Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS por DRAGIOLA

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Como siempre HP no me pertenece, sino a J.K.Rowling y esta historia solo fue escrita con el unico fin de entretener.

Notas del capitulo:

Esta historia la escribi el año pasado y para ser sincera no recuerdo de donde salio, ni mucho menos que me inspiro, eso si, durante la edicion me di cuenta que no era muy normal pero si graciosa y por eso decidi subirla, espero que les guste.

 

 

 

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS

 

 

 

 

 

-¡Y YO QUE TENGO QUE VER EN TODO ESTO!- gritaba ya histérico un muchacho sin creer lo que le pasaba.

 

-Debe entender joven que esto no lo planeamos ni nosotros ni el, esto solo sucedió-

 

-¡Y a mí que mierda me importa eso!-

 

-¡Silencio Draco! y compórtate, antes de rechazar la oferta del director Dumbledore deberías concentrarte en sus beneficios- dijo en tono molesto el hombre de cabellera grasienta mientras el rubio podía ver claramente en la mirada del mayor la frase “piensa como un Stlateryn por Merlín” pero ni eso aminoraba su disgusto o desasosiego para lo que ocurría, ¿Por qué aquello no podía ser cierto, verdad?

 

-Bien, hable-

 

-Es imperativo que el este bien para la batalla final es por eso que convenimos que lo mejor era que el motivo para su nueva recaída emocional estuviera a su lado y…-

 

-¡Que esta insinuando!, un momento, ¡es lo que creo, profesor Snape, es lo que pienso!-

 

-Por favor Draco no seas melodramático, piensa en el bien común-no podía creerlo, podía esperar tal respuesta de cualquiera, hasta de su padre pero menos de él, no de el pero si lo que acababa de escuchar era cierto…¡qué demonios, el no tenia porque aceptar tal estupidez!

 

-Me reusó tajantemente aceptar esta estupidez, ¡me escucharon, me rehusó!

 

-Bien si esa es su última palabra joven Malfoy-

 

Y claro que la era el no sería el… ¡nunca, nunca aceptaría aquella atrocidad, él era un Malfoy por Merlín!, como quedaría su nombre después de aquello, ni pensarlo, la respuesta era no, no, no, no.

 

-Draco Lucius Malfoy haga el favor de acompañarme- le escucho decir a un hombre que conocía perfectamente por haber sido su profesor en tercer año y del cual tenia serias sospechas de ser un licántropo en aquella época.

 

-¿A dónde?-estaba asustado pero por nada del mundo lo aceptaría, mas sabía bien que Snape se daba cuenta de sus nervios por lo que evitaba verle de frente.

 

-Deberá acompañarme al ministerio a declarar por supuesto- dijo el castaño asiéndose fuertemente de su brazo.

 

-¿Por qué, si yo no he hecho nada?-se pronuncio ya un poco mas alterado.

 

-Eso lo decidirán los aurores-recalco el ex profesor de DCO sin el menor atisbo de remordimiento mientras un cabreado hombre de nariz aguileña lo miraba con deseos asesinos.

 

-Es esto necesario-pregunto mas directamente al anciano sentado tras un escritorio que no hacia mas que ignorar la escena frente a el mismo, mientras descaradamente le guiñaba un ojo.

 

-Joven Malfoy, comprenderá que como sus dos padres han sido descubiertos como partidarios del que no debe ser nombrado existen dudas tangibles para con su persona-

 

-¡Pero soy solo un chico, ni siquiera he pasado los timos, ni los éxtasis, como diablos se supone que el Señ…que el que no debe ser nombrado piense en mí como lacayo!-

 

-Bueno eso deberá resolverlo el ministerio, más ahora que uno de sus padres ha desaparecido y el otro se niega a colaborar-

 

-¡Mi madre es inocente y mi padre esta de negocios, ella ya se los dijo al ministerio!-

 

-Que conveniente no, justo cuando se le encuentra con Bellatrix Lastrange, misteriosamente desaparece- menciono como si nada el castaño que estaba cabreado de tanta palabrería y no veía la hora de terminar con aquello que afligía a su cachorro.

