A Jonghyun le hubiera encantado decir que se olvidó del chico llamado Key para cuando estuvo en el salón de música al día siguiente… pero no le gustaba mentir.
Su mente seguía volviendo al pequeño encuentro en el corredor mientras golpeaba mecánicamente su lápiz con una ranita colgando de él (un regalo de Minho para su último cumpleaños, bastardo irónico) contra sus labios y de nuevo contra su posesión más preciada: una guitarra acústica negra sencilla por la cual trabajó todo el semestre pasado en un restaurante de pollo de mala calidad. La llamó “Chick” por obvias razones, el nombre escrito con su mejor manuscrita (un garabato irregular) en una sticker verde pegada en la cara de la guitarra… una sticker verde que ahora le recordaba a la línea que había encontrado en el pasillo un día antes.
“Te ves distraído” una voz dijo por detrás.
“Algo” admitió Jonghyun, garabateando el margen de su cuaderno. Pensó que necesitaría uno nuevo pronto, las páginas llenas con las canciones nuevas que escribía casi todos los días.
“Bueno, podrías, ya sabes, descansar de escribir y tocar algo que ya hayas escrito en lugar de hacernos sentir mal escribiendo algo nuevo a diario” dijo Onew bromeando.
Jonghyun rio ligeramente, inspeccionando la rana que caía del lápiz tiernamente. “No escribo algo nuevo todos los días…” se defendió.
“Si tuvieras que comerte una canción de tu cuaderno todos los días, no tendrías hambre por los próximos cinco años.”
Jonghyun lo miró frunciendo el ceño y con una sonrisa natural. “¿Por qué comería canciones, hyung?”
Onew rascó la parte trasera de su cabeza, con el cabello castaño-rojizo cayendo en sus ojos.
El adolescente se rio. A pesar de que estaba fuera del colegio, Jonghyun estaba seguro de que Onew jamás dejaría de ser tan raro. Una razón para amarlo.
“Bueno, me voy” anunció el mayor caminando hacia la puerta.
“¿A dónde vas?” preguntó Jonghyun curioso pues Onew nunca dejaba el salón en el almuerzo.
“Es jueves de pollo en la cafetería” se iluminó la cara de Onew.
“¿Y?”
Se detuvo mirando a Jonghyun como si no lo conociera. “Es Jueves de Pollo.”
El estudiante se rió y roló sus ojos, haciéndole señas a su hyung. Los recuerdos le llegaron cuando se quejó con Onew sobre su horrible trabajo en el restaurante de pollo… totalmente innecesario, Onew nunca entendió por qué se quejaba.
Cuando la puerta se cerró volvió el silencio. Jonghyun suspiró y miró la hoja enfrente de él, las páginas teñidas de un verde caro, su favorito. La rana al final del lápiz -¿Por qué estoy usando esto? Se preguntó a sí mismo- golpeando el tubo del lápiz creando un beat con ello… pero fue difícil gracias a que el lápiz no cooperaba y le era imposible golpearle en tiempo.
Jonghyun rio y dejó el lápiz de lado gracias a que no tenía ritmo alguno.
Miró la encantadora rana verde brillante y recordó la tela verde brillante que lo atrapó desde un día antes.
La actitud despreocupada y esa sonrisa altanera en esos labios con forma de corazón… De primer año o no, Jonghyun se podía ver como un buen amigo de alguien así.
Pero, de acuerdo a los tres chicos de matemáticas, Kim Kibum era gay.
Y no había manera de que el pudiera ser amigo de alguien así.
Por razones incomprensibles, se encontró deseando que lo que aquellos tres dijeron fuera producto de muchos rumores. No quería que Key fuera gay… Quería ser su amigo, y eso jamás podría pasar si fuera verdad.
