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Una cita por Watermelon4U

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Notas del fanfic:

Mi propuesta para el concurso de oneshots de febrero del grupo Jongkey Shippers. Tenía que ser algo romántico, y por las fechas, relacionado con San Valentín. Así que... ahí lo tienen. Más o menos  (:

Notas del capitulo:

Gracias muchas leer por. Ok, no. Cuak.

Una cita.


 


Key se acomodó el cabello frente al espejo, no como si realmente lo necesitara, su cabello siempre era perfecto, pero vamos, era la costumbre y el sello personal del idol en cuestión. Respiró profundamente unas cuántas veces, por algún motivo las palmas de sus manos estaban húmedas, y las puntas de sus dedos, tan frías como cuando hizo su casting para ser entrenado como cantante. Hacía ya unos días que notaba una actitud extraña y distante en Jonghyun, y eso lo ponía de nervios. No es que el tío fuera la persona más usual del planeta... No es como si él mismo lo fuera tampoco, pero incluso el despistado Taemin se había dado cuenta.


 


-¿No crees que hyung está actuando un poco...?


-Es un bicho raro estos días... Taemin, ¿hice algo?


-¿Eh? – La cara del más joven enseguida se llenó de preocupación ante el inevitable problema entre lo que él creía, dos personas que eran así como... más que amigos (?). -¿Algo como..?


-Tú sabes de qué hablo- En la voz de Key se percibió algo de exasperación. Los jóvenes eran tan distraídos. –Algo que molestara a la gente... No, a la gente no... ¿Crees que le hice algo a Jonghyun? Ni siquiera me mira últimamente... ¿Es que mi cabello luce mal? ¿O es mi ropa? No, eso seguro no, mi ropa es siempre increíble... ¿Comí algo que era suyo? Taemin, ¡habla!


-Eh-h.. Seguro que sólo está can-


-Seguro que está pensando en alguien más….


 


Y ahí Taemin supo que había dejado de ser parte de esa conversación. Dio pasos pequeñitos y silenciosos, con la intención de huir a un escondite seguro, libre de líos amorosos o lo que fueran. Key miró a su alrededor, hallándose solo. Bueno, no es como si su sola presencia no le bastara de todos modos. No había logrado obtener nada de información, así que utilizaría su propio método. Tocó tres veces la puerta del dormitorio de Jonghyun. Abrió Minho, con quien compartía cuarto el susodicho. 


 


-¿Qué ocurre?


-¿Y Jonghyun? 


-Salió hace unas horas... ¿Quieres que-...


-¡Minho! ¿Qué haces para llamar la atención de alguien?


-…Supongo que depende de q-…


-¡No! Eso no funciona. Ese tipo seguro anda con alguien... Y yo que pensaba darle algo el día del amor y la amistad... 


-¿Qué tipo?


-¡Tú sabes!


-No, de verdad no entiendo...- Minho sonrió incómodo.


-¡Aish!


 


Key partió hacia su habitación con paso firme. Se echó en la cama, y cubrió su rostro con una almohada. Nadie parecía entender cómo se sentía. Dentro del clóset, envuelto en una caja y con un lazo azul, se encontraba el regalo de Jonghyun. Había comprado un reloj francamente increíble. Hecho de metal oscuro, con el nombre y la fecha grabados. Sería poco decir que sus ahorros de toda la vida -y la que seguía- se habían ido en él. Pero, hasta hace unos días, Key creía que Jonghyun merecía eso, y más. Pensaba que sus sentimientos por él no eran del todo evidentes, y cuando lo eran, no había recibido rechazo alguno, sino una gran sonrisa o una mirada, de lo que él creía, era cariño, y si fuera un poco más atrevido, diría que Jonghyun coqueteaba con él de vez en cuando. ¿Qué pasaba entonces? La situación le hacía un nudo en la garganta, y dolía. Cayó dormido, quizá por unos minutos, pero despertó sobresaltado al escuchar los golpes en su puerta.


 


-¿Quieres pollo frito?- Apareció Onew, con una sonrisa de oreja a oreja.


-No, creo que no...


-¿Estás bien?- La expresión del líder cambió a una más seria, incluso preocupada. 


-Si, yo.. sólo.. 


-Tranquilízate- La voz de Onew era firme, pero calmada. Lo miró a los ojos, con una mueca de entendimiento.


-Si... gracias.