 

-No es culpa de mis padres que esa mujer les haya seguido e intentara engañarlos-

 

-Vamos Joven Malfoy eso ni usted se lo cree-

 

-¡Lo que pasa es que nos tiene envidia, al igual que toda la chusma Griffindor!-

 

-Señor Malfoy, creo que lo que usted necesita es pensar en la propuesta que le hemos hecho un poco mejor, piénselo mientras descansa en la comodidad de sus aposentos y después deme su respuesta, ¿qué me dice?- dijo casi guiñándole un ojo el vejete que tanto detestaba el rubio.

 

Definitivamente aquel hombre estaba loco, si alguna vez dudo en todo lo que su padre decía de él en esos precisos momentos se arrepentía profundamente de haber dudado de su palabra, porque era mucho peor a lo que este se imaginaba.

 

-Usted está completamente…

 

-Draco ya es hora de retirarnos, mañana darás tu respuesta al director-  Era obvio que había interrumpido una frase nada favorable para el anciano director, al igual que  para la situación del rubio que esperaba que todo aquello solo fuera  una locura, una que jamás aceptaría, aun a sabiendas que aquello salvaría su pellejo de los errores cometidos por sus padres.

 

 

Estaba a punto de salir de la oficina del director cuando el causante de sus desgracias estaba justamente parado frente a él, con el semblante pálido, unas ojeras de días y una mirada perdida que cambio por una radiante, seguida por una gran sonrisa que no solo le dio repulsión, sino que también escalofríos haciéndolo retroceder inmediatamente varios pasos.

 

-Draco, que haces aquí, un momento, ya te lo dijeron, lo hicieron-decía el moreno un tanto incrédulo mirando a su alrededor-yo no lo planee asi, ¡porque no me dejaron hacerlo a mi manera!- realmente se notaba furioso  por lo que hacían a sus espaldas pero aun asi no confiaba en el.

 

-Cachorro no intentábamos excluirte pero debes entender-

 

-¡No Remus!, o por Merlín, Draco te juro que yo no planee esto, mira…yo,  veras- claramente el moreno estaba nervioso, movía las manos de forma compulsiva intentando de terminar frases que jamás tenían fin, mientras un rubio que ya comenzaba a perder la paciencia solo le miraba con mas odio del que habría pensado tener en su interior en sus cortos 16 años en contra de otra persona que no fuera el mismísimo Harry Potter y sorpresa, justamente ese era Harry Potter.

 

-Veras Harry, le hemos hecho al joven Malfoy una propuesta que lo beneficiara tanto a él como a ti, ahora solo debemos esperar hasta que tome la decisión correcta y…-

 

-No-

 

-¿Qué cosa?

 

-NO-

 

-Draco piénsalo bien-

 

-La respuesta es no-

 

-Malfoy sabes lo que eso significa-

 

-Si es alejarme lo más pronto de este par de locos,  si, estoy seguro-

 

Severius Snape solo pudo tapar su rostro con una mano por la vergüenza que evidentemente sentía  por la falta de experiencia de su joven aprendiz con respecto a las tácticas de sobrevivencia, ¿es que acaso no entendía que aquello no solo le salvaría el pellejo a él, sino también de paso a sus padres?  Respiro profundo intentando de calmar su ira latente sin mirarle a la cara porque estaba seguro que de hacerlo lo golpearía y no precisamente con un hechizo.

 

-No a que- Pregunto ingenuamente un moreno  mirando detenidamente a todos los presentes-a que se refiere con que no, Remus, a que se refiere-

 

-A nada cachorro, es mejor que nos retiremos, vamos te acompaño hasta tu casa- dijo el hombre lobo que apenas quiso tomar su brazo noto como este lo esquivo de forma violenta.

 

-Cálmate muchacho- pidió el anciano director que se levantaba con prontitud ante la actitud un tanto alterada de su pupilo predilecto.

 

-No hasta que me digan a que se refiere Draco-

 

-¡Quien te crees que eres para llamarme por mi nombre cuatro ojos!-

 

-¡Draco!-grito Snape  suplicando porque cerrara la boca mientras un furibundo Lupin se iba contra él.

 

-¡No lo lastimes Remus!  ¡Él no tiene la culpa de nada!-grito enfadado un moreno anegado en lagrimas que se forzaba por no dejar escapar.

 

-¡Harry, escúchame lo que te pasa no es mas que un episodio, no es lo que piensas o sientes!- dijo intentando de hacer entrar en razón, más que tranquilizarlo  el ultimo amigo vivo de sus padres que no daba crédito a lo que le ocurría, pues aquello tanto para el como para el resto del mundo era una verdadera locura.