No era nada personal. Simplemente así fue criado. Si había algo que sus padres, más bien dicho su padre, siempre le enseñó es que ser gay estaba mal. Era asqueroso, un estilo de vida antinatural y no sería tolerado de ninguna forma cerca de su familia. Aunque Jonghyun nunca entendió exactamente lo que tenía de malo o antinatural (¿No era sólo amor a fin de cuentas? Tal vez simplemente era un romántico… juzgando al montón de baladas escritas, era posible)
Esperaba que no fuera verdad… algo en esa sonrisa presumida y la camiseta verde marcaban al otro chico, y se encontró escaneando los pasillos buscando un color anormal entre el cuerpo estudiantil blanco con negro y azul. Era un pensamiento casi emocionante… ¿Qué color traería esta vez? Tal vez sería otra vez verde, tal vez un verde más oscuro. Jonghyun tenía cierta debilidad por el verde. Era su color favorito.
O tal vez usaría algo como un naranja llamativo o un amarillo que resaltara. Algo sobre su pequeño encuentro con el otro chico lo puso a pensar en que colores brillantes le quedarían. Aunque lo vio por tres minutos, no se lo podía imaginar en un azul clarito o lavanda. Sería contrario a sus ojos burlones y despreocupados.
Sus dedos pasearon sobre su guitarra, mirando a la pieza de plástico con forma de un triángulo curvo sin verla en realidad. Su visión se hizo borrosa y se concentró en la alfombra gris en la que estaba sentado con las piernas cruzadas y su guitarra en su regazo, esperando fervientemente a ser tocada.
“Siento decepcionarte Chick” murmuró despacio, acariciando la curva de su cuerpo. “Parece que no me puedo concentrar en tocar hoy…”
“¿A quién le hablas?” preguntó una voz sorprendida, aunque demasiado conocida para haber escuchado un par de palabras.
Jonghyun alzó la vista algo apenado por haber sido atrapado hablandole a un objeto sin vida. “Chick” dijo evitando sonrojarse.
Key surcó sus cejas y entró de lleno al salón “¿Quién?”
“…Mi guitarra.” Admitió Jonghyun sonriendo con una pizca de pena.
El más joven rio, pasando una larga pierna por una silla de plástico y sentándose en ella. Recargó sus brazos en el respaldo y descansó su barbilla en su antebrazo, mirando a Jonghyun en el suelo.
Jonghyun sonreía más extraño, y sin darse cuenta de lo que hacía escaneó a Key de arriba para abajo encontrando que el color que sobresalía de su blazer era naranja fosforescente. Tenía razón.
Psíquico.
Orgulloso.
“Hoy estás de naranja” dijo sintiéndose algo tonto después de que las palabras salieron de su boca.
Key le dio una mirada extrañada antes de ver su camiseta y reír ligeramente asintiendo.
“¿No tienes problemas por eso?” preguntó Jonghyun genuinamente interesado.
La sonrisa altanera volvió.
Algo se erizó en el estómago de Jonghyun.
“¿Por qué pensabas que fui a la oficina del director ayer?” preguntó con un aire de rebeldía superior.
“¿Por eso usas un color más brillante hoy?” Jonghyun alzó una ceja.
Encogió los hombros con su expresión arrogante aún en el rostro.
El más grande solo sonrió y sacudió la cabeza animado, tomando su lápiz y coloreando una estrella que hizo antes en la esquina de la hoja.
“Lindo lápiz” comentó Key después de dos segundos de silencio.
Jonghyun enrojeció al darse cuenta que aún usaba ese ridículo lápiz de rana. “Es un regalo de cumpleaños”. Refunfuñó.
Key tarareó de forma escéptica.
“Lo es”. Insistió el mayor escondiéndolo debajo de su pierna.
“Te creo” dijo Key alegre.
Jonghyun hizo una mueca.
Key se rio.
“¿Por qué no estás en la cafetería?” preguntó el menor.
“Traje mi almuerzo” dijo cortante.
“Eso no responde mi pregunta” Dijo Key con cierto tono demandante.
“Me gusta más escribir música que escuchar los chismes de la escuela.” Jonghyun se encogió de hombros de nuevo.
“Entonces eres antisocial.”
“No lo niego” respondió Jonghyun descaradamente, “¿Por qué no estás tú en la cafetería?”