 


Volvió a su cama. Afuera se escuchaban las risas de Minho, Taemin y Onew, que charlaban mientras disfrutaban la comida. Se enojó con Jonghyun, por no permitirle disfrutar del pollo como todos los demás. Se enojó consigo mismo, por no tener idea de lo que pasaba por la cabeza de él. 


 


-Deja de ser un necio, y abrázame de una vez... -Dijo cuando hubo cerrado la puerta de nuevo, después de cederle a Onew su porción de comida.


 


Luego de ponerse sus audífonos, Key durmió hasta la noche. Eran ya las 3:14 am cuando él despertó. Caminó por los pasillos del departamento, hasta la puerta del dormitorio que había visitado en la tarde, pero no se atrevió a tocar. Minho no tenía porque pasar una mala noche por cosas como esas. Fue a la puerta, los zapatos de Jonghyun ya estaban ahí, así que seguro estaría durmiendo también. Fue a la cocina, y se sentó en el pequeño comedor que usualmente todos compartían. En su mente aún brotaban fragmentos de canciones que habían sonado mientras él dormía pero, sin importar cómo intentara desviar su mente, siempre volvía al rostro de Jong, o a su voz, o al recuerdo de su suave aroma.


 


-Es un fastidio... Pero no es como si tuvieras que corresponderme...


-¿Con quien hablas? 


 


Podría jurar que su corazón dejó de latir en ese momento. Jonghyun se encontraba parado en la cocina, mirándole. Llevaba el cabello algo revuelto, y su pijama habitual. Caminó hacia la alacena, en busca de un vaso, y la cercanía le erizó la piel a Key.


 


-No hay nadie aquí, ¿con quién podría hablar?- Su voz tembló inesperadamente, al intentar soltar la mentira de la manera más convincente posible. Carraspeó para tratar de ocultarlo.


-Dormiste toda la tarde. ¿Estás enfermo?- Jonghyun siguió con un tono casual, mientras servía agua en su vaso.


-¿Por qué ahora si te interesa?- Un silencio largo se adueñó de la noche. Key fue víctima de su propia franqueza, las palabras se habían vaciado de su pecho, atropelladas pero sinceras. Veía sólo la espalda del otro, perfilada por la luz de la luna, que se filtraba por la ventana. Mantuvo la mirada arriba, sin vacilar. –No tienes que hablarme, sólo porque me encontraste. 


-Esa nunca fue mi intención...


-¿Entonces cuál fue? ¿Hice algo? ¿Por qué he de ser yo el único al que no miras? – Su voz se convirtió en susurros, por el nudo que se formaba en su garganta.


-No puedo decírtelo ahora- Jonghyun se volteó. Sus ojos brillaban con la tenue luz del cuarto. Respiró profundamente, y dejó el vaso sobre la mesa, tomando asiento en la silla próxima a la de Key. Con lentitud se acercó a su rostro, que permanecía aturdido. Acomodó suavemente un mechón de su frente, y cerró los ojos, ya a centímetros de sus labios. –Buenas noches.


 


Jonghyun se retiró, y la desazón dejada pareció tan incierta y ambigua como el momento en el que Key pudo tenerlo todo. Pero no fue asÍ, y la verdad yacía en lo más profundo de su mente. Pudo palpar el rechazo de Jong con las yemas de los dedos.


 


Pasaron entonces semanas desde el incidente extraño de la cocina. Jonghyun se había apartado repentinamente luego de estar a tan sólo un suspiro de su cara, como en un acto reflejo. “Tan cerca que duele” era el pensamiento que acudía a Key cada vez que esa noche volvía a su mente, tan fugaz y efímero que era imposible encapsularle y detener sus repentinas apariciones. No había podido sacarse a Jonghyun de la cabeza, y esa era su auténtica verdad. El vaso en el que Jonghyun bebiese agua se había roto al día siguiente, como la confianza de Key. Los días pasaron entonces, tan llenos de nada, tan abrumadores, que lograron sumirlo en una parsimonia casi auto destructiva. Los ensayos corrían unos tras otros, y en ellos él bailaba por inercia. 


