-¡Que sueltes eso! – Grité furioso. No entendía por qué lo hacía pero aun así continuaba dando pelea por una estúpida playera que ni siquiera me gustaba pero que no permitiría que Key se llevara para que después me la dejara apestando a su perfume.
- Vamos Minho – Me pidió haciendo un aegyo muy efectivo, tanto que por poco suelto la playera – Sabes que nunca te he devuelto tus cosas con algún daño, siempre cuido mantenerlas a salvo –
- ¡Que no! ¡Es mía y punto! – Di un fuerte jalón y, obviamente, al ser él más débil que yo termino con el trasero en el suelo de manera dolorosa, me dolió ver cómo se caía. Iba a ayudarlo pero en ese momento llegó su eterno salvador: Jonghyun.
- ¿Estás bien Key? – Le preguntó ayudándolo a pararse - ¡Yah, Minho! No debes de hacer tanto escándalo por una simple playera – Me regañó y yo fruncí el ceño.
- Es mía – Recalqué la palabra lentamente -, no debe de tomar mis cosas –
- Tú siempre tomas mi ropa, no veo qué problema hay con eso –
- ¡Que después las deja oliendo a su perfume y no las puedo lavar! – Solté sin pensar ganándome su mirada llena de confusión mientras yo me ponía terriblemente nervioso. Esa era la razón del por qué no quería que la tomara. Antes no veía ningún inconveniente, pero, de un tiempo para acá, cada vez que olía su perfume me quedaba hipnotizado. De hecho tengo una montaña de playeras que él ha usado y todas ellas huelen a él. Por alguna razón no me animó a lavarlas por temor a que pierdan su aroma. ¡Debo de estar loco! - ¡Olvídenlo! –
No podía aguantar más estar en mi cuarto junto con ellos. Sólo me salí huyendo como un cobarde y yéndome a sentar a la cocina. Desde ahí podía ver lo que sucedía adentro de mi cuarto pues no había cerrado bien la puerta y por mi posición se veía específicamente donde estaban parados Key y Jonghyun.
Key estaba con la cabeza hacia abajo, mientras que Jonghyun le sonreía abiertamente y le obligaba a alzar la mirada. De un momento a otro lo abrazo y eso basto para que yo me sintiera aún más enojado. No podía entender por qué cada vez que Jongyun estaba cerca de Key yo me ponía terriblemente celoso. Era algo absurdo pues no era sólo con Jjong, era con cualquiera que se le acercara.
Ellos se abrazaron y yo aparté la mirada bufando. No entendía nada.
-Me voy a volver loco – Susurré apretándome fuertemente la cabeza.
- ¿Por qué? – Alcé la mirada al escuchar la voz de Taemin que tomaba su leche de plátano mientras me miraba curioso - ¿Otra vez pelearon? –
- Es que él no entiende que no debe de tomar mi ropa –
- Oh – Dijo él y después me inspeccionó - ¿Esa no es la bufanda de Key? – Llevé mi mirada a mi pecho donde se podía ver la bufanda que traía puesta. Caía en cuenta que era cierto lo que Taemin decía, el día de ayer Key me la había dado cuando salí porque hacía mucho frío. Se me había olvidado devolvérsela y me había dormido con ella. Con razón su aroma se me hacía más cercano esta mañana.
- Demonios – Susurré luego de un suspiro.
- Suerte – Me dijo mientras avanzaba y se iba a sentar al sillón para ver un programa.
- ¡Buenos días! – Llegó saludando muy sonriente Onew - ¿Sucedió algo? – Preguntó al ver mi rostro y dirigir su mirada hacia donde estaban los tortolos que aún seguían abrazándose.
- Un pequeño pleito – Dije dando a entender que no quería entrar en detalles.
- Bien, entonces desayunemos que nuestra agenda empieza dentro de una hora – Anunció él yendo hacía la cocina.
- ¿Harás pollo? – Llegó preguntando Jonghyun, no venía con Key. Comencé a sentirme inquieto.
- No hay pollo, creo que tendrán que conformarse con unos huevos revueltos –
- Creo que está bien –
- ¿La diva está haciendo berrinche? – Pregunté fingiendo desinterés. Ni siquiera yo sabía por qué mi comportamiento hostil hacia Key.
