba. Solo tenía dos caminos: Milo delante de él, cuyo corazón latía por Kanon o el barranco del cual el fondo oscuro le serviría como una muerte segura en medio de un vacío que comenzaba a sentir-“Así ya nada tiene importancia...”- Sentenció extendiendo los brazos. El escorpión le contempló con pavor, abriendo desmesuradamente los ojos-“Camus... espera...”- Extendió una mano decidido a caminar hacia él. Acuario retrocedió un paso para luego dejarse caer al completo y total vacío, tragando antes una bocanada de aire y despidiéndose del griego con una mirada –“¡NOOOOO!...”-No quería hacerlo... No lo deseaba... No se permitiría vivir una vez más sin él...El dolor de haberlo perdido ya con anterioridad, junto con el silencio sepulcral de su corazón respecto a sus sentimientos por el acuariano, pudieron más que él en esos momentos hasta el grado de desear morir si volvía a perderlo para siempre...-“... ¡Te amo, no me dejes solo otra vez!”- Le gritó corriendo hacia al francés, sin importarle dejarse caer junto con Acuario al precipicio. Camus apenas si creía lo que estaba sucediendo: Primero aquellas lágrimas que comenzaban a correr por el bronceado semblante de Escorpio, rematando con las palabras que removieron más de mil emociones en su estómago, sin olvidar mencionar que se había arrojado hacia una muerte segura-“¡NO, MILO!”- Gritaba Mu desde la orilla-“¡CAMUS!”- Le llamaba Saga desde el mismo lugarEl acuario ya no podía hacer nada por regresar a la tierra, por salvar la vida de su eterno amigo que caía inconsciente cerca de él.El viento le golpeaba justo en el rostro, haciéndole imposible el mantener los ojos abiertos y el cabello firme en su lugar. Y cuando divisó el cuerpo un poco más grande y pesado de Milo, pasar justo a su lado, apretó los ojos con fuerza e hizo una maniobra para poder abrazar el cuerpo del escorpión contra el suyo y tratar de protegerleAunque sabía que morirían, que el destino fatal era inevitable... Teniendo la certeza de que aunque fuese de ese modo, permanecerían unidos hasta el último momento...-:-La respiración del ariano se encontraba muy agitada. Gotas de sudor salado escurrían por su frente y lágrimas de dolor por sus mejillas.Mu había tomado la mano de Saga, usando su técnica de teletransporatación para llegar al final del abismo y tratar de salvar a sus dos amigos como fuera.El panorama solo estaba formando por rocas de diversos tamaños, que bloqueaban a veces el flujo moderado del río, cuya corriente era rápida. Y de no ser por la basta profundidad, el lemuriano hubiese jurado que sus dos amigos se habrían matado, pero aún le quedaba un destello de esperanza.De las esmeraldas del mayor brotaban lágrimas.Tal vez si...Saga no podía atormentarse por algo que no se había encontrado en sus manos, y lo sabía; pero no lo entendía. Comprendía el hecho de que Milo quisiera salvar la vida de Camus al intentar hacerle entrar en razón, pidiéndole que no intervinieran ni Mu ni él, haciéndoles esconder en la copa de un árbol; pero de ahí a arrojarse hacia la muerte...No le cabía en la cabeza...Y lo que menos deseaba era que su carnero siguiera llorando, ya que pese a todas las que el francés le había hecho pasar desde que fueron niños, lo seguía queriendo, y el pensarlo muerto una vez más...A él y a MiloEl geminiano sabía que le haría mucho daño a Mu.Suspiró y siguió buscando, negándose a que más pensamientos errados acudieran a su mente, no si el ariano creía ciegamente en que seguían con vida. Sus ojos repasaron el área una vez más, sus propios pies se pararon decenas de veces en las rocas logrando tener un mejor enfoque y encontrando un cuerpo aferrarse inconcientemente a una piedra un tanto más grande que su torso. Las piernas le temblaban, no sabía si estaba vivo o muerto, pero sabía con certeza que se trataba del escorpión.En aquella parte, el agua era menos rápida a causa de las rocas, así que zambulléndose logró llegar con mayor velocidad hacia el inconsciente ojiazul-“Milo...”- Le llamó con la voz quebrada a causa de la emoción. Dos de sus dedos se posaron con cuidado en el cuello del octavo guardián, tratando de sentir algún leve palpitar que le hiciera ver que aún se encontraba con vida –“¡Mu, encontré a Milo!”- Gritaba al lemuriano que buscaba del lado contrario al de él.A los tímpanos del ariano llegó aquél grito, el cual formó en su rostro una sonrisa mientras se acercaba hacia el lugar donde el geminiano había llevado al joven inconsciente escorpión, a la orilla del río.