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La efímera luz en el camino por pandita_chan

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Notas del fanfic:

Realmente hace mucho no publico en esta sección, cuando tenía mi otra cuenta lo hice un par de veces, pero ahora volví y espero mi fic tenga buena acogida. 

Notas del capitulo:

Empecé escribiendo esto con una idea muy diferente, muchos tipos de emociones me invadieron mientras escribía y esto fue lo que resultó.


 


Esto nació gracias a tres cosas:


 


1.- Una anécdota que alguien me contó


2.- Pena no sé por qué


3.- La canción de Boyfriend “Janus”


 


Una cosa no tiene que ver con la otra, pero esto me sirvió de desahogo.


 


Creo que es lo más cruel que he escrito luego de haber matado a mi amor platónico a causa de un tumor cerebral .__.


 


Pero bueno, lean :3 

Cuando niño siempre fue distraído, presa de maltrato por parte de sus compañeros y de discriminación por parte de algunos profesores, aún así  siempre siguió adelante, con la cabeza gacha y escuchando todo lo que tuvieran que decirle, pero sobre todo aguantando las lágrimas, porque según sus padres “los hombres no lloran”…

 

Cuando adolescente quedó huérfano, ya no tenía quien le siguiera bajando la autoestima en casa —o al menos eso creía—. Se convirtió en un chico rebelde, incluso antes de que sus padres murieran en aquel accidente, sólo para demostrar que él no era débil, que le si podía ser rudo y no llorón cómo lo calificaba todo el mundo. Pudo haberse valido sólo, pero cómo aun no tenía la edad suficiente y tenía malas juntas su hermano mayor lo tomó a cargo de mala gana, eso siempre se notó, pero ahí se quedó, otra vez siendo disminuido frente al mundo, siendo siempre presa de comparación con sus primos de la misma edad…

 

“Tú primo estudia en un colegio técnico, el sacará una carrera, no cómo tú”

 

“No sé para que estudias tanto si ni siquiera te podrás pagar la universidad. Eres un inútil”

 

—“Todos tus primos tienen lindas novias, tú sólo eres un llorón marica”

 

Esas eran las frases de aliento de su hermano, él siempre hizo cómo que no escuchaba, cómo que no le importaba nada durante todos los años que estuvo bajo “su protección”, pero lo que no sabía el hermano mayor era que él cada vez que recibía ese tipo de palabras se quebraba un poquito más por dentro, no lloraba porque su orgullo no se lo permitía, pero se estaba convenciendo poquito a poco que no merecía la pena, porque siempre todo quien lo rodeo y quien debía significar un apoyo para él le hizo ver que no valía nada ni era nadie…

 

Siendo adulto cuando estaba convencido a irse de casa su hermano mayor enfermó gravemente, él pudo irse y dejarlo solo cómo paga por todo lo que le dijo siempre, pero no, a pesar de todo su corazón era blando y aún con todo el daño que siempre le hizo se quedó a su lado y lo apoyo, silencioso cómo siempre…

 

—Tú primo tiene sida— le contó una tarde su hermano

—¿Pero está bien? ¿No necesitará algo?— le preguntó él

—No merece la pena, se lo merecía— contestó

 

Ese mismo primo que tenía sida, era con quien siempre lo comparaban, ambos tenían la misma edad, aquel chico era quien sacó un título técnico, el mismo que se casó con una linda niña y tuvo hijos preciosos, él mismo que se moría poco a poco en una camilla de hospital por haber ocultado su malas andanzas…

 

Cómo a mitad de camino se acobardó de entrar a la universidad comenzó a trabajar, pero una vez tuvo el tiempo suficiente durante las tardes se inscribió también en la carrera que tanto quería y se propuso hacer ambas cosas, a parte de cuidar y mantener a su hermano que estaba enfermo en casa…

 

A esas alturas de la vida se dio cuenta que jamás tuvo amigos verdaderos, eso era triste, sin embargo eso cambió mucho una vez comenzó a asistir a la universidad, allí conoció personas que realmente valían la pena y que le demostraron desde un principio que eran sinceras, aunque jamás se atrevió a llevarlos a casa a pesar de que siempre le insistían, porque no quería tener que verle la mala cara a su hermano y tampoco quería escuchar sus comentarios pesimistas y desatinados…