- No – Contestó de mala gana – Por cierto… - Sentí algo que me golpeaba en la cara, era mi playera – Aquí está tu queridísima playera – Me sonrió sarcásticamente y comenzó a ayudar a Onew a hacer el desayuno.
- Gracias – Dije arrojándola sin interés hacia atrás de mí.
- ¿Ya te vas? – Preguntó de repente Onew, me volteé para ver a Key quien ya traía su ropa de calle puesta, estaba vestido con sus extravagancias acostumbradas. Llevaba pantalones blancos ajustados, una gorra gris y un suéter color negro. No se distinguía bien su playera. También llevaba unos enormes lentes obscuros, algo raro pues el día se encontraba nublado. Él respondió con un ligero asentimiento y continuó su camino hacia la puerta de salida. Se entretuvo un poco buscando su llave - ¿No desayunarás? – Key negó con la cabeza.
¿Es qué se había quedado mudo?
-Adiós umma – Llegó a despedirse Taemin abrazándolo fuertemente. Vi como movía un poco sus labios pero no distinguí lo que decía. Key lo apretó muy fuerte y luego se soltaron.
- Te llevo – Anunció Jongyun sirviendo en un plato lo que había alcanzado a hacer – Ya acabé con esto y voy de paso – Key sólo se quedó quieto esperando a Jonghyun mientras los demás lo veíamos fijamente, excepto por Taemin quien había regresado a ver su programa - ¿Listo? – Preguntó y él asintió - ¡Nos vemos! – Se despidió y ambos salieron.
Casi podía imaginarme a mí mismo retorciéndome de los celos.
¿¡Qué demonios me estaba pasando?!
***
-¡Uno, dos, tres! – Nos gritó el coreógrafo, estábamos ensayando para nuestra próxima presentación que sería dentro de unas semanas - ¡Mal! – Gritó enojado y yendo directamente hacia Key quien se había estado equivocando durante todo lo que iba del ensayo.
Después de que se fueron en la mañana él y Jonghyun nos alcanzaron en el estudio unas horas más tarde. Él seguía igual de apagado que en la mañana, apenas y hablaba y, por muy raro que parezca viniendo del “todo poderoso”, no lograba que ningún paso le saliera bien.
-¿Qué sucede hoy contigo? ¡Deja de soñar despierto! – Le gritó y él se encogió en su lugar. Los demás lo miraban con pena pero se mantenían callados sin hacer o decir nada – ¿Te vas a concentrar? – Lo tomó agresivamente de su playera y lo acercó a él de manera brusca - ¡Responde! – Me sentí mal por Key pero no podía hacer nada, significaban grandes problemas llevarle la contraria al coreógrafo.
- S-sí… - Mis ojos se abrieron fuertemente, su voz había sonado muy débil y sin energía alguna.
- Dejémoslo por hoy – Avisó Onew – No tiene caso que sigamos ensayando, todos estamos exhaustos y ya es hora de que vayamos al programa de radio –
- Bien… nos vemos – Dijo el coreógrafo suspirando y soltando a Key quien por poco y se cae pero Jonghyun lo detuvo.
- ¿Estás bien? – Él sólo asintió y fue por sus cosas.
- ¿Tenemos un programa de radio? – Preguntó Taemin con curiosidad – Tengo que ir a otro lugar – Dijo nerviosamente como si hubiera olvidado que teníamos que ir a donde había dicho Onew, cosa que yo tampoco sabía y, a juzgar por su cara, Jonghyun tampoco.
- En realidad no – Dijo Onew encogiéndose de hombros – Estoy cansado, pero sólo yo debo de irme allí, Jonghyun debe de ir a ver al manager, Taemin… no sé qué es lo que debes de hacer… y Minho, tú estás libre hasta donde yo sé – Mencionó a casi todos mientras se frotaba el cuello – Pero si quieren pueden acompañarme al programa, por mí no hay problema –
- Lo siento, tal vez Minho quiera – Ofreció Taemin mirándome.
- ¿Qué hay de Key? – Pregunté de repente sin querer - ¿Él no tiene nada qué hacer? –
- Creo que saldrá a un evento… no estoy seguro – Contestó y después se alejó para ir por sus cosas.