“Como en el patio.” Respondió alzando la vista como si quisiera ver sus cejas mientras que con una mano se acomodaba el cabello.
Su mente voló al día anterior cuando los tres bullies dijeron lo mismo… Entonces ellos no mentían sobre eso… Pero eso no significaba que acertaran en todo lo que dijeron. “Esto no es el patio.” El mayor señaló lo obvio.
“Me dijeron que podía encontrarte aquí.” Dijo Key mirando a Jonghyun directamente en los ojos.
Movió su cabeza de lado sin saber que pensar. Su boca se abrió ligeramente para preguntar “¿Por quién?” cuando Key continuó.
“Quería a agradecerte por lo de ayer. Al parecer esos tipos se enojaron cuando no me encontraron en el patio después de la escuela.”
Jonghyun rio. “No hay problema”
“Quiero recompensarte.” Dijo Key adelantándose.
“En serio, no es necesario. No fue la gran cosa.” Jonghyun se negó.
“Si no fuera por ti, probablemente tendría, al menos, un ojo negro en este momento, sin mencionar los moretones que tendría que cubrir. Así que sí, es la gran cosa. Déjame recompensarte.” El tono del chico era demandante.
Jonghyun suspiró “¿Cómo?”
“No sé, eso queda en ti.” Sugirió recargando su barbilla de nuevo en sus brazos mientras su cabello caía sobre sus felinos ojos.
“Bueno, ¿qué tienes en mente?” Estaba casi nervioso por escuchar la respesta. Algo con esta situación estaba creando un extraño calor en su estómago que no quería aceptar ni entender.
“Eres músico, ¿no?”
Jonghyun alzó un ceja sugerentemente enviando una mirada significativa a su guitarra y al salón de música en el que estaban.
“Obviamente.” Dijo Key rodando sus ojos. “Bueno, toca algo. Déjame darte una crítica honesta.”
“¿Enserio?” Sus cejas se alzaron ante la extraña petición.
“Claro, estoy seguro de que no sé tanto como tú, pero sé lo suficiente para reconocer cuando escucho algo que vale o no la pena.”
Wow, era arrogante.
A Jonghyun le gustaba eso.
“Okay, umm…” Tomó su cuaderno pasando las páginas en busca de algo que tocar. Nada parecía valer la pena. La mayoría de lo que había en ese cuaderno eran cosas contagiosas y románticas, nada muy profundo o difícil de tocar.
Frunció los labios de forma pensativa y miró el salón, sus ojos se clavaron en el piano. Se alegró con la perfecta combinación: una pieza de piano que él compuso y en la que estuvo trabajando tanto que incluso se la aprendió, el amor y decepción por lo cual había trabajado para perfeccionarla. Nunca antes había tocado para nadie excepto Onew (quien tenía tanto estrés como para dar una buena crítica) y Minho (quien no sabía nada de música y sólo aplaudía al final del último coro), así que no estaba seguro si era tan “perfecta” como quería.
“Okay, dame un segundo.” Con cuidado, dejó de lado su guitarra (su bebé ya estaba rayada de atrás y ni siquiera sabía por qué) y se acercó al piano recargado en la pared del salón. Acomodó su postura al sentarse con sus dedos revoloteando sobre las teclas y tocando las primeras notas para recordar. Y así de sencillo, con algo de nostalgia todo volvió a él. “Okay” Jonghyun volteó a donde estaban sentados y dio un pequeño brinco cuando vio que Key se había movido a otra silla, más cerca del piano.
El menor asintió, sentándose con las piernas a ambos lados para después cruzarlas y poner sus codos en el respaldo de la silla.
Jonghyun le regaló una pequeña sonrisa con los nervios en el estómago. Supuso que era normal porque le estaba mostrando su trabajo a alguien que apenas y conocía de hace un día e iba a recibir una crítica completa.