 

-¡No es asi!, ¡se lo que siento, no estoy enfermo, ni loco! ¡y no, nadie me hechizo, dígaselo Profesor, dígaselo!-

 

Un Dumbledore un tanto cansado asintió a esto al recordar cuantas prueba le realizo al no dar crédito  tanto a lo que escuchaba como a lo que veían sus ojos, más cuando había tenido que evitar ciertas imprudencias y locuras del muchacho encargado de salvar al mundo mágico.

 

-¡Vez!

 

-Está bien pero él ha dicho que no-

 

-¡¿Cómo?!  ¡se lo dijeron!- dijo mas espantado que molesto el oji verde que no daba crédito a la osadía de los mayores.

 

-Me lo dijeron todo cara rajada y sinceramente cual creías que iba a ser mi reacción-

 

-No lo sé…si ya lo sabes…bueno… ¿qué dices?…-

 

-Acaso estas sordo o que, dije que no, no, no, ¡NOOOOOOOOOO!-

 

-Yo no te quiero solo como un juguete, yo te quiero para toda la vida- decía un sonriente Harry ante las miradas apenadas de quienes miraban la escena.

 

-Que no-

 

-Según Hermione es porque somos almas gemelas, es por eso que nos detestábamos cuando niños y…-

 

-¡acaso eres sordo, dije que no!

 

-Pero tú no entiendes,  acaso  yo, yo…

 

-¡ni te atrevas a decirlo Potter!

 

-¡Pues lo diré!  yo…yo, yo te…

 

-¡Te odio Potter!, ¡lo escuchas te odio!  ¡Y jamás, bajo ninguna circunstancia tendría algo contigo, de tan solo imaginarlo se me revuelve el estómago!-

 

-Eso no es cierto- negaba en voz baja el moreno sin dar crédito a lo que escuchaba.

 

-Vámonos Draco, ya aclaraste tu punto- dijo el profesor de pociones tomándolo fuertemente de la nuca, bastante molesto por la falta de tino del rubio.

 

-Sí,  llévatelo antes de que lo mate- dijo Remus mostrando los dientes de forma amenazante.

 

-Pero…pero…no es justo…yo…yo…

 

-Harry mi muchacho ya tendrás tiempo para esos menesteres en el futuro, ahora debes concentrarte en algo más importante hijo… la guerra-

 

-¿Futuro dice?, ¿qué hay algo más importante?, ¡por quien me toma!, ¡yo no tengo futuro, nunca lo tuve y nunca lo tendré porque un maldito loco desea matarme solo por lo que dijo una estúpida loca! –decía ya histérico el muchacho que retrocedía a paso veloz de quien intentara consolarlo.

 

-Tranquilízate cachorro, sabemos que tu vida no ha sido fácil pero no es motivo para que creas que esto que sientes será eterno, porque no lo es-

 

-Y tú qué sabes Remus, ¡tú que rechazaste a Tonks solo porque…porque…hagggggggg!-

 

Un rubio miraba atónito la escena, mientras se sentía indeciso en retirarse o no del lugar.

 

-Vámonos, te llevare con Pompy- decía con tristeza el hombre lobo tras las duras palabras del chico que se agarraba con fuerzas la cabeza.

 

-Si será lo mejor, por favor Remus encárgate de que descanse- dijo el anciano reticente a siquiera acercársele tras el fallido intento por darle un poco de aquella felicidad que tanto se le había negado al joven desde su primer año de vida.

 

-¡No iré a la enfermería! ¡Se lo que pretenden!-

 

-Cachorro sé que ahora  todo se ve mal pero ya veras mañana será otro dia y…-El castaño intento abrazarle pero apenas lo intento el moreno le dio un manotazo alejándolo de su cuerpo, con la cara roja de furia.