 

Cuando la depresión por los recuerdos lo consumía ya no se refugiaba en su habitación cómo cuando era un niño, sino que recurría a sus amigos, no precisamente a contarles sus problemas, sólo con estar acompañado le bastaba para que se le olvidara todo aunque sea por un momento, porque siempre al volver a casa todo volvía a ser sombrío cómo siempre…

 

—Te anduve buscando toda la tarde, ¿Dónde andabas?— le preguntó su amigo

—Debí hacer doble turno en el trabajo, ¿Me necesitabas?— consultó

—No realmente, sólo me preocupe porque no llegaste a clases— le respondió

—Si llega a pasar de nuevo te avisaré, ¿Sí?— dijo

—sonrió— Bueno. Toma, esos son los apuntes de las clases que perdiste— dijo tendiéndole su libreta

—la tomó entre sus manos— Gracias— susurró

 

Estaban a cuadras de su casa y no tenía ganas de volver aún cuando debía estudiar, se le pasó por la mente la idea de llevarlo consigo sin importar lo que fuera a decirle su hermano, de todos modos sería la primera vez que llevaba a alguien, no podía ser tan malo, ¿No…?

 

—¿Te gustaría ir a mi casa?— preguntó

—¿En serio?— consultó

—asintió—

—¿Seré la primera persona que llevas a tu casa?— interrogó

—Así es, pero por favor, diga lo que diga mi hermano ignóralo— pidió avergonzado

—Está bien— accedió

 

Recorrió el camino en compañía de su compañero de forma temerosa, no sabía que podía pasar dentro de las instalaciones de su casa, el temperamento de su hermano no era de los mejores y las pastillas que tomaba lo ponían peor. Una vez en la puerta de ingreso volvió a repetirle lo mismo a su amigo y rogó mentalmente porque su hermano no le hiciera un escándalo, pero se llevó una gran sorpresa al verlo reaccionar tranquilo y amable, realmente lo desconoció y hasta les preparó la mesa para que comieran antes de estudiar…

 

—Tu hermano no se ve mala gente— le dijo de pronto

—Él no es mala gente, sólo tiene sus momentos— respondió

—No te golpea, ¿Verdad?— preguntó

—Nunca me ha levantado la mano— contestó

 

Pero ese nunca tuvo fecha de vencimiento, la cual se cumplió cinco minutos después de que su amigo saliera por a puerta de la casa. Lo que había mostrado su hermano no había sido más que una cara falsa, de verdad le había molestado que haya llevado a alguien sin permiso a casa y por primera vez en toda su vida recibió golpes por parte suya…

 

Los días que se demoraron en desaparecer los moretones, no apareció en el trabajo ni en la universidad, simplemente hizo cómo que sufrió un asalto y constató lesiones en un centro de atención hospitalaria y con eso respaldó sus ausencias para no levantar sospechas de lo que en verdad había sucedido…

 

Sin embargo su amigo era más entrometido y observador de lo que él imaginó y conforme pasaba el tiempo fue averiguando por ahí las cosas que sucedían en su casa y parte de su pasado, dejando en claro que aún siendo un adulto él no tenía porque seguir sufriendo ese tipo de cosas, entonces se propuso ayudarlo, aunque eso significara que su amigo se enojara con él cuando le dijera que sabía la verdad sobre su vida…

 

—¿Puedo quedarme hoy en tu casa?— le preguntó

—¿Tienes Problemas?— especuló

—No, pero mis padres se fueron de viaje de fin de semana y yo no saqué las llaves— mintió

—dudó un poco— Está bien, pero ya sabes que…— le iba a dar el sermón

—Debo ignorar todo lo que tu hermano diga. Ya lo sé— dijo sonriendo

—Entonces vamos— accedió

 

Cómo era de esperarse el hermano se mostró tranquilo y amable, pero esa vez sólo espero a que la visita se durmiera para increpar a su hermano, sin importarle si el bullicio no pasaba desapercibido a oídos de quien dormía en el cuarto de visitas…

 

—¿Qué te he dicho sobre traer gente a la casa?— increpó

—Sé que no debo traer gente, pero no tenía donde más ir, no podía dejarlo solo, es mi amigo— se defendió