- Yo ya me tengo que ir. Nos vemos – Se despidió sonriente Taemin luego de ir por sus cosas y pasar a despedirse de cada uno – Procuren arreglar las cosas, ¿sí? – Me dijo cuando pasó al lado de mí. Ver al maknae darme consejos era algo muy recurrente pero me hacía sentir que era mucho menor que él.
- Ya que nadie quiere venir conmigo también me voy – Dijo Onew yéndose - ¡Adiós! – Hizo una pequeña reverencia, nos sonrió como él tenía tan acostumbrado hacer y se fue corriendo. Tal vez ya se le había hecho tarde.
Me volteé suspirando. Sólo estaba Jonghyun recogiendo sus cosas, no había rastro de Key.
-¿Y la diva? – Le pregunté haciendo como si no me importara en lo absoluto cuando en realidad me sentía mal por haber oído su voz de esa manera.
- ¿Le quieres gritar más? – Dijo a la defensiva.
- No fue mi culpa lo de la mañana, sé que hice mal en comportarme tan infantil pero no me gusta que agarre mis cosas – Me disculpé soltando un suspiro – Además, no debería de importarte a ti. Deja de actuar como su eterno salvador – Solté bruscamente con un pequeño tono de celos en la voz.
- ¿Celoso? – Volteó a verme insinuante con una sonrisa de idiota en el rostro.
- ¡Já! Como si eso fuera posible – Me burlé sintiendo pánico en mi interior. ¿Yo celoso de que Jonghyun pasara tanto tiempo cerca de Key?... Puede ser que sí…
- Asegúrate de arreglar las cosas con la diva – Murmuró y se fue dejándome solo.
Continué guardando cosas mientras, inconscientemente, esperaba a Key. Sabía que regresaría pues ahí estaba su mochila. Cuando escuché unos pasos acercarse a mí me tensé un poco. ¿Por qué me ponía tan malditamente nervioso?
Él guardo sus cosas en silencio y yo me sentí desesperado, era muy intranquilizante ese silencio tan incómodo que últimamente se formaba más y más entre nosotros. De un momento a otro tomó su mochila y caminó rápido hacia la salida.
-¿No te despides? – Pregunté mirándolo a través del espejo frente a mí. Él se quedó quieto y negó con la cabeza tímidamente - ¿Estás mudo o qué? – Me volteé molesto, el que no quisiera hablar conmigo me enfadaba pero, sobre todo, me hacía sentir triste. Él hizo el ademán de seguir caminando, llegué hasta él en un par de zancadas y lo acorralé contra la pared.
Me quedé quieto de inmediato, él aún traía las gafas, no podía ver sus ojos y su boca estaba entreabierta, como si quisiera decir algo. Mi atención se concentró en sus labios, los veía más brillantes y deseables que nunca. Por mi mente cruzó el sentimiento que debían de ser suaves, se notaban mortalmente suaves y adictivos.
Sentía el deseo de probarlos.
Pero no podía hacer nada, mi mente era todo un revoltijo de emociones. Ambos nos habíamos quedado sin saber qué decir o hacer.
-¿Por qué…? – Empecé a preguntar, me quedé callado cuando vi una gota resbalar por su mejilla. ¿Estaba llorando? - ¿Qué sucede? – Le pregunté alarmado, él intentó zafarse de mi agarre, comenzamos una pequeña pelea de jaloneos. Sentía que no podía dejarlo ir en ese estado y su llanto se intensificaba a cada segundo. Debía de saber qué le pasaba a cualquier costo.
- ¡Suéltame! – Me gritó con la voz débil.
- Sólo quiero saber qué te pasa – En un movimiento brusco ambos caímos al suelo y sus lentes salieron volando por el impacto. Yo estaba encima de él y ahora sí no pude hacer nada.
Me perdí en sus ojos felinos.
Poco a poco me fui acercando a él lentamente, me mordí el labio inferior. Podía sentir su respiración sobre la mía. Sus hermosos ojos estaban hinchados, seguramente había estado llorando durante mucho tiempo. Me miraba con confusión para después lentamente cerrar sus ojos cuando estábamos a milímetros de separación.
Yo hice lo mismo, casi rozaba sus labios con los míos no sabiendo por qué hacía esto.
-¡Hey! – Escuché a alguien gritar y de un brinco me paré alarmado respirando rápidamente mientras que Key abría de golpe los ojos y se apartaba de mí cuanto podía.
