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The Nightmare Kingdom por TheSexiestDiva

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Notas del capitulo:

Diva: Hum… heloww
Eso es lo mejor
Diva: ¡¡Cállate!! ¡Tu siempre llegas gritando, yo puedo presentarnos como se me antoje!
Hay… no era para que te enojaras. Bueno hola mundo de Amor Yaoi, llevamos siglos desaparecidas
Diva: ni que alguien lo hubiera notado, los fics que seguimos aun después de tanto, siguen en proceso, sin ni una sola actualización, y nuestro único fic fue borrado por nosotras
Aaa, pero eso que importa, mejor vamos directo al grano. Si no creo que nadie me haya leído antes, al menos casi estoy segura que no lo recuerdan
Diva: aunque teníamos 100 lecturas, yo que se, pero bueno algo que diremos es que este es el mismo fic que publicamos y eliminamos
Claro solo que reeditado, aquí solo llegamos a el tercer capi pero en FanFiction publicamos hasta el decimo capitulo, que mas puedo agregar creo que debemos explicarnos, en primero me fui por que no tenia un solo reviw, en segunda tuvimos un problema que nos lleva a vivir castigadas hasta el dia de hoy, tercero mi narrativa cambio un mundo y cuarto, pues tenia que expandir la historia
Diva: si lo dices así parece un castigo
Y es lo que es…
Diva: huyy… bueno no lo comenten pero la reedición es casi hecha solo para aquí, pues bueno, allá y acá todavía hay un mundo de diferencia, pero bueno se notara hasta próximos capis, pero ya fue mucho parloteo, nos vemos
Y yo digo: ¡Al capítulooooooo!

The Nigthmare Kingdom
¿Vampiro?

No estaba seguro de que hora era, ni siquiera si había permanecido ahí tirado unos minutos, unos segundos, unas horas o hasta tal vez días. Si sonaba disparatado ¿no? en realidad si supieran lo que había ocurrido hacia… no sabía cuánto tiempo no les parecería así, si tal vez debería de comenzar en donde estoy, pero ir al grano es mas lo mío, en fin.

Ahora mismo me encontraba tirado en el suelo, sin encontrar las fuerzas suficientes para levantarme o siquiera abrir los ojos, sabía que era de noche pues aun con los ojos cerrados, el negro que se extendía delante mío, era tan profundo que no parecía haber luz en mi cercanía, oía el susurro fantasmagórico del helado viento nocturno revolver mi cabellera y el frio de este rosar mi piel ya más fría que el hielo.

Llegaba a sentir la dura estructura que estaba bajo mío, molestándome en mi ya de por si precaria posición, recostado boca abajo en el suelo, a solo unos metros de entrar a mi casa, si esto ya en si era extraño aun no termino, bajo mi no solo lograba sentir la dura piedra, que hacia un elegante camino reptante hasta la entrada de mi si exuberante vivienda, incluso para mis ojos.

Bajo mi lograba aun percibir con mis fuerzas decreciendo, un charco de espeso liquido que a cada instante se espesaba mas y mas, bien lo sabia pues este enorme charco sobre el cual descansaba mi débil cuerpo había fluido copiosamente de mi, deslizándose desde mi cuello hasta escurrirse al lugar donde ahora estaba, si era un charco de sangre sobre el cual estaba recostado, un charco de ¡mi! propia sangre, enfermizo ¿no?

Y todo había comenzado de una manera por demás inverosímil, siempre me considere una persona practica, centrándome en lo que tenía que hacer era callado, inteligente y escéptico, si podía verlo y oírlo existía, mas aun cuando me acababa de pasar hacia... sigo sin saber cuánto tiempo llevo aquí, pero siempre creí, que estas cosas eran producto de la imaginación de las personas, y de su gusto masoquista al terror. Más aun cuando me cueste admitirlo, tendría que hacerlo, pues me había mordido un vampiro.

////////////////////////////////////Flash Back////////////////////////////////////

Esta semana habían comenzado las clases, y por un cambio de administración el viernes habíamos tenido el día libre, día que mis amigos y yo ocupamos para hacer un exhaustivo ensayo en el que tardamos todo el día. Si las clases acababan de comenzar y ya teníamos los deberes hasta el cuello, esa mañana temprano me había dirigido a la casa de Hidan, donde Kakusu y yo nos reuniríamos con él para realizar el trabajo.

Hidan y Kakusu, eran mis únicos amigos desde que éramos niños, bien muy pocas personas podrían soportarnos, siendo como éramos: Hidan un fanático religioso malhablado de lo peor, Kakusu, un avaro amargado, y yo un chico impaciente y demasiado soberbio para mi bien, así que mas habíamos comenzado a juntarnos por ser los "raros" y al final he de admitir terminamos siendo muy buenos amigos.

El día se pasó tan lento que para mi gusto, bien pudo haber sido todo un año perdido, entre bromas tontas todas por parte de Hidan y coqueteos mal disimulados que solo lograban erizarme los bellos. Terminamos bastante tarde pues las luces de la calle ya estaban encendidas, y el sol se había ocultado en el horizonte hacia horas, dejando que las tinieblas reclamaran como suya la ciudad entera.

Salí de casa de Hidan, azotando fuertemente la puerta principal, dejando que los chicos que discutían aparatosamente dentro de la vivienda, notaran mi partida, para que de una vez se callaran. Dios me dolía la cabeza solo de escucharlos, estaban en el segundo piso y aun en la calle lograba escuchar sus ensordecedores gritos, provenientes de una discusión inverosímil y mal montada por parte de ambos.

