Estamos sentados junto al otro en el auto, pero no hay música
Siempre tomo tu mano izquierda pero ahora estás besando sus labios
El ruido del motor del coche se introduce en mis oídos, trato de ignorarlo, pero su risa de felicidad le acompaña en un sonido melodioso, un sonido irritante para mi. Miro de reojo el asiento del copiloto, donde ella ríe de vez en cuando y tarareas una canción desconocida para mi.
Sé lo que vas a decir, por favor, no lo digas
No sé por qué, no sé por qué
Recuerdos de vosotros dos juntos inundan mi mente, y yo, derrotado, tengo que aguantarlos.
Me veo a tu lado, es increíble pensar como antes amaba compartir mi tiempo contigo, y ahora daría lo que fuera para que no fueses mi hermana, y así poder odiarte libremente.
En teoría estamos discutiendo, pero ella se lo toma a broma, y yo finjo que es así. No quiero que ella se de cuenta de mis verdaderos sentimientos. Bromeo con la discusión y hago como si fuera a golpearla. Entonces tu apareces, y ella corre a esconderse tras de ti. Bromeo contigo como siempre y a ella le dirijo una mirada asesina, evitando que ambos os deis cuenta.
Quiero alargar cada minuto, cada segundo
Pero el camino vacío se abalanza sobre mí
Este viaje se hace demasiado corto, el momento se acerca y yo tengo que morder mi labio para evitar ponerme a llorar. Ella sigue riendo y tatareando, feliz por su futuro próximo. Entonces yo pienso, ¿qué será de mí cuando este viaje se termine?
Después de dar vueltas y vueltas, llegué a tu casa que es tan familiar y las lágrimas cayeron
Después de perder un largo día buscando este lugar, se siente como si estuviese perdido
Por favor, no, por favor, no te vayas
No sé por qué, no sé por qué
Otro recuerdo llega a mi mente, el día en que me enteré de vuestra relación. Me veo a mi mismo yendo hacia tu casa, sacando las llaves que una vez me diste y entrando como si fuera mi propia casa. Y te veo a ti, de espaldas, abrazándola con amor. Mi voz no sale y retrocedo, ¿me voy o me quedo?
No está ni siquiera lloviendo pero fuera de la ventana
Te desvaneces y te alejas
Es como una imagen que recurre a mi mente para destrozar mi corazón, parece que te tengo, pero eres de ella.
Entonces recuerdo los momentos después a enterarme de que erais pareja. El momento en el que me lo contasteis.
Nos habíamos sentado en el comedor de tu casa, vosotros dos en el sofá, bien abrazaditos, y yo en el sillón, observándoos sin perderme ni un detalle.
-Entonces... ¿es verdad? ¿Estáis saliendo juntos?- pregunté con dificultad, sentía que las lágrimas querían salir de mis ojos. Mi hermana rió con alegría.
-Es verdad, ¿a qué es maravilloso?- te miré a ti, y tu asentiste. con una sonrisa plasmada en la cara.
-Es verdad.
Desvié la vista y una duda apareció en mi interior.
-¿Desde cuándo? ¿Por qué no me dijisteis nada?
-Hace unas semanas, no sabíamos como decirte.- me respondiste. Me levanté volteándome, evitando que vierais mi expresión de enfado, rabia y dolor.
Dejarte ir no es tan fácil como suena
Me di la vuelta, no siendo capaz de verte dejarme
Las lágrimas cayeron eventualmente, y necesito limpiarlas ahora ya
No sé si debo usar el pañuelo que me diste o tirarlo lejos
¿Por qué este temblor no se va lejos?
Y por fin llega el momento. Los invitados a la boda empiezan a entrar por la puerta, recibidos por ti, por ti y por tu cálida sonrisa.
Ella baja por las escaleras, vestida ya con su vestido.
-¿Cómo estoy, hermano?- finjo mi mejor sonrisa y asiento con los pulgares levantados.
-Preciosa, como siempre.
Finjo estar loco y me aferro a ti pero
Pero mi cuerpo no me escucha
Intoxicado con tu esencia en el auto
No quiero despertar para siempre
Otro recuerdo más llega a mi mente. El día en que me dijisteis sobre vuestro compromiso.
Esta vez, fue en mi casa. Sentados, mi hermana levantó su mano, donde un anillo de compromiso reposaba en su dedo anular. Te miré con los ojos abiertos, y tu enseñaste tu propio anillo. De vuelta no supe que hacer.
Veo como te acercas a mi hermana y le acaricias el rostro, diciéndole que está hermosa y yo me quedo lejos de nuevo. Parece que ya no tengo un espacio en tu vida, solo ella.
Por favor no (por favor) me te vayas por favor (por favor)
Vuelve (vuelve) vuelve (vuelve)
En lo alto del asiento vacío que dejaste, sólo tu fría esencia permanece
Por favor no (por favor) me te vayas por favor (por favor)
Vuelve (vuelve) vuelve (vuelve)
Me aferraré de la esencia que queda por lo que vuelve a tu lugar
Todo está terminado para mi. Apenas oigo las palabras que el Cura dice, pero se perfectamente que está pasando.
-Cho KyuHyun, ¿aceptas a Kim Hee-Jin como tu legítima esposa?- la miras sonriéndole y asientes.
-Acepto.
-Kim Hee-Jin, ¿aceptas a Cho Kyuhyun como tu legítimo esposo?- una sonrisa asoma en su cara y asiente.
-Acepto.
-Yo los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.- sus labios se funden en un cálido beso, y yo ya no pinto nada allí. Volteo para que nadie me vea llorar y me dirijo a la azotea. Me apoyo en la barandilla y tan solo me quedo mirando el paisaje, las lágrimas ya ni caen. Pronto siento una presencia a mi lado, y, aunque no me es necesario mirar para saber que eres tu, dirijo mi mirada hacia ti.
-Todos están esperando para que nos hagamos la foto, Heechul.- niego con la cabeza.
-No quiero hacerme fotos...- me agarras de la muñeca y me obligas a ir hasta el altar, donde ella nos espera a ambos. Nos colocamos uno a cada lado de ella y ella pasa sus brazos por los nuestros, fuerzo una sonrisa mientras mi hermana apoya su cabeza en el hombro de KyuHyun y la foto sale.
Pronto la tengo en mis manos.
La ceremonia ha terminado, y yo me dirijo hacia ningún lugar con el coche. Paro en una explanada y tomo la foto entre mis manos. No puedo evitarlo y rompo la parte en la que sales tu, y nos uno.
Nadie lo sabe y tampoco quiero que lo sepan, pero te amo, Cho KyuHyun.
FIN~