¡¿Qué estaba a punto de hacer?!
Busqué con la mirada al que había interrumpido eso y me encontré con Jessica, me miraba algo aterrorizada.
-L-lamento interrumpir – Me acerqué a ella fingiendo normalidad, aunque podía sentir mis mejillas ligeramente calientes y tenía un pequeño temblor en las manos – Sólo quería saber si querías ir a comer algo – Me dijo sonriendo repentinamente después de mirar algo atrás de mí.
- ¿Eh? S-sí, me encantaría – Dije sin pensar siguiendo la trayectoria de su mirada. Se trataba de Key, me sorprendí bastante al verlo con la cara completamente roja. Se había vuelto a colocar las gafas, se veía algo desaliñado. Posiblemente por nuestra pelea. El asunto es que volví a sentir esas horribles ganas de besarlo. En serio, debo de estar volviéndome loco. Regresé la mirada a Jessica y le sonreí.
- ¡Que bien! – Chilló fuertemente, comenzó a festejar y luego se detuvo – Pero… - Empezó a decir y luego me susurró al oído - ¿en serio ibas a besarlo? – Me tensé ante su pregunta sintiendo mis mejillas arder nuevamente.
- N-no… sólo estaba jugando con él – Dije un poco fuerte sin querer – Es imposible que yo haga eso, era un pequeño juego – Reí nerviosamente evitando su mirada.
- ¡Ok! – Gritó y me tomó del brazo – Entonces… ¡Let´s go! – Dijo en inglés y yo alcé el puño como si la apoyara.
Key pasó enfrente de nosotros con la cabeza agachada y rápidamente. Quise detenerlo pero mi mano no se movió, no entendía nada.
***
Llegué al dormitorio luego de estar unas horas con Jessica. Aunque mi mente estaba en otra parte mi cuerpo sí estaba con ella, no me fue muy difícil fingir que la escuchaba. Todos los temas que trataba eran superficiales, bastaba con un pequeño asentimiento con mi cabeza y ya.
-Ya llegué – Avisé entrando al dormitorio. No esperaba ver ahí a Taemin y a Jonghyun, el primero estaba mirando preocupado su teléfono mientras tecleaba unas teclas rápidamente y el segundo marcaba desesperadamente en su celular. Cuando Jonghyun alzó la mirada me vio por un segundo y lo siguiente que sentí fue un fuerte golpe en mi mejilla.
- ¡¿Qué fue lo que le hiciste?! – Me gritoneó agarrándome por la playera, poco le importaba que yo fuera más alto que él ya que no notaba duda en sus ojos. Quería golpearme hasta quedar satisfecho.
- ¿Qué te sucede? – Le pregunté de mala gana intentando zafarme pero no pude hacer nada.
- ¡No te hagas el imbécil! – Me gritó y cuando su puño iba de nuevo hacia mi rostro llegó Taemin sosteniéndolo por la cintura y suplicándole que dejara de golpearme.
- Calma por favor – Rogó – Si sigues así no será nada bueno. Key se enojará contigo – Jonghyun se fue relajando poco a poco cuando Taemin lo apretó más.
- No vales la pena – Me dijo fríamente soltándome, caí al suelo y lo miré exigiendo una explicación.
- ¿Por qué estás así? – Le pregunté seriamente.
- “Sólo estaba jugando con él. Es imposible que yo haga eso, era un pequeño juego” – Imitó mis palabras que había dicho hace rato a Jessica mientras me miraba asesinamente - ¿Te suena eso? –
- Sí, se lo dije a Jessica cuando fue a buscarme –
- ¿Y a quién te referías con eso? –
- Pues… a Key… - Contesté con confusión.