Bien siempre habían discutido pero desde hacía dos meces su cuota de discusiones se había elevado un 1000% y por qué, porque ese par de idiotas querían encubrir su relación amorosa, de la cual ya estaba bien enterado, yo y toda la escuela por igual, incluso me parecía que ellos lo sabían, pero ahí seguían gritando como idiotas, logrando sacarme de mis casillas como nadie jamás lo había hecho. Agite la cabeza al dejar de escuchar sus gritos, bien sabia que ahora se estaban devorando la cara como si no hubiera mañana, así que sin más emprendí mi camino de vuelta a casa.

Mientras caminaba por las oscuras calles mal iluminadas por la naranjosa luz de los postes, podía notar a las personas caminar a mi alrededor aun haciendo el típico bullicio del medio día, o bueno el acostumbrado en esta ciudad a estas altas horas de la noche. Con todos los jóvenes traumados, en los clubes y antros, bebiendo hasta perder la conciencia, drogándose y no sabía que tantas otras cosas, de las cuales no me quería enterar jamás.

El problema era que todos perdían sus miradas como hipnotizadas sobre mí, baya viviendo en esta ciudad deberían ver a personas como yo todo el tiempo, no es que quiera ser vanidoso o ególatra pero bien sabía que era muy atractivo, era alto my rostro aun era infantil aunque sus trazos eran fuertes, mi piel blanca, mucho para una ciudad costera como Los Ángeles, mi cabellera igualmente llegaba a ser un foco que para mi desgracia gritaba por atención, alborotados cabellos rojos que bailaban como el fuego mismo y bueno mis ojos me parecían comunes, lo único común en mi, color beige eran solo ojos.

Mi nombre Sasori Akasuna, simplemente me estresaba tener todas las miradas sobre mí, como ya dije con Hollywood tan cerca, porque no se iban a ver a las súper estrellas, en vez de mirarme como babosos, no le tome más importancia al asunto, así que seguí tranquilo mi camino hasta casa. Estaba acostumbrado a sentir las miradas de todos taladrarme el cuerpo insistentemente, mas la mirada que ahora tenía clavada en la nuca era muy diferente, era como si alguien lengüetera mi cuello, con una lengua de fuego, era realmente perturbarte.

Un fuerte escalofrió quiso correr de mi cuerpo, ante tan perturbarte sensación, mas logre no mover ni un atisbo un solo musculo, continuando mi camino con calma bien fingida. Pero esa perturbarte mirada me seguía, lo sentía, mas no quería ser tan obvio como para girarme, solo podía mirar por el rabillo de mis ojos hacia el suelo, intentando distinguir alguna sombra que me siguiera, mas con lo reducida que tenia la visión no lograba ver nada.

En otro vano intento por percibir la procedencia de esa mirada que me ponía los bellos de punta, agudice mi oído tanto como podía, una vez mas no logrando escuchar más que el eco de mis propios pasos caminar por ahora una calle vacía, entrando a la zona residencial de Beverly Hill´s, algo que me anunciaba ya estaba cerca de mi hogar. Acelere el paso, sutilmente, bien no sabía que pasaba, nadie me seguía, pero esa repugnante sensación en mi nuca no desaparecía aun caminara cuanto caminara intentándome alegar de cualquier cosa.

Ya estaba paranoico, genial, mire hacia el cielo intentando encontrar algo, como una señal, mas para aumentar mi paranoia, ese día el cielo estaba más oscuro que de costumbre, era realmente perturbarte, no había ni una sola nube surcándolo, como si alguien por capricho las hubiera quitado todas, la estrellas destellaban como pequeños diamantes bañando el cielo, y la luna, no estaba, una linda noche de luna nueva y yo histérico.

Aun con todo esto: mi cerebro entumido, más todas mis divagaciones mentales a las que había derivado mi cerebro aletargado, algo estaba muy claro, yo no imaginaba este tipo de cosas. Así que si había alguien o algo siguiéndome, un ladrón muy probable, algún animal, no la mirada no se sentiría así pensándolo bien tampoco la de un ladrón, tal vez un violador... me detuve en seco a la mitad de la calle, abofeteándome mentalmente, pero que otra cosa me vería así.

Solo pude torcer la boca disgustado, mostrando sutilmente mis dientes a la par que soltaba un gruñido, que bien podría a verle pertenecido a algún animal salvaje, y sin más continúe mi camino realmente molesto. Si el miedo se había esfumado, aunque no sabía si realmente había sido miedo o solo confusión, ahora estaba molesto, más que con el propietario de esa mirada, mas conmigo, por dejar que mi cerebro ahora cansado por el desgastante trabajo, desvariara como idiota, solo  faltaba el pensar que me seguía algún monstruo, y ahí estaba pensándolo que m**rd*.

No pude evitar volver a producir ese primitivo gruñido, pero ya estaba arto, por suerte la distintiva reja de elegante metal negro retorcido en elegantes figuras, custodiado majestuosamente por dos leones que se formaban en ellas, me mostraban que había llegado a casa, saque las llaves del bolcillo, listo para abrir la reja cerrarla y terminar con todo esto de una buena vez. Así que veloz introduje la llave en el cerrojo y abrí la elegante reja, solo lo suficiente para que mi cuerpo pasara, una vez dentro cerré estas y volví a meterle la llave cerrándola. Y por fin para mi alivio deje de sentir esa mirada atravesarme.

Me permití soltar un suspiro de alivio, acomode la pequeña mochila que había cargado solo con mi laptop y un cuaderno, pues el hombro derecho comenzaba a entumirse, distraídamente mire el paisaje que se desenvolvía delante de mí. Un exuberante jardín de aspecto selvático, el césped crecía salvaje en todas direcciones, igual que los desalineados arbustos, las flores se ocultaban debajo el verde césped, demasiado alto como para ellas lograr mostrarse elegantes sobre el mismo.

