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Notas del capitulo:

Aquí está la segunda parte, perdón por no subirlo ayer pero no me dio tiempo.

Al llegar a casa de Ryuzaki ambos estaban aún adormilados así que decidieron ir a dormir.


El ojinegro se sentó en una de las esquinas de la cama, encerrándose en sus pensamientos. Light se acercó a el y lo abrazó por el cuello, se acercó a su oído y susurró provocativamente


-Y... ¿Dormirás conmigo?


Ryuzaki sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo y sin dejar ver al castaño lo que sentía volteó y respondió


-Es obvio que no voy a dormir contigo tonto... Tengo cosas más importantes que hacer-terminó comenzando a besarlo dulcemente.


El ojinegro se volteó completamente, quedando frente a frente con su amado. Sin dudarlo, lo recostó sobre la cama, quedando sobre él.


-¡Ryuzaki!-dijo Light sorprendido y algo sonrojado.


-Te dije que no dormiríamos-lo interrumpió y al mismo tiempo repartía dulces y cálidos besos por su cuello.


El castaño no pudo evitar sonrojarse más, comprendió lo que su amado quería decir y no hizo más que dejarse llevar por él.


Las caricias y besos que se daban iban en aumento al igual que su ritmo cardiaco y las ganas de unirse y ser uno solo.


La ropa se había vuelto un estorbo y poco a poco se fueron despojando de ella prenda por prenda hasta quedar totalmente desnudos.


Ryuzaki besaba y lamía a Light desde el pecho hasta el abdomen, acariciando suave y lentamente cada centímetro de piel que besaba.


Fue descendiendo lentamente hasta las piernas del castaño y comenzó a besarlas por la parte interior.


El placer podía verse en el rostro de ambos, sobre todo en el de Light que estaba en exceso sonrojado y había comenzado a jadear.


Sin más que esperar, el ojinegro tomó el miembro de su amado y comenzó a lamerlo poco a poco.


-Ry... Ryu... Ryuzaki-susurró el castaño aferrándose a las sábanas.


-¿Quieres que me detenga?-preguntó seductoramente su amado.


Light se limitó a negar con la cabeza mientras Ryuzaki continuaba con su labor.


Ambos estaban al borde del éxtasis pero aún deseaban el cuerpo del otro.


El ojinegro se acercó a besar al castaño que lo recibió gustoso y deslizó su mano entre sus cuerpos hasta alcanzar el miembro de su amado.


Ryuzaki se sorprendió un poco, no esperaba eso por parte de Light. Este último comenzó a acariciar el miembro del primero, causando ligeros gemidos por parte del ojinegro.


-¿Te gusta?-preguntó timidamente el castaño esperando una rápida respuesta.


Ryuzaki no dijo nada, pero lo besó con más pasión que nunca, dejando ver que en verdad lo estaba disfrutando.


Después de varios minutos, el ojinegro se dispuso a entrar en su amado, suave y lentamente, a pesar del deseo tan grande que sentía por él.


-Ryuzaki... Te amo...-dijo Light entre jadeos y gemidos.


-Y yo a ti, no lo olvides...-respondió el ojinegro acercándose a besarlo dulcemente.


Las embestidas comenzaron y al mismo tiempo Ryuzaki masturbaba al castaño, que sin poderlo evitar comenzó a jadear más rápido y gemir más fuerte.


-Ry...u...saki... Ryu...saki-repetía Light una y otra vez.


El ojinegro no podía contenerse, oír a su amante  pidiendo más le provocaba gran excitación. Aumentó la velocidad e intensidad de las embestidas, obteniendo como resultado más gemidos y jadeos del castaño.


Cada embestida era más profunda y no dejaba aquel sensual y delicioso jugueteo con el miembro de Light entre sus manos.


Este último comenzó a mover la cadera suavemente estimulando aún más al ojinegro.