 


Se encontraban en un descanso. Key bebió agua de la botella, y el líquido descendió fresco por su garganta, refrescándolo. Se limpió el sudor de la frente con una toalla de mano,  y luego se recargó en la pared del estudio donde ensayaban, respirando profundamente mientras cerraba los ojos. Sintió un tacto cálido en su hombro desnudo, como dedos curiosos y cariñosos, que buscaban traerlo de vuelta al mundo mortal. Volteó, topándose con Jonghyun, que sonreía ampliamente. No supo qué decir, la verdad es que no habían hablado mucho en esas dos semanas, y pasa que cuando sueltas el hilo de una persona, a veces no puedes atraparlo de nuevo.


 


-Hola...- Atinó a decir mientras forzaba una mueca de sonrisa.


-Ya casi es primavera… ¿Te gustan las flores?


-Si, supongo... - Ya que él era Key, estaba más que acostumbrado a ser el centro de atención, pero la que acababan de otorgarle hizo que su estómago se encogiera, como cuando caes en una montaña rusa. Jonghyun le estaba hablando. -Son de muchos colores… suaves y pequeñas, ¿a quién podrían no gustarle?


-Es cierto, ¿verdad? - Jonghyun se frotó la nuca con incomodidad evidente, la sonrisa que en un principio danzaba en su rostro se había extinto por completo, de la nada. -Escucha… sobre de lo la cocina… me hiciste una pregunta, ¿lo recuerdas?


-Sólo había tenido un mal día, perdón por el momento incómodo… - La voz de Key sonaba vacilante.


-Creo que fui yo el que te hizo pasar un mal rato… ¿Sabes? - Las puntas de dos dedos de Jonghyun comenzaban a tornarse heladas, como cuando se toca hielo por varios minutos. Las frotó contra la cintura de Key en un acto desesperado de limitar la distancia, pero el otro cortó el gesto con un ligero manotazo, y desvió la mirada. -¿Qué pasa? 


-Cuando te acercaste… Quería besarte -Soltó Key y la expresión descolada de Jonghyun hizo que su pecho doliera, como una punzada confusa, un puñal  atinado a ciegas. -¿Ves? Qué raro, ¿no? Yo tampoco lo entiendo muy bien… -Río nervioso -Dime, ¿qué debería hacer al respecto…? Es una especie de pensamiento recurrente…


 


Jonghyun creyó que le estaban tomando el pelo, hasta que giró el rostro hacia el otro. Su nerviosismo era más que evidente, se estrujaba discretamente los dedos, y sus pies no parecían quedarse quietos. A su alrededor se apreciaba la telaraña de pensamientos que lo agobiaba. Le sorprendió incluso el hecho de que lograra articular oraciones en una estructura entendible. ¿Quién era ese sujeto? La seguridad apabullante que Key demostraba en cada presentación, la mirada feroz y su aire de confianza… Todo se había disuelto en una expresión dulce y atormentada. Era sólo un chico más, intentando hablar con el corazón lo mejor que podía. Jong contuvo el ansia de abrazarlo.


 


En algún momento, la sala de ensayos se había vaciado a excepción de ellos dos. Llevaban más de dos horas practicando coreografías varias sin parar, así que les habían dejado unos minutos para descansar, a los que el grupo no se había negado en lo más mínimo. Sin embargo, era raro que sólo ellos dos se quedaran. ¿Qué clase de atmósfera era esta? La confusión por las repentinas palabras que había brotado libres y rebeldes de la garganta de Key, se había asentado en sus músculos, impidiéndole cualquier movimiento. Sólo escuchaba la suave respiración de Jong, algo alterada por los nervios, y los latidos livianos de su corazón, que palpitaba en su pecho, cálido y hambriento.


 


-Besarme, ¿eh?…- Dijo el más bajo, y fue la última oración que se escuchó entre ambos por minutos que parecieron eternos. El tono en el que Jong la había emitido era ambiguo, confuso e hiriente. No había pizca de rechazo, ni de entusiasmo. Era como si leyera la página de un diario. Pero por algo los sentimientos no se escribían en los periódicos.


