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Haciendo una excepción -Making An Exception- por suonomay

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Notas del fanfic:

Aclaro, este fanfic NO es mío, yo simplemente lo estoy traduciendo porque es mi favorito y la autora sabe de ello. Esta es la página de la autora http://mikssi.livejournal.com/ así que el único "crédito" que tengo sobre este fanfic es el de la traducción al español :) 

 

Notas del capitulo:

Repito, este fanfic no es mío yo solo lo traduzco, así que por favor no me malentiendan y disfruten C:

Jonghyun nunca se consideró exactamente un caballero en una armadura brillante. Rayos, ni siquiera pensaba que fuera increíblemente valiente, para ser honesto. Su caballerosidad era buena, claro, pero eso era porque sus padres perforaron su cerebro en como una chica debe ser tratada…lo cuál era completamente otra historia.

A fin de cuentas, el chico de 18 años ni siquiera supo por qué reaccionó al escuchar al grupo de chicos hablando detrás de él.

Se levantó de dónde había estado descansando con sus brazos cruzados y quitó su flequillo café de sus ojos, su hoja asignada con ecuaciones matemáticas olvidada en su mochila desgastada… se dijo que simplemente lo haría en casa. Con gran interés volteó su cabeza de lado y recargó su barbilla en su mano para poder escuchar a los tres chicos que pinta de brabucones detrás de él, todos conocidos por ser el típico grupito de bullies del colegio.

“-Lo vamos a atrapar después de la escuela en el patio. Será muy bueno.”  El líder, reconocido por su pelo negro claveteado, dijo con una mueca sádica.

“Eso es. Ese niño merece ser golpeado. ¿Han visto la forma en la que camina como si fuera normal o algo?” Uno de los otros dos, el gordito del grupo, dijo, apretando su puño en el escritorio.

Las cejas de Jonghyun se delinearion y sus labios se fruncieron.

“Él no camina, se pavonea. Es asqueroso.” Intervino otro con el cabello rubio aclarado, claramente dañado.

El castaño grió su cuerpo para enfrentar al intimidante grupo. “¿De quién hablan?” Preguntó finalmente.

 “Kim Kibum, de primer año,” Dijo el líder fríamente.

“¿Quién?” preguntó Jonghyun por el nombre extraño.

“El niño gay que se junta en el patio durante el almuerzo” El rubio dijo.

La descripción no le decía nada a Jonghyun. “Nunca escuché de él,” dijo encogiendo los hombros.

“Lo reconocerías al verlo. Siempre usa alguna camisa de color raro debajo de su uniforme para mostrar su lado de maricón ‘fashionista’.” El líder dijo con odio en su voz.

Jonghyun parpadeó ante el cruel insult, por los términos sumamente usados por su padre. “¿Eso está si quiera permitido?” Preguntó, golpeando sus dedos en el escritorio para evitar que se convirtieran en un puño.

“¿Ser un maricón? No debería.” El más gordo dijo.

El grupo río a carcajadas y chocaron los cinco.

“No, vestir una playera diferente.” Jonghyun se contuvo de suspirar profundo. Haber crecido con tanta homofobia, sabía que al menos debería estar acostumbrado a ella… pero por alguna razón no podía, escuchar insultos tan ignorantes usualmente sacaban de sí su lado suave pero enojado.

“Yo que rayos sé. Nunca lo he hecho.” El líder miró a su grupo para que lo apoyaran.

Asintieron con entusiasmo, como si no supieran con que estaban de acuerdo.

“Luce como un gato,” el rubio dijo con algo de emoción en su tono, “sus ojos y su boca y todo…” aclaró su garganta al ver a los otros dos mirándolo acusadoramente y a Jonghyun interesado, “es realmente raro” agregó de prisa.

El resto del grupo se relajó ligeramente.

Jonghyun estuvo a punto de responder cuando fue interrumpido por la maestra llamándole.

Volteó al frente del salón con una mirada dudosa, casi culposa. Sus ojos escanearon rápidamente el pizarrón buscando algo que se haya perdido mientras hablaba con los otros tres.

“Terminaste tu trabajo, ¿verdad?” Habló ella sobre el cuchicheo de la clase.

“Sí” Mintió Jonghyun suavemente sin perder el ritmo.

La mujer asintió. “Lleva estos papeles a la oficina principal por mí, por favor.”

