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Empezar de nuevo por MidorikoSakurada

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Notas del fanfic:

Los personajes de Yami no Matsuei pertenecen a su autora tanto como a sus mangakas.

Hola! Eh aqui el principio de este fic que no será muy largo... 3, 4 caps, más no, no es la idea el alargarlo mucho

Espero lo disfruten mucho ¿)

Sayonara!

Notas del capitulo:

Este primer capitulo cuenta el pasado de Muraki, como era su vida hasta ese día que su enfermo hermano asesino a sus padres y por consecuencia torcio el rumbo de su destino...

Y los comienzos de su historia con Oriya.

Empezar de nuevo

Yo era un niño común… en esa época los días eran soleados... perfectos, pacíficos y soleados, como me gustaban esos días, como los extraño…

Yo era un niño tímido, totalmente inocente, me costaba abrirme a los demás, pero con el tiempo iba tomando confianza y levantando, poco a poco la vista del piso así tuve un par de amigos en la primaria hasta que pasé a preparatoria, era un buen alumno, me gustaban algunas materias, sobre todo las que explicaban el funcionamiento del cuerpo humano y las formulas con las que se hacían las medicinas.

Era mi primer día en la preparatoria y llegaba tarde, había sido transferido a esta escuela en mi segundo año de preparatoria por decisión de mis padres

Entré a mi nueva clase siguiendo a mi profesor…

- El es nuevo aquí, su nombre es Kazutaka Muraki, espero le den una cálida bienvenida – dijo el profesor a los inquietos alumnos que murmuraban cosas por lo bajo.

-Encantado de conocerlos – dije mirando al suelo provocando una explosión de murmullos por parte de las chicas que cuchicheaban por lo bajo y soltaban algunas risitas, levanté la vista para observar por vez primera mi salón y a mis compañeros y me encontré con la mirada ansiosa de todas las chicas hechas un escándalo e inmediatamente volví a bajar la cabeza luchando contra mi sonrojo

-¡Silencio por favor! – Dijo el profesor – Oriya, tú serás su sempai hasta que se acostumbre al colegio –  ordenó el profesor a uno de sus alumnos, levanté la cabeza para conocer a mi sempai pero cuando mi mirada encontró la suya

… me quedé helado…

Era un poco más alto que yo y delgado de cabello largo hasta la cintura y negro azabache… hermoso…

El muchacho me devolvió amablemente la mirada, de inmediato baje la cabeza tratando de calmar el color que nuevamente amenazaba con subir hasta mis mejillas, se sentaba solo así que el profesor me asignó el asiento a su lado.

- Hola, gusto en conocerte, me llamo Mibu Oriya – dijo el chico con vos grave y una sonrisa en el rostro tendiéndome una amistosa mano

… Oriya… hasta su nombre era hermoso…

- Yo soy Kazutaka Muraki, un gusto conocerte – dije en respuesta estrechando su mano y evitando su mirada y el sonrojo de igual manera

Y así fue como conocí a mi primer y único amor a quien nunca tuve el valor de declarármele…

Empezamos a llevarnos bien muy rápido, el era un chico normal con una  muy fuerte presencia, es decir, que… no pasaba exactamente desapercibido…

Hacíamos todo juntos, paseábamos por el campus, estudiábamos, salíamos, nos divertíamos muchísimo, siempre que me costaba alguna materia o no entendía del todo algún tema él me lo explicaba y lo mismo cuando el no entendía, adoraba que me explicara, porque mientras lo hacía acariciaba mi pelo y eso me gustaba mucho y me hacía sentir seguro porque en ese entonces era tan inocente y tierno como ningún otro niño y también adoraba explicarle, sobre todo cuando lo que no entendía era sobre dibujo  o sobre complicadas figuras geométricas porque eso me permitía tocarlo, sentir la calidez de su cuerpo, su suave piel, me permitía entrelazar su mano con la mía con el pretexto de conducirla con el lápiz por sobre la hoja de papel y no había nada  en el mundo entero que me hiciera sentir  mejor que aquel mínimo e insignificante contacto que suponía para mí la alegría de mis días… la alegría de mi vida…

Pero esa alegría se desvaneció un día y con ella mi cariño e  inocencia presas del odio que ocupó cada rincón de mi corazón

Saki… juré que me vengaría…

El rumbo de mi vida cambió el día que me presentaron a mi hermano mayor

- Muraki, el es tu hermano mayor, Saki –

- Hola, encantado de conocerte – dijo el chico tendiéndome la mano, era más o menos de mi estatura, delgado y de cabellos verdes, vi el brillo en sus ojos, solo que