 

-¡Crees que porque me droguen para mañana despertare viendo todo color de rosa! ¡Pues no! ¡Será otro maldito dia al igual que ayer, al igual que hoy y al igual que todos los que me queden de vida! ¡Una mierda, solo eso es mi vida, solo eso!-

 

Sentía pena por el maldito cara rajada pero no culpable, quien lo mandaba a fijarse en el, justamente en el, dios sabia que estaba bueno pero de ahí hasta enamorar al dichoso niño que vivió para convertirse en todo un idiota era demasiado, si conseguía al fin comunicarse con su padre de seguro se destornillaría de la risa hasta el dia de su muerte por lo irrisorio de la situación. Pero que esperaba por respuesta, él era un Malfoy por amor a Merlín, un sangre pura de tomo y lomo, heredero de una de las familias mas acaudaladas de toda Europa mágica, simplemente él no podía, ni dejaría que su apellido se perdiera en los libros de historia por un simple enamoramiento, ni mucho menos por el capricho del dorado niño de Dumbledore, no, que se jodieran todos y sobre todo San Potter porque él no iba a ceder a sus caprichos.

 

-¡Harry baja de ahí!-

 

-Muchacho por Merlín que haces-

 

-¡Ohoo! ¡ por favor Señor Potter no dramatice lo que esta pasando y baje de ahí ahora mismo!-

 

-¡Cállate Snape, cállate o te juro que lo que le pase a Harry le ocurrirá con creces a tu querido condiscípulo!- grito furioso un Lupin que sin necesidad de luna llena de por medio dejo salir un gruñido gutural que aterrorizo a los presentes sin excepción alguna.

 

-Harry mi muchacho, por favor baja y hablemos- dijo en tono suave el director pero sin lograr mayor efecto en el muchacho que se veía completamente fuera de si sobre el alfeizar de la ventana de su despacho.

 

Draco no podía creer lo que veía, realmente San Potter pretendía que creyeran que iba a hacer algo tan cobarde, vamos él era un Griffindor y ellos no se quitaban la vida, vamos ni siquiera los Stlateryn hacían algo tan temerarios sin antes luchar hasta el final haciéndose valer de todos sus recursos y artilugios y aun asi jamás llegarían a un acto tan degradante como quitarse su propia vida.

 

-Te amo Draco… y si tu no me quieres…si tu no me…ya no quiero…ya no mas…-el moreno derramaba lagrimas mientras decía aquellas palabras que le rompían el corazón a quienes lo estimaban porque si creyeron que sus sentimientos eran solo una cuestión de la edad aquello solo les confirmo lo que pensaran en un principio, el chico se sentía solo y en su soledad quiso aferrarse a la primera tabla que le diera esperanza pero lo que no se explicaban en aquella ecuación era cuando y donde demonios aquel rubio se había convertido en eso para el moreno que ahora estaba dispuesto a acabar con su vida sin importarle el destino del mundo mágico y de las miles de personas que confiaban en su valor para acabar con Voldemort.

 

-¡Cachorro! Por favor, no lo hagas, piensa en tus padres, piensa en Sirius, piensa en mi, por favor no lo hagas- decía compungido un castaño a punto de las lagrimas.

 

-En ellos pienso Remus, porque si bien mis padres murieron jóvenes al menos ellos no lo hicieron sin haber conocido el amor y Sirius…pobre de mi padrino, él ni siquiera tuvo el consuelo de esto por pensar en la venganza, yo no deseo acabar como el, antes prefiero-

 

-La salida más fácil,  no joven Potter-

 

-Por favor Severius,  ahora no- pidió nervioso el director tras ver una reacción nada favorable en el moreno.

 

-Vamos Potter si vas a hacerlo, hazlo ya y deja de quitarle el tiempo a quienes no lo tenemos-

 

-¡Malfoy!-gritaron todos al unísono mirando furibundos al joven de ojos plata que sin mas se cruzo de brazos en un gesto tan arrogante para ellos y tan mono para el moreno que no pudo evitar esbozar una media sonrisa dentro de todo su dolor.

 

-Eso es lo que quieres amor-dijo el oji verde ante la mirada de repulsión del rubio ante tanta zalamería innecesaria.

 

-¡No Harry!, ¡no lo hagas y menos por alguien como el!-

 

-¡por favor piensa en lo que haces muchacho!-

 

-¡Ya basta Potter, bájese de ahí en este momento!-

 

-¡Váyase al diablo!,  ¡váyanse al diablo todos!- retrocedió un poco en el barandal quedando apenas sostenido por la punta de sus zapatos, mientras los magos presentes alzaban con fuerza sus varitas ante el.