Si se notaba que no era lo mío eso de la jardinería y el elegante caminillo de piedra que reptaba entre en desalineado jardín, hasta la entrada de la exuberante casa, mantenía entre los espacios de las piedras una capa verde de musgo tan esponjoso que podría ser usado como una alfombra. La casa era lo único que se mantenía imperturbable por el tiempo, de un cálido color crema, pintadas sus altas paredes, el techo de lozas mantenía un armonioso tono azul marino, que bien combinaba con el blanco de las paredes. Al final del caminillo de piedra descansaban unas escaleras de brillante mármol blanco y sobre esos 5 escalones, imponentes se elevaban dos grandes puertas de madera color negro.

La casa había pertenecido a mis padres, quienes habían muerto en un accidente automovilismo, antes de que yo tuviera memoria, así que siempre había vivido con mi abuela, y no tenia de nada de lo que quejarme. Pero hace dos meces había decidido venir a la casa de mis padres a intentar ponerla en orden y esas cosas, y había descubierto varias cosas, limpiar, la jardinería y la cocina no eran cosas que se me dieran, comenzaba a desesperarme y ya estaba planteándome regresar con mi querida abuela. Con ella y toda la servidumbre complaciéndome, si me había vuelto  perezoso, al menos en el aspecto de que no sabía cocinar, estos dos largos meces solo había comido comida rápida, era patético.

Decidí, que ya había sido demasiado por un día, después me plantearía mas estas cosas, pues ahora con el cerebro adormilado negándose a trabajar como debía, no quería pensar pues como hacia minutos en la calle, llegaría a conclusiones disparatadas e inverosímiles. Mas cuando iba por la mitad del camino empedrado, por el rabillo del ojo derecho note una sombra grande moverse veloz entre los desalineados árboles del jardín.

Mas imaginaciones mías porque mi cerebro decidía jugarme broma tras broma en un día tan extenuante. Decidí seguir sin más pero percibí esa sombra una o dos tal vez tres veces más, se movía demasiado rápido entre los árboles, esta vez si me detuve en seco, ¿mas imaginaciones hechas por mi cerebro aletargado? aunque... esa  sombra se había visto muy real, aunque claro con ese tamaño no tendría esa velocidad que era totalmente irreal.

Mas una vez más la sombra paso escabulléndose de un árbol a otro, esta vez ya confundido y hasta intrigado, gire el rostro enterrando mi mirada en el árbol al que la sombra recién había caído, tal vez era un águila con el ala rota, o yo no sabía qué, pero ahora si estaba bien seguro de algo. Por primera vez en toda la noche algo había ahí, o algo había estado ahí, porque no podía ver nada, aunque bien podría ser por la absoluta oscuridad que apenas me permitía ver vagamente mi  camino.

Bueno fuera lo que fuera lo resolvería mañana, con la luz solar en lo más alto dejándome ver todo claramente, regrese la vista al frente y sacándome el susto más grande del mundo, me tope de lleno con unos ojos realmente aterradores. Ambas orbes brillando en un intensó tono purpura, con extraños aros abarcando la circunferencia de los mismos, naciendo todos de la pequeña pupila  negra, que se mantenía fija, enterrándose en las mías, de una manera tal que me quitaba todo el aliento.

En este momento la sorpresa y el miedo, se fusionaban dentro de mi helándome el interior, hasta dejar que la sangre se estancara en mis venas, impidiéndome mover siquiera un dedo, y mi cerebro por fin había terminado de desconectarse, solo dejándome ahí de pie, sin poder pensar o siquiera inténtalo.

Ni siquiera terminaba de entender que pasaba, sabía que forzosamente debía haber alguien ahí delante de mí, eso obviamente me sorprendía, pero esos ojos tan... extraños y perversos que brillaban con luz propia eran aterradores, así que a ciencia cierta ya ni siquiera sabía que sentía con exactitud. Quien estuviera delante de mi estaba literalmente sobre mí, sentía su helado aliento chocar contra mi rostro, aquel se aparto algunos pasos mostrándose ante mis ojos, incluso lo catalogaría arrogante.

Era un hombre alto, más que yo tal vez diez centímetros, y yo media poco más de un metro ochenta, su rostro era de facciones varoniles suaves pero poderosas, era un hombre atractivo, de piel blanca como porcelana, ojos como salidos de una pesadilla. No sabía que me asustaba mas en ellos, esos aros, el color o que brillaban, realmente todo era aterrador. Su atractivo rostro estaba cubierto de pircings, era realmente exagerado, tres a cada lado del puente de su perfecta nariz, dos con forma de colmillos bajo su labio inferior, como diez adornando su oídos, mas dentro de sus oídos tenía un cilindro, finas cejas naranjas se encorvaban elegantes sobre sus ojos, y su cabello era corto y alborotado, su tono naranja me recordaba a una zanahoria.

Era un hombre joven y atractivo, con toda la pinta del chico malo que siempre derretía a las chicas, ante mis ojos el hombre no tendría más de 22 años, y aun así mantenía un porte y una elegancia nada comunes en un chico como él, es mas nada comunes en nadie. Su pose era altiva pero elegante demasiado elegante, sonrió claramente divertido, ante seguro mi horrible mueca de terror, contra la cual no podía luchar, mi cerebro seguía sin querer responder y no podía ordenarle a mis músculos que cambian de pose.