-Debes pensar que soy tonto… -Key rió, ocultando su rostro con su mano, mientras un nudo se formaba en su garganta. -Diciendo esto de la nada… Pero me resulta muy difícil… Y no sé có-… -Su voz se deshizo en un jadeo, el nudo se apretaba cada vez más. -No sé cómo traerte de vuelta. Pienso en ti, tanto que…


-Detente…- Con un suave movimiento, Jonghyun tomó la muñeca de Key, apartando la mano de su cara. Los ojos estaban nublados por una pantalla de lágrimas que se esforzaba por no soltar. -Alguien viene…


 


Key volteó hacia la puerta, sobresaltado. El salón permanecía tan tranquilo como antes, sumido en la suave penumbra que habían dejado tras apagar los focos, sólo una suave y tímida luz se filtraba por las ventanas altas. Giró su cara, con el reclamo en la boca, pero éste se perdió en el instante en el que los labios de Jonghyun, suaves, cálidos y conciliadores, se posaron sobre su cuello. Podía sentir su calor abrazando su piel, quemándole la sangre. La respiración se detuvo, temeroso de que cualquier movimiento pudiera hacer desaparecer el gesto que por primera vez en mucho tiempo le había hecho sentir vivo. Había caído de lleno en la trampa.


 


-Alguien viene…- Atinó a decir Key de forma casi inaudible luego de unos minutos, afuera se escuchaban pasos y risas.


-Ya lo sé…- Los labios de Jong se habían separado de él, pero su persona seguía aprisionándolo suavemente contra la pared. Podía percibir el suave olor a perfume y sudor que impregnaba la ropa del mayor, que había recargado su rostro en el hombro de Key, mientras juntaba sus manos, y entrelazaba sus dedos, negándose a abandonar la comodidad que le embriagaba hasta la inconsciencia. Lo soltó apenas segundos antes de que la puerta se abriera, dando paso a los demás chicos del grupo, que reían y parloteaban sobre la patata dulce que les habían regalado los miembros del staff. La atmósfera los tomó por sorpresa, así que sin saber muy bien qué era lo que había ocurrido, prendieron la luz y tomaron de vuelta sus puestos para bailar. Desde su lugar, Jonghyun guiñó su ojo, divertido. 


-La próxima vez será en los labios…- Atinó a leer Key en la boca del otro.


"Eres un creído…". Una suave sonrisa acompañó su pensamiento. 


Ninguno de los dos dijo nada por el resto de la práctica, lo cierto era que tampoco les dejaban tiempo para conversar y tomarse de la mano. Pero lo cierto, cierto, era que lo sucedido no había hecho otra cosa que confundir más a Key. ¿Qué significaba todo eso? ¿Jong gustaba de él? Supuso que no podía ser de otra forma, si lo había amenazado -la amenaza más esperada de su corta vida- con besarle en los labios. Un beso en los labios no se da entre amigos, y mucho menos a personas que planeas rechazar, a menos de que seas un sádico y enfermo seductor, y gustes de ver cómo tus víctimas se rinden ante ti, y luego las botas como carta fallida. ¿Acaso Jong lo era? Ese tipo de pensamientos no hacían más que acumular más y más ansiedad en el de por sí ya ansioso Key. 


¿Cuándo iría a cumplir Jong con su promesa/amenaza?


Ya en su cuarto, Key tomó en sus manos la cajita con el reloj que le había comprado a Jonghyun, y jugueteó con ella, con la mirada ausente. Muchas cosas habían cambiado desde el momento en que se decidió a hacerle un regalo al otro, y se esmeró en encontrar uno que le pareciera digno para Jong. La fecha del reloj rezaba el día de San Valentín, una fecha que se aproximaba a una velocidad francamente angustiante. Era mañana, y pues… ¿Qué haría con el reloj? ¿Qué haría con él mismo ese día? Podría quedarse en su cuarto, poner un disco pop y bailar hasta que le temblaran las piernas. O podría salir con Onew, el único que parecía nunca tener pareja -cuestión que siempre le había resultado bastante divertida- e invitarle pollo frito. O podría ir al cuarto de Jong, correr a Minho y lanzarse encima del otro, robándole un beso sin pedirle siquiera una opinión, y luego retirarse como todo un caballero digno. Sonrió ante la perspectiva de ser él quien tomara las riendas en el asunto. Pero bien sabía que en el momento en el que se quedara solo con Jong, como esa vez en el salón de prácticas, toda la seguridad que había acumulado simplemente se evaporaría como agua expuesta al sol. ¡Maldito Jong! ¿Por qué era tan caliente, brillante y amarillo? Perdió el rastro de sus incoherentes pensamientos al escuchar que alguien llamaba a la puerta. Abrió, y al otro lado se encontraba nada más y nada menos que Kim Jonghyun. Si, de nombre completo.


 


-Oye, tengo algo que decirte -Mencionó Jong apenas cruzó el umbral con los brazos tras la espalda, y cerró la puerta.