Jonghyun se paró sin quejarse, preguntándose por qué ella no pudo haber llamado a cualquiera que no estuviera al fondo en medio de una conversación. Tal vez sabía que en realidad no había terminado su trabajo.

Le dio una mirada hábil mientras le entregaba un bonche de papeles.

Síp, ella sabía.

Jonghyun le regaló una sonrisa avergonzada mientras los recibía y salía del salón.

 

El adolescente se encontró suspirando mientras se paraba en los pasillos solos de su escuela. Había un reloj digital fuera de su salón que le decía que aún faltaban 17 minutos para el almuerzo, y eso fue suficiente para robarle otro suspiro de cinco segundos.

Si tenía suerte, podia matar al menos diez minutos caminando a la oficina. En teoría, la maestra no podría sospechar pues sus piernas eran cortas, y el salón estaba al otro lado de la escuela. Si todo funcionaba de esta manera, habría una larga fila de espera con la recepcionista, o podría mentirle a la maestra y decir eso. Y al final se sentaría en su conveniente escritorio al final del salón colocando su audífono en el oído derecho, recostando su cabeza y cubriéndola con su mochila en la mesa. Después de 10 minutos caminando, y los últimos 7 los son un promedio de dos o menos canciones, y estaría en el almuerzo a tiempo.

No que planeara ir a la cafetería, de cualquier forma.

No. Su almuerzo empacado sería suficiente en el salón de música, un sándwich masticado sin pensar con su guitarra en su regazo y su mano derecha rotando con su lápiz garabateando el cuaderno y una plumilla de plástico –la verde era su favorita- para probar las nuevas notas y coros.

El pensar en la media hora de relajación entusiasmaba a Jonghyun tanto que conscientemente alentó sus pasos. El pequeño monto de papeles estaba en una mano, con sus dedos jugando con ellos para arrugarlos o cortarse con ellos, pero era un riesgo que debía tomar… bueno, no es que tratara de ser tan atrevido. Realmente no le importaban las consecuencias.

Giró de una esquina a otra naturalmente y avanzó a una escalera, tomando cada paso con cautela y pereza, los dedos de la mano libre moviéndose al ritmo de sus pies. Sus labios fruncidos como una expresión tonta, su cabeza meneándose a cada lado.

Funcionó, siempre lo hacía. Para cuando estaba al pie de las escaleras su cara cambió a una sonrisa y aguantó una risa. Sus ojos redondos se entrecerraron, sacudió los hombros de forma ligera con una risa silenciosa. Levantó la vista de los azulejos neutros con un patrón “estéticamente agradable” con cuadros blancos, grises y azul marino alternados; y sacudió su flequillo de su cara. Levantando su mano, tomo con extra cuidado (y tiempo) la line de su cabello para acomodarla lo mejor que podía mientras que sutilmente acomodaba las partes individuales de su cabello café-chocolate hasta que cayeron en sus cejas en un estilo que le favorecía. Sólo para asegurarse, caminó adicionalmente y se paró en frente de la vitrina de trofeos escolares y vanidosamente se miró en el reflejo del vidrio viendo que su cabello no estuviera mal.

Después de decider que todo estaba en orden, lentamente (y con un poco de interés) rastreó varios trofeos de la escuela y rodó sus ojos con una sonrisa cuando vio la mayoría de los trofeos recientes grabados con el nombre “Choi Minho”, su mejor amigo.

Miró de Nuevo y reloj y exitosamente había gastado cinco minutos. Con un nuevo giro Jonghyun continuó su ruta a la oficina.

Después de otros 60 segundos de arrastrar los pies, se encontró fuera de la oficina. Con la puerta principal del colegio a su izquierda y el vestíbulo hecho de vidrio para que la luz de tarde se colara haciendo todo más… inspirados, o lo que sea que haya querido el diseñador.

Abrió la puerta, y vio que para su desgracia, no había gente esperando con la recepcionista.

Conteniendo un suspiro, Jonghyun se encaminó seguro y asintió su cabeza respetuosamente “Hola.”

“¿Te puedo ayudar?” preguntó cordialmente la señora de mediana edad, usando lentes debajo de su nariz.

“Soy Kim Jonghyun… la señorita Jung del salón C221 me pidió que trajera estos papeles.” Se los entregó, sintiéndose un poco apenado al ver los bordes arrugados.

“Oh, muchas gracias” los tomó con una pequeña sonrisa.

Devolvió la sonrisa y se inclinó una vez más antes de irse.