 

-¡Ni lo piensen! ¡porque antes que me den con un petrificus o con un leviosa estaré cayendo por el vacío, lo juro!- Las palabras del muchacho aunque dichas atropelladamente y con desesperación no dejaban de ser ciertas, porque apenas el muchacho decidiera caer por aquella ventana ni el hechizo mas rápido podría darle alcance, peor aún, un petrificus  totalus solo le congelaría de tal forma que solo propiciaría su caída al vacío si es que esta ya no era un hecho y un levi corpus solo le alcanzaría por casualidad. No,  debían pensar con cuidado lo que debían hacer. Y cuando todo se veía perdido un castaño  alzo la voz para asombro de un rubio que se veía atacado nuevamente por algo que según él estaba fuera de su control.

 

-Meteré tu culo en Azkaban mocoso de mierda, ¡lo juro!- escupió con odio el hombre lobo.

 

El rubio no hizo mas que mirarlo burlonamente, sabia que no estaba bien pero qué diablos,  él estaba seguro que el Griffindor solo estaba blufeando y de no ser asi…mejor ni pensar en ello.

 

-¡Lupin no tienes derecho a amenazar al joven Malfoy, menos por algo que no tiene culpa! ¡A nadie se le puede obligar a amar a otra persona!- menciono con fuerza el profesor de pociones  recalcando esas últimas palabras mientras miraba desafiante a Dumbledore.

 

-Eso es cierto Severius pero hay que recordar que el joven Malfoy no solo ha rechazado la propuesta que le hemos hecho sino que ha alentado al joven Potter a cometer un acto suicida, lo cual es causal para encerrarlo por un buen par de años en Azkaban-

 

-¿Qué cosa?-dijo ya temeroso el rubio sin dar crédito a lo que acababa de escuchar.

 

-Dumbledore no diga tonterías- dijo con los dientes apretados el profesor de cabello grasiento a tales amenazas.

 

-Pero no son tonterías Severius y tú más que nadie debería saberlo bien-

 

-¿Pe…pero yo? ¡Yo no lo obligue a subirse ahí, él lo hizo solito, no pueden culparme por su maldito síndrome suicida, yo no tengo la culpa!- gritaba alterado el oji gris al ver su futuro de un color que aunque le agradaba usar no soñaba como eterno en su vida.

 

-¡¿Asi?! ¡Pero tú lo incentivaste a que llevara a cabo el acto!-grito molesto Remus-¡además nadie nos dice que este no ha sido un plan tuyo y el de tus malditos padres Mortifagos para acabar con la única oportunidad de terminar con quien no debe ser nombrado!-

 

-¡Eso es mentira! ¡Usted…usted mismo dijo que le realizaron pruebas para ver si no lo habían hechizado y no encontraron nada, nada!- decía alterado un rubio entrando en pánico.

 

-¡Pero nadie nos puede asegurar  que no hicieron alguna poción especial, algún hechizo nuevo!-

 

-¡Por Merlín, Lupin escucha lo que dices!- gritaba molesto entonces Snape por la sarta de estupideces que decía su ex compañero de clases.

 

-¡No lo es y lo sabes muy bien!, asi que prepárate para pasarte una larga temporada en Azkaban ¡Mortifago junior!-

 

-¿Qué. No yo no…no tengo nada que ver en esto?- decía ya con el miedo reflejado en su rostro el mas orgullos de todos los Stlateryn-profesor…Director…digan algo, yo no tengo nada que ver en esto-

 

-¡Ya basta, déjenlo en paz!- grito Harry ya poniendo un pie casi por completo fuera del ventanal.

 

-Solo hay una alternativa para librarse de un castigo seguro señor Malfoy y es hora de que tome su decisión- dijo lo mas solemnemente en medio de todo aquella horrenda e irrisoria escena cierto anciano de anteojos de media luna.

 

-Acepto- dijo quedito el rubio sin creer lo que salía de su propia boca.

 

-¿Qué?-

 

-Acepto-

 

-Puedes repetir lo que dijiste Malfoy- pregunto esta vez el castaño que casi llegaba hasta el ventanal en donde estaba el moreno.

 

-¡Que si maldita sea, acepto, contentos!- grito furioso  ante su mala suerte.

 

Un grito eufórico los saco a todos del letargo en el que se encontraban en esos momentos para dar paso a un veloz chico que no dudo en irse sobre el rubio alzándolo en brazos y abrazándolo con tal fuerza que no dudaban que  en el proceso le rompería un buen par de huesos.

