Every time we lie awake, after every hit we take. Every feeling that I get, but I haven't missed you yet
Y allí estaba él, observándome con aquella mirada pícara y sugerente a la vez como cada noche desde ya hacía un largo tiempo. El ritual de cada noche siempre era el mismo, todos en casa se iban a dormir y él se escabullía por toda la casa sin hacer ruido alguno y se las arreglaba para colarse en mi habitación. No era algo que me molestaba, de hecho, estaba muy lejos de hacerlo. Me gustaba tenerlo cada día enredado entre mis sabanas tocándome y haciéndome suyo, sólo como él sabía hacerlo.
- Joon – intenté gritarlo, pero él me calló inmediatamente con un beso desesperado.
- Shhh Mir… que nos oirán – murmuró él antes de que yo volviera a aprisionar sus labios en contra de los mios.
Every roommate kept awake by every sigh and scream we make. All the feelings that I get, but I still don't miss you yet
Joon había llegado a mi casa un día de invierno en el que sólo recuerdo que estaba nevando, recuerdo que mi madre me sonrió y me presentó al que desde aquel nevoso día sería mi hermano mayor. Lo había adoptado luego de buscar por cada orfanato de la ciudad. Yo tenía 10 año en ese entonces y él, 15.
Only when I stop to think about it.
Al principio no nos agradamos el uno al otro, siempre sentí que mi madre lo consentía más a él que a mi mismo que era su hijo propio, pero a él no le importaba nada de lo que mi madre hacía por él y eso me cabreaba aún más. Aunque secretamente siempre buscaba una minima atención por parte de mi hermano mayor. Esto, lo vine a entender después, mucho después.
¿Será que es imbécil? – eso pensaba cada vez que el recién llegado rechazaba cada regalo que mi madre le hacía, mientras que a mí, ya ni siquiera me sacaba a dar una vuelta al parque siquiera.
¡Cheol Yong! Debes salir con tu hermano más seguido. Debes mostrarle el vecindario para que se familiarize. Debes, Debes, Debes, Debes y más debes… Eso siempre era lo que me decía en voz baja cuando Joon no nos estaba mirando. Pero yo me resisitía a pasar más tiempo con él del que ya pasaba, aún cuando con el pasar del tiempo nos fuimos haciendo más y más cercanos el uno con el otro.
No, nunca lo vi como mi hermano mayor. Era demasiado perfecto como para serlo y, digámoslo claro, nunca le tuve envidia por tener más atención de mi madre. Siempre fue porque yo quería toda la atención que él pudiera tener. Si, lo quería para mí.
I hate everything about you. Why do I love you? I hate everything about you. Why do I love you?
Cuando todo empezó, había llegado cansado de la facultad y al llegar lo primero que hice fue en fijarme si él estaba en casa y como de costumbre, me topé con que estaba solo. Sonreí amargamente mientras cruzaba el pasillo que iba desde la puerta principal hasta las escaleras que daban a mi habitación. Me detuve un poco y fui hasta el refrigerador dispuesto a beber una cerveza helada. Ya tenía más de 18 años y bebía un poco de vez en cuando, aunque aún a escondidas de mi sobreprotectora madre. Cogí la cerveza y subí casi a la rastra hacia mi habitación, pasé por fuera del cuarto de Joon y no en que pensé cuando decidí entrar en ella. Sabía que a mi hermano no le gustaba que urgara en sus cosas cuando él no estaba asi que, aproveché la oportunidad.
Al entrar de inmediato su olor me embriagó por completo, provocando que cada vello de mi cuerpo se erizara casi por completo. Cómo me gustaba el olor completamente masculino que él tenía, lo convertía en su ser aún más sensual. Mucho más de lo que ya era.
Dejé la cerveza a un lado y tomé la primera camiseta que vi tirada por ahí en el piso, la tomé con mis manos y la sumergí en mi cara, completamente drogado con aquel aroma que me estaba volviendo loco.
Incestuoso – fue lo primero que pensé, pero no la aparté. No eramos hermanos de sangre, sólo de apellido, no era un pecado enamorarte de tu hermano en aquellas condiciones, no.
Every time we lie awake, after every hit we take. Every feeling that I get, but I haven't missed you yet.
- Joon – susurraba mientras caminaba hasta mi habitación con su camiseta aún entre mis dedos, ya que la había conseguido, no iba a dejarla allí, eso si sería un pecado capital y condenable. Entré a mi habitación y dejé mi mochila junto con mis cosas regadas en el piso y me recosté en mi cama.
Me atreví a probar ese adictivo aroma otra vez y sin darme cuenta, mi cabeza ya estaba imaginando escenas de él junto a mí, abrazados, toncandonos, acariciándonos, ya saben.
- Joonie… oh Jo-on – Gemí bajo cuando pude sentir como sus dedos se colaban entre mi camisa, bajé mis manos por alrededor de mi pecho, acariciándome a mi mismo como cada noche en que lo veía salir de la ducha tan sólo con una misera toalla rodeando su cintura. Aquellas imágenes de él jugando futbol en la facultad completamente sudado iban llegando a mi mente haciéndome llegar al limite en tan sólo unos segundos.