-¿Qué pasa? -Key se había dado la vuelta, para esconder discretamente la caja del reloj entre sus cobijas. 


-¿Qué harás mañana?


-¿Ma-mañana?- "¿Qué pasa con esa falta de elocuencia?", se preguntó Key frustrado. -Con Onew… Saldré con Onew- Afirmó inseguro.


-¿Con Onew? ¿En serio? - Jong le dirigió una mirada escéptica, mientras sonreía de lado.


-Si, con Onew- "Y con mucho pollo", pensó. -¿Por qué? -Preguntó, a la defensiva.


-Iba a proponerte algo, pero parece que estarás ocupado, entonces… -Jong se mostró resignado, y juntó sus palmas con actitud de que había hecho todo lo posible. -Supongo que no hay nada que hacer aquí.


Key lo miró boquiabierto. Una mezcla de emociones corría por sus venas, y era como un volcán traicionero que estaba a punto de estallar. 


-¿En serio…? -Key le dedicó una mirada fría, en su pecho su corazón daba vuelcos. -No sé qué pasa por tu cabeza, o si esto es un juego para ti… O peor aún, si yo soy un juego para ti, como lo que pasó en la práctica, y yo...- Respiró profundo, debía controlarse. -¿Qué esperas de mí…?


-Que calles -Interrumpió Jonghyun, igual de serio.


-¿Disculpa?


-Si. Sólo guarda silencio, y cierra los ojos.


-No estarás esperando que te haga caso, ¿no? Porque no estoy dispuesto a seguir con est-


-Silencio, Key- Jonghyun se acercó a él, lentamente. Su expresión no sugería nada bueno, lucía incluso molesto. Key cerró los ojos, y suspiró. -Dices que mañana no estarás conmigo…


-¿Por qué habría de hacerlo…?


-Tienes razón, no hay motivo alguno para que pienses en pasar San Valentín conmigo. Pero… 


 


Key sintió algo terso y fresco recorrer su brazo, erizándole la piel. Tuvo la intención de abrir los ojos, pero sintió la presencia de Jong tan cerca, que no pudo moverse. Pensó que su corazón podría escucharse hasta el cuarto de junto. 


 


-Si no es mañana, puedo tenerte para mí hoy… -El tono de Jong se había suavizado, hasta convertirse en tenues oraciones.


Los dedos de Jong rozaron apenas los suyos, dejando algo en su mano. Se sentía como un tallo, así que lo que había rozado su brazo era una flor. A todos les gustaban las flores, ¿no…? 


-Pensaba decirte todo mañana… -Key sintió un beso tibio y casto en el cuello, justo donde Jong le había besado tiempo atrás, y un inevitable temblor le recorrió todo el cuerpo. -Mañana, todo se resume a mañana. Pero no puedo esperar…


Un aroma dulzón llegó a su nariz, inconfundible. Antes de darle tiempo de hablar, sintió un pequeño trozo de chocolate deslizarse lento por su labio inferior. Comenzó a derretirse, y sintió los dedos de Jong tocar apenas su boca.


-Cuando te vi por primera vez, fue casi increíble. Lucías tan seguro de cual era tu lugar en el mundo, que sentí admiración. Pensé que querría para mí un poco de esa confianza. Y comencé a mirarte siempre, para aprender de ti, en un principio… -Jonghyun hablaba suave, fluido, sin titubeos, cerca de la oreja de Key, y eso producía un escalofrío constante a Key. -Luego, no pude dejar de mirarte. Ya no era cuestión de aprender, o no… Y estuve pensando en una frase que pudiera resumir todo, pero creo que es bastante simple, Key… 


El rubio no supo si debía decir algo, para que Jong prosiguiera. Sentía que cualquier palabra que no fuera la indicada, mataría el momento, y se volvería un asunto irreconciliable. 


-¿Qué es…? -Dijo él, no muy convencido de lo que hacía.


-Shh… -El aliento de Jong le acariciaba los labios. -¿Quieres que te diga qué es lo que pienso de ti…?


-Si…


-Es bien fácil… Me encantas, Key. -El rubio casi pudo verlo sonreír, y es que por mucho tiempo él tampoco había hecho otra cosa que observarlo. -Y no soporto la idea de que comas pollo o lo que sea con Onew, cuando podrías estar conmigo. Así que cancela. Cancela, porque quiero que seas mío.