-“Parece que no tiene fracturas... y aún respira”- Anunció el griego mayor. Mu se puso de rodillas junto al cuerpo del ojiazul, recargando la cabeza en el pecho de este y tratando de escuchar los débiles latidos de su corazón-“Esta vivo...”- Sollozó el primer custodio secándose las lágrimas, pero a la vez mordiéndose el labio al no encontrar al acuariano –“Debemos seguir buscando a Camus...”- El gemelo asintió con la cabeza. El discípulo de Shion desapareció con su técnica mientras Saga se ponía en pie dispuesto a encontrar al francés aunque les llevara toda la noche-“Camus...”- Murmuró el escorpión, aunque al tercer guardián le pareció más bien un sollozo. El ojiverde se inclinó de nuevo hacia su compañero-“Tranquilo Milo, él estará bien...”- Dijo con calma, tratando de darle ánimos a su conciencia. Escorpio abrió rápidamente los ojos, sentándose de pronto en la tierra con el semblante lleno de pánico –“Espera...”-“¡No, ¿Dónde está!”- Sus dos manos se aferraron con fuerza a los brazos del gemelo, reclamándole por el paradero de la persona más importante para él. Géminis apretó los dientes con preocupación, no sabiendo como decirle que aún no lo encontraban y que quizá ya podría estar muerto –“¡Saga, por favor!”- Suplicó el ojiazul.-“Él estará bien... Ya verás que lo encontraremos...”- Dijo con una tensa sonrisa, a lo que Milo respondió con un sollozo desesperado, empujando al gemelo para salir en la búsqueda de Camus; pero el geminiano lo sujetó con fuerza contra su torso, aprisionándole con los brazos y lograr que no se fuera por más jaloneos que hiciera-“¡DEJAME SAGA, YO DEBO IR A BUSCARLO!”- Gritaba desesperado; sin embargo, el más alto no desistía en sus intentos por calmarlo, hasta el instante en que se conformó con solo llorar y dejarse abrazar.El ariano apareció enfrente de ambos, sosteniendo entre sus brazos el inconsciente cuerpo del francés. Tanto Saga como Milo, observaron que Mu se encontraba más pálido de lo normal, inclusive el semblante del onceavo custodio se mostraba más blanco de lo que ambos recordaban. Aries dejó al maestro de los hielos en el piso, pasando una preocupada mirada hacia sus dos amigos-“No esta respirando...”- Les dijo con la voz entrecortada. Sin haber corrido, el escorpión se encontraba agitado; y sin saber lo que estaba haciendo, se sentó en el vientre del acuariano, recargando la cabeza en el pecho de su amigo para tratar de oír un latido que ya no existía. Con la visión nublada por el llanto, contempló la faz de Acuario antes de colocar las manos en su pecho-“Camus no me abandones otra vez... ¡Demonios, ya pasé por esto!”- Le gritó Milo, como si con eso el francés despertara ante su réplica. Las manos temblorosas del escorpión tomaron el rostro de su amigo ladeándolo un poco, después tomó la nariz del aguador hasta taparla y acercó su boca a la de Acuario para darle cuatro expiraciones rápidas y profundas, tratando de enviar el oxigeno que había hace poco abandonado el cerebro y pulmones del francés. Milo no sabía si había tragado agua, solo quería que el corazón de ese terco amigo suyo volviera a latir una vez más, sin importarle que fuera solo del geminiano, él quería a Camus de vuelta. Colocó su mano derecha en el centro del pecho del francés, con la izquierda sobre esta mientras apretaba quince veces con desesperación, sintiendo como su propio corazón se salía de control. Volvió a repetir la respiración de boca a boca cinco veces más, después siguió con las presiones sobre el torso de su amigo; pero nada parecía traer de regreso al acuario.Saga y Mu ya habían perdido toda esperanza, incluso el escorpión parecía ponerle menos empeño a causa del cansancio. Otra ronda de 15 pulsaciones y 5 exhalaciones siguió-“Ya basta Milo...”- Sollozó el ariano siendo abrazado por el gemelo. Escorpio siguió en su empeño tratando de traerle a la vida...No se daría por vencido... No volvería a besar esos labios muertos una vez más... -“¡Por Athena, despierta ya!”