—Ese no es tu amigo, él lo único que quiere es aprovecharse de tu estupidez, sólo te está usando— dijo

—él sólo asintió ignorando esas palabras—

—Mañana cuando vuelva de la consulta del medico no lo quiero aquí, ¿Oíste?— preguntó

—Escuché, no estará aquí mañana— respondió

 

Devolvió los pasos a su habitación y se lanzó sobre la cama, tenía ganas de llorar, pero no podía, sólo estaba ese nudo en su garganta y ese ardor en los ojos, ni una lágrima salió de sus ojos, pero otra vez su corazoncito se resquebrajó debido a esas palabras, ya estaba llegando a su límite…

 

A la mañana siguiente su amigo fue quien lo despertó zamarreándolo suavemente con una sonrisa en el rostro, él había escuchado todo porque no estaba dormido, pero tal cómo le decía él, ignoró esas palabras y se concentró en hacerlo sentir bien…

 

—Acompáñame— pidió

—¿Adonde?— le preguntó

—A la casa de mis abuelos— dijo

—¿No se molestarán?— consultó

—Claro que no, ya les avisé— reveló

 

Mientras él se arreglaba su amigo le dijo que llevara ropa de cambio porque se quedarían allí todo el fin de semana y no aceptaría un no por respuesta, ante eso rió e hizo un pequeño bulto en un bolso con su ropa para ese fin de semana…

 

Para cuando volvió a casa el día lunes la cara de su hermano no pasó desapercibida para él, pero lo ignoró groseramente, porque ya estaba harto de tener que pedirle disculpas por todo aún cuando no hacía nada malo. Estaba pensando seriamente en irse de allí a penas tuviera la cantidad suficiente de dinero para hacerlo…

 

La salud de su hermano empeoró más aún y él hizo oídos sordos a todo lo que le dijo y le reclamó, se tragó todo lo malo que hubiera querido decirle y aún cuando éste lo golpeó se dio la satisfacción de decirle que se iría de casa de una vez por todas. Esa misma tarde tomó sus pocas prendas y se fue dejándolo sólo. No volvería atrás, su vida comenzaba en ese instante, si caía no importaba, cualquier cosa dolería menos que las palabras venenosas del único familiar directo que le quedaba…

 

No se fue a vivir solo, compartió los gastos comunes de un departamento con su amigo, gracias a los consejos de él y todo lo acumulado que tenía fue que se atrevió a dejar a su hermano de lado, aquel chico le dio el empujoncito que le faltaba para soltarse de esas cadenas que siempre lo aprisionaron…

 

Y realmente estar en compañía de alguien que de verdad lo entendía y lo apreciaba era alentador, ya no se sentía inútil, podía hacer lo que quería sin tener que escuchar murmullos, se atrevió a hacer cosas que siempre quiso a sabiendas que no habría nadie que le bajara los humos con malas vibras, su vida al lado de su amigo realmente cambió. Incluso en brazos de él fue la primera vez que lloró en su vida, el día que su tía le avisara que su primo que padecía sida falleció…

 

—Llorar no es malo— le dijo acariciando su espalda

—Yo crecí escuchando lo contrario— respondió sollozando

—Un par de lágrimas no te hacen menos hombre, te hacen más persona— comentó

 

Derramar esas lágrimas de tristeza se sintió tan liberador que luego de eso jamás volvió a reprimir sus penas, ya no le interesaba llorar porque después de eso se sentía bien y porque tenía siempre un hombro donde refugiarse. Aún cuando su amigo le insistió en ir a los funerales de su primo se negó, porque no se sentía preparado para ver a su hermano de nuevo y sabía que él estaría allí…

 

De a poco vio cómo todas aquellas personas con las que siempre lo compararon iban derrumbándose en el camino, fracasando en sus trabajos, en sus matrimonios, cómo personas y mientras él, quien a nadie nunca le tuvo fe estaba por recibir su título de ingeniero comercial. De pronto todas las fichas se dieron vuelta a su favor y se vio rodeado de su familia, de halagos y de pretendientes, pero él no era tonto cómo todo el mundo pensaba, esa gente no estaba allí porque lo valoraran cómo la persona que era, sino porque su situación económica era buena, incluso su hermano hizo la vista gorda a todo lo que haya pasado antes y estaba allí en el rol de hermano consentidor…