-¡Light!-gritó en un ronco gemido-No vayas a detenerte...-concluyó en tono casi suplicante, al tiempo que frotaba con mayor rapidez el miembro del castaño.


Sus corazones latían rápidamente, al mismo ritmo. Sus cuerpos se mezclaban y encajaban perfectamente como si de un rompecabezas se tratara; el sudor corría por sus cuerpos y el placer los recorría por completo.


Al mismo tiempo alcanzaron el éxtasis total, liberando un profundo gemido que se escuchó como si fuese uno solo.


Se tumbaron en la cama aún jadeando y liberando el placer que todavía tenían.


El ojinegro abrazó a su amante, acercándose tanto como podía hacia él. Quería sentir el calor de su cuerpo, su respiración aún agitada y sobre todo esa sensación extraña que recorría todo su cuerpo cada que estaban cerca.


Después de algunos minutos en esa posición Ryuzaki salió de Light y lo giró para verlo a la cara.


El castaño permanecía sonrojado, con una mirada dulce y tierna y la boca entreabierta buscando recuperar el aire que le faltaba.


-Yo... Te amo Ryuzaki-susurró mientras se acercaba a su amado.


-Y yo te amo solo a ti Light-respondió rodeándolo con sus brazos y plantando un dulce y a la vez pasional beso sobre sus labios.


La lengua del ojinegro comenzó a hacerse espacio dentro de la boca del castaño, enlazándose lentamente con la lengua del mismo.


Pronto sus lenguas se encontraron frotándose una contra otra, dejando ver lo mucho que disfrutaban el encontrarse juntas.


El aire comenzó a faltarles y tuvieron que terminar con ese encuentro tan satisfactorio entre ambos.


-Esto... Quería preguntarte...-decía timidamente Light, agachando la mirada para evitar encontrarse con los ojos de su amado-¿En verdad te gustó?


Ryuzaki se sorprendió ante tal pregunta, nunca creyó que aquel tímido castaño al que tanto amaba pudiera preocuparse por algo así.


-Todo lo que hago contigo me gusta, aunque sea lo más común del mundo, el simple hecho de hacerlo a tu lado hace que sea perfecto-respondió mientras tomaba la cabeza de Light y la apoyaba contra su pecho y la acariciaba tiernamente.


-¿Lo que acabas de decirme es cierto?-volvió a preguntar intrigado el castaño.


-(¿Qué pasa por la cabeza de este chico? Acabo de decirle que lo amo como nunca he amado a nadie y al parecer no lo entiende) Si te lo digo es porque así lo siento-respondió y levantó el rostro del castaño para acercarlo al suyo-Te amo como nunca amé a nadie. ¿Crees que te diría algo así si no lo sintiera-terminó depositando un tierno beso en sus labios. Se acercó a su oído y susurró-Te amo, en verdad te amo, no lo dudes ni un segundo-concluyó para depositar algunos tiernos y pasionales besos a lo largo de su cuello.


Light se aferró al cuerpo del ojinegro tan fuerte como pudo, juntando cada centímetro de su piel con la de su amado.


Después de unos cuantos segundos se atrevió a decir


-Yo también te amo como no tienes idea...-su voz se escuchaba cortada, lo que preocupó a Ryuzaki que acarició su cabeza intentando tranquilizarlo-No quiero separarme de ti nunca... Quiero estar contigo siempre-derramó una lágrima que cayó sobre el pecho  del ojinegro, que lo abrazó fuertemente para consolarlo-Prometeme que siempre estarás conmigo, que nunca me vas a dejar-tras decir esto quedó dormido.


-Siempre voy a estar a tu lado, nunca me voy a alejar de ti...-le susurró seriamente y besó su frente.


Aquellas suplicas del castaño lo desconcertaron, no entendía porque había dicho todo eso, pero le demostraría que sus dudas eran sin sentido

Notas finales:

Espero que les haya gustado, creo que no se me da mucho escribir lemon pero espero que el resto de la historia les guste más.


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