- Le gritó con los labios temblándole y dándole la última ronda de presiones sobre el pecho.Entonces sucedió, el aguador escupió un chorro de agua mientras tosía y Milo sonreía, ayudándole a sentarse en la tierra y que terminara. El acuariano no tenía noción del tiempo. No sabía cuantos minutos le tomó regresar al lado del escorpión, solamente sentía su calor humando a través del plácido abrazo que estaba brindándole.Camus se recostó de nuevo en el suelo un poco más tranquilo, quedando atrapado por los brazos y piernas de Escorpio encima suyo. Y bastaron tan solo unos instantes en los cuales sus hermosos ojos azul océano penetraron la mirada turquesa de Milo, para que el griego acercara su rostro al del francés y reclamara un merecido beso de sus labios, dejándole más que perplejo.Al escorpión no le importaba si el acuariano decidía empujarle aún lado, él solo anhelaba un beso de esos labios franceses, saber lo que era besarlo estando vivo y no muertoComo la última vez que lo hizo...Porque ese nefasto día que la muerto lo arrancó de su lado, Milo se atrevió a besarlo como despedida-:-:-:- Flash Back -:-:-:-El onceavo templo estaba congelado en su totalidad. Cuando ascendieron con Athena a revivir a Hyoga, trató de ser fuerte hasta vengar su muerte destruyendo a Saga con sus propias manos, cobrarle la muerte de la persona más importante para él así fuera la última cosa que hiciera mientras viviera.El geminiano al suicidarse delante de todos de ellos, murió con la poca dignidad que le quedaba rehusándose a matar a la diosa, ganado un respeto que perdió por su otra personalidad.Al volver al templo de Acuario, por el cuerpo de su eterno amigo, el llanto por fin acudió a sus ojos, sabiendo que había fallado en su promesa. Se arrodilló junto a su amigo, diciéndole adiós al robarle un beso de sus fríos y muertos labios, sabiendo con un dolor en lo más hondo de su corazón que Camus no podría corresponderle esa muestra afectivaSi tan solo se lo hubiera dicho...Ya no había marcha atrás. Acuario se había ido para no volver. Eso bien lo supo al despegar sus propios cálidos labios, de los gélidos del francés...-:-:-:- End Of Flash Back -:-:-:-Pero ahora estaba vivo, correspondiendo aquél gesto que el griego había tenido para con él, descubriendo lo que tanto sospechaba tan sólo la noche anterior. Ahora entendía que si Milo se había mostrado triste, molesto o de aquella manera tan rara que muchas veces se cuestionó, simplemente se debía al hecho de que estaba enamorado de Acuario¿Desde cuando seria eso?Quería preguntarle tantas cosas, decirle otras más hasta saberlo todo...Y sin embargo... El escorpión fue quien rompió aquella mutua caricia para darle un golpe en la cara-“Idiota...”- Gruñó antes de levantarse y salir corriendo por la orilla del río hacia un destino incierto. Le alegraba verlo con vida. Lo amaba sobre todas las cosas, pero también dudaba que ese beso se debiera a que sintiera algo hacia él igual de profundo como lo que sentía por Saga; y aún más, el hecho de que le besara por puro compromiso de agradecimiento –que era lo más seguro-Tanto Mu, como Saga –que habían permanecido en silencio ante la escena- se quedaron atónitos, sin entender –mucho menos el acuariano- el motivo por el cual Milo había hecho tal cosa.Acuario parpadeó varias veces, llevándose los dedos a los labios y comprendiendo lo que el geminiano había tratado de decirle en su propio templo acerca de la diferencia entre amar a una persona y desearlaPorque ese bendito beso había venido a reformar todos los sentimientos del francés, trazando un camino hasta algún resquicio en su corazón y clavando victorioso una bandera en el centro del fondo de su alma¿Cómo había conseguido eso?Tal vez era complicado, quizá demasiado difícil de entender para lo pequeño a lo que había llegado a ser su cerebro; pero tan de pronto el repetir aquella caricia de labios entre Escorpio y Acuario se había vuelto su necesidad, el motivo suficiente para estar con vida y ordenarle a sus palpitares que dejaran de acelerarseHizo un ademán de enderezarse y ponerse en pie. El ariano adivinó que trataría de darle alcance al escorpión, así que se acercó lo suficiente para ayudarle a levantarse. Camus le agradeció con una sonrisa sincera y una disculpa-“Mu, perdón por lo del pasado... yo solo...”-“Camus...”- Le tomó por hombros –“Todo esta bien, yo no estoy molesto contigo, nunca lo eh estado.”