Era un día muy normal – dentro de lo que se puede llamar normal - en la Sociedad de despacho de Shinigamis, Grell estaba en la oficina de Will siendo reprendido muy seriamente por este, a causa de que, para no variar, no había terminado su trabajo bien. El enojo de Will iba en aumento, hasta que llegó Alan Humphries con su típica expresión calmada que pudiera llegar a parecer indiferente, saludó fríamente al pelirrojo con una corta reverencia -Buenas tardes Sutcliff senpai-
Y luego se dirigió directamente a William diciéndole:
-William-senpai, hay una nueva misión-
-Gracias Alan Humphries,- dijo el azabache dirigiéndose al castaño - puedes continuar con tu trabajo-
Y el castaño salió de la oficina sin dedicar siquiera una mirada al pelirrojo al que por otro lado, en verdad poco le importaba lo que hiciera o no el castaño, pues él sólo estaba concentrado en William. Y es que todo en él le parecía extremadamente perfecto, sus ojos de mirada calma pero severa, sus gráciles movimientos, su perfecto cabello negro como una clara noche, y su voz… ah… esa voz que lo hacía perderse en cada una de esas palabras que salían de la boca del pelinegro… ‘‘Oh Will…si tan solo dejaras de ser tan frío te darías cuenta de que estaré contigo siempre” pensaba el bermejo; y a causa de tanto pensar, no se dio cuenta de que el azabache le había estado llamando hace ya rato.
-Grell Sutcliff!!! ¿Me estás escuchando?- dijo/gritóel más alto, ya cansado de que el pelirrojo no le escuchara… ‘‘aunque tampoco debería de sorprenderme’’ pensaba el pelinegro
- eh? ¿Qué? – fue todo lo que respondió Grell, siendo sacado bruscamente de su ensoñación y vuelto a la realidad de una sola.
- Uhh – suspiró fastidiado el pelinegro - ¿qué no prestas atención Sutcliff? Tenemos trabajo que hacer, al parecer hay unos problemas con las almas en Londres- le informó al pelirrojo, que sólo lo miraba y escuchaba lo que decía, pero, para no variar, estaba prestando más atención a la voz del azabache que a las palabras en sí – Honestamente, mira que trabajar con alguien como tú - dijo Will con un dejo de molestia en la voz, aunque sin mutar su expresión en lo más mínimo, para luego rematar con un seco –Vámonos- y salió de la oficina, sin dar tiempo siquiera al bermejo de reclamar más nada.
GRELL PoV’S
Will salió de la oficina después de quejarse un poco, y yo, como buen compañero que soy- y además no entendí nada de lo que me dijo- lo seguí, deseando con todas mis fuerzas que no me dijera algo como – Sutcliff, ¿qué estás haciendo?- o - ¿porqué me sigues?- con sumirada aterradora pero al mismo tiempo tan… kyaaa! pero gracias al cielo no escuché ninguna de las dos frases, ni ninguna otra, pues estuve a punto de chocar con Will cuando él se detuvo bruscamente; se giró para verme y me dijo – Grell Sutcliff, ve por tu guadaña-me quedé estático ‘‘¿lo dice en serio? ¿Me va a devolver mi guadaña?’’
GRELL PoV’S END