-Damian-
Abro mis adoloridos ojos e intento no deslumbrarme demasiado con la abrumadora luz que entra por los tragaluces de mi cuarto, en realidad los hay por toda la casa, pero los odio mas aqui, justo arriba de mi cara como todas las mañanas. Mamá golpea la puerta furiosa mientras grita:
-¡No por que estes en la tarde creas que no hay nada que hacer el resto del día Damian!-
No puedo evitar preguntarme como es que siendo tan menuda pueda gritar con esa potencia.
-Mmmmvoooooy!- consigo balbucear. ¿Que clase de inhumana persona te despierta a las 7am? Claro...mamá.
Giro todo mi cuerpo para poder levantarme y un gruñido ahogado me desconcierta. Regreso mi cuerpo a su posición original y mi gato Dexter sale disparado de entre las sábanas.
-Morirás ahogado si no dejas de invadir mi cama- le digo, me devuelve una mirada adormilada en forma de respuesta, y entonces lo entiendo, la idea de que el no este resulta imposible, lo amo demasiado.
A mis 17 años nunca he tenido novia pero me imagino que sería algo parecido a esto. Se come mi comida, se adueña de mi cama, se enoja cuando llego muy de noche y no traigo ningún regalo para él...él...Dexter es hombre, me río sonoramente y la puerta de mi cuarto se abre.
-Dice mamá que dejes tus cosas de niño esquizofrénico y bajes a desayunar- me dice Daniel, mi hermano de 12 años, mi vida entera.-¿De que te ries?
-Nada-respondo con una enorme sonrisa-Dile que ya voy...
-Apúrate por que ya vamos muy tarde...maldito loco...-Me obsequia una sonrisa y se va cerrando la puerta.
Me levanto y me pongo lo primero que encuentro, en parte para no hacerlos esperar, mi hermano tiene el turno matutino en su escuela secundaria y mamá es maestra de la primaria que esta a un lado de esa, y en parte por que no importa lo que me ponga ya que soy la cenicienta matutina de la casa.
Bajo las escaleras y me dirijo al pequeño comedor en la cocina. Tenemos una buena casa en una buena zona de la ciudad gracias a que papá logró abrir una de las mejores tiendas de musica e instrumentos jamás vista, poco a poco fue abriendo sucursales, claro, con el sueldo de maestra de mamá no habría alcanzado. Aunque sea una primaria privada su salario solamente alcanzaria para dar de comer a los glotones de mi hermano y yo. Pero ella es joven y fuerte, al menos de espíritu. Logró poner a uno de sus hermanos a cargo de las tiendas a cambio de la promesa de cuidarnos por si algo le pasaba a ella, mi tio Tomas no es mala persona pero nunca tuvo el interés de conocernos, y el trato no es tan dificil de cumplir, tiene mas dinero del que puede gastar y ha sido honrado con nosotros, estamos en equilibrio, ambas partes ganan, ademas en unos meses cumplire 18...de todos modos no me gusta pensar en que haríamos si mamá no estuviera más con nosotros.
Tomo asiento en uno de los banquitos altos de la cocina, junto a mi hermano. Mamá nos sirve un desayuno delicioso: molletes y jugo de naranja...la verdad es que podria hacernos cualquier cosa de comer y seria delicioso.
-¡Genial!- exclamo- y ¿ustedes que van a desayunar?
-No seas gracioso Damian-contesta mamá- ¿De qué te reias hace un rato?
-Dexter...lo aplasté otra vez por dormirse bajo mis sábanas-
-No deberia extrañarte que lo haga, lo has acostumbrado a tu cama desde hace, tres años...
Tres años...fue jsuto el dia en que Dexter nació y lo trajimos a casa. El día en que papá murió.
Nos quedamos callados, cada quien sumido en sus propios recuerdos. Desayunamos asi, en silencio, hasta que mamá comienza a levantar las cosas de la mesa.
-Déjalo-la detengo-yo lo hago, ya vayanse- ella asiente con suficiencia.
-Vamos Daniel- dice ella
-Si ma...-responde- Bye Damian
-Nos vemos-Sonrio...siempre sonrio.
Paso el resto de la mañana arreglando la casa lo mejor que puedo y haciendo algo de tarea. Despues de comer un rapido sandwich recojo mis cosas para ir al colegio y paso de largo el teclado negro, colocado aun a un lado del pequeño sofá de mi cuarto...tiene algo asi como 3 años que no lo toco ni para quitarle el polvo...
-Ivan-
Me despierto con el sol del mediodia en mi cara, entrando por la ventana.
-¡Mierda!-exclamo, tarde otra vez.
Me levanto como puedo, brinco y esquivo las cosas, ropa interior y comida regados por todo el lugar, no me sorprenderia encontrarme una rata por ahi, pero no he podido recoger nada esta semana, he estado apurado consiguiendo dinero para los tres meses de renta que debo, pues la colegiatura en la escuela de música me absorve casi por completo mi misero sueldo de maestro de piano en una preparatoria particular. Por suerte soy lo suficientemente guapo para que las chicas me alimenten durante los dias. Aunque nunca he salido en serio con ninguna de ellas siguen llegando, no se por que son tan masoquistas, o quiza piensan "Yo seré la que el escoja por siempre.." o alguna bobada de esas. Se que es malo hablar asi de las personas que me alimentan mientras empobrezco cada dia mas pero ¿que puedo hacer? asi son las chicas...¿no?