No cabe duda, eres tú- su vos fluyo elegante de sus labios, el hombre poseía una vos profunda  seductora, elegante y armoniosa, realmente ese hombre delante mío era un monumento a la belleza masculina, baya creo que estos no eran momentos para pensar en esto, pero era algo que saltaba a la vista a gritos.

El hombre ensancho su sonrisa, volviéndola hasta diría picara, se acerco dos pasos volviendo a acortar la distancia que nos separaba, instintivamente quise retroceder pero seguía sin poder siquiera pestañear, ya me parecía haberme convertido en un estatua ahí en medio del camino, una vez delante de mí, el hombre coloco con elegancia sus manos sobre sus caderas y se inclino hacia el frente, acercando su rostro tanto al mío, una vez más su fría respiración volvió a golpearme el rostro.

Su mirada era divertida pero imperiosa, la diversión se borro de sus espeluznantes orbes, remplazada por una seriedad abrumadora, no pude evitar sonrojarme avergonzado, ante el claro escudriño que aquel hombre tan imponente sometía a mi rostro, una vez termino, una mirada de diversión poseía sus profundas orbes, mientras elegante se erguía separándose nuevamente de mi.

Si eres tú- repitió, no lograba conectar mi cerebro a mi cuerpo, pero bien sus palabras solo me confundían más de lo que ya estaba- sigues igual que siempre, incluso pareciera que no ha pasado el tiempo, tu cuerpo, tus reacciones, tus gestos, tu energía, exceptuando un pequeño detalle...  tu repugnante humanidad- cada palabra, pronunciada lentamente bien delineada por  sus carnosos labios, solo había logrado confundirme mas y mas, y aun mas lo último.

Parecía que me conocía hablaba como si lo hiciera, pero yo en mi vida lo había visto, alguien así era inolvidable, mas ya estaba arto de no entender, quería respuestas y ya, y lo más importante era como diablos había entrado a mi casa, así que haciendo un esfuerzo sobre humano que me causo dolor de cabeza logre conectar mi cerebro con mi cuerpo.

¿Qu... qu... qué?- torpemente tartamudee, con vos ronca, aun sin poder tomar por completo el control de mi cuerpo.

No lo entiendes ¿verdad?- esto comenzaba a volverse raro, y aun mas cuando note su cálida mano posarse sobre mi mejilla sobresaltándome de sobremanera, y logrando una vez más sonrojarme hasta las orejas- pero que mono- comento en un exagerado tono de dulzura fingida- a su debido tiempo lo recordaras. Pero ahora tengo que devolverte tu antigua gloria, quitándote esta repulsiva humanidad.

- seguía sin entenderle, más bien cada vez estaba más confundido, y sin tener control de mi cuerpo logre hablar, con una vos tan débil y tan rasposa que me lastimaba la garganta- ¿De qué diablos hablas?- pregunte entintando de rabia mis palabras, lo mejor que podía en mi precario estado.

- la sonrisa del pelinaranja simplemente se ensancho, aun tierna y divertida- el universo te jugó a ti y a todos nosotros una gran broma, transformándote en un humano, baya especie más patética y lastimera- abrí los ojos tan grandes como podía, hablaba de los humanos como si él no fuera uno, y a que venía todo esto.

Yo... no entiendo- por fin logre relajar mis músculos, al retomar el control total de mi cuerpo, asevere la mirada intentando volverla peligrosa hasta perforar con esta al poderoso hombre delante mío- ¿¡Qué clase de maldita broma es esta!?- pregunte histérico, a que jugaba este hombre.

Jajaja- su profunda y elegante risa solo logro crisparme los nervios y hacer que cada bello de mi cuerpo se erizara como si me tratara de un gato enojado- sabia que al ser un humano esto sería divertido, pero... pero jaja esto lo supero mucho- su vos sonaba ahogada muestra del esfuerzo que estaba haciendo al contener en su pecho su elegante risa.

Ya me arte- dictamine tan fríamente como podía- a que viene todo esto, si tu intención era burlarte de mí ya lo lograste, porque realmente no entiendo ni una palabra de lo que dices, así que por qué no regresas por donde sea que hayas llegado- cansado realmente arto de todo, rodé al hombre que se veía impresionado por mis palabras, retomando mi camino hacia la casa.

- no di ni dos pasos cuando de una manera más que extraña y espeluznante, aquel sujeto estaba ahí de pie delante de mi nuevamente, impidiéndome dar otro paso, con los brazos cruzados con fuerza sobre su pecho y su mirada vuelta peligrosa clavada sobre mi- bien si es lo que quieres, te lo diré rápido y conciso... yo no soy un humano y antes de morir tu tampoco lo eras.

Una vez más quede en shock por las palabras de aquel hombre, pero sentía que algo en ellas tenían razón, ¡maldigo a la escuela!, ella y sus malditos ensayos me habían dejado como idiota, ahora mi aletargado cerebro que comenzaba a parecer tenía algún daño o algo así, creía las palabras dichas por aquel sujeto, palabras que en circunstancias normales hubiera reído de ellas.

- el hombre sonrió satisfecho al verme una vez más sumido en un debate mental- ¿mis ojos no son prueba suficiente?- pregunto incluso sarcástico me pareció, cosa que me hizo mirarlo una vez más fijamente a sus ojos, lo admitía no eran humanos- bueno veo que me crees, o al menos dudas, te lo terminare de comprobar, soy un vampiro y tu pronto volverás a ser uno.

Mi escepticismo regresó en un parpadeo, si me hubiera dicho que era un experimento, bueno lo creería ¿pero un vampiro? baya cliché más viejo y gastado. El hombre volvió a sonreír al notarme dudar, mas esta sonrisa era perversa, realmente terrorífica de alguna manera inexplicable pero era espantosa, mostraba sus dientes y sus ojos bueno ya por si solos eran perturbadores, mas tenían un deje desquiciando en este momento realmente aterrador.