Una vez fuera de la oficina, vio sus manos vacías y que no tenía nada para entretenerse. Buscó en los bolsillos de su pantalón pero no encontró ni una plumilla o una moneda para lanzar al aire. Puso mala cara y devolvió la parte interna de sus bolsillos a su pantalón dejando sus manos ahí.

Cuando alzó la mirada, había otro estudiante caminando en su dirección.

Jonghyun asintió amablemente, dándole una mirada discreta al otro chico.

Lucía como cualquier estudiante ordinario, con un cabello café similar al de Jonghyun, piel blanca, y algunas facciones femeninas. Parecía más joven que Jonghyun, a pesar de ser más alto. Su uniforme estaba en orden, camisa blanca, corbata apretada en su cuello, saco abotonado a la mitad, acentuando su delgada cintura…

Lo que atrapó la mirada de Jonghyun fue una tira de tela verde limón saliendo debajo de su blazer. Frunció el ceño ligeramente, preguntándose por qué alguien usaría una camiseta verde debajo de su uniforme, cuando la mayoría usaría una blanca o nada. 

“¿Está enojado?” Habló el otro estudiante, mirando a Jonghyun con una sonrisa ligera revelando su buen día.

Giró su cabeza confundido. “¿Quién?” preguntó, deteniendose a una distancia normal del estudiante.

“El director Shin” alcaró el chico, deteniendose. Más cerca, Jonghyun pudo ver sus ojos cafés brillando con cierta prudencia a la cual Jonghyun le sonreía.

“Oh, no vine con el director. Lo siento” dijo el mayor, rascando la parte trasera de su cuello con cierta vergüenza que no entendía.

Jonghyun se volteó para verlo por última vez, y meintras sus ojos viajaban por la tira de verde limón, engranes en su mente funcionaron y su corazón dio un pequeño brinco. Camiseta de color extraño, ojos y boca como de gato…

“Tú eres Kim Kibun, ¿no?” Le llamó

El chico giró para enfrentarlo y caminó de vuelta a él. “Sí, ¿quién eres?”

“Kim Jonghyun,” se presentó de prisa, dando un pequeña reverencia que era un hábito más que nada. “escucha, no vayas al patio hoy después de clases.”

Las cejas de Kim Kibum se fruncieron. “¿Qué? ¿Por qué?”

“Escuché a unos tipos hablando en mi clase… no será seguro para ti. Sólo… evítalo, okay Kibum-ssi?” Estaba extrañamente desesperado porque Kim Kibum lo escuchara, tenía una fuerte urgencia por salvarlo de los chicos que lo iban a “atrapar”.

Aún lo miraba extrañado, confundido. “O…kay? Gracias por la advertencia.”

Jonghyun asintió en respuesta, su pecho llenándose con el sentimiento de haber hecho algo bueno para ayudar a alguien.

Vio mientras Key cruzaba un pie con el otro y daba un pibote para seguir caminando sin cambiar el ritmo de sus pasos, como su estuviera bailando mientras caminaba.

Jonghyun sabía que si intentaba algo así terminaría en el suelo. Cambió su dirección hacia el salón y caminó con una sonrisa.

“Jonghyun-ssi” llamó la voz de Kibum haciendo a Jonghyun girar su cabeza para ver al otro haciendo lo mismo.

“Llamame Key.” Dijo con un sonrisa.

El aliento de Jonghyun se fue por medio segundo, hacienda que el pequeño lo ignorara completamene. Asintió nuevamente dándose una sonrisa acompañada de una risita.

Finalmente, Key entró a la oficina.

“Buena suerte!” Gritó Jonghyun con buen humor.

Incluso algo lejos, Jonghyun pudo escuchar al joven mofarse y lo vio rolar sus ojos, su mano en la perilla.

Jonghyun dio vuelta en la esquina con una sonrisa en su rostro que creció más cuando vio que sólo sobraban 3 minutos de clases.

Ni siquiera le dedicó una mirada al grupo de tres detrás suyo cuando volvió al salón y recogió su mochila gris sincronizando su entrada con sólo tres segundos antes de que sonara la campana.

Con una sonrisa satisfecha, los escuchó entusiasmados afinando detalles para su cita, la cual, Jonghyun sabía, sólo los decepcionaría.

Esos tres jamás tendría el placer de encontrarse al chico rebelled con la camiseta verde que prefería ser llamado “Key”.


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