 

Pero allí estaba aún su amigo, él nunca se fue de su lado y aún cuando siempre estuvo tentado a decirle que ignorara a toda esa gente que se agolpó a su lado debido a su situación se quedó callado, porque en el fondo sabía que él no era tonto y si los mantenía a su lado era porque quería y no porque no supiera que se estaban aprovechando de su situación…

 

—¿Tú no piensas casarte algún día?— le preguntó su hermano

—No hay prisa— le respondió sereno

—Tienes casi treinta— le dijo en tono de reproche

—¿Y?, ¿Acaso hay edad para casarse?— increpó molesto. No le gustaba que se metieran en ese ámbito de su vida

—No, pero de todas formas siendo una pasa no encontraras novia— alegó

—Seré una pasa con dinero, eso es lo que le interesa a las mujeres, ¿No? Yo me conformo con no morir solo— respondió dejando a su hermano boquiabierto

 

Todo el mundo le buscaba novias, incluso lo intentaron emparejar con sus primas, pero el siempre rechazó a quien le presentaran, primero de forma educada y sutil, luego que la insistencia fue mucha le importó un bledo que fuera una dama quien tuviera en frente, su tajante y grosero “no” salía firme de sus labios. El siempre dijo que no quería llegar a morir solitario, que quería tener a alguien al lado sin importar si llegaba a engendrar familia, pero realmente no se sentía solo, porque a pesar de todo siempre tenía a su amigo consigo y aún habiendo asumido hacia mucho que él significaba mucho más en su vida jamás se atrevió a decírselo por miedo a que lo rechazara, pero se conformaba con su amistad, sabía que mientras él esté vivo, no moriría de soledad…

 

Llegó un momento en el que se hartó de todo otra vez, la hipocresía que lo rodeaba era inmensa y ya no quería lidiar más con eso, pero no sabía que hacer, él quería su vida tranquila de vuelta, esos días en que nadie lo asechaba día y noche, en que nadie andaba pendiente de sus movimientos ni de su billetera, el quería volver a ser el “don nadie” del que nadie se fijaba…

 

—¿Por qué pusiste tu departamento en venta?— le preguntó su amigo

—Quiero una casa lejos de aquí. Tengo una oferta de trabajo al otro lado del país— contó

—No me habías dicho— reprochó

—Pero ahora lo sabes, tengo tiempo para aceptar, porque el proyecto que tienen actualmente aún está en curso— aclaró

—¿Estás decidido?— consultó temeroso

—Yo me voy sólo si tú aceptas irte conmigo— dijo de pronto

—¿Qué…? Pero… Yo tengo mi trabajo aquí, no puedo depender de ti— respondió

—Entonces no me voy, pero de todos modos me trasladaré a un lugar más pequeño y sencillo— comentó encogiéndose de hombros

—Tú no puedes depender de mí, si es una buena oportunidad debes irte, yo no importo— intentó convencerlo aunque le dolía dejarlo ir

—A mí si me importas y no me iré si no es contigo— insistió

 

Al final de la conversación terminó declarándose inconscientemente y no recibió el rechazo que siempre imaginó, su amigo, su eterno compañero le correspondía esos sentimientos y al igual que él los había guardado por mucho tiempo, pero aún así él no quiso irse si su amigo no se iba a su lado. Algo que él nunca quiso asumir en voz alta era que le temía a la soledad más que a cualquier otra cosa…

 

Aún cuando su propio novio a esas alturas, lo tachó de loco por haberse dado la vida de humilde teniendo una buena situación él no dejó de lado su idea y su nuevo estilo de vida. Toda esa gente que lo rodeó en cuanto vieron que él ya no tenía la situación ni la clase de antes se alejó cómo si tuviera peste, hasta su hermano otra vez, pero él sabía que eso iba a pasar y no le dolió, de hecho eso era lo que le quería lograr…

 