- Exacto. Key, el chico más sensible que hayas conocido. La persona a la que tratas tan mal y últimamente ignoras porque sólo se te da la gana hacerlo. La persona que ha llorado desde hace muchos meses por tu desprecio, que siempre busca mi apoyo porque tú lo alejas de manera cruel. La persona a la que has hecho sufrir por alguna razón desconocida y que, aun después de todo eso, te ama con todo su corazón – Para cuando terminó de hablar yo tenía los ojos grandemente abiertos de par en par. La información se mantenía en mi cabeza pero no la podía procesar por más que lo intentaba – Si es sólo un juego para ti déjaselo en claro lo antes posible. Me llamó llorando hace rato por tu estúpido juego, desde entonces no ha respondido el teléfono y ahora nadie sabe dónde está. Onew fue a buscarlo con sus amigos. No contesta su celular y, por si no te has dado cuenta, está a punto de caer una fuerte lluvia. ¿Sabes el miedo que le tiene Key a los truenos? ¡Ni siquiera se puede mover cuando escucha uno! – Me regañó y yo comprendí muchas cosas.
Había estado rechazando todo este tiempo a Key porque me sentía confundido.
Lo había estado lastimando.
Me enfurecía con Jonghyun porque sentía celos de que él sí pudiera reconfortar a Key.
Le había herido hace rato al decir eso frente a Jessica.
Había estado llorando por mi rechazo.
Lo quería besar porque me gusta Key.
Él me ama.
Y yo a él.
Mi mente era un mar de pensamientos, todo este tiempo el comportamiento infantil fue debido a que yo no quería admitir que aquella diva caprichosa había robado mi corazón y ahora… ahora él sufría por mis tonterías.
Miré a Jonghyun y él sonrió un poco. Tal vez había leído mi mente o yo que sé. Me lanzó las llaves de la camioneta y yo no esperé a nada. Salí corriendo de ahí con un solo pensamiento:
Encontrar a Key y arreglar las cosas.
Le haría saber algo que yo mismo acababa de descubrir pero que mi corazón llevaba sintiendo desde hace mucho tiempo. Algo que mi mente se negaba a creer por terquedad.
Subí a la camioneta y aceleré, las gotas comenzaron a caer una tras otra, pronto la ciudad se encontraba en una fuerte lluvia.
***
Ya llevaba más de una hora conduciendo y no había rastros de él, ya había llamado a su celular pero él no contestó. A cada minuto que pasaba me preocupaba más y más, los truenos eran muy frecuentes y, luego de hacer acto de presencia, retumbaban en tu mente por un largo tiempo debido al impacto.
Yo buscaba como loco por las calles sin tener un destino fijo, cuando llegué cerca de una tienda vi un anuncio de bienes raíces y recordé que nosotros teníamos un departamento de emergencia, ahí íbamos cuando no podíamos llegar al dormitorio. La compañía estaba muy cerca de él, posiblemente había ido allí.
Cambié el rumbo de a donde me dirigía rogando que estuviera ahí pues las posibilidades se agotaban. Si no estaba ahí no sabría dónde más buscar y entraría en pánico.
Por la lluvia había mucho tráfico y llegué ahí mucho tiempo después, ya había obscurecido por completo.
Entré corriendo ahí para no mojarme, empecé a pensar que si seguía lloviendo así no podría seguir manejando o podría ocasionar un accidente. Dejé mi chamarra en un perchero y avancé, el piso tenía pequeñas gotas, lo que hacía que mi corazón se sintiera esperanzado, intenté prender la luz pero no había. Seguramente debido a los truenos que estaban cayendo.
Avancé lentamente hacia el cuarto principal, entré si hacer mucho ruido y un trueno ensordecedor se escuchó de repente, salté un poco pues sí me había sorprendido. Mi corazón se sintió con un increíble alivio al escuchar un pequeño grito proveniente del armario.
Me dirigí a la puerta del enorme armario y esperé a escuchar alguna otra señal, podía escuchar pequeños sollozos y supe que eran de Key, me era imposible confundirlos después de haberlos oído durante todo este tiempo en el que lo traté tan mal. Ahora venían a mi mente las veces en las que lo había oído llorar pero prefería ignorarlo.
Me siento una persona horrible.
Abrí la puerta fijándome en el interior y, para mi gran alivio, ahí estaba. Se encontraba encogido y con las rodillas tapándole en rostro, podía notar como temblaba levemente y había muchas gotas en su rubio cabello, seguramente a causa de la lluvia.
Sin pensarlo me agaché y lo abracé, a pesar de que fuera una posición incómoda no me importó, él se sorprendió mucho, se quedó así por un tiempo y luego intentó alejarme pero no, no lo soltaría ni aunque me lo pidiera. No ahora.
