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Solo Por Tu Sonrisa, Y Tu Corazon por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

One Piece pertenece a Eiichiro Oda, si no quien sabe… 

Muchas gracias a todos los que han seguido este y mis demas fics, y les pido disculpas por haber tardado en subir la segunda parte de esta pequeña historia que habia hecho para celebrar el cumpleaños de mi querido sanji kun *--* como muchos ya saben, le habia prestado un pendrive a una amiga y se me habia olvidado sacar este fic, pero cuando al fin lo recupere pues que creen ._. me formatearon el pc y debi reescribir todo de nuevo

Muchisimas gracias a todos los que leyeron especialmente a: kini922, Dark hime,ZoSan_love, Natsu_OTKJulie_chawnsaga_pau3Childerikatheyanichan y alysskuro x33

Sin mas preambulos, les dejo con el cap de hoy:

Sanji sonrió levemente, admirando la inmensidad del océano que se extendía hasta el infinito horizonte, teñido de leves destellos plateados gracias a la hermosa luna llena que se había hecho presente. Dejo que la brisa nocturna despeinase sus lacios cabello dorados, llevándose consigo el dulzón aroma de tabaco que desprendían sus finos labios con cada bocanada de humo de su cigarrillo.

Se apoyo en la barandilla, fumando tranquilamente el último de sus cigarros mientras dejaba a su mente volar en los recuerdos, aquellos pensamientos que veía pasar por su cabeza a velocidad vertiginosa y que, gracias a ellos, un fuerte sonrojo se instalase en sus pálidas mejillas…

…Aquellas imágenes de lo que había ocurrido esa tarde, y que hacían a su corazón brincar de la más pura y dichosa felicidad…

Un leve escalofrió recorrió su cuerpo seguido de un persistente temblequeo, recordándole de mala manera que si no quería pescar un resfrió por estar a aquellas altas horas solo en cubierta y, más aun al encontrarse cerca de una isla de invierno, debía ir lo antes posible a su cuarto y abrigarse bien para entrar en calor.

No podía darse el lujo de fallar a sus labores de cocinero.

Suspiro, algo molesto al tener que abandonar tan maravilloso paisaje nocturno, más, y antes de que pudiese hacer movimiento alguno, unos fuertes brazos le rodearon cariñosamente por la espalda, proporcionándole de aquel calor tan característico de la persona que ahora besaba sus labios. El calor que tanto necesitaba…

Se apoyo en el musculoso pecho de su ahora novio, sonriendo ampliamente al sentir como este colocaba sobre sus hombros la chaqueta negra que había usado ese día al ver que, el temblequeo producto del frio, aun no había cesado en su cuerpo.

Correspondió gustosamente el segundo beso que fue depositado en sus labios, ahogando un pequeño grito en ellos al sentir como el peli verde le cargaba con extremo cuidado en sus brazos sin dejar de besarle, mientras se encaminaba en silencio por los corredores del Thousand Sunny hacia la habitación del rubio cocinero.

Luego de un par de minutos de caminata y una que otra perdida en el camino, entro en el camarote de su novio mientras le acostaba en su cama a pesar de las leves protestas del rubio.

Le arropo a conciencia, sonriendo abiertamente al ver a Sanji así de tierno, con un leve sonrojo de molestia mezclado con alegría pintando sus mejillas y su chaqueta, la cual le había obligado (y no sin algo de esfuerzo) a que se quedase con ella, pero que a la vez, le quedaba bastante más grande en proporción a su delgada anatomía.

Beso con cariño su frente y acaricio con dulzura sus cabellos más y, cuando se disponía a abandonar la habitación para dejar descansar a su novio, una mano se aferro con fuerza a su muñeca. Bajo la mirada, encontrándose con el rostro suplicante de Sanji y, suspirando algo contento, se metió con él a la cama luego de quitarse sus habituales botas y la delgada camiseta también de color verde botella.

Sonrió ladino mientras abrazaba contra su pecho desnudo, pensando en la gran facilidad que tenía su novio para hacerle cambiar de opinión con tan solo una mirada; pero endureciendo un poco sus facciones al sentir aun al rubio temblar contra su pecho.

Preocupado por aquellos persistentes escalofríos, intento cubrir aun más al cocinero con las mantas de la cama, mas, el mismo Sanji freno sus movimientos al esconder su rostro en el arco del cuello de su amante.