Al final rechazó esa excelente oferta de trabajo y se quedó donde estaba, con proyectos propios a cuestas y haciendo alianzas con quienes ya conocía en el mercado, de todas formas su posición y su situación siguieron iguales, sólo que de forma más disimulada, él no tenía mal pasar en su vida, tenía todo lo que siempre quiso, incluyendo el hombre que poco a poco lo conquistó…

 

Incluso en tiempos modernos una relación de personas del mismo sexo no era bien vista por todo el mundo, ellos lo sabían y mantenían su relación en clandestinidad por su bien y el de sus trabajos, ambos tenían buenos puestos en grandes empresas de una misma familia alemana de renombre en el campo de la exportación, pero también tenían la mala suerte de tener jefes con ideología nazi, sabían bien que una muestra de afecto a la luz significaría su ruina…

 

Aunque para ambos era en cierto modo frustrante el hecho de no poder gritarle al mundo su relación tenían siempre presente que se amaban a pesar de todo, ellos en sus cuatro paredes eran felices, tenían su propio mundo en un pequeño espacio y eso les proporcionaba la felicidad que no podían expresar en público…

 

Pero llegó un momento en que su alrededor comenzó a sospechar de sus preferencias sexuales, a los demás se les hacía raro que ambos siendo hombres bien parecidos y con éxito laboral no tuvieran pareja ni se les haya conocido ninguna tampoco de antes. Esas eran cosas en las que nadie debía meterse, pero la sociedad es metiche y siempre se inmiscuye donde nadie la llama y fue de ese modo que ambos se vieron entre la espada y la pared al no poder decir que ya tenían pareja y que se trataba de un hombre que más encima era su par en la empresa hermana…

 

—Hay que hacer algo para que no sospechen— le dijo su novio

—¿Algo cómo buscar novia, por ejemplo?— preguntó molesto. No le gustaba la idea

—asintió—

—Pero ellos no tienen porqué juzgarnos, si tenemos “novia” o no es nuestro problema— debatió

—Me imagino que no te gusta la idea, pero sabes que no nos dejaran en paz hasta que nos vean con alguien, y ese alguien no podemos ser nosotros mismos— comentó

—No es justo— alegó

—le besó— Sé que no es justo, mi amor, pero es por nuestro bien— le dijo

 

Incluso cuando a ninguno de los dos les agradó la idea no les quedó de otra que fingir noviazgos, cosas aparentemente estables, porque claro, un hombre de treinta no andaba para aventuras de adolescentes, eso pensaban ellos, sin embargo, eso también les pareció raro a su jefes, ellos también tenían hijos de esa edad y eran un tiro al aire, tanta formalidad en una relación era sospechosa a ojos de ellos, pero al menos los dejaron tranquilos, pero eso no quitó que comenzaran a haber problemas entre ellos a raíz de los celos sobre sus falsas relaciones con mujeres…

 

El pacto fue no acostarse con ellas ni besarse si estaban ellos en frente, lo segundo era más insostenible que lo primero porque no se le puede negar un beso a la pareja, menos en público, mucho menos si tenías un jefe nazi a tus espaldas ostentando sobre tu relación…

 

—¿No pudo ser un beso en la frente?, ¿Tenías que besarla frente a mis ojos?— le preguntó él

—Lo siento mucho, pero no sabía que hacer— se disculpó

—Si yo hiciera lo mismo me harías un escándalo también— reprochó

—No soporto la idea de que alguien más te bese, alguna vez prometiste que esos besos serían sólo míos, sin embargo ahora debo compartirte con una mujer, eso duele— alegó también

—Que no vuelva a suceder— pidió

—No pasará de nuevo, te lo aseguro— se comprometió

 

Compartir a la persona que amaban por simple apariencia estaba siendo una tortura para los dos por igual, ambos eran celosos y aprehensivos, marcar lo que era suyo tampoco se podía. La estúpida sociedad les estaba dando donde más les dolía pero vendrían cosas peores, un descuido de su parte podía detonar la bomba, pero el querer demostrar afecto cuando su pareja estaba celoso era inevitable, de alguna forma debían buscar ese perdón inmediato…

 

—Yo no sé si la vista me falló o fue culpa de la lluvia torrencial que había en esos momentos, pero me pareció mucho ver al gerente de ventas internacionales y a su par de la empresa hermana dándose un beso el otro día— dijo el asistente del dueño