… no sabía que ese brillo era otorgado por la maldad y el odio de su alma…

Traté de estar con él, de conocerlo, después de todo, él no tenía la culpa de que mi padre estuviera engañando a mi madre en el mismísimo momento que esta me daba a luz…

Pero ese enfermo asesino a mis padres, me quitó a mi familia, me quitó aquellas personas que, aunque no fueran muy cariñosas, eran las únicas que tenía en el mundo … a excepción de mí amado Oriya… y no contento con la desdicha que había traído a mi infancia, a mi vida, intentó matarme, esa noche conocí el dolor, el tormento…  a partir de ese día Saki me condeno a la soledad eterna…

Esa persona había llegado a mi vida solo para arruinarla, solo para arruinar todo lo que yo quería, todo lo que yo tenía, para traer irreparables desgracias, para curvar mi vida y mi destino hacia la desgracia, la enfermedad y la perdición…

Y juré la venganza… juré sobre la tumba de mis padres que la venganza sería dulce y deliciosa…

Desde ese entonces, solo en el mundo como había quedado, totalmente huérfano la venganza fue mi única prioridad, me volví una persona de helado corazón, dejé el cariño y el amor de lado, mi inocencia desapareció y empecé a planear mi venganza, detallada e incansablemente, para que no quedara ningún detalle sin resolver… aunque…  decidí conservar mi amistad con Oriya, como latente recordatorio de la calidez y el amor que me fueron arrebatados ya que… él era la persona que más había amado en mi vida… aunque eso era pasado ya, porque decidí vivir sin amor… por miedo a que me despojaran de él nuevamente…

Oriya no me abandonó a pesar de que lo trataba muy fríamente, el me entendió cuando se enteró de lo que me había pasado, se ofreció a ayudarme en lo que quisiera pero lo rechacé, no quería la ayuda de nadie, ni siquiera suya, le conté acerca de la que yo había decidido, mi única prioridad, la venganza y él no me aprobó ni me detuvo, no se cansaba de repetirme que era un desperdicio de tiempo y vida, pero a mí no me importó,  las primeras semanas estuve muy dolido… pero luego me recuperé y la ironía se sumó a mi carácter  frío y solitario.

Cuando terminamos la preparatoria decidí seguir la carrera de medicina, era parte de mi venganza y también de mis inquietudes así es que terminé la universidad  recibiéndome de doctor  y allí fue cuando nuestros caminos se separaron, yo le dije que viajaría por el mundo para descubrir alguna forma de evadir la muerte y de tener un cuerpo perfecto y él se quedaría allí, en Kyoto, también le prometí que lo iría a visitar algún día,… y así lo hice…

Cuando no aguantaba más la oscura soledad de mi alma iba a visitarlo, para escuchar sus amables palabras, su grave y hermosa voz, para compartir una comida con la persona que más amo en el mundo hasta el día de hoy… mi primer y único amor… nunca confesado por temor a no ser correspondido y posteriormente por mi irrevocable decisión de vivir sin amor.

Aunque a mis años, con mi vida y me único propósito fallido, la vida se volvió totalmente aburrida y falta de sentido, el único sentido que le podría dar  sería con Oriya… pero… aun no estoy preparado para volver a verlo… no tan pronto, aunque verdaderamente me muera de ganas, aunque esté preocupado por si vivo o no, aunque le deba el agradecimiento por el último favor que me hizo, aun así… no puedo volver a verlo…

Además que le diría… en verdad no tengo nada que decirle… solo pasar el rato… contemplar su hermosa sonrisa… ver de nuevo al dueño de mi corazón…

Ahhh… en fin,…suena tan lindo… pero es que, cuando lo vea… no sé que podría pasar…

Ahora que no tengo más que vengar, ¿qué me quedó después de todo mi vida?, ¿qué se supone que tengo que hacer ahora?

¿Arriesgarme a querer a alguien, aun con la inseguridad de que este me sea arrebatado?...

Iba caminando pensando en todo esto por la solitaria plaza de Kyoto cuando levanto la cabeza para ver donde me encuentro y lo veo

… otra vez quedé helado…

… como la primera vez que lo vi…

Vestido con su habitual kimono, su negro cabello ondeando con el viento, sus ojos castaños que me observaban con total sorpresa y alegría y una sonrisa que lentamente iba dibujándose en su rostro… allí estaba mi amado, esperándome como siempre… 

… Quizás sea tiempo de empezar de nuevo… 

Notas finales:

Comentario? besos 

Sayonara!


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