Otro trueno retumbo y él saltó hacia mí, terminamos los dos tirados en el piso pues no pude mantener el equilibrio. Él estaba encima de mí, me veía con mucho dolor reflejado en sus ojos, los cuales tenía terriblemente hinchados. Había estado llorando mucho.
En un rápido movimiento cambié de posición y lo aprisioné contra el suelo, no me preocupé por si estaba frío pues abajo había una alfombra, le sonreí un poco y él se quedó quieto. El rubor rápidamente trepó por sus mejillas y yo ya no pude aguantar más.
Lo besé lentamente como tanto había querido, ¿cómo había podido vivir sin sus labios? A mí no me gustan los dulces pero… podía hacer una excepción por su boca ya que era increíblemente dulce, sus labios eran suaves y se movían torpemente, su aliento era cálido. Tan cálido que logró mover dentro de mí muchas cosas, sentí algo muy especial imposible de describir en palabras. Comencé a acercarme más a él e intenté profundizar el beso pero él se espantó y rompió aquella maravillosa unión entre su boca y la mía.
-N-no… - Balbuceó torpemente – Yo… no quiero ser un juego… - Me pidió empujándome mientras sus lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas – No quiero… por favor… - Rogó cerrando fuertemente los ojos. En mi interior creí morir por la ternura que me causaba verlo así y por el dolor que sentía también por verlo así. Lo abracé fuertemente escondiendo mi rostro en su cuello, me sentía muy nervioso.
- Perdóname… - Murmuré cerca de su oído – por favor… todo este tiempo he sido un tonto. Lo sé. No sabes cuánto me arrepiento por ello, yo… he estado actuando así porque me sentía estúpidamente celoso. Sentía celos porque pasabas tanto tiempo con Jonghyun y… las fans no ayudaban. No era mi intención tratarte tan hostilmente, lo juro. No me di cuenta de ello. Yo… - Me separé de él, me miraba incrédulo con los ojos grandemente abiertos. Yo cerré los míos y me acerqué lentamente a él – Te amo – Dije a milímetros de sus labios para después juntar los míos con los de él y volver a sentir esa maravillosa sensación recorrerme todo el cuerpo.
Me aferré a él como si mi vida dependiera de ello moviendo lentamente mis labios contra los de él que no hacía nada. Sólo se había quedado quieto nuevamente. Me sentí ligeramente decepcionado, estaba por abrir los ojos cuando sus manitas empezaron a subir tímidamente por mi espalda y a tocarme de manera magnífica. Por fin estaba correspondiendo a mi beso. Nos perdimos en ello hasta que otro trueno sonó y él me apretó fuertemente escondiendo su rostro en mi pecho y temblando un poco.
-Calma – Le pedí riendo un poco, su comportamiento me causaba una gran sonrisa en el rostro – Estoy contigo – Le dije al oído y poco a poco se fue calmando. Sentí el impulso de cargarlo, y así lo hice. Lo llevé a la cama y ahí lo recosté, sus ojos felinos me miraron expectantes con cierto brillo que jamás había visto en ellos. Un estruendo se escuchó y él, inconscientemente, me jaló. Terminamos a unos cuantos centímetros de separación.
- No sé si lo que digas sea verdad o no – Comenzó a decir mirándome directo a los ojos – Pero… yo… te amo desde hace mucho… - Confesó y eso basto para que mi cordura se fuera a la basura.
Lo besé con apasionadamente aunque también con mucho cariño, procurando que supiera cuanto lo deseo y amo para que no tuviera duda alguna de mis sentimientos.
El calor en la habitación había aumentado.
Profundicé el beso y exploré por completo su boca, me sentía extremadamente feliz. Él correspondía a todo lo que yo hacía, y ni siquiera se daba cuenta que los truenos habían empeorado. Todo había quedado en segundo plano.
Bajé lentamente besando su clavícula y después su cuello, lo besaba, mordía y chupaba deleitándome con sus gemidos, suspiros y pequeños gritos. Necesitaba sentirlo más de cerca. Mi mano se aventuró rápidamente hacia debajo de su playera sintiendo su suave piel. Mientras estaba en su cuello podía oler su delicioso perfume y entendí que lo que no soportaba de que usara mi ropa era que unos viles trapos pudieran tener su olor y yo no. Celos tontos pero ciertos.