—¡Qué asco!. Te debió fallar la vista, además de tener estomago cómo pare ver algo así— contestó su jefe

—Esos dos siempre me han parecido raros— insistió

—Pero ahora tiene pareja, no creo que sea lo que piensas— respondió

 

A ese avistamiento se le sumaron unos cuantos más, desgraciadamente ese hombre andaba al asecho con ese par, él le tenía envidia a su superior porque consiguió el puesto en sólo meses, en cambió a él jamás lo tomaron en cuenta a pesar de que estaba años trabajando en esa empresa. Si tenía que perjudicarlo para desacreditarlo lo haría, por eso se propuso no seguir sólo con sus comentarios, sino conseguir pruebas de lo que le decía para que su jefe por fin abriera los ojos y viera que tenía un homosexual cómo gerente…

 

Hasta que sucedió lo que el par se temía, había pruebas de su relación y de una semana para otra al llegar a su trabajo se le vio obligados a firmar su carta de renuncia, “No se requiere del servicio de maricones” eso fue lo que se les dijo. La empresa no iba a manchar sus expedientes con un despido aparentemente sin motivos, por eso los hizo renunciar, pero no bastó con eso, el cerrarle las puertas a toda posibilidad laboral dentro de esa zona…

 

La pareja no alegó, firmó y se fue cada quien dignamente con la frente en alto, pero directo a dejar constancia por discriminación, lo que les habían hecho no se lo merecían. Si su ex jefe pensó que ellos se iban a quedar de brazos cruzados estaba equivocado, en un par de semanas le llegó la constancia de la demanda que se le había impuesto a su empresa por discriminación laboral…

 

Esa demanda y la mancha que le provoco a la compañía rebalsó la paciencia del mayor de los hermanos dueños de las empresas asociadas, haciendo uso de toda su homofobia y aprovechando que tenía un grupito de adolescentes que andaban detrás de él cómo perros falderos mando a que les dieran una lección a ese par de la peor forma que existiera…

 

No fue una vez sino cinco oportunidades en la que la pareja se vio atacada por ese grupito de adolescentes, usando todas las veces diferentes formas de apabullar. La idea era intimidar a la pareja una vez, pero pasada la ocasión y viendo los buenos resultados de su trabajo les tomaron el gusto hasta que la quinta vez fue la vencida. Los cinco adolescentes eran hábiles, tenían entrenamiento militar, eran subordinados del viejo nazi, eso era de esperarse, disponían también de armas, las mismas que usaron para acribillar a balazos a esa pareja que no le hacía mal a nadie…

 

Ni siquiera lo habían hecho de frente, aquella vez fue desde un auto, en pleno centro y una vez vieron los resultados salieron arrancando a toda velocidad. A pesar de que los balazos fueron múltiples ninguno le llegó a las personas que fueron testigos, la puntería de los cinco fue asombrosa, eso dejó sorprendida a la gente que vio todo lo acontecido cómo si hubiese estado en el cine viendo una película de acción en 3D…

 

Poca gente atinó a tomar la patente del auto antes de que se perdiera en la lejanía. Pero de nada les servía tampoco, porque a mitad de camino una vez lejos del lugar de los hechos el menor de la banda se bajó tranquilamente a cambiar la patente para luego seguir su camino cómo si nada y sin ninguna gota de remordimiento, cada quien en sus mentes retrogradas pensaba que esas muertes eran merecidas…

 

Por más que a esas alturas se haya llamado a la ambulancia nada podía hacerse, cada quien con más de cinco tiros en el cuerpo no tenían posibilidad de seguir respirando. Ellos nunca le hicieron ni le desearon mal a nadie y sin embargo terminaron siendo víctimas del peor de los asesinatos…

 

 Ese fue el fin de esa pareja, un desenlace que ellos nunca esperaron tener y que tampoco merecían, pero su destino fue morir juntos, el uno al lado del otro sin que nadie supiera en realidad que tipo de relación tenían, ni cuanto en verdad se amaban. A esas alturas de la vida cada quien tenía sólo a su pareja, la misma sociedad que los despreciaba por ser homosexuales, terminó sepultándolos juntos, tal cómo ellos hubiesen querido.

Notas finales:

Gracias por leer ~


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