Intento bañarme con el escaso chorro de agua que sale de mi oxidada regadera...¿como es que acabé viviendo asi? y entonces lo recuerdo...salí de mi casa, teclado al hombro, con tan solo $2,000 y 15 años...no se me ocurrio que otra cosa podria hacer, la provincia donde vivía me absorveria la vida entera y me negué a quedarme ahi, donde para empezar, la música era considerada una perdida de tiempo y esfuerzo, simplemente no podia vivir asi.
Termino de bañarme, si es que a eso se le llama baño, me visto lo mas limpiamente que puedo, creo que tendre que convencer a una chica para que me pague la lavanderia...
Me voy caminando hasta la escuela, con suerte llegare a la ultima clase, composicion, por lo menos es mi favorita o en donde voy mejor, a pesar de que amo la musica me cuesta trabajo entenderme con su teoría, pero lo intento, quiero demostrarle a las personas que creen que es una perdida de tiempo, que, de hecho, no lo es.
Llego a la escuela y la primera en saludarme es Cherry, o asi le dicen, o eso creo...me recibe con un café y un panesillo con queso, lo accepto con una sonrisa infantil, de felicidad y le planto un besito en la boca, asi sin mas, puedo escuchar como algunas de las chicas con las que he salido bufan de coraje...ni modo, esto de ser un gato vagabundo tiene sus ventajas y no sere precisamente yo el que las desaproveche.
Entro al edificio blanco con gris que tengo enfrente y subo las escaleras corriendo, detras de mi viene Cherry, o como se llame, corriendo para alcanzarme pero me meto rapidamente en mi salón sin mirar atrás, dejandome lejos de su alcance, por ahora...llego a mi asiento y la chica de a lado me observa durante todo el trayecto que tardo en llegar desde la puerta hasta ahi, quiza sea a ella a quien le pida lo de la lavanderia esta vez, en el momento oportuno.
Termina la clase y ocmenzamos a recoger nuestras cosas, la chica se levanta torpemente y se acerca a mi.
-H-hola-sonrie timidamente
-Hola-le contesto devolviendole la sonrisa-lindo vestido, muy coqueto...
-G-gracias- abre los ojos como platos, sonrojadisima, de verdad, esto es tan facil...-T-tu tambien luces...lindo.
-Gracias, aunqe no tanto, toda mi ropa es un desastre, no me sorprenderia si comienza a caminar sola.
-Bueno, si quieres yo puedo ayudarte con eso Ivan. S-si quieres...-no puedo creer lo roja y nerviosa que está, vamos, no soy taaan guapo...o si?
-¿En verdad?-finjo sorpresa y encanto- sería algo genial...-
-Laura...-
-Laura- y uso mi mejor sonrisa con ella.
Da resultado, no tengo mas que darle las intrucciones de como llegar a mi casa, le doy la llave y salgo disparado hacia la preparatoria privada Ankara, no puedo darme el lujo de llegar tarde a mi empleo también, ademas, creo que esto de las mujeres, bueno, me puede llegar a cansar mas pronto de lo que creí.
Paso todo el día con alumnos que no saben ni como prender el pobre teclado, trato de no desesperarme y recordar que no será hasta el siguiente año, que me den un grupo mas avanzado. Tengo que dejar de lidiar con mujeres y niños, no quiero terminar en la carcel por haber golpeado a alguien.
Son las 9 de la noche y los alumnos ya se han ido, sigo ensimismado en mis pensamientos y a penas soy conciente del chico timido de ojos color miel que cruza la puerta y se para frente a mi.
-La clase terminó- le digo en tono serio, aunque la verdad me he perdido en sus melancolicos ojos...
-L-lo se...lo siento, solo quiero saber, solo quiero pedir informes, es decir,¿ tiene algún costo?, ¿o...?- genial, otro tartamudo.
-No, no tiene ningun costo- lo interrumpo- Debes ir con la coordinadora para presentar un examen de hubicacion para que te coloquen en el grupo correspondiente, esta es la clase de los principiantes, si quedas en alguno superior revisa los horarios de los demás profesores. ¿Alguna otra duda?
-N-no en realidad...-
-¿Cual es tu nombre?- le pregunto, aunque no se por que quiero saberlo...¿quiero saberlo?
-D-damian...Damian Christensen-
-Bueno Damian, sinceramente espero que seas todo un idiota y tenerte por aqui- no puedo creer que lo dije...me mira perplejo sin saber que decir...
-Ayudame a guardar todo ¿quieres?-digo en un intento de restarle importancia a mi comentario anterior
-Claro- me contesta
Nos ponemos manos a la obra y acabamos veinte minutos despues.
-Bueno pues, gracias-le digo- suerte mañana...
No me responde pero caminamos juntos, en silencio, todo el recorrido desde el salon hasta la entrada del colegio, cruzamos una extraña mirada que yo no se interpretar y tomamos caminos opuestos...la Luna sobre el cielo solo hacía mas melancólicos sus ojos, los ojos que, mas tardé en dejarlos de ver, que ya quería tenerlos frente a mi de nuevo.