¡Era tremendamente desconsiderado! Venía a la mitad de la noche a su cuarto luego de no hablarle en quien sabe cuanto tiempo, y de besarlo, y de no confirmarle nada, a pedirle que cancelara planes -que no tenía, pero aún así- porque quería que fuera suyo. Ser suyo… Era lo que siempre había querido.


-Key… Yo también quiero besarte. Y te juro que si no corres fuera del cuarto, lo haré ahora mismo. Así que tienes la oportunidad de huir, o quedarte… -Jong le tomó de la cintura, y hundió su rostro entre su cuello, y subió lentamente con sus labios, hasta el borde de la boca, donde se detuvo por unos segundos. -Pero no va a ser fácil escapar…- Pasó la punta de su lengua por el labio inferior de Key, saboreando el rastro de chocolate que había quedado. -Porque he ansiado esto por mucho tiempo…- Tomó el cuello de Key con una mano, y le besó con maestría, acariciando con sus propios labios los del otro. Era mucho mejor de lo que había imaginado. Tan suaves y perfectos, los labios de Key eran suyos. 


Se separó agitado, con el corazón palpitando a todo lo que daba. Miró entonces a Key, que seguía con los ojos cerrados, y su boca entreabierta. Quiso besarlo hasta quedarse dormido. Pero aún faltaba algo importante, y es que Key no había dicho nada.


-Key, acepta…


El rubio salió de su estupor. Por un momento tuvo la sensación de que se le habían borrado las palabras, y que no podría decir nada. 


-Pero no puedo cancelar…-Sintió el cuerpo de Jong ponerse rígido. Sabía que esperaba una respuesta afirmativa. -No es posible cancelar una cita que no existe…- Abrió los ojos al fin. Jong tenía cubierta la cara con las dos manos. ¿Se había enfadado? -Jong, yo… -El otro descubrió su rostro, una inmensa sonrisa se dibujaba en él.


-¿Entonces no era cierto? No era cierto, ¿no? -Jong rió, incrédulo. -Y todo pudo haber ocurrido de acuerdo al plan. ¡Y pudo haber sido perfecto! 


-¿Entonces no te pareció perfecto? -Key lo miró, enfurruñado. -Podemos repetirlo, si crees que puedes mejorarlo.


-Oh, claro que puedo mejorarlo. Entonces no saldrás con Onew, ¿Verdad? Saldrás conmigo, ¿no? -Preguntó Jong, ansioso, sin perder la sonrisa. -Porque te gusto, ¿cierto?


-Haces demasiadas preguntas- Key desvió la mirada, visiblemente apenado. 


-¡Pero es que eres tan extraño! Dime que te gusto, y que quieres una cita conmigo. 


-No pienso hacer tal cosa- ¿Qué le había pasado a la actitud seria y seductora de Jonghyun? Era como un cachorro, esperando ser acariciado.


-No hace falta, lo tienes escrito en toda la cara. Te fascino. -Sonrió ampliamente. -No intentes disimularlo.


-¡Definitivamente me iré con Onew!


-¡Pero si hasta compraste un regalo para mí!


Entre las cobijas se asomaba el moño de la cajita, esa que tantos problemas le había dado. Intentó tomarla rápidamente, pero Jong la alcanzó primero.


-Son las 12:04 así que puedo abrirlo, ¿no? -Jonghyun agitó la caja junto a su oreja. -Se escucha pesado. 


-Dame eso, ¿quieres? -Key comenzó un forcejeo por la caja de regalo, aún con la rosa en la mano, pero se vio rápidamente atrapado entre los largos brazos del otro. Era un abrazo que lo llenaba de alegría. Se removió para zafarse, pero luego de unos segundos se permitió disfrutar del cálido gesto. -Tal vez no te agrade…


-Lo has elegido pensando en mí, y eso basta…- Jong se sentó en la cama, y abrió la caja con calma. Key miró al suelo, extrañando el abrazo y escuchando únicamente el ruido del papel de envolver. Luego de un momento, se giró hacia Jong, que admiraba su reloj con una sonrisa. -Está increíble…- Key suspiró de alivio. -¿Key? Tengamos una cita.


-Eres un tonto. 


Ambos sonrieron. De alguna manera, ese era el mejor día de todos.

Notas finales:

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Bonito, bonito, bonito San Valentín ;) Hasta pronto :3


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