Only when I stop to think about it
Seguí bajando mi mano hasta llegar a los pantalones y comenzé a desabrocharlos lentamente, imaginando que era mi propio hermano quien lo hacía. No, Joon para mi ya no era mi hermano, se había convertido en el personaje principal de las mejores fantasías, claro… creadas por mi cabeza.
Continué bajando y metí sin escrúpulo alguno mi juguetona mano entre mis bóxers, atendiendo aquella erección que clamaba ser considerada dentro del juego. Cómo me gustaría que él fuera quien me tocara como lo estaba haciendo. Sin pensarlo más, tomé mi propia erección con una mano mientras que con la otra apretaba la camiseta de Joon como si se me fuera la vida en ello.
Llamé su nombre incontables veces aquella noche, sintiéndolo cerca aun sabiendo que estaba lejos de mí y que jamás lo tendría de la forma que yo quería. Tampoco sabía que había hecho él para dejarme así de loco por él, siempre tan idiota y egocéntrico, buscando sólo su satisfacción propia ante todo. Hubo un tiempo en que incluso llegué a odiarlo, yo tampoco entendía porque me traía como pre-adolescente, pero eso no importaba, sólo lo quería conmigo.
I hate everything about you. Why do I love you? I hate everything about you. Why do I love you?
Aceleré un poco más el ritmo de mi compañera eterna, arqueando un poco la espalda. Diablos, tener su aroma tan cerca de mi, me estaba haciendo perder aún más la cabeza por él. ¿Qué me había hecho? Siempre lo pensaba, aun cuando nunca le encontrara una respuesta decente a todo eso. Me removí un poco entre las sabanas y provocando un roce más acelerado mi mano se vio envuelta en mi propio liquido blanquesino, como cada noche.
Me quedé un momento así, recostado, intentando calmar mi agitada respiración, embriagándome con su perfecto aroma entre mis narices, preguntándome una vez más cómo había acabado así, deseándolo de tal forma que provocara que me tocara todas las noches pensando en él y sólo en él, cumpliendo mis más secretas fantasías.
Estaba loco, si.
Only when I stop to think about you, I know… Only when you stop to think about me, do you know?
Me senté en la cama, y fue allí cuando vi una espesa sombra apoyada en el closet. Su respiración era densa. Me quedé helado cuando me di cuenta de lo que recién había hecho. Intenté coger algo con que defenderme pero sólo tenía a mano el celular.
- ¿Quién eres? ¡Que haces aquí! ¡Llamaré a la policía enfermo pervertido! – le grité mientras me levantaba de la cama, pero me detuve en seco cuando una de sus manos rodeó mi brazo izquierdo con una fuerza que se me hacía familiar. El extraño me giró con fuerza y me atrajo hasta su cuerpo, donde pude sentir que su corazón latía a mil por hora.
- ¡SUELTAME! – grité intentando zafarme del agarre, cosa imposible para un debilucho como yo. Se me erizaron los vellos de los brazos al sentir su tacto sobre ellos, yo conocía esas caricias, soñaba todos los días con ellas.
- Mir… - diablos, su voz retumbó en cada parte de mi ser, definitivamente era él, no podía equivocarme.
- ¿Joon?... – tragué saliva buscando alguna explicación a lo que claramente no tenía mientras sentía su respiración cada vez más cerca de la mía.
- ¿Viste… todo? – murmuré y vi entre sombras como el asentía. Listo, ahí había acabado la poca dignidad y descencia que me quedaban. Mi hermano, Joon, con el que soñaba cada noche me había visto gritar su nombre entre jadeos casi toda la noche. Intenté zafarme nuevamente pero él apretó con mas fuerza y en un juego casi desesperado buscó mis labios entre besos cortos por mi rostro. Estaba helado.
Al encontrar mis labios, Joon abrió un poco la boca y comenzó a acariciar mis labios con su lengua, provocándome olas de placer y una erección casi instantánea. ¿Acaso era posible lo que sólo un beso de él lograba en mi? Al parecer sí lo era.
I hate everything about you. Why do I love you? You hate everything about me. Why do you love me?
No me hice de rogar, no estaba en condición alguna de hacerlo y claramente mi cuerpo lo pedía a él y sólo a él. Apreté su nuca con fuerza y introduje mi lengua en su boca, encontrándomela con la suya casi con desesperación. A medida que el beso se iba volviendo cada vez más profundo, Joon me fue empujando contra el escritorio, tirando todo lo que había en él al suelo sin consideración alguna. Me tomó por los hombros y me subió en él, dejándome casi a su altura, sonreí y volví a besarle.