Sus colmillos descendieron lentamente escurriéndose por sus encías creciendo al menos al doble de su tamaño original, con una punta que destellaba peligrosamente, mostrando un filo que cualquier bisturí quirúrgico envidiaría, bien tal vez en algún remoto rincón de mi cerebro le creía, aunque ahora algo en mi cabeza gritaba que era un vampiro, yo más bien diría no quería creerlo, no quería salir de mi mundo donde todo era racional y explicable.

En fin- fueron las últimas palabras que le escuche de manera lejana, porque icso facto, desapareció, apareciendo tras de mí, tomándome con sus fuertes brazos por la cintura, apegándome contra su fuerte pecho- terminemos esto de una buena vez, así saldrás de dudas- su profunda vos al chocar contra mi oído inconscientemente me hizo temblar las rodillas y lanzar mi cabeza hacia un lado, ofreciéndole con descaro mi cuello.

Creo que no paso ni siquiera un segundo completo, para que aquel hombre clavara sus dientes en mi cuello, estos se enterraron fácilmente en el, como un cuchillo caliente en mantequilla, todo mi cuerpo tembló ante la intromisión, siendo sinceros no dolía mucho, mas si era... extraño. Una sensación demasiado extraña, en un principio un frio atroz me congelo las entrañas, para ser  remplazado segundos después por un calor asfixiante, de tal magnitud que me parecía haberme convertido en una hoya de vapor a punto de estallar.

En esos momentos me perdí en el tiempo, suspendido por la extraña sensación que esto me estaba causando, calor sofocante y el suave roce de los labios del pelinaranja sobre mi cuello, succionando suavemente despojándome poco a poco de mi sangre. Solo un tiempo después me di cuenta realmente de la gravedad del asunto, pues ya ni siquiera tenía fuerzas para pensar, estaba como en un limbo flotando a la deriva, mis piernas ya no respondían, si seguía en pie era únicamente porque aquel hombre me sujetaba, mis brazos se balanceaban con el viento a los lados de mi cuerpo, que situación más humillante y mi cerebro seguía descompuesto. Aunque aun con mi cerebro funcionando esto seguiría siendo humillante.

El pelinaranja se aparto de mi cuerpo y me soltó sin más, dejando que mi débil cuerpo emprendiera su rápido descenso hasta impactarse contra el suelo, no tenía fuerzas para intentar detener la caída, es mas ni siquiera había tendió fuerzas para cerrar los ojos para inútilmente intentar evitar la caída, mas nunca sentí el frio suelo estrellarse fuertemente contra mi cabeza y espalda, no más bien sentí, el fuerte brazo de aquel vampiro, enroscarse, hábil como una serpiente entorno a mi cintura, para obligarme a incorporarme.

Y esta vez estábamos tan cerca que nuestros cuerpos se tocaban, sus perversos ojos atraparon a los míos de nuevo, eran hipnóticos no solo por su brillo y extrañeza incluso sin los aros, había algo en ellos aun más poderoso que esas extrañezas, que bien podrían ser accesorios, que dejaba que esos brillantes ojos atraparan a los tuyos y no los dejaran ir, no importando cuanto lucharas, claro yo ahora ni siquiera podía pensar en respirar, solo lo hacía porque era una acto reflejo de mi cuerpo.

Apenas logre percibir como el pelinaranja, estiraba su brazo libre extendiendo la palma de su mano delante de su rostro, haciendo un rápido y velos movimiento abriendo una larga herida en su palma, usando su filoso colmillo aun crecido para abrir su suave piel, no tardo mas en pegar sus labios a su mano, rodeando la herida de la cual copiosa escurría su sangre, la cual no tardo en beber.

Aun en mi débil estado, al punto de la inconsciencia, que el vampiro bebiera su propia sangre me parecía extraño, o no sabía con lo débil que estaba, solo quería cerrar los ojos y dormir mil años. Tal vez divague demasiado tiempo, pues ahora veía, el rostro de aquel ser acercarse peligrosamente al mío, cada vez más y más cerca esto comenzaba a perturbarme, no entendía que iba a hacer ahora y sus aterradores ojos me robaban la poca conciencia que aun tenia.

Y sin más aquel poderoso ser pego sus labios a los míos, sorprendiéndome de sobremanera, mas como única reacción de sorpresa solo pude abrir los ojos tanto como podía. Sus fríos labios estaban húmedos, tanto que incluso escurrían algún líquido espeso mucho más espeso que la saliva. Con cierta brusquedad me obligo a abrir mis labios, usando los suyos para hacer la acción, dejando que el líquido que llevaba en la boca se escurriera hacia la mía.

Apenas entendí que no era un beso, sino una simple acción para obligarme a beber su sangre, aun con el cerebro medio muerto recordaba que el mismo había bebido su sangre, mas la había contenido en sus labios, para pasármela, aunque no entendía el propósito, según tenía entendido para convertirme en un vampiro ¿no bastaba ya su simple mordida? o tal vez no. Había tantas versiones y ahora veía que todas podían ser mentiras, o todas ciertas, o podían mezclarse de cierta manera bizarra formando así la realidad.

Casi ahogado solo podía tragar con torpeza, llenando mi paladar de un espantoso sabor metálico, que pronto desapareció fundiéndose en mi carne, algo por demás atemorizante y extraño, pues ahora sentía ese cálido, liquido fundirse en mi interior, comenzar a extenderse lentamente por todo mi cuerpo, sin más el vampiro aparto su rostro del mío, sonriendo entre juguetón y triunfal, no pude evitar preguntarme si todos los vampiros serian bipolares.