Exhaló suavemente, y contó el tiempo necesario antes de asentir y dejar que sus dedos se movieran sobre las teclas con un ritmo continuo, la calmada melodía aumentaba la velocidad mientras la canción tomaba forma. Cerró sus ojos y dejó salir una pequeña sonrisa, su corazón latía al ritmo de la música en la que tanto había trabajado, la hermosa melodía sonando mientras retrataba todo lo que quería en ella. Si era totalmente honesto, aún había partes en la que tenía mucho que trabajar. Estaba seguro que la pieza nunca estaría totalmente terminada, sin mencionar que aún no tenía letra, pero, mientras tanto, sus dedos se movían seleccionando ciertas teclas con buena fluidez durante el climax de la canción, y estaba orgulloso de ello.
Su sonrisa se hizo más grande mientras tocaba las últimas notas melancólicas dejando al último coro sonar más allá del silencioso salón.
Jonghyun se giró para enfrentar a Key mientras mordía sus labios con modestia recargando su espalda en el piano y tocando algunas teclas de forma accidental con su hombro, creando un extraño sonido contrario a lo que había tocado.
Key simplemente veía a un punto en la pared con los labios abiertos, pero sin decir nada.
“¿Entonces?” preguntó Jonghyun algo incómodo pero con la esperanza suficiente para que funcionara.
El otro chico alzó un dedo indicándole que esperara un segundo.
Jonghyun asintió y esperó pacientemente a que terminara lo que sea que estuviera haciendo.
“Okay, ¿ahora qué?” le preguntó a Jonghyun.
“Y… ¿qué piensas?” Jonghyun lo miró expectante.
“Pienso que justo ahora pareces un cachorro.” Dijo Key secamente.
“Sobre la canción.” Dijo intentando no gimotear.
“A eso iba.” El otro rodó sus ojos y miró lejos con cierto aire concentrado.
Jonghyun esperó a que hablara, otra vez.
“Okay, para empezar diré que fue realmente buena. La emoción se reflejó en casi toda la canción e incluso fue un complemento algo meloso para que no fuera aburrida. La melodía era contagios y linda al mismo tiempo, y las secciones repetidas fueron poderosas.”
“¿Notaste lo repetido?” Preguntó emocionado entendiendo a que se refería Key con eso de que lucía como un chachorrito, pues estaba seguro que si tuviera una cola se estaría meneando en cualquier minuto. Ni siquiera Onew había notado las partes repetidas que había agregado.
Asintió y continuó, “Diciendo eso, creo que hubo pocas partes que fueron más brillantes que emotivas, y algunos de transición eran más abruptos que… transitorios.”
Jonghyun asintió y tomó la crítica gratamente. En realidad, había pensado lo mismo en algunas partes repetidas.“También hubo una o dos partes en las que los coros estaban desarticulados, como que quedaban pero no encajaban bien con todo lo demás. No creo que los tengas que cambiar, pero tal vez tocarlos en otro tiempo ayudaría a que quedaran.” Dijo sin importancia.
Sabía exactamente en qué parte. “Esta parte.” Volteó su cuerpo y tocó el compás del que seguramente hablaba Key.
“Sí, exactamente.” Asintió Key animado sabiendo que estaban en la misma página. “Creo que si lo tocas con más forma en lugar de sólo dejarlo sonar tendría una mejor impresión.”
“¿Así?” Tocó de nuevo poniendo más fuerza en el coro.
“Está major, pero inténtalo … más. No sé si eso tiene algún sentido.”
“No, no, te entiendo.” Le aseguró.
Jonghyun continuó repitiendo la misma parte una y otra vez hasta que ambos coincidieron en que estaba perfecta, un cien por ciento mejor que antes.
“Ten, escríbelo.” Jonghyun incitó a Key corriendo a donde estaban sentados antes y tomando su cuaderno y lápiz.
“¿Escribir qué?” preguntó confundido tomando el papel verde y el lápiz de rana.
“Todo lo que dijiste. Sólo notas cortas y así lo recordaré.” Se sintió casi… híper emocionado de tener a alguien escuchando su orgullo y placer por componer.
