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Cada quien por Kankri vantas

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Notas del fanfic:

 

 

 

Notas del capitulo:

¡Hola, espero que tenga un buen día!

 

Disclaimer: Los personajes y el cómic de HOMESTUCK pertenecen a Andrew Hussie. Este fic está hecho sin fines de lucros y para saciar mi gusto por escribir y emparejar personajes que en realidad no sabemos si se quedarán juntos hasta que el mentecato de Hussie se decida.

 

Ahora si…

 

Quiero agradecerles por seguir “Bajo las nubes”, son ustedes muy amables y me hace feliz que a alguien le guste lo que escribo je. Se qué, bueno, prometí un capítulo más esta semana, aún no terminan de agradarme los capítulos que ya tengo y sigo editándolos para que no se vean tan fregados XD

 

Sin embargo, me arriesgué y escribí un fic cortito para el 14 de febrero (que si bien, taaaal vez la fecha no sea la gran cosa) creo que era un buen pretexto para escribir algo medio romanticón (aunque no sé si pueda ser llamado así :P)...además de que está atrasado jejejeje

 

Pero bueno, quizás la pareja no sea lo que se considera “normal, normal” en el universo de Homestuck ( y la verdad no viene ni al caso jejejeje) y tampoco sea una que me llame mucho la atención… peeeeeeeero decidí escribir algo de ellos porque, bueno, tampoco me molestaría verles juntos (aunque sea bizarramente imposible…quien sabe, igual y estoy loca XD).

 

Pero antes… 

 

Advertencias

 

Relación chico x chico. Si, ya sé que está es una página yaoi, pero no está de más avisar XD

 

AU.  Humanstuck. La historia se desarrolla fuera de la trama original del cómic. Aquí los trolls son humanos.

 

OoC. Los personajes pueden estar fuera de sí, en realidad traté de que mantuvieran su personalidad pero a veces se me complica.

 

Lenguaje vulgarsón y un tanto folclórico (>//<, una disculpa si alguien se siente ofendido,  :P)

 

Palabrotas a diestra y siniestra.

 

Situaciones un poco… violentas.

 

Romanticismo tirado al caño o ridículamente cursi (habrá que ver :P)

 

Pérdida de la dignidad de algunos personajes.

 

 

 

Y por ahora les dejo con el fic y les agradezco por leer

 

¡Espero lo disfruten! :D

Cada quien

 

 

 “¡Oh dios, Oh dios, Oh  dios, Oh  dios, Oh  dios, Oh dios, Oh  dios…!”

 

La cara de Tavros esta complemente roja. Un leve temblor asomaba bajo su labio inferior y sus ojos reflejaban el pánico que se lo comía vivo. No podía creer lo que estaba pasando,  llamarle buena o mala suerte simplemente pasaba a segundo plano. De esta sí que no se salvaba, estaba seguro que moriría bajo la furia de ese chico bañado en jugo de naranja y espagueti que le miraba como si quisiera  arrancarle la cabeza de un mordisco.

Y precisamente ese chico, ese con quien no podía estar a menos de cinco metros, a no ser que la nariz le sangrase.

 

Oh, Gamzee, ¿Por qué lo habías hecho?

Pero tampoco quería culpar a su sonriente y drogado amigo, después de todo había sido un accidente, un accidente que toda la gente reunida en la cafetería había visto y que ahora se mantenían en un sepulcral silencio, aguantando la respiración en espera de que el pobre Tavros recibiera su merecido.

Todo había estado bien hasta ese jodido momento. Había entrado muy tranquilamente a la cafetería, sin esperar nada más que un buen almuerzo y una amena charla con sus siempre inseparables amigas, Aradia y Nepeta. Les miró saludarles desde una mesa a lo lejos y respondió el saludo gustoso.

 Que buen día para estar vivo, si que sí.

Los pajarillos cantaban afuera de las ventanas, el cielo era tan azul y las nubes le sonreían como lo hacen las nubes cuando es un día soleado y encantador. En verdad, sentía que ese día era especial, se había levantado con una sonrisa inexplicable y se había quedado con ella durante el resto del día. Al parecer,  la oscura nube que siempre le acompañaban no se presentaría ese día. Era tan maravilloso que prefirió no hacerse preguntas tontas sobre porque se sentía tan dichoso y prefirió mejor, disfrutar  esa agradable sensación de paz y bienestar.