Y aun con esa extraña sonrisa gravada en su rostro me soltó bruscamente, dejando a mis débiles piernas la forzosa labor de mantenerme en pie, ni siquiera pudieron sostenerme una decima de segundo, por lo cual irremediablemente caí de bruces al suelo, el impacto fue inflexible y por mi cabeza paso una lista de improperios que podría gritarle a aquel vampiro, más claro en mi estado no podría siquiera pronunciar.

- el vampiro se inclino con elegancia delante de mí y con cuidado acomodo los revoltosos cabellos de mi fleco, para poderme ver a los ojos, quería mirarlo con rabia mas ni siquiera logre hacer el más mínimo cambio en mi expresión- no te preocupes te sentirás muy débil durante algunas horas, es normal- me explico tan calmado como si esto fuera muy normal, aunque ahora no lo sabía, era probable.

Y una vez más el vampiro sufrió un cambio radical en su expresión, su antigua destellante mirada divertida y su sonrisa juguetona se borraron como derretidas de su rostro, mostrando al hombre, inmaculadamente serio incluso podría decirse frio, aunque más bien seria inexpresivo, una vez más con su típica elegancia antinatural se irguió imponente, no sabía porque ahora mostrándose incluso místico.

Tal vez debería de llevarte conmigo ahora y sentenciar al universo ya mismo- su vos poderosa y oscura lograron que un escalofrió trepara monstruosamente por mi espalda- pero no es lo mío, prefiero jugar un poco mas- una vez más me miro fijamente a los ojos logrando intimidarme mucho mas, de lo que antes lo había hecho- además quiero ver cómo reaccionan todos, esto será divertido- acepto oscuramente sin variar en su expresión un solo atisbo- bueno entonces ya  volveremos a vernos en algún momento.

Callo algunos segundos, buscando algunas palabras más que dedicarme, pero cuando estaba a punto de hablar una vez más, una extraña sombra se elevo tras él, tan negra como el carbón y realmente extraña pues parecía moverse atípicamente, como el humo. El vampiro giro la cabeza mirando aquella sombra, sin variar en su expresión, cada vez me parecía más que todas sus expresiones anteriores las había fingido, pues ahora se levantaba delante mío inmutable y poderoso, aterrador era la palabra perfecta para describirlo.

Sin más la extraña sombra continuo elevándose perezosa hacia el cielo, y el poderoso vampiro solo atino a mirarme una vez más para él, igualmente despegarse del suelo y elevarse como un dios hacia el cielo, y en un parpadeo ambos desaparecieron no dejando nada a su paso, como si jamás se hubieran aparecido en mi destartalado jardín, mas de prueba estaba yo, ahí tirado en el suelo aun perdiendo una cantidad grosera de mi liquido vital, y así sin fuerzas y a cada segundo más débil caí inconsciente.

//////////////////////////////////Fin Flash Back//////////////////////////////////

Y así fue como termine aquí, aun después de no sabía cuánto tiempo, aunque aun era de noche, pues todo a mi alrededor seguían siendo sombras, podían ser como ya dije minutos, horas, días, aunque si ya hubiera sido de día, me hubiera quemado o puesto a brillar como imbécil, ¿no eso les pasaba a los vampiros si el sol los tocaba? en fin, como ya había dicho, también podía que nada de lo que sabíamos de ellos fuera cierto.

Todo era un mundo de posibilidades, mas ahora ahí tirado en un charco de sangre que comenzaba a coagularse bajo mío, pegándome la ropa a la piel y sucesivamente la ropa al suelo, no podía aun siquiera concebir la idea de levantarme y es que estaba tan débil que me pareció cómoda la idea de dormir ahí en el duro y frio suelo de roca, en el jardín con el frio golpeándome implacable la espalda, pero no tenía fuerzas. Así que volví a cerrar los ojos dejando que Morfeo me llevara a su  mundo una vez más.

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Mientras tanto en un lugar muy alejado a la actual posición de Sasori, se extendía hermosamente un sombrío paisaje, hipnótico ante los ojos de cualquiera, una vieja ciudad, sumida en las penumbras de la noche, de calles de piedra y antiguas farolas iluminando el paso de las pocas personas que aun transitaban el lugar, el oscuro firmamento estaba totalmente despejado ni una sola nube corría por el cielo, ni una estrella destellaba en el, dejando que la hermosa y enorme  luna llena destellara como una joya inalcanzable para cualquier bolcillo.

Y aumentando el misticismo del lugar, una ligera capa de niebla corría por el suelo, enredándose en los pies de las personas, alcanzando a cubrir hasta sus rodillas. Una chica que caminaba con un porte y elegancias, que la hacían resaltar de resto de personas, que al mirarla solo atinaban a hacer una suave reverencia que la fémina respondía con un movimiento de cabeza, dejando que  los demás continuaran con sus rutinas.

La chica era de estatura poco mayor a la mediana, su figura era resaltada por sus prendas, algo ridículas en una mujer que no pasaría los veinte años, un bléiser azul marino ajustado a sus curvas, del cual resaltaba la blusa blanca con exceso de encaje sobre el pecho, y la minifalda igualmente azul, que solo cubría lo necesario, apretándose tanto a sus piernas que daba la impresión que en cualquier momento explotaría, mas el maletín que cargaba con refinación, entre sus largos dedos apenas sujetando el asa del mismo.