-Idiota-murmuro Zoro bajito, sin poder quitar el tono cariñoso en sus palabras- eres un descuidado, no debiste quedarte en plena cubierta vestido así si sabias que estamos cerca de una isla e invierno. Y más aun, cuando la arpía que tenemos por navegante nos advirtió que podría nevar-añadió, algo molesto mientras señalaba a través de la ventana del cuarto donde, y fácilmente, se podía ver que las predicciones de la pelirroja se habían cumplido en su totalidad-

-pues eso no importa-le contesto el rubio, viendo como realmente, había empezado a nevar- pero no le digas así a Nami san-corrigió, con un tono aun mas enfadado en la voz, que se fue suavizando a medida que las palabras escapaban de sus labios-además…tenía mis motivos para estar allí…-

-¿motivos? ¿Qué motivos?-pregunto confuso el peli verde, jalándole una mejilla al cocinero en reprimenda- haber, dime ¿qué motivos tan poderosos tuvo el señorito para quedarse en cubierta y ganarse un resfriado?-

-estaba esperando el cambio de guardia-dijo el aludido, sin más, con leves lagrimas en los ojos mientras se sobaba la mejilla que le había jalado el espadachín-

Zoro cayó abruptamente, mirando al cocinero con los ojos desorbitados. Entendía, ahora entendía a la perfección lo que había querido decir.

El, esa misma noche, había estado en el puesto de vigía haciendo guardia por órdenes de la pelirroja hasta que el narizón había llegado para revelarle. Y mientras bajaba de su gimnasio con intensiones de sacar una botella de sake de la cocina y luego irse a dormir, había visto al rubio a lo lejos apoyado en la barandilla de estribor.

Extrañado, se dejo guiar por el suave olor a tabaco que traía consigo el viento marino hasta solo quedar a unos metros de distancia con Sanji y, antes de que pudiese preguntarle que había a esas horas de la noche en cubierta, el fuerte temblequeo de su cuerpo le había preocupado y había borrado, hasta entonces, toda pregunta relacionada con aquella inquietud.

-Baka, no debiste hacer eso-le riño Zoro, mientras le abrazaba con aun más fuerza- ahora, y por mi culpa, te vas a resfriar- comento, algo desanimado, pero entendiendo al cocinero a la perfección-

El muchas veces, más de las que podía contar, había hecho exactamente lo que había hecho el cocinero aquella noche. Le había esperado por horas, inclusive hasta noches enteras, pero sin dejar que Sanji se enterase de su continua vigilancia.

Sabía lo que al rubio le jodía la enorme preocupación que este tenía por su persona, y le molestaba de sobremanera que le vigilase dio y noche para evitar que le ocurriese alguna cosa. Pero Zoro, y con el pasar de los años, había aprendido a entender esta leve disconformidad.

El espadachín sabia, y estaba más que consiente de ello, que al cocinero le chocaba que le tratasen con tanta preocupación ¿El motivo? Era simple. Que a pesar de lo caballero y galán que era, durante toda su vida y en cada una de las relaciones en las que se había visto participe, solo había recibido a cambio aprovechamiento y odio.

Le habían utilizado una y otra vez como un objeto, como un esclavo personal que luego botarían si este ya no les servía…y por eso mismo, Sanji se sentía descolocado…descolocado ante la actitud del peli verde y, aun mas, el modo cariñoso que este había adquirido desde aquella tarde…

-no me importa-replico el cocinero, apegándose más a él mientras besaba su cuello repetidas veces con exquisita dulzura y devoción-

-como que no importa ¡mírate! Estas congelado-reclamo Zoro, colocando sus toscas manos en sus pálidas mejillas y sintiendo el frio en ellas-

-no, no me importa…porque te tengo  ti para calentarme…- comento en tono bajito, casi imperceptible a los oídos de su novio, pero con un hermoso tono carmín que teñía su rostro hasta sus orejas-

Beso los labios del rubio con dulzura, sintiendo sus mejillas quemarle por su eventual sonrojo ante tal petición que, al menos, no habría esperado que saliera de sus labios durante un tiempo más. Se acomodo con cuidado sobre su delgado cuerpo, alzando su chaqueta mientras abría uno a uno los botones de su camisa con desesperante lentitud.

Sonrió al ver que el cocinero tampoco se quedaba atrás, aprovechando de acariciar su pecho ya previamente desnudo y acariciar cada una de sus múltiples cicatrices.

Siguieron en aquel juego de caricias durante un par de minutos, gimiendo a viva voz completamente excitados. Recorrían el cuerpo ajeno a conciencia, pero sin pasar mas allá de donde la deliciosa piel del contrario era  cubierta por la ropa que aun quedaba puesta.

Sin poder soportar aquella tortura, el rubio se posiciono sobre las caderas del peli verde mientras le quitaba su pantalón y su ropa interior rápidamente, haciendo presión con su trasero sobre la entrepierna de su amante y sonriendo lascivo ante la cara de placer que tenia Zoro en aquellos momentos.

El peli verde, sonriendo de lado ante más que aquella evidente provocación, se sentó en la cama dejando al rubio en sus piernas.  El cocinero solo un grito ahogado ante la repentina acción del espadachín, gimiendo aun mas sorprendido cuando su morena mano se asió con fuerza a su ya más que erecto miembro, acariciándolo sobre sus pantalones.