Avanzado con su silla de ruedas, un fugaz movimiento tras de él  le llamó la atención, y cuando se giró para ver, se encontró con la sonriente cara de Gamzee, que sin decir nada, se ofreció a llevarle por donde quisiera, guiando la silla de ruedas con mucho cuidado y con una palpable necesidad de acompañarle. Tavros le sonrió en agradecimiento y se dejó hacer, sintiendo el hondo suspiro de su amigo acariciarle la nuca.

Por un día estaría bien, pensó, Gamzee no se estaba comportando raro con él… no tan raro. Últimamente Gamzee parecía su sombra,  sin dejarle ni un solo minuto y  ofreciéndose a acompañarle a donde fuera, incluso al baño (aunque resultase demasiado incómodo para el pobre de Tavros hacerse el desentendido ante la hambrienta mirada de su amigo cuando le decía que podía bajarse solo los pantalones).  Y hablando de  su mirada, era cierto que algo en ella había cambiado…. aunque quizás, la forma correcta de describirlo, era que al fin Tavros se había comenzado a dar cuenta de que la mirada de Gamzee no era la misma con la que observaba a los demás, había un brillo sospechoso en sus ojos cuando Tavros estaba cerca y que le hacía sentir incómodo, sobre todo cuando estaban solo.

¡Pero qué más daba!, ese día se sentía tan feliz como para preocuparse por ello.

 

Y entonces sucedió la catástrofe de dimensiones bizarramente insospechadas.

 

Gamzee respiró profundamente, tomando todo el aire que sus pulmones le permitieron. La silla de ruedas comenzó a perder movimiento y un crujido – al asir Gamzee con firmeza el reposabrazos, en un intento para darse valor –  hizo que Tavros intentase voltear a verlo para asegurarse de que todo estaba bien.

 

-  ¡Tavros yo….! – el grito de Gamzee lo aturdió por completo, casi ensordeciéndole y despeinándole en el proceso.

 

Pero ni siquiera tuvo tiempo de terminar de escuchar el grito de su amigo, porque éste fue atacado salvajemente de una patada voladora, patrocinada por su archienemiga Terezi, que en cuanto reconoció la mata de despeinado cabello asomándose por entre la gente, no dudo en hacerle pagar lo que le debía.

Un golpe seco en la mejilla con la rodilla de la chica y Gamzee fue a parar lejos, volando y azotando sobre la mesa más cercana mientras que la silla de Tavros fue brutalmente empujada por el ataque, saliendo disparada a toda velocidad sin que alguien pudiera reaccionar en ese instante.

Terezi, en el aire, vio todo en cámara lenta. Su satisfecha sonrisa se congeló cuando la cara de terror de Tavros se fue alejando poco a poco de ella. Intento sujetar la silla antes de que sucediera lo peor, pero en el último segundo, su mano no logró sujetarla y el traicionero tiempo volvió a su curso, trayendo como consecuencia que Tavros se alejara a toda velocidad pidiendo ayuda a gritos.

La silla no resistió más y se volcó, lanzando al pobre de Tavros que solo alcanzó a cubrirse los ojos con las manos y a encomendarse a quien sea que le esperase en el otro mundo. Nadie pudo evitar que cayera en picada sobre un distraído y malhumorado chico que se quejaba de la puta comida rancia de la cafetería y que ni se había percatado del circo que se desarrollaba a su alrededor. Algo le hizo darse la vuelta y lo primero que sintió fue el golpe de dientes con un chico volador no identificado. Cuando abrió la boca para mentarle la madre, el peso del chico sobre de él le venció y unos  temblorosos labios se fundieron en su boca malhablada, cayendo aparatosamente  en el suelo en una lluvia de comida, libros y hojas.

Cuando un mareado Tavros abrió los ojos y descubrió que seguía vivo, pensó que definitivamente hoy era su día de suerte. Pero ese inocente pensamiento se desinfló y se fue volando hacia algún rincón oscuro de su cabeza cuando unos carmines ojos se abrieron  y bajaron aterradoramente hacia él, en una mezcla de ira y vergüenza.

Tavros quiso disculparse pero la palabra murió en su boca cuando los brackets (que bendito fuera el día, le quitarían hoy) se incrustaron más en esa boca que acababa de besar.

De besar.

Besar.

Beso.

Su primer beso.

Alguien entre la multitud tosió y fue cuando Tavros salió de su estupor para mirar nerviosamente hacia el público que tenía a su alrededor. El pánico se apodero de él y se alzó desesperado hacia adelante, apoyando sus manos en el suelo para impulsarse. Sus vanos intentos por separarse fueron recompensados con un iracundo chico atraído nuevamente hacia él por sus propios brackets (que para ese entonces estaban atoradísimos con los de Tavros) y este le cayó encima, cambiando bochornosamente las posiciones.

