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Volviendo a enamorarte por LuuOkita

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Notas del capitulo:

Este es ligeramente más corto que los anteriores, pero espero que les guste igualmente.

Recordando los buenos momentos con John se había quedado dormido en el pequeño sillón, apoyado en el respaldo, con el brazo derecho sobre el izquierzo, y las piernas cruzadas. Pero un leve se removió en sueños y el cigarrilló, terminó sobre la vieja alfombra pero ya daba igual.

 

Por otra parte, el cuerpo policial comenzaba a desmonorarse, ningún detective consultor les ayudaba a resolver sus imposibles, no había ninguna pareja detectivesca que estuviese allí y no había ninguna motivación. ¿Para qué capturar criminales cuando no habría ningún sociopata por allí? ¿Acaso realmente se arrepentía de haberlo tratado tan mal? Entornó la mirada al móvil, con un leve suspiro, llamando a la única persona que quizás podría estabilizar las cosas.

 

-Ya sabes que ando ocupado -Sonó la voz del mayor de los Holmes al otro lado del teléfono, aunque realmente aquello era una mentira.

 

-Igual que todos, pensando en él ¿no? -Volvió a suspirar pasándose una mano por el rostro con gesto cansado.- Aunque sea de mentira, haz que vuelva -Prácticamente ordenó el inspector.

 

-¿Y qué pretendes que haga? ¿Decirle que después de todo lo que pasó y que el doctor Watson no quiere ni verlo vuelva a ser el mismo? -Dijo con un deje de sarcasmo, tamborileando los dedos sobre la mesa.

 

-Oh vamos, eres su hermano algo podrás hacer -Bufó mientras veía a la sargento Donovan y a Anderson hablar demasiado animados, después de todo para ellos Sherlock aún seguía muerto.-O haz que arregle las cosas con John o lo que sea, le necesitamos aquí

 

-No puedo hacer milagros y lo sabes -Masculló con una mueca molesta, colgando luego sin ni siquiera despedirse después de todo no hacía falta.

 

Pero a las afueras de la ciudad las cosas con el doctor no iban demasiado bien, al parecer la salud de su suegro había empeorado, pero Marie solamente se había dedicado a decirle que la llamaba poco. ¿Y qué iba a hacer? Si tenía trabajo y cosas que hacer, además de cosas que pensar. Se sentía mal por querer que Sherlock siguiese muerto, así todo sería mucho más fácil.

Estaba en la cafetería del hospital, tomándose un aperitivo antes de que terminase su ansiado descanso, había sido un día sin demasiados sobresaltos, hasta que llegó una urgencia, o al menos eso vio.

 

Los paramedicos entraron a toda prisa, con un joven una camilla, al parecer solo era una quemadura pequeña en la muñeca, pero temían que estuviese peor, pues lo medicamentos que vociferaban eran específicos para eso. Volvió la vista, ya había tenido muchas cosas juntas como para ver una desgracia más y se dio cuenta de que tenía un mensaje.

 

"Tenemos que hablar de Sherlock" MH

 

Frunció el ceño, él no quería hablar, no quería pensar ni recordarlo. Suspiró mientras contestaba. "No quiero, además tengo trabajo" Cuando una enfermera le fue a llamar, al parecer había llegado un herido de bala y no era nada más y nada menos que Lestrade. Fue una operación dura, además de compleja por saber que era su amigo, pero consiguió terminar todo a tiempo.

 

 

Mientras tanto, en otra habitación del hospital...

Despertó alterado, sin su ropa, con un terrible dolor en el brazo derecho, le escocía, ardía y hasta respirar parecía ser la tarea más difícil del mundo. Pestañeó varias veces hasta que vio a varios médicos a su alrededor, pero se removió quedándose hecho una bola en la camilla, aunque su muñeca no paraba de doler y cuando se vio aquella quemadura simplemente escondió el rostro, asustado. ¿Desde cuando sentía emociones?

 

-Tenemos que ponerle un calmante y se sentirá mejor -Le intentó decir uno de los médicos, pero simplemente se escondió más aún y las enfermeras intentaron hacer que reaccione con palabras suaves, pero el chico no se movía.-

 

A base de un par de calmantes intravenosos consiguieron que se calmase lo suficiente para poder curar aquella quemadura y volvió a acurrucarse, suspirando en sueños. Pasaron algunas horas, se despertó algo confundido, con la imagen de John en su cabeza, pero estaba solo en el hospital, vivo y solo, como siempre. Se miro las vendas de la muñeca dejando caer luego el brazo con pesadez y se giró, viendo como entraban a su nuevo compañero de habitación, sorprendiéndose al ver quién era.

 

-¿Qué le pasó? -Pregunto colocándose las gafas para poder enfocar a la enfermera, la cual negó con la cabeza revolviéndole el cabello.

 

-Una herida del bala, es lo que tiene ser policía -Le respondió como si fuese un niño y luego se fue, dejándolo aún con más preguntas.