Jadeo con fuerza, sintiendo como la otra mano de Zoro se internaba en su ropa interior, comenzando a prepararle con extremada delicadeza sin dejar de juguetear con su palpitante sexo. Y así, el peli verde se divirtió algunos minutos, masturbando a Sanji de aquella forma que en definitiva, sabía que le volvía loco de placer.

Lentamente se dejo caer en la cama, llevando a Sanji consigo mientras retiraba sus manos antes de que este llegase al orgasmo y le quitaba las últimas prendas de ropa, dejándole tan solo con los calcetines puestos.

Acaricio con cariño la mejilla del rubio, sintiendo como este abría un poco las piernas, incitándole a hacer eso que, con toda certeza, sabia que llevaba esperando hacia ya días, desde la última vez en que se habían quedado solos haciendo guardia en el barco.

Sus encuentros, desde el inicio, habían sido así de rápidos, espontáneos; para evitar que cualquiera de sus nakama los encontrase en plena acción. O en su defecto, alguna amenaza que se cerniera sobre la tripulación mientras ellos se encontraban cuidando el Thousand Sunny.

O al menos, eso había sido hasta esa misma tarde, cuando le habían confesado a sus nakama su relación secreta que había tomado curso casi desde el inicio de su travesía por el Gran Line…

Ahora podrían amarse sin barreras ni secretos, sin que nadie les impidiese demostrarse cuanto se querían. No mas mentiras, ni encuentros casuales con tan solo unas palabras de por medio…desde ahora en adelante todo eso cambiaria…

Y Zoro no podía estar más que feliz con ello. Ahora dejarían las farsas y las penas de lado de una vez por todas, esa había sido su decisión desde que había visto a Sanji, a su Sanji, casi llorar por la indiferencia que le había mostrado esa tarde…

No lo había hecho solo por él, o por su cocinero. Lo había hecho por ambos para que, de una vez por todas, alcanzasen esa felicidad que por mucho tiempo, habían estado buscando…

Acomodo el delgado cuerpo de su cocinero bajo el suyo, comenzando a penetrar su estrecha entrada con lentitud, poco a poco, para evitar que su rubio resultase dañado. Sello sus labios con cariño, tragando de ellos un leve gemido de dolor ante la molesta intrusión mientras masajeaba nuevamente su miembro con su mano disponible.

Comenzó a moverse lentamente luego de que Sanji le diese la señal, abrazándose al cuerpo pálido del cocinero lo máximo que le era permitido, pegando sus pieles sudorosas y sus bocas jadeantes en un intento de fusionarse lo mayor posible con el contrario.

Acaricio su pecho al igual que hacia Sanji en esos momentos con el suyo, jadeando aun más al ver el hermoso espectáculo que el mayor le regalaba aquella preciosa noche nevada: su cuerpo sudado, dándole una apariencia brillante gracias a la luz de la luna… Su cabello, desordenado de tal manera que le permitía apreciar con sumo detalle ambos ojos ahora descubiertos, sus mejillas completamente sonrojadas y su fina boca entreabierta, dejando escapar un leve rio de saliva desde sus jugosos labios en busca del oxigeno que se le había visto arrebatado…

Siguió aumentando el ritmo de sus estocadas, poco a poco, para brindarle más placer al cuerpo que tenía bajo su yugo en aquellos instantes. Acoplo los movimientos rápidamente al ritmo de sus caderas, sintiendo como Sanji se retorcía, gimiendo a viva voz, hasta acabar por eyacular copiosamente entre sus vientres.

Tras un par de estocadas especialmente profundas, el peli verde le acompaño jadeando entrecortadamente el nombre de su amado rubio. Cayó sobre el cuerpo de su novio, cubriéndoles con las mantas de la cama para evitar que el posible resfrío de Sanji empeorase más.

Sonrió al verle quedarse dormido luego de la reciente actividad, abrazándole con ternura al ver que este se acurrucaba sobre su pecho aun con su chaqueta puesta.  Beso su frente con cariño, empezando a sentir como el sueño se iba apoderando progresivamente de su cansado cuerpo y su agotada mente.

Sonrió por última vez hasta caer en el mar de la inconsciencia, pensando en todo aquello que había vivido y sufrido durante tantos años de soledad. Pero no, no se arrepentía de nada. Porque gracias a ello había podido conocer a Sanji, a su maravilloso rubio de enormes y hermosos ojos azules que le había devuelto la vida a su miserable existencia.

Porque él le cuidaría, le protegería pasase lo que pasase. No solo por él, sino por ambos...

…solo por su sonrisa, y su corazón…

¿The End?

Notas finales:

Espero que les haya gustado y también espero con ansias sus review, muchisimas gracias por leer y nos vemos en mis demas trabajos. Cuidense o3o

Sayo!!! x33

Kuro-Chan!


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