Cuando la espalda de Tavros choco contra la fría loza, el beso (su segundo beso) fue más profundo, sintiendo una extraña sensación al inicio de su garganta y algo intentando rozar su campanilla.

 

-   ¡No me metas la lengua! – chilló, hecho un mar de nervios, moviendo sus frenéticas manos bajo la barbilla del chico y rompiendo el contacto de golpe, sólo para que la boca del chico volviese como resorte sobre sus labios.

 

Su tercer beso.

 

-  ¡Si serás Cabrón! – rugió el chico sobre de él, que apenas salía de su aturdimiento, y le tomó por el cuello de la camisa, casi ahorcándole en el proceso - ¡Tú la metiste primero pedazo de Imbécil!

 

Oh, que gracioso fue escuchar esa confesión… y si alguien no lo creyese, solo había que preguntar a una sola persona de todo ese grupo, que al escuchar lo que Tavros había gritado y lo que el chico había confesado, estalló en un mar de carcajadas histéricas, chiflidos y aplausos, como si lo que acabaran de presenciar fuera lo más extraordinario del mundo.

Tan pronto se percataron de que un centenar de ojos había observado todo y otro centenar de orejas había escuchado sus vergonzosas palabras, el par de chicos sintió un incendio abrasador quemarles hasta la punta de las orejas. Tavros miró con profunda vergüenza al chico que tenía enfrente, intentando no llorar para que ese horrible momento no se convirtiera en algo peor, mientras que éste, en su afán de no verse más ridículo (ni mirar a los ojos a Tavros) comenzó, ahora sí, a mentarles la madre y a amenazar a toda esas gente que se burlaba de ellos, lanzándoles los restos de comida esparcida por el suelo como animal rabioso.

 

-   Hey Karkat ¡No te sabia esas mañas! – le gritó alguien entre el público, atragantándose de la risa.

-   ¡Hijos de puta! ¡Cuando los agarre, les… - hizo un intento por pararse, pero Tavros se aferró a su cuello para no caer – ¡Suéltame! – reclamó Karkat, aferrándose a los brazos del castaño para quitárselo de encima, con un golpeteo anormal en su pecho.

-   ¡L-lo s-siento! – una acuosa mirada se elevó a su encuentro y fue como si un traicionero golpe diera con mucha fuerza en el pecho de Karkat, palideciendo con la fuerza de sus latidos.

 

Karkat dejó de asirle con fuerza y pesadamente tragó saliva, sintiendo el sudor de su frente resbalándole delatadoramente hacia sus mejillas.

 

-   ¡Ya te hicieron el favor, perdedor! – le gritó  alguien a Tavros del grupito de personas que estaban en primera fila, el típico grupo de chicos de grado superior que disfrutaba con el pesar ajeno y que habían encontrado en Tavros un manera de pasar el rato.

-  ¡Hasta que se te hizo! 

-  ¡Ya puedes morir feliz!

-  ¡Pero mírale, si ya se siente el puto amo del mundo!

-   ¡Anda, que ya va a llorar el marica!

 

Con cada burla, Tavros se sentía más y más pequeño, deseando con todas sus fuerzas que la tierra se abriera y se lo tragase, todo con tal de que esa humillación terminase. Karkat se percató del temblor de su cuerpo, los sollozos que escapaban de esa pequeña boca… y contemplar esa triste escena fue como si algo hiciera ¡click! en su cabeza.

 

-   ¿Y de que hablan imbéciles? – arremetió Karkat contra el grupito de chicos, sin ponerse a pensar que eran más grandes, el doble de fuertes y que le podían tirar los dientes de un solo golpe, mandando al diablo su tratamiento de ortodoncia – ¡Pero qué putas mierdas! – se mofó, sin pensar en que con cada palabra escupida con altaneria, se estaba sentenciando –  ¡A ustedes ni sus madres deben de besarlos, solo los parieron para sacarse una jodida y apestosa carga, putas mierdas malparidas!!!! ¡A chingar a su madre bola de pajeadores envidiosos!!!

 

Esta vez, un silencio abrasador cayó sobre el pesado ambiente que se formó tras las palabras de Karkat. El grupo de chicos dejó de reír y clavaron sus afiladas miradas sobre un Karkat que se mostraba arrogante y sonriente, pero que en el interior se estaba revolcando de ansiedad porque estaba seguro que hoy sería el último de sus días.