 

-¡Te juro que te hare el hombre mas feliz sobre la faz de la tierra, te lo juro!- dijo el moreno intentando de darle robarle  un beso el cual  no solo le fue negado, sino rechazado al posar sus labios en los ajenos con intención de introducirse en aquella deliciosa cavidad por la cual moría en profanar como cada parte del cuerpo de quién amaba.

 

 -¡Qué asco!, ¡suéltame!, ¡no me beses!, ¡no me toques,  maldito cara rajada!- se le escuchaba decir al oji plata mientras se removía sin mayor éxito entre los brazos de quien se creía ahora su dueño.

 

-No, ni lo sueñes, jamás dejare que te alejes de mí, jamás- contesto a su vez el otro mientras besaba sin cesar el rostro de un rubio mas que molesto por el nulo apoyo de su jefe de casa que solo veía la escena desde su lugar sin mover ni un solo dedo para ayudarlo.

 

-Muy bien, ahora solo hay que arreglar ciertos detalles y ver para cuando será la boda- se pronuncio un anciano  ya mas calmado y con una gran sonrisa adornando su rostro.

 

-¡Pues mañana mismo!, ¡no, hoy profesor!, ¡se puede verdad, usted nos casara verdad!- decía eufórico en medio de carcajadas de felicidad el moreno que no daba crédito de que por fin la suerte le sonriera.

 

Si el mismo Remus Lupin tenía una cara de espanto por la velocidad que tomaba aquel asunto eso no era nada en comparación con la expresión que tenía Malfoy, quien definitivamente era quien mas detestaba aquella situación a la cual se le había orillado en contra de su voluntad.

 

-¡Estas loco!-

 

-Perdón mi amor-dijo intentando de besar nuevamente sus labios sin éxito alguno-¡Profesor Snape!, por favor avísele a la Sra. Malfoy-

 

-¿Avisarle a Narcisa Malfoy dices?- pregunto dudoso el aludido mirando de inmediato a su otro alumno.

 

-¡No se atreva a meter a mi madre en esta aberración, eso no!- grito zafándose al fin el rubio de los tentáculos que tenia por brazos el niño que vivió.

 

-Pero amor ella debe enterarse, sino como vendrá a nuestra boda-

 

-¡Deja de llamarme asi!, además no tengo porque casarme contigo-

 

-¿Pero como?, si tu acabas de decir-

 

-¡Dije lo que era necesario para salvar tu culo de hacerse pedazos, eso es lo que hice!-

 

-¿Acaso los Malfoy ya no tienen palabra Severius?- el hombre de cabellos grasosos miro de soslayo a quien le dirigía la palabra encontrando increíble  que aun en esos momentos intentara de manipular la situación que perfectamente podría ser arreglada sin la necesidad de comprometer a esos dos mocosos.

 

-Draco estás seguro de lo que dices-dijo fríamente a la espera de una respuesta que jamás llego por la simple intervención de un Remus Lupin de lo más cabreado por ver como hacían sufrir a su cachorro, lanzando nuevamente un gruñido que le hizo erizar la piel no solo al rubio, sino también al profesor de pociones, sobre todo cuando insinuó descaradamente mirando sobre su hombro hacia el ventanal donde terminaría el rubio de no cambiar de opinión. -Me comunicare con Narcisa esta misma noche-dijo con la garganta seca, huyendo de las garras de un hombre lobo que no le quitaba los ojos de encima a quien se había encargado de proteger  desde  el dia en que naciera  esbozando una desagradable sonrisa de triunfo.

 

 

 

 

 

Le encantaba despertar abrazado a su rubio, aunque este se desasiera de sus brazos apenas se daba cuenta de donde se posaban y como con un dejo de desprecio le daba a entender que todo lo malo en su vida era total y completamente su culpa.

 

-Quítate ya de encima Potter-la dulce forma de llamarle le encendía su corazón por las mañanas -¿Porque me miras asi idiota?-sus bellas palabras para darle los buenos días le alegraban el resto del dia.-¡Por Merlín, ya suéltame!, ¡acaso aun estas dormido o que!-si definitivamente con su adonis se había ganado el premio mayor.-¡Ya suéltame imbécil!, cuando vas a entender que esto es solo por un mero ¡acuerdo!-

 

-Como tú digas amor-respondio soñador un moreno que no soltaba su presa por más que se removiera en el lecho.

