Cazando a santa
Había pasado casi 100 años, pero él seguía impaciente, año tras año "cazando" a santa porque santa existía ¡él siempre lo supo! Quería decírselo a alguien pero no había un alguien a quien decirle, eso le entristeció un poco pero este sería su año, "atraparía a santa" ¡seguro él podría verle!
Tardo un poco en darse cuenta de su existencia realmente, fue por mera casualidad que esa noche se puso a ver por las ventanas, quizás fue algo masoquista el principio pero ese hombre de barba blanca y traje rojo dejando regalos ¡él siempre supo que santa existía! Se alegró tanto de verle que no le detuvo, como el niño que era siempre quiso atrapar a santa en el acto, verlo dejar los juguetes en aquella casa fue una gran alegría casi entra por la ventana sin importar romperla, pero el gusto no le duro tan rápido como entro se fue ¡¿Cómo lo hacía?!
Después de aquello se quedó pensando a veces cerca de aquella importante fecha, si santa existía, tenía un trineo, si tenía un trineo que volaba en algún lugar tenía que aterrizar, si tenía un lugar donde aterrizar seria su taller, ¡donde seguramente los duendes hacían los juguetes! Pero ¿Dónde estaría el taller de santa?
Bien se la paso buscándolo para distraer su mente de la soledad, de que nadie pudiese verlo, pero seguro santa podría verlo, era su esperanza. Busco año tras año el taller, ¡intento seguirlo! Pero el barbudo y robusto hombre era demasiado rápido para él, pero su deseo era más grande, ¡quería ver a los renos! ¡Los duendes! ¡A la señora Claus! ¡Incluso se podría quedar con santa!
Si, tal vez se hacía demasiadas ilusiones pero era la esperanza que le mantenía con vida, aunque ahora que lo pensaba ¿Por qué nunca recibía nada? Bueno quizás no se haya portado bien…en todo ese tiempo… pero ¡bueno no había alguien que le dijera que estaba bien y que no!
Era la noche antes de navidad, ya había hecho su trabajo, lo hiso muy rápido ¡este sería su año! Demonios estaba tan nervioso ¿Qué le diría?
Hola soy Jack frost no sé porque nadie me ve, pero oye te vi hace algunos años y pensé ya sabes ¡podría ser tu ayudante! ¡Prometo no dejar a los duendes sin trabajo! Entonces ¿qué dices? Tu yo dejando regalos todos los años piénsalo
Bien no podía decirle eso, porque seguramente se le lanzaría gritando que "¡eres santa Claus!"
Estaba tan emocionado e impaciente, se empezó a imaginar a él con uno de esos gorros con cascabeles ayudando a santa, sin darse cuenta que su emoción y su fuerte agarre a su cayado estaba provocando una tormenta, pero él estaba demasiado feliz imaginando, la señora Claus le aria sopa, aunque se quedó pensando ¿él podría comer sopa? Siguió divagando feliz hasta que sintió el viento violento tumbándole, como si le reclamara que debía calmarse
Entonces se dio cuenta de la tormenta que había creado ¡¿Cómo demonios iba a detener esa tormenta?!
Entonces vio el trineo, tratando de guiarse en el tormentoso cielo nocturno de la noche, ¡iba a derribar a santa con la tormenta!
Trato de calmarse, tenía que ayudar a su futuro "jefe" se calmó y fue hasta lo alto del cielo tapado con los nubarrones grises que dejaban caer con fuerza los copos de nieve, se relajó y trato de detener la tormenta, ¡Lo que menos quería era que santa le odiara! Uso toda su fuerza para aplacar la tormenta, valla que lo logro ahora solo tenía que ver si alcanzaría al hombre de barba y traje rojo, aunque no lo logro
-¡ahg!-se quejó viendo que este se había ido, soltó una patada molesto, cruzándose de brazos haciendo un berrinche aun en lo alto del cielo, dejo que el viento lo llevara a su lago a su "hogar", estaba reclamándose a sí mismo y toco el suelo caminando con normalidad hasta aquel lago congelado entonces distinguió algo, algo negro en todo lo blanco de allí, junto un árbol
-¡¿carbón?!-grito mirando las piezas de carbón y junto a ellas una nota
"¡casi dejas a los niños de esa ciudad sin regalos con tu tormenta!"
¡Eso no podía ser cierto! Aunque la letra era hermosa, ¡pero lo que leía en la nota no le hacía nada feliz!
"estas en mi lista de niños malos Jack frost"
Se indignó, si, no era su intención, de hecho ¡era culpa de santa por mal interpretar! Pero… ¡¿ESTABA EN LA LISTA DE LOS MALOS?! ¡Solo por un ligero error! ¡Eso simplemente no era justo! ¡Para nada justo!
"by: Norte"
Seguía indignado, poco le importaba si santa se llamara norte, (raro nombre, juraría que era santa) pero le resto mucha importancia, ¡él no era un niño malo! ¡Él no tenía la culpa de alegrarse tanto!
¡Santa no era justo! Simplemente no lo era, arrugo la nota en su mano y pateo parte de la pila de carbón aun indignado, pateo cada carbón con enojo, con frustración, haciendo el mayor berrinche de su vida, mientras soltaba breves palabras que demostraban su enojo, pero más que nada, muy dentro de el algo se partía, porque ni siquiera pudo tener al hombre de frente, no, ya no tendría la oportunidad de ir al taller de santa, no podría ver nunca a los duendes haciendo regalos, la señora Claus no le aria galletas, no usaría un ridículo sombrero con cascabeles, no ayudaría a santa en cada navidad venidera, no, ya no habría esperanza de estar junto a alguien que podría verle o escucharle, no, su esperanza había muerto y después de aplastar el ultimo pedazo de carbón que vio, se recargo junto al árbol abrazando sus rodillas, tratando de calmarse, tratando de que los sollozos no salieran y quitándose las molestas lagrimas que se congelaban al bajar por sus mejillas.
No habría navidad para el simplemente, aun si la luz de la luna intentaba calmarle, le ignoro como el astro hacía con el siempre, el viento no soplo como si le dijera "la regaste" como si él no lo supiera, no cazaría a santa el próximo año, porque esa pequeña y fría nota le basto para quitarle las ganas de hacerle ver al regordete hombre