Y quitándole toda seriedad a su vestimenta se encontraba su juvenil y jovial rostro, ahora tan serio que resultaba peligroso, enmarcado por un extravagante cabello rosa claro, que ni siquiera llegaba a sus hombros, mal cortado podría decirse, más su fiera mirada verde jade entintada en peligro, hacían que cualquiera corriera aterrado ante el peligro que representaba la bella joven.

Ponto la fémina quedo sola cambiando por la avenida, siendo su único acompañante el eco de sus pasos que resonaban con eco espectral, aunque detuvo de golpe su andar, cuando la calma y quietud de la noche fue interrumpida groseramente, por el poderoso sonido de su celular resonando desesperado en el bolcillo de su saco, sin más la chica saco el pequeño y brillante aparato rosado, miro de soslayo el numero y contesto de mala gana.

¿¡Qué!?- fue su maleducada y golpeada forma de contestar, que pareció no sorprender o afectar a la persona del otro lado de la línea.

Cinco minutos- hablo una vos infantil, aun así siendo una vos profunda y seductora, de mujer joven, la pelirrosa solo pudo tragarse su rabia y confundida elevar con elegancia una ceja.

¿Qué?- repitió su pregunta inicial mas esta vez en un tono suave y confundido.

Cinco minutos- repitió una vez más la otra- en cinco minutos te llamaran y te darán el informe de un vampiro que acaba de ser convertido, tienes que ir tú misma por él.

- entre la lluvia de información brindada por la otra fémina, a la pelirrosa solo le quedo rondando en la cabeza el hecho de que la otra conociera de ese vampiro convertido- ¿y tú como sabes que acaban de convertir a un humano?- pregunto seriamente, exigente de respuestas claras y concisas.

- la otra hizo una larga pausa, mas con un suspiro de cansancio termino por convencerse que era mejor decirlo ya- fue convertido por Pein- suspiro débilmente deseando que sus palabras no llegaran a oídos de la otra.

Pero la pelirrosa había escuchado perfectamente cada palabra, quedo callada un largo rato, en completo shock, con el rostro desencajado, sus hermosos ojos bien abiertos y la mandíbula sin fuerza por los suelos temblando sutilmente, a la par que el agarre de sus largos dedos flaqueaba en su celular, casi dejando que este se escurriera por ellos y callera al suelo.

Mira Sakura sé que esto es sorpresivo y fuerte para ti, pero concéntrate ¡por favor!- la elegante vos de la fémina y sus últimas palabras casi suplicantes lograron hacer reaccionar a la pelirrosa, que regreso a una vista seria y a un agarre firme sobre su celular.

Esto solo quiere decir una cosa- menciono de una manera casi peligrosa- a encontrado a alguien digno- no pudo evitar producir un gruñido animalesco, que provoco una sonrisa perversa en la otra fémina.

Así es y el significado de eso es que la guerra está a punto de comenzar- dictamino fríamente la fémina, comenzando a trazar un plan mental lista para cuando esto estallara.

No podemos hacer nada todo está dicho y hecho- acepto en un suspiro derrotista Sakura.

Así es, más nosotras tenemos nuestro propio plan no lo olvides- recordó calculadora la otra fémina, incluso resultándole aterradora a Sakura.

Lo sé- asintió la pelirrosa, soltando un pesado suspiro, que casi llego a dolerle- cuídala yo ya no podre hacerlo más, es lo único que te pido- su suave tono casi sonando a una súplica estuvo a punto de romperle el corazón a la otra.

Lo hare, no tienes por qué dudar de ello, sabes que lo aria aunque no me lo pidieras- comento la otra intentando apaciguar el dolor que bien sentía escurrir de Sakura.

Ambas callaron un largo rato buscando bien, cuales serian las últimas palabras que se dirían en términos tan amigables, a la par que al lado de Sakura descendía imponente una hermosa carrosa, que bien podría pasar por una perla gigante, tirada por dos hermosos dragones serpiente, de largos y esponjosos pelajes blancos como la nieve. El cochero cuya vestimenta era toda de un impoluto negro, le abría la puerta de la hermosa carrosa a Sakura dirigiéndole una pronunciada reverencia a la fémina.

- Sakura entro a la carrosa, dejando que el cochero, cerrara suavemente la puerta, regresando a su lugar, pronto elevando el vuelo de la hermosa carrosa- ¡es una locura Sakura!- la otra no pudo aguantarse y termino gritándole desesperada a su amiga.

No tenemos otro plan- menciono suavemente Sakura, aun transmitiendo una tristeza dolorosa, en su vos- lo trazamos lo mejor que podíamos y esto es lo mejor- asintió con tranquilidad fingida la chica.

Somos tres de tu lado, sabes bien que puedes morir, ¿y aun así no tienes nada que decir?- pregunto escéptica, dejando que su preocupación por la otra fuera palpable en sus palabras.

- Sakura sonrió con cierta tristeza, aunque bien era una bella sonrisa, forzada pero sincera- aun faltan muchas cosas que averiguar y comprobar, no podemos actuar impulsivamente- explico tranquilamente.

Bien- asintió la otra aun no convencida- pero tienes razón aun faltan muchos cabos que atar, y nos falta comprobar todas nuestras sospechas, hasta ahora todas son suposiciones, pero lo conocemos bien y el no suele actuar así todo es muy extraño- comento realmente sería algo que muy pocas veces se lograba ver en ella.

- Sakura se permitió afianzar y expender su sonrisa- bueno querida amiga, nos veremos cuando todo esto termine.

Nos veremos muchas veces mas- recordó inteligente la otra, casi desesperada por la manera derrotista de hablar de Sakura.

Pero ninguna estará tranquila hasta que esto finalice- recordó Sakura, logrando que la otra asintiera con la cabeza, aun sabiendo que Sakura no la veía- entonces amiga mía ya nos veremos.