Cuando el grupo de chicos les rodeó, Karkat no dejó de mirar a ninguno a los ojos, tratando de mostrarse como el ser digno y arrogante que era, a pesar de estar despidiéndose silenciosamente de su jodida existencia.

En ese momento lo único que lamentaba es que por su afán de intentar ser un héroe, su damisela en desgracia también terminaría medio muerta.

 

Nunca creí que así serían las cosas… ¡Joder!, ¿Por qué demonios no lo hice a tiempo” se lamentó, cuando vio como el puño de uno de ellos se acercaba peligrosamente  a su cara.

 

…y es que había sido una oportunidad que nunca podría ser reemplazada.

 

Esos simpáticos chicos atorados brackets con brackets a simple vista no lo parecían, pero  tenían un secreto que se confesaban a cada rato y sin que ninguno de ellos se diera cuenta. Un secreto que salía a la luz cada que Tavros huía lejos de Karkat, temblando y balbuceando palabras sin sentido y con la nariz sangrándole a chorros. Un secreto que se dejaba al descubierto cuando Karkat hacía como si ignorase la tímida presencia de Tavros, lanzándole palabras cortantes e hirientes con tal de que el chico no se percatara de lo mal (que era un mal jodidamente bueno) que se ponía cuando lo tenía cerca.

Pero para que hacerse los imbéciles misteriosos, con largos momentos de suspenso, tensión e innumerables párrafos de sentimentalismo inútil.

 

A Karkat le gustaba Tavros.

Y no se lo había dicho porque era un puto cobarde.

 

Y Tavros no lo sabía y sufría en silencio.

 Porque le gustaba Karkat.

 Y no se lo había dicho porque… bueno, era un idiota.

 

Listo, eso era todo.

 

Pero no era tan fácil.

 

Tan diferentes… tan jodidamente lejanos…

¿Quién sospecharían que podría surgir algo entre ellos?

¡Nadie!

Ni siquiera los involucrados.

Pero ahí estaba.

Y no era como si se hubiese dado el flechazo y todos contentos y felices; tampoco como si el amor fluyera espeso de sus corazones, cantando y danzando sobre valles y verdes prados, montando corceles blancos y con miles de angelitos lanzándoles flores con el culo al aire. Karkat un día se había imaginado toda esa cursi y barata escenografía y había sido como si vomitara arena, con todo y escorpiones y cactus de su desierto y seco sentido de romanticismo. Vamos, que le gustaban las películas románticas pero no era tan idiota como para creer que fuera tan fácil.

La chica conoce al chico de sus sueños.

El chico conoce a la chica de sus sueños.

Se ven por primera vez pero no se dicen ni una puta palabra. El protagonista – que es un cabrón galanazo, con carro del año, traje de diseñador y peinado perfecto – queda flechado de la chica al instante. Se vuelven a ver, se da una conversación, pasan por miles de escenarios melodramáticos, conflictos y pruebas de amor para que al final, solo bastara con decir ¡TE AMO! , plantarse un súper beso salivoso y húmedo cinco minutos antes de terminar la película, y los dos idiotas caen rendidos.

Se casan, tienen ocho mil hijos y son felices por siempre. FIN.

 

¡¿Pero qué coño?!

Karkat ni siquiera tenía carro, desde ahí sentía que algo iba mal.

¡¿Cómo carajos quería Hollywood que se tragara esas patrañas del amor y cuantas chingaderas le mostraban en sus películas, si ni siquiera tenía una puta bicicleta, su jodido uniforme era un asco y su corte de cabello no iba con los altos estándares?! ¡¿Cómo coño debía enamorar a Tavros si no se sentía capaz de  siquiera mirarle a los ojos, decirle Hola, tomar su mano, besas sus labi….?

 

Un momento…    

 

El puño nunca llegó a su cara porque de pronto, una oscura figura se lanzó entre los matones y Karkat, liándose a golpes en una pelea sanguinaria y violenta que todo el público ahí reunido pudo admirar y aborrecer al mismo tiempo. Pero Karkat estaba lejos de prestarle atención a la trifulca que se había armado, ya que otros alumnos, aprovechando el relajo que ya había, se metieron a la pelea y la cafetería pronto se convirtió en una zona de guerra, con lanzadera de golpes, insultos y comida.

Tavros estaba que no se la creía,  tal vez lo hubiera imaginado, pero juraría que Karkat se había alzado imponente, con ese aire  valeroso y altivo que le hacía suspirar, y le había defendido sin importarle una mierda lo que el grupo de chicos le hiciera. Tavros se debatía entre sentirse halagado o deprimido. Por un lado, sus latidos  iban a una velocidad impresionante y la sensación de bienestar le rodeaba todo el cuerpo, ya que a pesar de que Karkat solo había actuado por lástima, su emoción no dejaba de acelerarle el corazón.