 

Se sentó en el borde de la cama, aun mirándolo, tratando de deducir lo que le había pasado, pero las enfermeras habían borrado todo rastro de pistas que le ayudasen. ¿Si el ya había acabado con Moriarty quién podría estar detrás de todo esto? Volvió a dejarse caer, con las manos sobre el estómago arrugando un poco aquel horrible pijama que ahora llevaba, podía notarse las costillas bajo la piel, cerró los ojos suspirando. Nunca sería suficiente, nunca sería lo suficiente bueno como para gustarle a John, aunque estuviese más delgado que sus novias, fuese más alto o más listo, si no le quería no podía obligarlo. Apretó algo más los dedos, buscando calmarse cuando oyó unos pasos conocidos entrar a la habitación y giró despacio la cabeza, mirando fijamente a John que ahora estaba cogiendo una silla para sentarse de espaldas a él, al lado del inconsciente inspector agarrando despacio su mano. Se giró, enrrollado en las sábanas con intención de seguir siendo invisible y poder dormir un poco, pero el rubio comenzó a hablar.

 

-Sé que aún estás dormido y que seguramente no me estés oyendo, pero me he acostumbrado a hablarle a la nada...-Susurró mientras bajaba la mirada, viendo de reojo las vendas en el estómago del oficial.- ¿Sabe inspector? Quizás deba arrestarme, creo que estoy comenzando a ser un psicópata -Dijo con una leve risa, aunque parecía algo triste.

 

Esto despertó el interés de Sherlock que se sorprendió, pero intento quedarse callado y prestando atención, pero el tono de voz de John no temblaba ni estaba nervioso. ¿Acaso sus palabras solamente era una metáfora de lo que realmente quería decir?

 

-A-al verte entrar me alegré de que no fueses Sherlock -Susurró soltando la mano del inspector con suavidad, poniendo bien la sábana.- Después de lo que pasó, le creo capaz de cualquier cosa y aunque le pegué lo menos que quiero es que se aleje...-Suspiró poniéndose en pie, viendo otro mensaje de Mycroft insistiendo en que tenían que hablar de Sherlock.

 

-¿Eso es verdad? -Preguntó la voz de Sherlock que se había puesto en pie y estaba tras el rubio, cogió aire escondiendo las manos detrás de la espalda.- ¿En serio quieres tenerme a tu lado? -Volvió a preguntarle acercándose más a él, intentando deducir su respuesta, pero estaba tan nervioso que no conseguía fijar un punto que no fuese su mirada.

 

-Sherlock, tú eres el que...-Suspiró, volviendo a calmarse y le abrazó suavemente contra su pecho, rodeando su estrecha cintura con los brazos.- Mil veces te he dicho que no debes escuchar las conversaciones privadas -Le recriminó como un año atrás, acercándole más aún.- ¿Cómo llevas la muñeca?

 

-Bien -Murmuró, sintiendo un calor inexplicable en las mejillas con las manos sobre su pecho, sintiendo su propio pulso bastante desvocado y lo abrazó con fuerza.- Me da igual el golpe...yo solo quiero a mi John, el de siempre -Murmuró de nuevo y le miró a los ojos, con una de esas preciosas sonrisas que solo el sabía mostrar.

 

-Anda, échate, aún estás algo sedado -Susurró mientras le ayudaba a sentarse en la camilla, sonrojándose un poco al darse cuenta de qué aún no se habían soltado y se separó despacio de él, besando su frente.- Te quedan bien esas gafas ¿por qué nunca las llevaste? -Preguntó, intentando cambiar de tema, después de todo, quizás las cosas volviesen a ser como antes.

 

-Ahm, bueno empecé a usar lentillas...la gente me decía que era como un genio pero versión estúpida -Masculló haciendo una mueca de desagrado y se recolocó un poco el flequillo, aun mirándolo.- Te casaste hace poco, pero no sueles llevar el anillo y ella ahora no está en casa ¿verdad? Aunque hace poco que volvistéis de la luna de miel, así que tuvo que pasar algo grave para que se fuese, pero no una discusión...-Dedujo rápidamente mientras se quedaba en silencio por unos segundos tratando de pensar el motivo.-

 

-Su padre, mi suegro, tiene cáncer y ella fue a pasar sus últimos meses con él -Le aclaró con un leve suspiro al ver que seguía siendo el mismo genio sociópata de siempre.- ¿Cómo te quemaste? ¿Otro experimento? Un caso ¿tal vez?

 

-Ojalá-Murmuró mientras desvíaba la mirada ocultando la venda con las sábanas, por alguna razón le daba vergüenza el motivo de la quemadura, después de prometerle a John que no fumaría más.- Me quedé dormido en el sillón y el cigarrillo, bueno...se apagó en mi piel -Le miró de reojo, intentando ver si estaba enfadado, pero la sonrisa de John le desconcertó.

 

-Eres como un niño -Susurró y volvió a besar su frente poniéndose de pie, al oír que lo llamaban del busca.- Tengo que irme por un rato, intentaré volver pronto -Se despidió con un gesto amable para luego salir de la habitación.

 

Cruzó el pasillo aun pensando en la sonrisa de Sherlock, le lloró cuando estuvo muerto, deseó que no lo estuviese, volvió a la vida y lo único que supo hacer fue pegarle porque le dolía aceptar que no le había dicho nada. Para protegerle del asesino, para que rehiciera su vida; pero ahora él volvía a ocuparla por completo. No pudo evitar sonreír al ver que su siguiente paciente era un niño pequeño, parecido a Sherlock que se había resfriado, por pasarse una noche en el jardín viendo las estrellas. Solo era fiebre y un resfriado, ojalá las cosas con Sherlock fuesen así de fáciles. Pasaron varios días, en los que a pesar de que el inspector había recobrado la consciencia nunca le dirigió una palabra a Sherlock, incluso este procuraba estar en el baño cuando venían a hacerle una visita.


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