Sakura cuídate- se despidió suavemente la otra cortando la llamada.

La pelirrosa solo pudo dejar que la tristeza regresara a su rostro, mas no borro esa hermosa sonrisa ahora aumentada en belleza, gracias a la tristeza dolorosa que la adornaba. Llevo sus brillosos ojos verdes, llenos de lagrimas que amenazaban con brotar en cualquier momento y miro detenidamente hacia la ventanilla de la puerta, mirando el limpio firmamento solo iluminado por la preciosa luna, en la belleza del panorama se perdió, pero fue despertada por el típico tono de su celular, miro hacia este detenidamente bien sabia que cuando contestara ya todo estaría perdido.

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Hoy era domingo, pasando el medio día. Ahora mismo me encontraba sentado en la sala de mi hogar, mirando al televisor ciertamente aburrido, aun estaba confundido, mi encuentro con aquel vampiro había sido el viernes por la noche, casi rosando hacia el sábado por la madrugada, mas me había despertado hoy a las diez de la mañana mareado y confundido, recordando poco de lo sucedido esa noche.

Solo eran flashes de imágenes inentendibles, mas poco a poco comencé a recordar todo, siendo mi primer punto de discusión del por qué me encontraba recostado en mi cama, cuando había caído inconsciente afuera en el jardín. Solo entonces llegue a pensar que todo había sido un sueño o bueno una pesadilla, ahora entendía por qué todo había desafiado de esa manera mi lógica, siendo motivo de ese sueño el cansancio mental, al que ese ensayo de pesadilla me había sometido.

Así que con la tranquilidad de saber que todo había sido un sueño, por demás ridículo, me dirigí al baño dispuesto a bañarme, mas cuando abrí la puerta de este usando algo de fuerza, la puerta de blanca madera estallo en mi mano, rediciéndose a astillas que cayeron como una fina lluvia hasta mis pies. Desesperado corrí al espejo que descansaba sobre el lavabo, mirándome detenidamente en el mismo, pero no había cambio alguno en mi rostro, seguía igual de blanco que siempre no más no menos, mis ojos beige iguales, el cabello rojo, las cejas bien delineadas, no había cambio alguno o al menos visible.

Así que critico me acerque más al espejo, apoyándome con más fuerza en el lavabo, el cual termino por romperse y caer hasta el suelo, acompañado del tubo de la tubería, que había comenzado a lanzar agua por todas partes hasta empaparme. Desesperado busque como parar el agua y continúe mi extraño día, los rayos solares fluían armoniosamente por toda la casa, no provocándome daño y menos provocando que mi piel brillarla, bien ahí mas teorías de vampiros al diablo.

Después mas por costumbre que por hambre me prepare el desayuno, un vaso de leche y unos huafles congelados, bien no era mucho pero bien sabía que era lo mejor que podía hacer. Aburrido los comí degustando sus típicos sabores los cuales ya me comenzaban a aburrir, después de dos meces de no desayunar otra cosa y ahí lo tenía otra teoría de vampiros al diablo, si podía degustar la comida humana, a menos que no pudiera hacerlo más después de beber sangre.

Bien regresando al ahora, ahí seguía a punto de morir del aburrimiento, en la televisión pasaban escenas inverosímiles, de caricaturas que bien podrían al menos sacarme una sonrisa divertida, pero ahora con el cerebro enredado en tantas ideas que iban y venían y luego aparecían mas, estaba más concentrado en intentar que la cabeza no me estallara, a prestarle atención al burdo programa.

Pero algo extraño llamo mi atención, deteniendo el torrente de ideas que no dejaba de azotar mi cabeza, las delicadas cortinas a mi lado izquierdo bailaban delicadamente, movidas por la suave brisa que se colaba por la ventana, estaba seguro que esa ventana y todas las demás estaban bien cerradas, así que ciertamente curioso me levanta de mi asiento y camine lentamente hasta el lugar, para comprobar que la ventana estaba abierta, no había duda esto era algo muy extraño.

Pero sin darle más vueltas al asunto cerré la ventana, pero antes de girarme con tranquilidad para dirigirme una vez más al sofá, algo llamo mi atención, no fue algo que hubiera visto o algo que haya olido más bien fue algo que sentí, algo así como si me encontrara solo en una sala completamente negra y tras de mí, se expandiera una suave corriente eléctrica que extrañamente me olía a cerezas y me parecía de color rosa, extrañado me gire de golpe.

Y me encontré con algo que no me hubiera imaginado encontrar jamás, ahí delante de mi separada por algunos metros y el sofá, había una mujer como de mi estatura, de cortos cabellos rosas y que extrañamente miraba divertida el televisor, veía su perfil y notaba en su rostro una amplia y divertida sonrisa, más que cuando noto mi mirada sobre ella se giro elegante sobre sus talones para mirarme fijamente a los ojos. Sus ojos eran hermosamente verdes y como los del vampiro pelinaranja el otro día, estos bellos ojos igualmente atraparon a los míos, hipnotizándome.

Notas finales:

Diva: y bueno esto es el primer capítulo
Lo publicamos hace casi un mes en Fiction, pero aquí no pudimos por que literalmente olvide mi contraseña, y tardaron años en mandarme una nueva
Diva: bueno ya estamos aquí esperamos les haya gustado el capì, aunque solo muestra un poco el trasfondo de la historia, y sin mas preámbulo
Ya saben comenten, se cuidan y hacen maldades
Diva: hasta la próxima
Diva y Yo: ¡¡¡Baaaaaaaaaaaaaaaaaaaay!!!


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