- Acuario estuvo a punto de replicar, pero el agarre levemente más apretado del tibetano lo silenció –“Milo y tú deben arreglarse, ve detrás de él”- Camus volvió a sonreír agradecido y salió corriendo en la misma dirección por la que el octavo custodio se había marchado.Cuando se quedaron solos, Saga no supo que decir, ya que las cosas entre el lemuriano y él no habían quedado claras del todo y en acuario solo discutieron sobre el comportamiento de ambos. Ahora que el silencio reinaba entre los dos, también lo hacia la duda sobre lo que el carnero estaba sintiendo y sobre si perdonaría o no al geminiano por haberle hecho pasar tantas cosas-“Supongo que Kanon la pasara muy mal”- Comentó Mu de pronto, sentándose en una pequeña roca cerca del geminiano. Saga le miró desconcertado, sin entender el que metiera a su hermano nada más porque si siendo momento de hablar de su relación –“Me refiero a que será duro para él si Camus y Milo llegan a tener algo; es decir, después de todo lo que ah sucedido ¿No lo crees?”-“A mi no me importan ellos, solo tú y yo, lo que pasara con nosotros”- Confesó con el corazón en la mano –“No sé si quieras perdonarme, tampoco si desees...”-“Desde el momento en el que me dijiste que me amabas, reparaste cualquier daño posible en mi; así por eso no te preocupes”- Respondió al temor del geminiano, tomando con suavidad la mano del peliazul y entrelazarla con la suya. Las mejillas del griego se encendieron, mostrándose color sonrosado por la vergüenza que las certeras palabras del pelilila le habían causado. Mu se puso en pie, quedando de frente con Saga. Tomo su otra mano más oscura, pero no menos blanca que la de él y fundió su mirar con aquellas pupilas verdes resplandecientes, haciendo aún más mínimo el acercamiento que su rostro y la faz del gemelo pudieran tener. Interrumpido el silencio en su escasa distancia por el sonido del correr del agua, hasta que el anhelo más grande para ambos amantes se hizo realidad.El corazón de ambos latió con fuerza aquella tarde. Sus labios se buscaron con vehemencia ya no reprimida por el lemuriano, formando en la superficie del agua que era uno de sus testigos principales, la forma de una sola personaPorque eran uno, unidos por sus propios sentimientos... Comprobando que la teoría de los polos opuestos es acertada, ya que la luz y la oscuridad logran unirse al ritmo de un palpitar y en el instante de un parpadeo-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-Con dureza arrojó la piedra sobre la blanda y tranquila superficie del agua, provocando que en ella se formaran círculos en un camino trazado hacia su destino, quedando por fin en el fondo del lago.Se observó varias veces realizar esa misma acción, identificando su propia alma con el agua. Tan cálido con el día, resplandeciendo ante la luz del sol. Tan fría y sombría de noche, sirviéndole a la luna para incrementar su vanidad...Kanon y Camus...El Dragón marino le hacia reír, incrementaba su ego y le daba la riqueza más preciada para los hombresEl amor...Acuario sólo le daba tristezas, teniendo que conformarse con verle feliz y sonreír hipócritamente tratando de esconder la piedra que marcaba cuantas veces se le antojada su corazón y que se quedaba en el fondo de su ser. Pero ya era todo. Tal vez la cantidad de rocas que el francés le arrojó llegaron a ser tantas que el lago terminó de desbordarse sin algún medio posible de remediarlo...¿Por qué?Con fuerza arrojó una nueva piedra, la cual saltó ocho veces antes de caer completamente en el fondo. Se inclinó una vez y tomó una más grande, volviendo a repetir la acción, pero solo consiguiendo que cayera cerca y que salpicara algunas gotas a su rostroEso fue lo que ocurrióLa roca que el acuariano le arrojó esta vez fue tan pesada, que a Milo no le dio tiempo de rebotarla en la superficie para que no le hiciera tanto daño, cayendo con la pesadez y con la misma intensidad del golpe con la cual la había mandado.Se agachó de nuevo antes de sollozar, tomando otra piedra con la mano derecha y con la izquierda secándose un par de rebeldes lágrimas más, casi con rabia. Su extremidad se dispuso a lanzar la roca de un tamaño mediano -considerando las demás-, alzando el puño a la altura de su oído para ejercer una fuerza aún mayor y lograr lanzarla...Sin embargo, aquella pequeña roca permaneció en el mismo lugar, ya no sólo siendo sostenida por la mano de Milo, si no también por la palma cerrada de Camus, quien no sólo conformándose con tocar de aquella forma al escorpión, también tenía sostenida su cintura del lado contrario.El griego no sabía si no deseaba responder, ya fuera apartándose, sonriendo... cualquier cosa...NoSu cuerpo lo estaba traicionando. El golpeteo dentro de la parte interna de su torso se aceleró. Al estómago entraron algunas cuantas mariposas por un rincón desconocido hasta para el propio escorpión. Y no conforme con esas quizá gratificantes reacciones, la mayoría de sus células vivas se comportaron de manera extraña al percibir una rara sensación de hormigueo y calor tanto en la cara como en las manos.