Pero por el otro lado, sus miedos le decían que dejase de hacerse el idiota y de imaginar cosas sin sentido pues era obvio que Karkat no solo no había actuado por lástima (que era la mejor opción que le había venido a la cabeza) sino que también había alzado la voz para defenderse a sí mismo y Tavros, con su incipiente imaginación, había sobrado en escena desde el principio.

Pero cuando nuevamente los carmines ojos de Karkat se posaron sobre de él, descubrió que había una tercera opción que no había visto por estar hundido hasta el cuello de incertidumbre y desgano.

 

- ¡Te quiero! – a Karkat le valía madres hacer el ridículo o ser rechazado. Su dignidad hacía mucho tiempo ya que no estaba en forma  - ¡Te quiero! – repitió seguro, ahogándose por su propio alivio, como si no le importara nada más y su racionamiento se hubiera ido a dar una vuelta - ¡Y me vale una mierda todo el puto mundo! ¡Te quiero!

 

Y  fue entonces que Tavros sintió un peso menos de encima y por primera vez, desde que se había fijado una mañana años atrás en un chico grosero y agresivo que se liaba a golpes con otros chicos, se permitió ser valiente y tomar el protagónico en su propia - y jodidamente bizarra – historia de …

Bueno, ya saben.

 

-   Y-yo también… -  vaciló por un momento. Se limpió las lágrimas con los puños  y sus marrones ojos volvieron a verle, esta vez sin un atisbo de miedo – yo también te quiero… Karkat…

 

Las alarmas de incendio sonaron y las regaderas en el techo dejaron caer una fresca y reconfortante lluvia sobre todo el alumnado, calmando sin ningún esfuerzo la fuerza bélica que azotaba en todo el edificio. Una cantidad innecesaria de profesores y jefes de seguridad entraron al lugar y sometieron a todos los que se dejaron atrapar. Algunos intentaron huir pero ya era demasiado tarde como para hacerse las víctimas.

Mientras todo eso pasaba, el verdadero salvador (y verdadero protagonista de la historia) se alzó entre la muchedumbre y fue el único testigo de una esperada confesión…

Confesión que él había perdido.

 

En un principio él hubiese sido el que...

Pero algo pasó...algo debió pasar para que su lugar fuese ocupado.

 

Karbro era su mejor amigo, su casi hermano...sin embargo, él no tenía la culpa de que nunca le hubiera dicho que Tavros era el amor de su vida.

 Y ahora la frase “Amor de su vida” le parecía tan absurda como lo parecía antes de conocer a Tavros.

Pero ya todo se había acabado, y no es que se sintiera como un maldito perdedor, pero el estar llorando justo en ese instante –  mientras la trifulca comenzaba a menguarse y el cuarto beso (y los que siguieron) de los ahora “amantes” iluminaba sus cansados ojos –   le pareció lo más cercano a la felicidad.

 

Que hijos de puta…” – pensó, con la sonrisa más pesada que hubiera podido cargar, mirando a lo lejos como ese par de brackets ya no parecía algo jodidamente problemático – “Que felicidad me causan hijos de puta”…

 

…Porque al final, cada quien podía amar como le diera su regalada gana y lo demás valía madres.

 

FIN

Notas finales:

Notas de la autora:


Oh bien, fue algo raro, lo confieso. Tambien confieso que me proyecté (pero solo un poquito).


 Hubo muchas cosas que me dejaron pensado. Por ejemplo, cuando escribía, quise que los personajes tuvieran algunos rasgos representativos de su sangre, como por ejemplo Karkat y sus ojos carmines o el cabello y el color de ojos de Tavros (aún no puedo solucionar mi conflicto sobre el  color de su sangre, chocolate, café, creo que es lo mismo, me hago bolas :S) creo que solo ellos cambiaron un poco su físico; o la forma de entrelazar a Tavros y Karkat, confesar su sentimientos, su modo de pensar…bueno, no quiero pensar mucho en ello porque me hace sentir rara :S.


Y si, con respecto a Gamzee… (Se rasca la cabeza) eh… bueno…ah… ¡Miren, una mariposa! (se va corriendo tras ella)


Estoy pensando hacer un epílogo, me quede con ganas de una escena cochinona (kukukukuku), creo que poco a poco voy cayendo al lado oscuro XD


En fin, espero que les haya agradado y nos vemos ¡Gracias por leer! :D


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