Mi otra mano fue directo hacía el otro extremo de su playera, nos separamos un pequeño momento para que se la pudiera sacar por completo y lo miré directo a los ojos.
-¿Seguro que quieres que suceda esto? – Pregunté mordiéndome el labio, si respondía que sí yo ya no podría contenerme aunque me lo pidiera y no quería asustarlo.
- Sí… - Contestó con un encantador sonrojo en las mejillas – Sí quiero – Pasó temblorosamente sus manos alrededor de mi cuello y me atrajo hacía él.
Sentí que mi miembro se ponía cada vez más duro y el de él también. Dejé de besarlo y bajé lentamente por su pecho respirando su aroma y dejando un rastro de saliva además de un beso de vez en cuando. Llegué hasta su pantalón y se lo quité por completo junto con su ropa interior deleitándome con la vista que había obtenido, alcé un poco la vista y pude notar como estaba completamente rojo. Deposité un pequeño beso muy cerca de su miembro y subí nuevamente. Antes de volver a besarlo me quité la playera para poder sentirlo más de cerca.
Volví a besarlo apasionadamente mientras dirigía mi mano a su miembro y comenzaba a masajearlo rápidamente, sus gemidos morían en mi garganta al igual que sus suspiros. Supe que lo estaba haciendo bien cuando se le escapó un pequeño mordisco en mi labio inferior.
Aceleré la velocidad y de él salió un increíble gemido que procuré guardar en mi mente.
Él cerró fuertemente los ojos cuando su esencia me llenó la mano y respiró rápidamente. Su pecho subía y bajaba de manera tentadora por lo que no resistí más y bajé a sus pezones, empecé a lamer uno de ellos, él me sostenía la cabeza, como si intentara apartarme, pero por su expresión esto le estaba gustando. Me concentré en estimularlo hasta dejarlo completamente rojo y pasé al otro.
Cuando acabé con ellos regresé a besarlo y me quedé quieto cuando su mano se dirigió a mi pantalón y me ayudó a quitármelo. En un movimiento rápido me tumbó en la cama y yo lo miré sorprendido, a pesar de su increíble rubor descendió hasta mi miembro tocando lentamente mi torso y comenzó a succionarlo de una manera desquiciante.
Ahora era yo el que gemía sin poder controlarme.
El que mi miembro estuviera en su boca era una experiencia sumamente increíble. Sentía que estaba a punto de correrme por lo que lo detuve bruscamente recuperando el control de la situación, por supuesto que me vio desconcertado, le sonreí tranquilizadoramente y lo recosté en la cama.
Lo besé distrayéndolo un poco mientras mi mano acariciaba lentamente sus finas piernas para después para cerca de su entrada. Me separé un poco de él y lamí mis dedos de manera tentadora, antes de que pudiera hacer algo regresé a besarlo. Nos quedamos así unos momentos hasta que lo penetré con uno, dos, tres dedos. Me espanté un poco al oír su chillido de dolor que rápidamente se convirtió en uno de placer.
No me contuve más y lo penetré de una sola estocada. Sus uñas se enterraron en mi espalda agresivamente, pero soportaría eso y más a cambio del placer por el que estaba pasando. Esperé a que se acostumbrara y cuando lo hiso lo empecé a penetrar cada vez más rápidamente.
Sus gritos se escucharon por toda la habitación sólo obligándome a penetrarlo más duramente. Sentí que ya no podría aguantar más y comencé a darle otro masaje en su miembro. Él, después de unos minutos, se corrió entre nuestros vientres y yo, al sentir una presión en mi miembro, hice lo mismo.
Salí de él luego de unos segundos y lo abracé fuertemente.
-Te amo – Me dijo acurrucándose en mi pecho, se notaba cansado.
- Y yo a ti. No es mentira, juro que te amo con todo mi ser – Escuché una risita por parte suya y me dio un pequeño beso en la mejilla para después regresar a donde estaba. Supe que se había dormido al sentir su respiración relajada.
Sonreí como idiota. No sé qué hechizo había usado conmigo pero no me importaba. Siempre estaría con él y recuperaría el tiempo perdido. Doy gracias a Jonghyun que me ayudo a acabar con mis dudas y, sobre todo, porque acabó con mis confusos sentimientos.