“Tu lápiz de rana…” Se burló Key mientras escribía con el colgante golpeando sus largos dedos.
“Por cierto, ¿cómo sabes tanto de música?” preguntó interesado.
“Bailo.” Respondió Key simplemente.
“¿En serio?” se animó un poco.
“Tienes que conocer algo sobre música para saber qué haces mientras bailas. Si la música no tiene un buen patrón todo está arruinado. Al menos, así sucede conmigo.” Sugirió sin despegar la vista del cuaderno.
Asintió absorbiendo la información. “¿Qué clase de baile?”
“Umm…” Sus labios y cejas se fruncieron haciendo una pausa.
Lindo. Pensó Jonghyun.
Espera, ¿qué?
Key alzó la vista. “Has visto las presentaciones de los idols, ¿verdad?”
“Claro.” Respondió Jonghyun intentado borrar su pensamiento anterior.
“¿Has visto las batallas de baile y cosas así?”
“Mmhmm” canturreó.
“Es ese tipo de baile. Diría hip-hop, pero eso es muy amplio para definirlo. No es ballet ni nada así, si eso es lo que crees.” Arrugó su nariz.
Lin-
No.
“Deberías mostrarme.” Sugirió Jonghyun con una sonrisa. “Puedo darte una crítica.”
Key se burló tornando su boca en una sonrisa para mirar al chico. “Como si necesitara una crítica.”
Alzó sus cejas sentándose y cruzando sus brazos “¿Engreído?”
“Confiado.” Key encogió sus hombros.
Jonghyun rió y roló sus ojos. Le gustaba el Key sin vergüenza.
“Te enseñaré si quieres. Pero no ahorita, la campana está a punto de sonar.”
Jonghyun soltó otra risa, tenía miedo de verse pues ahora estaban “parejos” y tenían que reemplazar eso con cierto deleite.
“Toma.” Cerró el cuaderno y se lo devolvió a Jonghyun.
Como una indirecta, la campana sonó en los pasillos terminando el almuerzo.
“Gracias.” Sonrió Jonghyun.
La pequeña boca de Key se convirtió en una sonrisa con el cabello sobre sus ojos mientras se paraba.
El mayor volvió a donde su guitarra y mochila estaban, guardando su guitarra en el estuche y tomándolo por la manija para guardarlo en su lugar secreto: la oficina de la maestra. (Hace tiempo, Onew le dio la llave de ese cuarto. Sí, él confiaba mucho en Jonghyun).
“Te veo luego.” Escuhó a Key llamarle desde la puerta.
“Adiós Key-ssi.” Jonghyun soltó una risita mientras se giraba para cerrar la puerta de la oficina.
“Te dije que me llamaras Key, no Key-ssi.” Contestó con una sonrisa retadora.
Jonghyun rio con su cara iluminada. “Está bien. Adiós, Key.” Dijo encorvándose para guardar su cuaderno en su mochila.
“Nos vemos…”
Si Key deseaba dejar las formalidades entonces así sería. “Sólo Jonghyun.” Sonrió. “A menos de que me quieras dar algún apodo.” Agregó con una sonrisa descarada.
Hubo una pequeña pausa antes de que Key dijera “Nos vemos Jjong” con una mirada casi desafiante.
Jonghyun rodó sus ojos pero no pudo contener su sonrisa… aun así notó la pequeña vuelta que dio su estómago por el hambre… Probablemente su sándwich no fue suficiente. Debió de haber acompañado a Onew al Jueves de Pollo.
Con una última sonrisa burlona Key salió del salón hacia la masa de estudiantes migrando en dirección a sus salones.
Jonghyun tomó su mochila en su hombre y moridió ligeramente su labio inferior para disminuir la intensidad de esa sonrisa.
Atrajo algunas miradas de sus compañeros del próximo periodo mientras se sentaba, pero sabía que todo valía la pena.
Sonrió todavía más cuando buscó su cuaderno de inglés en su mochila pero sus ojos se encontraron con ese cuaderno donde escribía con el lápiz de rana aún en el espiral.