-“Tenemos que hablar”- Le dijo soltándolo, percibiendo en su interior que aquello no había estado precisamente bien. Escorpio salió del transe tan solo para suspirar y arrojar la roca como si nada hubiese sucedido.-“No hay un tema de conversación entre tú y yo”- Respondió con dureza cruzándose de brazos. El acuariano lamentó sus palabras, sabiendo por demás que se las merecía, todas y cada una de ellas incluso con los rastros de casi odio con que el griego las inyectaba-“No lo sabía Milo, jamás me dijiste nada”- Expiró entristecido. El escorpión resopló hastiado de llorar, levantando desesperadamente las manos hacia el cielo y encarando al francés-“¿Había que hacerlo? ¡Todos se dieron cuenta de mis sentimientos por ti!”- Le gritó, juzgando la poca atención que le ponía, resintiendo que solo pensara en Saga para pasar desapercibido ante sus ojos-“Tú me dijiste que te gustaba Kanon”- Murmuró el acuariano girando el rostro hacia otro lado. Milo volvió a subir el tono-“¡Porque así era!... ¡Él me gustaba, pero yo te quería a ti!”Que amarga confesiónLas palabras del escorpión le dolían, puesto que sabía que era verdad y que el único culpable del llanto de Milo fuera él, habiéndole lastimado sin querer-“Es muy grande la diferencia entre el desear a alguien y amarlo...”- Murmuró más para si mismo que para el escorpión. El octavo custodio le miró sin comprender, tratando de indagar con su mirar algo que pudiera ayudarle a descubrir lo que fuera en el semblante de su amigo; pero todo lo que ahora habían eran lágrimas... –“Que tarde lo vine a descubrir”- Sus pupilas de ese azul intenso y verdoso buscaron hasta encontrar las turquesas azuladas del griego, haciendo temblar ligeramente con su revelación las de EscorpioPero la piedra era bastante grande... El haberse arrojado de aquella manera por el barranco sin importarle otra cosa más que Saga, le había dolido demasiado...Cerró los ojos y así su mundo, negándose a ver otra cosa o a saber algo más de Camus, bastante arto de que lo lastimara. Entonces un pequeño roce suave en los pómulos, le hizo volver a mostrar los ojos, encontrándose con los dedos del acuariano que subieron el tono sonrosado a sus ya calientes mejillas-“¿Qué...?”- Trató de preguntar, pero el debo índice de Camus osó posarse sobre sus labios, sellándolos para dejarse oír-“No es justo para ti, ni merecido para mi”- Dijo. Escorpio aún lo tenía tan cerca y notaba las cristalinas lágrimas que resbalaban por su cara, proviniendo desde el fondo de su alma; entendiendo que se refería a su propio dolor líquido que emanaba de sus turquesas –“No quiero que vuelvas a llorar por causa mía y te prometo que me voy a alejar de tu lado hasta el instante en que decidas perdonarme”- Sentenció sollozando, con suspiros entrecortados que no deseba controlar. Las yemas de su mano abandonaron el semblante del griego. La espalda de Camus quedó a total vista de Milo mientras se alejaba con pasos cansados y pesados.-“¿Por qué tú si lo haces?”- Le cuestionó refiriéndose al incesante llanto con el que se marchaba. El francés no le dio la cara, solo se limitó a responder-“Porque es la penitencia que merezco al despreciar el tesoro más valioso que la vida pudo haberme ofrecido...”Milo se quedó solo, aún parado a orillas del lago... contemplando como el acuariano le abandonaba una vez más pese a que él no lo deseaba...No muriendo, pero si renunciando a lo que sentía por Escorpio tan solo para experimentar un poco del mismo dolor que él le había hecho al octavo custodioY aquella noche, después de mucho tiempo, la luna no se reflejó más en la superficie del lago; es más, esa parte oscura no salió de sus tinieblas en un tiempo considerable...Se acabó ToT... o … o … o …
Notas finales: Espero que les gustara mi fic .///.
y bueno... pienso hacer como un one-shot aparte.-.. aunque aun lo dudo owo
gracias por leer.. bye! =)

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