 

-¡No me llames asi escoria!- amenazo arrastrando las palabras y enarcando las cejas de tal forma que no hizo mas que provocar una amplia sonrisa en su compañero que no paraba de mirarlo como un bobalicón.

 

-Amor porque sigues insultándome después de tanto tiempo, ¿cuándo terminaras con esto?- dijo el moreno haciendo un mohín que a cualquiera lo derretiría menos al rubio presente que con cada palabra lo despreciaba aun mas que el primer dia que se viera obligado a estar con el.

 

-Jamás, ¡ahora suéltame!-grito  furioso el rubio tiñendo sus mejillas de un color carmín que solo provoco una pequeña punzada en la entre pierna del moreno-ahora-

 

-Está bien, está bien- dijo con pena soltando a su rubio ante su molesta.

 

-Uno de estos días te lanzare un Crució infeliz-

 

-Amor sabes que eso no pasara- dijo el oji verde sentándose sobre la cama mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

 

-¿Crees que no sería capaz?- el moreno negó divertido ante la amenaza de su rubio-pues bien-dijo ya furioso este tomando su varita del buro al lado de la cama apuntándolo enseguida.

 

-Vamos amor,  ya bájala- quiso reírse pero las ganas se fueron junto a su sonrisa cuando escucho a su pareja pronunciar las primeras silabas de una maldición imperdonable que dolía como el mismísimo infierno-No es gracioso Draco-

 

-Pues no tiene por qué serlo cara rajada- podía sentir su tono de superioridad marcado en aquella frase erizándosele la piel de tan solo imaginar que hablaba en serio-¿A donde crees que vas?-

 

-Bueno debo bañarme amo…-mal hecho, dijo su alarma interna gritandole que en vez de optar por tomar sus gafas antes debio agarrar su varita en forma de seguro pero como siempre acababa tomando la peor decisión.

 

-Cru…-

 

La puerta se abrió entonces estrepitosamente de par en par ante el horror y asombro de los ocupantes del cuarto que no dudaron en fingir apenas le vieron entrar. Mientras un rubio ocultaba su varita tras su espalda, un moreno extendía los brazos para ser ignorado olímpicamente.

 

-¿Qué sucede?-

 

-¡Papiiiiiii!-grito el pequeño lanzándose de un salto a los brazos del único progenitor que no los extendía pero que no se negó a abrirlos ante el menor que no cesaba de besarlo recibiendo unos buenos días y un par de besitos de la persona que más amaba en todo el mundo.

 

 

-Y que hay de mi- dejo escapar decepcionado el moreno ante la escena que deseaba protagonizar el pero de manera mas lujuriosa con su rubio algún dia, con te amos, besos y buenos días amor incluido de paso.

 

-Hola papa-dijo entonces el nene saludándolo con su manita-¿A que estaban jugando?-

 

-Pregúntale a tu papi-

 

-¡Potter!, a nada amor-contesto el rubio mirando con reproche al moreno que solo sonreía, otra vez.

 

-Porque solo tú puedes usar la palabra prohibida-dijo con un mohín el moreno ante la risa de su hijo por eso.

 

-¿Cual palabra?-

 

-Ninguna cariño ya sabes que a papa le falta un tornillo-

 

-¡Hey!, no le digas eso a mi hijo-

 

-Vamos a desayunar quieres-el niño de inmediato asintió entusiasmado.

 

-Yo también puedo-

 

-Deja de preguntar estupideces Harry-

 

-He vuelto a ser Harry, ¡Hurra!-alzo los brazos dando saltitos que su hijo hubiese imitado de no estar en los brazos de su papi pero que no evito que soltara otra buena carcajada infantil.

 

Amaba su familia, a su hijo y sobre todo a su rubio que luego de muchos problemas de por medio le aceptara en todos los aspectos pero esa, esa era otra historia.

 

-Deja de soñar Potter y baja a desayunar que no quiero que me culpen nuevamente de tus continuos atrasos en el trabajo-menciono otra vez molesto el rubio a lo cual el moreno solo asintió siguiéndolo de cerca mientras le hacia morisquetas a su hijo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fin

 

Notas finales:

Les dije que era algo raro, ¿verdad?.

Bueno como siempre, gracias por leer y mas por comentar y recuerden esto es un fanfics, un fanfics, un fanfics.

P.S.: ¿Alguien sabe como se realizan los desafios aqui?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).