I hate
You hate
I hate
You love me
Me bajó los pantalones con desesperación, liberando a mi entrepierna que ya estaba gritando ser liberada de aquella ropa interior. Como pude, también tiré lejos su ropa y ambos, por fin, quedamos desnudos uno frente al otro. Sin avisarme ni nada, Joon comenzó a penetrarme sin cuidado alguno, provocando que mi ser por completo experimentara un dolor que jamás había sentido, era un dolor mezclado con un placer inigualable.
- Joon… ah… Jo-on… ahhhh – gemí aferrándome a su espalda con las escasas uñas que tenía cuando lo sentí removerse dentro de mi propio cuerpo. Yo mismo busqué más contacto acercando mis caderas a las de él, pegandolas. Era con lo que había soñado durante años, sólo que esta vez era real. Sentí como sus manos se aferraban fuertemente a mis caderas con cada embestida que su miembro me proporcionaba, haciéndome perder la poca cordura que tenía en ese momento.
Sonreí al sentir su cuerpo completamente sudado junto al mío, buscando mis labios y tocándome por completo.
I hate everything about you. Why do I love you?
- Mir… estas… apretado… ahhh… M-Mir – sentí como su cuerpo y el mío iban al compás de todo movimiento que hacíamos y poco a poco empezamos a temblar y a acelerar el ritmo. Mordió mi labio inferior provocando que un poco de sangre saliera, aquel sabor metálico se sentía bien en aquel momento y no dejé de besarlo por ello.
Joon tomó mi entrepierna y comenzó a masajear la punta con fuerza, provocando que más me derritiera en gemidos que iban directamente a su oído, jadeé con fuerza mientras mordía el lóbulo de su oreja. Si, estaba loco.
I hate everything about you. Why do I love you?
Despegué mis manos de su perfecta espalda y las puse en su pecho, insistiendo en definir esos perfectos y trabajados abdominales, que ya eran de mi propiedad, con mis dedos, besándole aún más la boca, con fuerza.
En aquel beso junto con nuestros gemidos irreconocibles, se fue nuestro orgasmo, aquella ola de placer que sólo él era capaz de provocarme. Y aquella calida sensación que me había inundado no hizo más que dejarme aún más al limite.
Lo jalé contra mi cuerpo una vez más y sentí como nuestras respiraciones iban a la par, agitadas y que nuestros corazones sólo querían salir volando desde nuestro pecho. Aún sin lograr normalizar los jadeos sólo me atreví a mirarlo a los ojos una vez más antes de comenzar a removerme un poco para salir de allí, pero Joon me detuvo en seco entre sus fuertes y perfectos brazos. Si, no me canso de mezclar la palabra perfección junto con su nombre.
- ¿Joon? Sueltame – murmuré, no quería mas humillación. Suficiente había tenido con lo que acabábamos de hacer, era obvio que sólo era porque me vió masturbándome mientras gritaba su nombre. Aunque sorpresivamente, su respuesta fue otra.
- No lo haré… - sentí como los musculos de su cuerpo comenzaron a tensarse con rapidez – Eres mío ahora y no dejarás de serlo.
- ¿Perdón? – me removí con más fuerza, pero sin lograr zafarme.
- O es que… ¿No quieres repetir esto? – a través de la oscuridad pude sentir sus ojos color avellana fijos en los mios, haciendo que se me erizara cada vello de mi cuerpo otra vez.
- ¿No te quedó clara la respuesta? – murmuré bajando la vista. Ahora si que mi dignidad ya había huido junto con mi decencia.
- Siempre supe como me mirabas… pero nunca te diste cuenta cómo yo lo hacia – sentí como sus brazos dejaban de rodearme y que su calor iba desapareciendo. Levanté la vista y vi como intentaba recoger su ropa entre la oscuridad. Sonreí cuando se topó con un libro que hace poco estaban encima de la mesa y cayó al piso.
Siempre tan torpe – pensé al bajarme del escritorio para ir a ayudarlo. Lo tomé del brazo y lo atraje hacia mi boca nuevamente, dándole un corto pero inesperado beso en sus labios.
- Se que nada me gusta de ti, es más casi odio todo de ti, pero… ¿Por qué te quiero de esta manera? – murmuró mientras sentía como se levantaba en silencio del piso y salía por el umbral de la puerta.
- ¿Mir?... ¿Mir? Joon llamando a Mir… ¿estás por ahí? – Su voz nuevamente me sacó de mis pensamientos, como siempre y lo quedé mirando sin entender
- ¿En que piensas? – me preguntó y yo sólo sonreí
- Sólo pensaba en que no hay nada que no odie de ti, pero sin embargo me tienes aquí – sonreí nuevamente y lo besé, dejándome envolver por sus labios como cada noche entre medio de las sabanas que nos ocultaban del mundo exterior y de sus prejuicios en contra de lo que ambos teníamos.
¿Podría ser llamado amor? Quizás nunca lo sabré, pero estamos bien como todo está ahora.
- ¡Yah! ¡Miru! Esas… son mis líneas bobo – sonreímos y volvimos a revolcarnos entre las sabanas como siempre terminábamos después de cualquier situación.
I hate everything about you. Why do I love you?